DE VUELTA AL DESEO

Camino desesperada esperando el resultado, no sé quién diablos me mandó a mí a estar de caliente y sin cuidarme, de verdad no sé qué estaba pensando.

Liam sé llevó a Grace a comer helado, él no sabe nada, hace unas semanas atrás cuando estuve muy decaída pensé que solo era un bajón emocional, pero cuando comencé a sentir náuseas y mareos, me preocupe, el embarazo de Grace no tuve los típicos síntomas, pero esta vez no podía más con el malestar y recordé que no me había cuidado en ningún momento.

—Santo Dios— susurro al ver la prueba con dos rallitas, más embarazada que nunca.

Me siento en el piso y meto mi cabeza entre las piernas, ¿qué haremos ahora?, ¿cómo le digo a Liam que estoy embarazada de nuevo? Esto será el fin del mundo, si está insoportable, ahora se pondrá peor.

Dios Jules, estoy embarazada.

Le digo a mi amiga cuando escucho su voz a través del teléfono.

¡¿QUÉ?!.

No grites por favor.

Voy a tu casa.

Y sin dejarme responder finaliza la llamada, no puedo decirle aún a Liam, tengo que asimilarlo un poco, aunque ser nerviosa es algo natural en mi y puede que me lancé preguntas del por qué de mi nerviosismo.

Guardo la prueba en uno de mis cajones del armario con llave, tengo que apurarme en asimilarlo, porque sé que él no me perdonaría que le ocultara nuevamente un embarazo.

Escucho el timbre sonar como loco y pongo los ojos en blanco, es Jules, no es necesario que tenga cuatro dedos de frente, ella siempre se hace notar.

—¿Cómo es posible que estés embarazada?— pregunta jadeante entrando al departamento, parece que vino corriendo desde su casa.

—Bueno cuando follas sin protección no te saldrá un grano de maíz— digo siendo sarcástica.

Niega—Me provoca ahorcarte— me dice caminando como animal enjaulada.

—Lo tendré, es obvio— aclaro—Pero ahora Liam se pondrá más insoportable con la idea de que vivamos con él— me quejo.

—Consecuencias de tener sexo sin protección— me recuerda y niego.

Joder, si me toca ir a vivir con él no tengo de otra, pero dios, no quiero dejar mi departamento, ha sido mi hogar durante tanto tiempo que es difícil soltarlo como si fuese cualquier cosa, mi peor defecto es el apego que puedo tener con personas, cosas o lugares y sé que eso hace mucho daño a largo plazo, pero aunque siempre quiero evitarlo, me cuesta no apegarme.

Muchas veces escuché que yo estaba aferrada a él, porque pensaba que podía hacerme sonreír más seguido, porque creía en el cambio, porque pensaba que no iba a encontrar a otra persona que me valorara y me diera todo aquello que me merezco.

Y, la realidad es más cruel que eso, porque yo si estaba apegada a él, pero era porque estaba tan enamorada, bueno sigo estando enamorada, pero creía en el cambio y más que eso, el amor me mantenía tan firme, tan ciega, porque crean cuando les dicen que el amor es ciego.

Gracias a Grace pude entender ese término y muchos más, a veces no nos quedamos, porque hay prioridades, como tener una hija, pero si no fuese por ello, estaría uno ahí esperando y esperando, porque muy pocas personas y estoy segura de que de cien, solamente unas 10 podrían entender que cuando hay amor hasta los defectos son hermosos y que sobran razones para estar.

—No llores, por favor— pide Jules acercándose.

—Los sentimientos me ganan— le digo con la voz entre cortada por las emociones.

Cierro los ojos y me relajo un poco, no pienso darle tantas largas a la noticia, no quiero vivir estresada, ¡maldición! Estoy creando nuevamente una vida dentro de mí y ahora la situación parece más caótica que antes.

¡Auxilio!.

—Mami— correo mi pequeña hija y la abrazo, sigo sentada en el sofá, Liam ya tiene llave y entra cuando le da la gana.

—Mi hermosa princesa, ¿cómo te fue?— le pregunto acomodando un poco su alborotado cabello

—Bien— chilla feliz—Comí mucho helado— sonríe.

—Que bueno mi amor— beso sus mejillas rojas—Ve a lavarte las manos— ordeno y se va corriendo—Quiero hablar contigo— le digo.

Después de que se fuera Jules he meditado muchísimo, cometer el error de antes no está en mis planes y lo mejor es que se lo diga ya, estoy nerviosa, pero el miedo profundo que sentí cuando estaba embarazada de Grace no está, en ese momento me sentía demasiado sola, abandonada, hoy en día la situación es diferente.

—¿Estás bien?— pregunta curioso.

—Si, no es nada malo— le digo y miro al pasillo, quiero ser yo quien le notifique a Grace que será hermana mayor.

—Me asustas, porque te ves pálida— comenta y me observo en la pantalla del teléfono, si, me veo pálida, normalmente mi piel es muy blanca, pero me veo amarilla, extraña.

—Estoy embarazada— suelto y menos mal que no traía nada en las manos y está sentado frente a mí, porque de lo contrario se habría desmayado, su expresión es la más asombrada y graciosa.

—¡¿Qué?!— pregunta bajito—eh, eh... cómo cuando— balbucea bajito.

Se levanta del sofá, regresa, intenta hablar, pero no sale palabra alguna de su boca, quiero reír, pero no quiero que vea que me causa gracia su reacción.

—¿Cuándo te enteraste?— pregunta saliendo de su asombro.

—Hoy— respondo— Me hice la prueba después de que te llevaste a Grace— continuo.

—Tienen que vivir conmigo— dice y yo niego con rapidez.

—Por favor no quiero que te pongas intenso con eso, solo dame tiempo— pido siendo amable, no quiero comenzar una discusión.

—Está bien— asiente.

En la noche, cuando tenga mi monte de madre e hija le daré la noticia, estoy emocionada por su reacción, sin cuidarme esto era exactamente lo que iba a suceder, aunque la doctora me haya dicho que para salir embarazada iba a ser difícil, ya que mis menstruaciones no son tan regulares, sin embargo, nunca me confíe de ello, porque ya sabemos lo que ha pasado.

—Piénsalo— pide antes de irse—Está vez no me gustaría perderme absolutamente nada del embarazo— sus ojos brillan tanto.

—Prometo que lo pensaré— aseguro—Antes del cumpleaños de Grace— le digo.

—Está bien— asiente y sale del departamento, pero antes deja un beso en mi frente con cariño.

Grace cumple años dentro de un mes y ya comenzaré con los preparativos, desde que nació le he festejado su cumple mes y los cumpleaños, merece eso y más.

Este año hay más personitas en su vida y me alegra que ella esté feliz, presiento de que se tomará muy bien la noticia de que será la hermana mayor de ahora en adelante.