El Regreso De Sasha

—¿No me podría decir lo que sucede ahora mismo, Lady Sasha?— intrigado, preguntó el príncipe.

—Es algo muy importante y delicado, por esa razón debemos hablarlo en un lugar seguro, alteza— respondió Sasha.

Asintiendo a lo que la pequeña había dicho, el príncipe decidió esperar a que regresaran a las tierras del norte.

Así estaban hablando tan placenteramente, pero fueron interrumpidos por un sirviente.

—Alteza, disculpe que lo interrumpa de esta manera tan repentina, pero su padre, el emperador quiere verlo en sus aposentos— aquel hombre informó de una manera tan amable, que a Sasha y a Archer les pareció extraño.

—Enseguida voy, ahora retírate— con autoridad, ordenó Archer

El sirviente salió enseguida y los niños solo se quedaron mirando.

—¿Qué querrá su majestad justo ahora?— intrigado, se preguntaba el príncipe

—Hice algo anoche, quizás algo malo, pero fue la mejor decisión que pude tomar por ahora, por favor no me juzgue ni saque conclusiones hasta que regresemos a casa, su alteza— suplicante, pidió Sasha.

—¿Usted lo curó?— decepcionado, preguntó el príncipe

Sasha se dio cuenta de la actitud del príncipe, así que no lo ocultaría. —Si alteza, fui yo, no utilicé ningún hechizo, solo le dí mi collar protector, por favor déjeme explicarle todo— a punto de estallar en llanto, la pequeña seguía suplicando por una oportunidad para explicarse.

—Ahora no es el momento, el hombre al que usted salvó, quiere verme. Debo irme, con permiso Lady Sasha— claramente molesto, el príncipe, se despidió de Sasha

Archer se dirigió a los aposentos del emperador, cuando llegó, pudo notar que estaban ahí también, la emperatriz y el príncipe heredero, sin querer entrar, tuvo que hacerlo.

—Permiso sus majestades, alteza. Buenos días a todos— Archer saludó, haciendo una reverencia.

—¿Qué esperan?, ¿no piensan responder al saludo del príncipe Archer?— molesto cuestionó el emperador a la emperatriz y al príncipe heredero, lo que dejó sorprendidos a todos los presentes, incluidos a los sirvientes que siempre habían visto como trataban al príncipe menor.

A los dos reprendidos no les quedó más opción que regresar el saludo a Archer, que seguía sin entender nada.

—Se que debes estar sorprendido hijo, pero me gustaría que de ahora en adelante hagas valer tus derechos como hijo legitimo del emperador, como miembro de la realeza, quiero reconocerte como tal y también quiero que regreses a vivir al palacio—

Informaba el emperador, lo que molestó mucho a la emperatriz y a su hijo, pues ninguno quería de vuelta a Archer. Por su lado Archer, sintió que le clavaban una daga en el corazón, pues el volver al palacio, sería volver a su antigua vida de abusos por parte de todos, él no quería eso y mucho menos quería separarse de Sasha y justo en ese momento recordó su comportamiento con ella antes de presentarse ante el emperador, lo que lo entristeció completamente.

Lo que sacó de su transe a todos, fue que anunciaron la llegada de la prometida del príncipe Archer.

Sasha entró con elegancia a los aposentos y saludó con mucho respeto a todos.

—Su majestad, me dijeron que quería verme, aquí estoy, ¿dígame cómo puedo ayudarlo?— Sasha se dirigió al emperador.

—Bienvenida pequeña, quiero agradecerte por todo lo que haz hecho por mi, quisiera compensarte junto con tu familia, así que pide lo que desees— muy amable, le dijo el emperador a la pequeña.

—Majestad, aunque no tiene nada que agradecer, no me atrevería a pedir algo. Sin embargo ya que lo dice, le pediría que por favor deje que el príncipe Archer vuelva conmigo al norte, así nos seguiríamos conociendo, me gustaría que fuera así hasta que sea el momento de nuestra presentación oficial para nuestro compromiso— haciendo una reverencia, Sasha se atrevió a pedir.

La niña no contempló que los sirvientes le dirían al emperador que había sido ella, la única niña en entrar a su habitación la noche anterior, por lo tanto la única que pudo haberle dado aquel collar.

—Bien, si eso es lo que quieres, siendo tu mi salvadora, cumpliré tus deseos— mencionó el emperador, dando por terminada la pequeña reunión familiar.

Entonces todos salieron y un par de personas muy molestas sobretodo, la emperatriz no estaba nada contenta con lo que Sasha había hecho y mucho menos tomando en cuenta que ella misma le había confesado al emperador que Archer era hijo de su antigua emperatriz, no podía dejar las cosas así, ya buscaría la manera de ajustar cuentas con los niños.

Mientras tanto, Sasha y Archer se dirigieron a la habitación del príncipe. Al entrar, Archer abrazó muy fuerte a Sasha, lo que la dejó muy sorprendida.

—Gracias, Lady Sasha. No soportaría estar lejos de usted y mucho menos volver a vivir el infierno de antes— dijo el príncipe con algunas lágrimas en los ojos

—Le dije que no me alejaría de usted alteza, jamás permitiría que lo obligaran a quedarse en este lugar— correspondiendo al abrazo, Sasha le dijo.

—Me disculpo por mi comportamiento anteriormente, si usted hizo esto debe tener un motivo importante, esperaré con ansias para saber cuál es. No dudaré de usted más— separándose de Sasha, el príncipe dijo esto.

—Le explicaré todo en cuanto regresemos alteza, por ahora debemos prepararnos para irnos, ya que se canceló la ceremonia y baile de coronación— feliz y con una sonrisa, mencionó Sasha.

Esos eran sus planes, pero no contaba con lo que vendría enseguida, pues llegó de nuevo un sirviente y les dijo que el emperador los esperaba en la entrada del palacio, que les tenía una sorpresa a ambos niños, lo que hizo sospechar a Archer.

Sin poder negarse, los niños acudieron al llamado del emperador, era cierto que ya los esperaba junto a un escuadrón de soldados, y un carruaje listo.

—Vamos, hoy les daré un paseo por el palacio y sus alrededores para que vayan viendo lo que algún día gobernarán— pareciendo feliz, el emperador pedía.

Ningún presente, entendía a lo que se refería el emperador, aunque Sasha lo sospechaba, no podía decir nada.

Los niños subieron al carruaje y entonces partieron, dejando a una emperatriz enojada y a un príncipe confundido y molesto, que aunque estaba feliz de ver a su padre recuperado, no entendía el cambio radical que tenía para con Archer, que siempre lo había despreciado.

—¿Cómo has estado hijo?— preguntó el emperador al príncipe.

—Bien su majestad— frío y sin ninguna reacción, Archer contestó

—¿Te gustan las tierras del norte?— volvió a preguntar el emperador, él quería entablar una conversación con el príncipe, pero no se daba cuenta que eso jamás iba a suceder.

—Si su majestad, estoy muy contento en ese lugar— a cada pregunta que respondía, Archer agachaba la cabeza a manera de reverencia.

Sasha no podía intervenir, pero claramente veía la incomodidad de Archer en aquel intento de conversación, por lo que sin pensarlo dos veces solo reaccionó.

—Vaya, ese campo de flores es hermoso, jamás había visto uno así— como cualquier niña sorprendida por algo hermoso, Sasha mostraba sorpresa y fascinación.

Fue así que el emperador pidió que estuvieran el carruaje para que la niña bajara a mirar las flores de cerca. Una vez más, Sasha salvó al príncipe.