Syra, una joven valiente y curiosa, se obsesiona con descubrir la verdad detrás de Dorian y los sucesos que lo rodean. A medida que se adentra en la historia de Dorian, Syra descubre que hay fuerzas más allá de su comprensión y que su propia vida está en peligro. Enfrentada a un enigma ancestral, Syra debe desentrañar los secretos ocultos en la mansión y enfrentarse a las sombras que amenazan con consumir su mundo.
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Capítulo 20:Aprendizajes
Syra se encontraba en la habitación secreta del sótano, examinando los antiguos artículos de magia que Dorian, su querido amigo fallecido, le había dejado en su diario. Sin embargo, al mirar a su alrededor, notó con sorpresa que la varita mágica, el cetro y el libro de hechizos ya no estaban allí. Solo quedaban las piedras y otros objetos aparentemente innecesarios.
Un sentimiento de confusión y preocupación se apoderó de Syra mientras buscaba en la habitación, esperando encontrar alguna pista sobre lo que había sucedido con los artefactos desaparecidos. ¿Dónde podrían haber ido a parar?
Syra recordó las palabras de Dorian en su diario, mencionando la existencia de la habitación secreta y la importancia de los artefactos mágicos que allí se guardaban. ¿Había alguien más que conociera la existencia de esta habitación y había tomado los objetos?
Con determinación, Syra decidió investigar más a fondo. Comenzó a buscar pistas en la habitación, revisando cada rincón en busca de cualquier indicio de quién podría haber estado allí o qué podría haber sucedido. Revisó los documentos y notas que Dorian había dejado atrás, buscando alguna pista oculta.
Después de un tiempo, Syra encontró una nota oculta debajo de uno de los objetos. La nota decía: "Querida Señorita Walsh, si estás leyendo esto, significa que haz visto que faltan cosas aquí, déjame decirte que los robe. No puedo decirte mucho más, hay más en juego de lo que parece a simple vista. Te recomiendo que te quedes alejada de aquí o las pagarás muy caro.
Con poco cariño, el señor encapuchado".
Las palabras del desconocido resonaron en la mente de Syra, aumentando su determinación por descubrir la verdad detrás de la desaparición de los artefactos. Sabía que tenía que seguir adelante y encontrar respuestas.
Con la nota en la mano, Syra salió de la habitación secreta y se dirigió hacia el estudio de Dorian, donde esperaba encontrar más pistas. Sabía que el camino por delante sería desafiante, pero estaba decidida a resolver el misterio y honrar la confianza que Dorian había depositado en ella.
A medida que los días pasaban, Syra observaba con tristeza cómo su padre se debilitaba cada vez más, sin que ningún médico pudiera encontrar una explicación. La falta de energía y el cansancio parecían consumirlo, y Syra se sentía impotente ante la situación.
En medio de su preocupación, Syra recordó al misterioso hombre encapuchado y comenzó a sospechar que podría haber algo más detrás del repentino cansancio de su padre. Decidió que era hora de buscar respuestas y escapar al pueblo en busca de ayuda.
Sin embargo, mientras Syra se dirigía al pueblo, se dio cuenta de que Qiū Líng la seguía, gruñendo de dolor por su pata herida. En un acto de determinación y valentía, el lobo se quitó la venda que cubría su herida para poder correr mejor y continuar persiguiendo a Syra.
Una vez en el pueblo, Syra comenzó a preguntar sobre la existencia de magos o personas con conocimientos mágicos. Sin embargo, su búsqueda fue recibida con escepticismo y muchos la tomaron por loca. La gente no creía en la magia y no estaban dispuestos a ayudarla en su búsqueda.
Syra se sintió desalentada por la reacción de la gente, pero no se dejó vencer. Sabía que había algo más en juego y estaba dispuesta a encontrar respuestas, sin importar lo que los demás pensaran de ella.
Decidió que no podía rendirse y que necesitaba encontrar una solución para su padre. Con determinación renovada, Syra decidió buscar otras vías de información, tal vez en libros antiguos o en personas que pudieran tener conocimientos ocultos.
Qiū Líng se acercó a Syra, notando la falta de esperanza en sus ojos. Sin embargo, su presencia logró sacar una pequeña sonrisa en el rostro de Syra. Sabía que podía confiar en él y decidió compartir sus preocupaciones.
"Qiū Líng, mi amigo leal", susurró Syra con voz suave. "Me siento tan perdida y desesperanzada. Mi padre está cada vez más débil y nadie parece saber qué le sucede. Me preocupa que no podamos encontrar una cura para él."
