La Maldición Del Lobo

...En el juego de sombras y secretos, cada movimiento es una apuesta, y solo los más astutos saben cuándo apostar y cuándo retirarse....

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Ezekiel:

Después de asegurarme de que Bellatrix había aceptado mi trato, una sensación de triunfo inundó mi ser. Finalmente, tendría a esa bruja rebelde a mi disposición, una herramienta valiosa en mi búsqueda de poder y dominio. Pero no me detendría ahí; Bellatrix sería la carnada perfecta para atraer a otras brujas, y una vez las tuviera en mis manos, las eliminaría una por una.

Me levanté de la cama con determinación, listo para comenzar el día con un propósito claro en mente. Una ducha refrescante revitalizó mi cuerpo y mi espíritu, mientras los jabones caros que adornaban el baño llenaban el aire con fragancias exóticas y seductoras.

Después de vestirme con un traje elegante y galante, salí del hotel con paso seguro y decidido. Mis guardaespaldas ya estaban esperándome, fieles hasta la médula, listos para protegerme en todo momento.

Subí a mi troca con la confianza de quien sabe que tiene el mundo a sus pies, y arranqué hacia mi empresa, donde aguardaban mis planes más ambiciosos.

Cuando llegué, aparqué con precisión y entré en el edificio con determinación. Caminé por los pasillos con autoridad, recibiendo miradas de respeto y admiración a mi paso. Finalmente, llegué a mi despacho, donde me senté frente a mi computadora, listo para poner en marcha mis proyectos más oscuros.

En la pantalla brillante, las imágenes de mis experimentos y proyectos se sucedían una tras otra. Las células de laboratorio, meticulosamente manipuladas para crear criaturas más fuertes y dominantes, eran la clave de mi poder.

Mis dedos se movían con agilidad sobre el teclado, tecleando comandos y órdenes con precisión milimétrica. Cada línea de código era un paso más hacia mi objetivo final: el dominio absoluto sobre el mundo de la magia y la ciencia.

Sabía que el camino hacia la supremacía estaba lleno de desafíos y peligros, pero estaba dispuesto a enfrentarlos con astucia y determinación. Porque yo, Ezekiel, estaba destinado a gobernar sobre las sombras y las luces, a escribir mi propia historia en los anales del tiempo. Y nadie, ni siquiera Bellatrix, se interpondría en mi camino hacia la grandeza.

El tiempo parecía detenerse en mi despacho mientras me sumergía en la creación de mi última idea para fortalecer a mis monstruos. Mis dedos danzaban sobre el teclado de la computadora, trazando líneas de código que prometían poder y dominio sobre cualquier enemigo. Sin embargo, el sonido estridente del celular interrumpió mis pensamientos.

Con un suspiro, contesté el teléfono, escuchando atentamente las palabras de mi empleada. Una visita inesperada.

«¿Quién podría ser?»

__¡Dile que pase! __ordené con voz ronca, mi curiosidad picada al máximo. Cerré las páginas de la computadora y me preparé para recibir a mi inesperada invitada.

Un golpeteo en la puerta anunció su llegada. __Pase, __murmuré, mi corazón latiendo con anticipación mientras la puerta se abría lentamente.

Y allí estaba ella, Bellatrix, con una peluca rubia y unos ojos verdes que brillaban con malicia. La observé en silencio por un momento, reconociéndola al instante por las pelucas que había visto en su habitación. Levanté una ceja, admirando su astucia mientras se acercaba con confianza.

La tensión en el aire era palpable mientras Bellatrix y yo nos enfrentábamos nuestras miradas desafiantes. Sus ojos verdes brillaban con determinación, mientras que mi mirada fría la escrutaba con atención.

__Bellatrix, __murmuré con voz ronca, dejando que mi tono transmitiera la autoridad que sentía en mi interior__. ¿Qué te trae por aquí? No esperaba verte tan pronto.

Ella me miró con una expresión impasible, su postura erguida y desafiante. __Ezekiel, __respondió con calma, aunque su tono llevaba un deje de desdén__. No te sorprenderá saber que tengo mis propios intereses en esta empresa.

Sonreí con suficiencia, sabiendo que detrás de su fachada de confianza se escondía una astucia formidable. __Entiendo, __respondí, dejando que un brillo de admiración asomara en mis ojos__. Supongo que ambos buscamos sacar provecho de esta situación.

La tensión entre nosotros era palpable, como si estuviéramos midiendo nuestras fuerzas en un juego de ajedrez mortal. Cada palabra era una ficha en el tablero, cada gesto un movimiento estratégico en nuestro duelo de voluntades.

__Bellatrix, __continué, inclinándome ligeramente hacia adelante para enfatizar mis palabras__. Admiro tu determinación y tu valentía. Pero recuerda, en este mundo de sombras, solo los más astutos sobreviven.

Ella me sostuvo la mirada con firmeza, desafiándome a retroceder. __Lo sé, Ezekiel, __respondió con calma, aunque su voz estaba cargada de un desafío silencioso__. Y no subestimes mi capacidad para manejar las sombras.

Finalmente, con un gesto brusco, me arrojó unos documentos sobre el escritorio.

Una sonrisa juguetona se curvó en mis labios mientras me levantaba de mi silla, deslizando los dedos sobre los documentos que había arrojado sobre el escritorio. __Interesante, __murmuré, sintiendo la emoción de la intriga correr por mis venas__. Parece que tenemos mucho de qué hablar.

