En el cálido seno de una familia amorosa, Elda, una joven de 23 años criada con cariño por sus padres y hermanos gemelos, se ve envuelta en una tragedia al intentar quitarse la vida. Para sanar sus heridas, es enviada a vivir con su tío Ras en un país lejano. Allí, descubre un amor inesperado en un hombre aparentemente frío, pero cuyo corazón late con pasión. Sin embargo, este hombre pertenece a la peligrosa mafia rusa, y su amor enfrentará desafíos sobrecogedores mientras luchan contra secretos, traiciones y un mundo que amenaza con separarlos. La vida de Elda se convierte en un torbellino de emociones, desafiando las fronteras entre el bien y el mal en un universo donde la valentía y la determinación se entrelazan con el riesgo y la pasión.
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capitulo 23
Unos días de serenidad y amor habían envuelto a Vladimir y Elda desde su momento íntimo en la cama. Elda había encontrado en Vladimir un refugio seguro, una fuente de contención que la hacía sentirse única y valiosa. Juntos, habían compartido besos y caricias cargadas de amor y pureza, reforzando el vínculo que los unía.
Sin embargo, en esa misma noche Elda le termino de contar lo que realmente había pasado, le contó que lo que la llevo al suicidio primero había sido las fotos que le enviaron a las redes sociales. Imágenes despiadadas que distorsionaban el cuerpo de Elda con un cerdo y la insultaban con palabras hirientes, todo por su peso. Después de las fotos en lugar de que su exnovio la defendiera se burlo igual y la golpeó por ponerlo en ridículo y para rematar, el aborto que ella por estúpida se provocó y que al decirle a Marco le dijo que el no era el padre de ese malnacido y que gracias a dios lo había perdido así no estaría obligado a casarse con una gorda cerda y fea como ella, así que eso fue lo que detonó el quererse morir. Aunque el dolor latía en su corazón, Elda encontró consuelo en el amor inquebrantable de Vladimir, quien la apoyó incondicionalmente, recordándole su belleza y valor.
Ahora, a bordo de la camioneta rumbo a la boda del hijo de unos de sus clientes como le había comentado dos días antes, iban arreglados elegantemente y sonriendo y platicamos cuando de su se casaban a dónde se irían de luna de miel, estaba tan amena su plática que llegaron muy rápido pese a que estaba retirado de la villa donde vivían.
Ella sabía quién era Marco Rossi y para Vladimir era una persona desconocida, claro está que Elda jamás se imagino que estaba a punto de encontrarlo en unos minutos en la boda. Por fin lograron avanzar había muchos invitados, la mansión del señor Rossi estaba impregnada de elegancia y sofisticación, adornada con un gusto exquisito para la ocasión de la boda de su hijo. Al entrar, los invitados eran recibidos por una imponente entrada decorada con columnas de mármol y una alfombra roja que conducía hacia el interior de la mansión. Las paredes estaban revestidas de paneles de madera oscura, realzando la sensación de opulencia y tradición.
Vladimir fue dirigido hacia el área de estacionamiento VIP, ubicada cerca de la entrada principal de la mansión. Esta zona exclusiva estaba reservada para los invitados más distinguidos, y estaba cuidadosamente diseñada para ofrecer comodidad y conveniencia. Un amplio espacio pavimentado estaba delimitado por elegantes farolas que iluminaban la noche con su luz suave y cálida.
A medida que se acercaba, Vladimir notó que había un servicio de valet disponible, donde un grupo de asistentes uniformados esperaba para recibir los vehículos de los invitados. Los valets, con una elegancia discreta, se encargaban de estacionar los autos con cuidado y profesionalismo, garantizando que cada vehículo recibiera el trato adecuado. Lamentablemente cuando Vladimir se bajo para ayudar a Elda, a ella se le atoro su zapato, Vladimir no quería dejarla sola, los valets la miraban encantados y el aunque orgulloso de su novia sentia celos. Elda cautivaba en la boda y eso que todavía no la veían los invitados, lucía con un vestido de seda azul zafiro de corte sirena, que abrazaba cada curva de su figura gordita con una elegancia seductora. El escote halter realzaba delicadamente sus hombros y su espalda, mientras que el corte ajustado del vestido destacaba su cintura y su busto de manera exquisita. A pesar de su cuerpo gordito, el vestido le sentaba como un guante, resaltando su belleza de manera deslumbrante. La falda se ensanchaba suavemente a partir de las rodillas, creando una silueta deslumbrante que se prolongaba hasta el suelo con un toque de glamour y sofisticación. El suave tejido de seda se deslizaba sobre su piel con una gracia etérea, añadiendo un toque de suavidad y fluidez a su apariencia. Con su cabello rubio cayendo en ondas suaves sobre sus hombros y sus ojos verdes brillando con emoción, Elda irradiaba una elegancia natural y un encanto irresistible que la convertía en el centro de todas las miradas.
Valdimir le decía que la esperaría, pero ella amorosamente lo miro y le dijo que se adelantara, que ella iba detras de él, así que con un sutil beso en los labios Vladimir le dijo que la esperaría adentro, miro con ojos amenazantes a los valets, diciendo con la mirada ella es mía y salió de ahí.