El lobo la miró con atención, sus ojos llenos de comprensión y empatía. Sabía que Syra necesitaba desahogarse y encontrar consuelo en su presencia. Con un suave golpe de su hocico en la espalda de Syra, Qiū Líng la alentó a continuar hablando.
Syra tomó un respiro y continuó compartiendo sus pensamientos y sentimientos con el lobo. Le habló sobre su frustración por no poder ayudar a su padre, sobre la falta de respuestas y sobre cómo se sentía impotente ante la situación.
"Qiū Líng, a veces siento que estoy sola en esta lucha", confesó Syra con tristeza. "Pero tu presencia me da fuerzas. Tu lealtad y apoyo me recuerdan que no estoy sola. Gracias por estar aquí y escucharme."
Qiū Líng asintió con la cabeza, como si entendiera cada palabra que Syra le decía. Sabía que no podía ofrecer una solución mágica, pero estaba allí para brindarle consuelo y apoyo en los momentos difíciles.
Syra se sintió reconfortada al compartir sus preocupaciones con Qiū Líng. Sabía que no podía rendirse y que tenía que seguir luchando por su padre. Con la compañía y el aliento de Qiū Líng, encontró un poco de esperanza en medio de la oscuridad.
Syra y Qiū Líng se adentraron juntos en el bosque, donde habían forjado su amistad. Las hojas de los árboles habían cambiado de color, creando un hermoso paisaje otoñal. Mientras caminaban, una pequeña hoja cayó en la mano de Syra, como si la naturaleza quisiera recordarles su conexión especial.
Encontraron un lugar tranquilo entre los árboles, donde Qiū Líng se acostó y esperó a que Syra se sentara y se apoyara en él. Syra se acomodó junto a su amigo lobo, sacó un libro y comenzó a leer en voz alta para que Qiū Líng pudiera escuchar la historia también.
El libro que Syra había elegido trataba sobre los mitos del universo, desde las vidas pasadas y la reencarnación hasta los significados de las estaciones. Mientras leía, Syra compartió sus reflexiones y pensamientos con Qiū Líng, como si estuvieran teniendo una conversación profunda y significativa.
"Hay una teoría fascinante en este libro sobre la reencarnación", dijo Syra, mirando a Qiū Líng con curiosidad. "Algunos creen que nuestras almas pueden haber vivido vidas pasadas y que nuestras conexiones actuales pueden ser el resultado de encuentros previos en el tiempo. ¿Qué opinas al respecto, mi amigo?"
Qiū Líng levantó la cabeza y la miró con sus ojos llenos de sabiduría animal. Aunque no podía hablar en palabras, su presencia y sus acciones hablaban por sí mismas. Parecía entender la historia y la pregunta de Syra, y su mirada parecía transmitir un sentido de conexión más allá de esta vida.
Syra sonrió, sintiéndose aún más cerca de Qiū Líng en ese momento. Continuó leyendo y compartiendo historias y reflexiones, disfrutando de la tranquilidad del bosque y la compañía de su amigo lobo.
En ese momento, Syra se dio cuenta de que no importaba si los demás la consideraban loca o si enfrentaba desafíos en su búsqueda por ayudar a su padre. Tenía a Qiū Líng a su lado, un compañero leal que la escuchaba y la apoyaba en cada paso del camino.
Syra continuó leyendo en voz alta, compartiendo con Qiū Líng una hermosa leyenda irlandesa sobre el otoño y los lobos que habitan durante esta estación.
"Según la antigua leyenda irlandesa, durante el otoño, cuando las hojas cambian de color y el aire se vuelve más fresco, los lobos tienen un papel especial en la naturaleza", comenzó Syra, cautivando la atención de Qiū Líng.
"Se dice que los lobos son los guardianes de la transición entre el verano y el invierno. Durante esta época del año, su aullido resuena en los bosques, recordándonos que el cambio está en marcha y que debemos prepararnos para la llegada del invierno", continuó Syra, dejando que las palabras fluyeran con una mezcla de misterio y fascinación.
Qiū Líng escuchaba atentamente, sus oídos se movían ligeramente mientras capturaba cada palabra de la leyenda. Parecía estar conectado con la historia, como si compartiera una conexión ancestral con los lobos de la leyenda.
"Se cree que los lobos también simbolizan la sabiduría y la protección durante el otoño", explicó Syra. "Su presencia nos recuerda que debemos estar en armonía con la naturaleza y prepararnos para los cambios que están por venir. Son seres majestuosos y poderosos, y su espíritu nos enseña a ser valientes y resilientes".