Los recogí con curiosidad, examinando el contenido con atención. Eran expedientes de casos de mafiosos, cada uno más oscuro y peligroso que el anterior.

Mis ojos brillaron con anticipación mientras procesaba la información. Bellatrix estaba demostrando ser más útil de lo que había imaginado, una aliada inesperada en mi búsqueda de poder y dominio.

Con una sonrisa fría, asentí hacia ella, reconociendo su valía como miembro de mi juego de sombras. A partir de ahora, trabajaríamos juntos para alcanzar nuestros objetivos comunes, sin importar los obstáculos que se interpusieran en nuestro camino.

Porque en el mundo de la oscuridad y el engaño, solo los más astutos sobreviven. Y Bellatrix y yo estábamos decididos a escribir nuestra propia historia, una donde el poder y la dominación eran nuestros para tomar.

El silencio en mi despacho se rompió cuando Bellatrix se sentó frente a mí, su mirada fija en mí mientras tecleaba algo en su celular. La observé con curiosidad, preguntándome qué trama estaría urdiendo en su mente astuta.

Luego, cruzó los brazos y me miró con desafío. __¿Por qué pusiste esto en mi trocá? __Su tono era irritado mientras mostraba la cámara que había descubierto en su vehículo.

Por un momento, me sorprendí ante su descubrimiento, pero rápidamente recuperé mi compostura. __Porque quería saber a dónde ibas y qué hacías. Es obvio, ¿no? __Respondí con brusquedad, tratando de ocultar mi desconcierto.

Ella levantó una ceja, su expresión desafiante. __Odio que hagan eso. Desde ahora, mantén esas cámaras fuera de mi zona de trabajo. ¿Entendiste o no? __Su ceño estaba fruncido mientras me enfrentaba con determinación.

me acerqué a ella, mis palabras cargadas de advertencia. __Recuerda tu lugar, Bellatrix, __le susurré al oído, intentando imponer mi autoridad sobre ella.

Ella se mantuvo firme, su mirada desafiante encontrándose con la mía. __No, tú recuerda tu lugar, Ezekiel, __me respondió en un tono casi como un susurro__. Recuerda quién soy y lo que puedo hacer. Puedo hacerte caer con solo chasquear los dedos.

Sus palabras me sacudieron, sorprendido por su valentía y determinación. Ninguna mujer se había atrevido a desafiarme de esa manera antes. Pero antes de que pudiera responder, ella continuó.

__Y otra cosa, __agregó con voz suave pero llena de autoridad__. Te conviene tenerme viva y como aliada. Hay un mafioso vampiro aquí, y créeme, es muy fuerte. Te vendría bien tenerlo de tu lado.

La curiosidad se apoderó de mí mientras la observaba con atención. Esta mujer sabía cómo presionarme, cómo manipularme para que hiciera lo que ella quería. Era una jugadora habilidosa en nuestro peligroso juego de sombras.

Me quedé en silencio por un momento, procesando sus palabras. Sabía que tenía que elegir mis siguientes movimientos con cuidado. Porque en el mundo en el que vivíamos, cada decisión podía ser la diferencia entre la victoria y la derrota.

Con una sonrisa sutil, asentí hacia ella. __Tienes razón, Bellatrix, __admití, reconociendo su poder y su influencia sobre mí__. Trabajar juntos nos beneficiará a ambos.

Y así, en medio de la tensión y el misterio, sellamos nuestra alianza, sabiendo que juntos éramos más fuertes que separados. Porque en el mundo de las sombras, la astucia y el poder eran las armas más poderosas de todas.

__Ah, y otra cosa, __dijo Bellatrix, poniendo su dedo índice en mi pecho. Su mirada fría me atravesó como una daga__. Ten cuidado, porque ese mafioso es muy fuerte y viene acabando con todo. O trabajas con él, o lo matamos, __declaró con determinación.

La observé con curiosidad, sintiendo una mezcla de fascinación y frustración. Esta mujer, con su astucia y su valentía, sería mi desafío más grande.

__Hagamos un plan. Dependiendo de lo que el mafioso diga, actuamos, __respondí con un tono ronco, agarrando su muñeca para enfatizar mis palabras.

Pero su reacción no fue la que esperaba. Bellatrix se rió, desafiante, como si mis amenazas no la afectaran en lo más mínimo. __No te atrevas a tocarme otra vez o tendrás un castigo, __le advertí, sintiendo mi enojo crecer dentro de mí.

Ella simplemente sonrió con malicia, desafiándome aún más. __Puedo hacer lo que se me dé la gana, Ezekiel. Así que, aguanta, __dijo con una sonrisa burlona.

Joder, esta bruja era mi perdición. Con su ingenio afilado como una navaja y su capacidad para desarmar mi orgullo con una sola palabra, sabía que estaría en constante conflicto con ella. Pero al mismo tiempo, reconocía su valor y su poder, y sabía que no podía subestimarla.

Así que, con un suspiro resignado, asentí hacia ella. __Está bien, Bellatrix. Trabajemos juntos por ahora, __concedí, sabiendo que nuestra alianza sería una montaña rusa de desafíos y traiciones.

Porque en el mundo de las sombras, la única regla era la supervivencia. Y Bellatrix y yo estábamos dispuestos a hacer lo que fuera necesario para salir victoriosos.