Mientras Elda se retrasaba momentáneamente por el incidente con su tacón, Vladimir avanzaba con paso firme hacia el interior de la imponente mansión de Giuseppe Rosi. El ambiente estaba impregnado de lujo y elegancia, con invitados ataviados en sus mejores galas y un bullicio de conversaciones animadas que llenaba el lugar. Giuseppe Rosi, el anfitrión de la velada, recibió a Vladimir con una cálida sonrisa, extendiendo su mano en un gesto de bienvenida. Vladimir correspondió al saludo con cortesía, pero su mente estaba dividida en mostrar una agradable sonrisa fingida y la preocupación por Elda.
—"Gracias por recibirme, señor Rosi", dijo Vladimir, manteniendo la compostura a pesar de su inquietud. —"Mi novia tuvo un pequeño contratiempo, pero espero que pueda unirse a nosotros pronto."
Giuseppe Rosi asintió comprensivamente, mostrando una actitud cordial y comprensiva. —"Por supuesto, no hay problema", respondió. —"Déjame indicarte dónde puedes tomar asiento mientras esperas a tu acompañante."
Vladimir agradeció el gesto y siguió a Giuseppe hacia el área designada, donde se encontraban los demás invitados. A pesar de la elegancia del entorno, su mente seguía preocupada por Elda, esperando ansiosamente su llegada y asegurándose de que estuviera bien.todas la miradas de mujeres solteras y casadas voltearon a verlo, lucía un traje a la medida de color gris oscuro, que exudaba un aura de autoridad y poder propias de un mafioso de alto rango. El traje ceñido a su cuerpo atlético resaltaba sus musculosos hombros y su envidiable porte, atrayendo todas las miradas hacia él al entrar en la sala. Su camisa blanca, impecablemente planchada, contrastaba de manera llamativa con su piel tostada por el sol, mientras que el nudo de su corbata negra estaba perfectamente ajustado, añadiendo un toque de misterio a su apariencia. Sin embargo, lo que más destacaba eran sus ojos azules, penetrantes y magnéticos, que parecían tener el poder de hipnotizar a cualquiera que se cruzara con su mirada.
Mientras tanto, Elda se esforzaba por solucionar el contratiempo con su tacón, determinada a no dejar que su estupidez arruinara los negocios de Vladimir. Con determinación, ajustó el zapato y se preparó para bajar de la camioneta, pero un valets se acercó a ella y era nada más y nada amenos que Sergei le ayudo a bajar, antes de que ella hablara, Sergei le indico que no hablara y que siguiera como si el no existiera, ella ya intuía que eran de la mafia así que entendió porque Sergei estaba con ellos, continuó con su camino hacia la boda de Marco Rossi sin imaginarse que se desataría el caos.
Elda camino maldiciendo hasta acercarse al señor Giuseppe Rosi, sintiendo una ligera incomodidad bajo su mirada morborda mirando sus senos. A pesar de ello, mantuvo la compostura y se presentó con cortesía. Cuando mencionó el nombre de Vladimir, el anfitrión asintió y le ofreció su brazo. El señor Giuseppe Rosi, con su mirada penetrante, parecía comerse a Elda en esos momentos, sus ojos, oscuros reflejaban la morbosidad de aquel hombre, estaba sumamente incómoda, pero ella tenía la culpa se decía a su misma por no esperar a Vladimir. Aunque la mirada del anfitrión la incomodaba, decidió ignorarlo y salir de esa incomodidad rápidamente.
Con una sonrisa forzada pero educada, Elda aceptó el brazo del señor Giuseppe y permitió que la guiara hacia donde se encontraba Vladimir. A pesar de la incomodidad momentánea, estaba decidida a disfrutar de la velada y a apoyar a su pareja en el evento social, mostrando la elegancia y la determinación que la caracterizaban.
En el interior, cada detalle había sido cuidadosamente seleccionado para reflejar el estatus y el refinamiento de la familia Rossi. Los salones estaban decorados con muebles de estilo clásico y elegante, tapizados en tonos cálidos como el dorado y el burdeos, que añadían un toque de calidez y sofisticación al ambiente. Grandes arañas de cristal colgaban del techo, bañando los espacios con una luz suave y brillante. Los adornos florales estaban compuestos por exquisitas flores de temporada en tonos blancos, crema y champagne, dispuestas en elegantes jarrones de cristal y plata que añadían un toque de frescura y belleza natural a la atmósfera. Las mesas estaban cubiertas con manteles de lino blanco y adornadas con centros de mesa elaborados con flores y velas, creando una atmósfera de refinamiento y buen gusto. En el jardín, una carpa blanca había sido erigida para la recepción, decorada con telas y luces que creaban un ambiente mágico y festivo. Las mesas al aire libre estaban decoradas con vajilla de porcelana fina y cubiertos de plata, mientras que los centros de mesa estaban adornados con flores exóticas y velas perfumadas que llenaban el aire con su dulce fragancia.
En resumen, la mansión del señor Rossi estaba adornada con un estilo clásico y elegante, utilizando tonos cálidos y materiales de alta calidad para crear una atmósfera de lujo y refinamiento que reflejaba perfectamente el estatus y el gusto exquisito de la familia.
El traje que llevaba Vladimir
El vestido que llevaba Elda
ellas comparten otras cosas por los celulares....