Syra se detuvo por un momento, dejando que las palabras se asentaran en el aire. Luego, miró a Qiū Líng con cariño y continuó: "Creo que tú, mi querido amigo, encarnas el espíritu de los lobos en esta leyenda. Eres valiente, sabio y protector. Tu presencia en mi vida me llena de fuerza y esperanza".
Qiū Líng respondió con un suave movimiento de su cola, como si estuviera agradeciendo las palabras de Syra. Parecía comprender la conexión especial que compartían y la importancia de su amistad en este viaje.
Syra continuó leyendo y compartiendo historias con Qiū Líng, disfrutando de la magia del otoño y la compañía de su fiel amigo. Juntos, explorarían más leyendas y seguirían fortaleciendo su vínculo en medio de la belleza y la serenidad del bosque.
Con entusiasmo, Syra continuó compartiendo leyendas otoñales con Qiū Líng, esta vez una leyenda más antigua de origen chino. Esta leyenda hablaba sobre la creencia de que si los lobos encuentran a alguien nuevo en el bosque durante el otoño, lo convertirían en parte de su manada.
"En la antigua China, se creía que los lobos eran seres místicos y espirituales", comenzó Syra, cautivando la atención de Qiū Líng una vez más. "Durante el otoño, cuando la naturaleza se prepara para el invierno, los lobos salen en busca de nuevos miembros para su manada".
"Se dice que si un lobo encuentra a alguien nuevo en el bosque durante esta temporada, se acerca con curiosidad y ternura. Si esa persona demuestra valentía y respeto hacia los lobos, se le permite unirse a la manada y compartir su sabiduría y protección", continuó Syra, dejando que la magia de la leyenda llenara el aire.
Qiū Líng escuchaba atentamente, su mirada fija en Syra mientras absorbía cada palabra de la leyenda. Parecía captar la esencia de la historia y la importancia de la conexión entre los lobos y los seres humanos.
"Esta leyenda nos enseña sobre la importancia del respeto y la armonía con la naturaleza", explicó Syra. "Los lobos son criaturas poderosas y sagradas, y si nos acercamos a ellos con humildad y reverencia, podemos aprender mucho de su espíritu y sabiduría".
Syra sonrió suavemente y acarició el pelaje de Qiū Líng, sintiendo la conexión especial que compartían. "Mi querido amigo, en ti veo la nobleza y la valentía de los lobos de esta antigua leyenda. Eres un compañero leal y protector, y estoy agradecida de tenerte a mi lado en este viaje".
Qiū Líng respondió con un suave gruñido, como si estuviera agradeciendo las palabras de Syra. Parecía comprender la importancia de su amistad y la conexión que compartían, incluso más allá de las fronteras culturales y las leyendas.
Syra continuó compartiendo historias y leyendas con Qiū Líng, disfrutando de la magia del otoño y la compañía de su fiel amigo. Juntos, seguirían explorando el poder de la naturaleza y descubriendo más sobre su propio destino en este viaje lleno de misterio y maravilla.
Syra miró al lobo y le devolvió una cálida sonrisa. En ese momento, el lobo lamió suavemente el rostro de Syra, como si quisiera mostrarle su afecto. Syra se sorprendió por el gesto, pero no pudo evitar reírse.
"Lobo atrevido", dijo Syra en tono juguetón, pero su risa revelaba que no podía enojarse con él. La conexión especial que compartían les permitía disfrutar de momentos de alegría y complicidad.
Syra acarició el pelaje de Qiū Líng y se recostó junto a él, disfrutando de su compañía. Sabía que el lobo era su amigo leal y que siempre estaría ahí para apoyarla, incluso en los momentos más difíciles.
En medio de la risa y la tranquilidad del bosque, Syra se dio cuenta de lo afortunada que era de tener a Qiū Líng a su lado. Juntos, enfrentarían cualquier desafío que se les presentara y encontrarían consuelo y fuerza en su amistad.
Mientras Syra y Qiū Líng disfrutaban de la lectura de las leyendas, sin darse cuenta, un hombre encapuchado con una expresión molesta los observaba desde detrás de un árbol. Este hombre, con una mirada llena de maldad, maldijo a Syra y al lobo en silencio antes de alejarse, sumido en sus propios pensamientos.
Desconocido para Syra y Qiū Líng, este hombre encapuchado reveló que era un O'brien, confirmando que tenía intenciones malévolas hacia ellos. Sus pensamientos oscuros reflejaban un plan macabro que había trazado.