Conocí el amor de mi vida a los catorce años, Stephen, él, es el sueño de toda mujer. Lástima que es siete años mayor que yo. Era obvio que un chico de veintiún años no se iba a fijar en una preadolescente. Tuve que callar lo que sentía y esperar.
Han pasado cuatro años desde que lo conocí, y ahora no hay nada que me impida conquistarlo. Ni su ex novia loca, ni los prejuicios de la gente , ni siquiera mi padre. Lo amo y él será mío, le demostrare que él y yo nacimos para estar juntos.
Cuando la conocí cuatro años atrás era sola una niña que sufría por el abuso de sus compañeras de clase, tuve que ayudarla, después de todo se había vuelto mi familia.
Pero ahora la veo ir de aquí para aya en mi apartamento contoneando su bonito trasero. Me voy a volver loco!
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Soy un cobarde
Stephen.
¡Me voy a volver loco! han pasado dos días desde la discusión con Irina y ella no contesta mis llamadas, ni los mensajes, solo me deja en visto. Se que está bien pues hablé con Amanda y está me confirmó aquello, pero hablar con ella ha sido imposible, ayer fui a los dormitorio de la universidad e intente verla, pero se negó rotundamente a verme. Necesito hablarle, necesito explicarle, que me entienda, mierda no quiero perderla, me hace tanta falta, pero no puedo darle lo que quiere.
Escucho que alguien entra al apartamento y corro, seguro que es ella.
- Irina. - digo y me callo al ver a Amanda y Víctor. - ¿Dónde está Irina? - cuestiono molesto.
- En mi dormitorio - responde Amanda.
- ¿Qué hacen aquí?
- Irina nos envió por sus cosas guapo. - responde el tal Víctor.
¿Sus cosas? Ella piensa irse, así sin más, no eso no puede ser.
- No voy a dejar que saquen nada, ella y yo tenemos que hablar primero.
Ambos fruncen el ceño y se miran entre si.
- Mira guapo, te compórtaste como un idiota, Irina es una gran chica y no hay razón para tenerla escondida, las personas prejuiciosas como tú me caen muy mal. - lo miro enojado y el sacude su mano. - No me mires así guapo, por personas como tú es que muchos de los míos aún no se atreven salir del closet. - comenta. - Te doy un concejo, no compliques más las cosas, deja que saquemos las cosas de Irina, piensa bien que vas hacer y cuando tomes una decisión entonces la buscas.- me dice. - Pero eso sí no demores tanto, quien quita que llegue alguien que... ya sabes ocupe tu lugar. - después de decir eso ambos caminan hacia la habitación de Irina.
¡Mierda!
.................
Una semana ha pasado y no he hablado con Irina, la verdad he dejado de insistir, después de todo Víctor tiene razón en algo, debo de tomar una decisión, debo de pensar bien las cosas, además de eso mañana viajo a San Diego, se supone que íbamos a ir juntos así que seguramente la veré en el aeropuerto.
- Jefe aquí está lo que me pidió - habla mí secretaria.
- Gracias, ¿Jhonatan ya volvio? - pregunto.
- Sí señor, está en su oficina.
- Hágame un favor y dígale que venga. - le oído ella asiente, pero, lo pienso mejor. - O, mejor no, yo ire. Gracias Paula.
- A la orden señor.
Me levanto y salgo de mi oficina, voy rumbo a la de mi amigo, tocó la puerta y escucho un pase, al entrar noto que habla por teléfono, tomo asiento y espero a qué termine la llamada.
Varios segundos después cuelga el teléfono y me mira. - Ahora sí, soy todo tuyo, ¿Cuéntame?
- ¿Quería saber si todo está listo y en orden? - cuestionó.
- Por supuesto que sí, tu vete tranquilo a visitar a tu familia, yo me encargo de todo. - afirma confiado. - ¿Has hablado con ella? -
pregunta.
- No. - respondo fastidiado. - Pero ya tendremos tiempo, no podrá esconderse de mí si vamos a estar en la misma casa. - afirmó y este asiente.
- ¿Estás seguro que irá?
- Por supuesto, ella adora a su madre y a Esteban, nuestro hermano, no va a dejar de verlo.
Bien, entonces amigo te deseo suerte.
- Creo que voy a necesitar más que eso, todavía no se que hacer.
- Más te vale resolverlo rápido, bueno eso sí quieres estar con ella, si no pues, solo olvídalo y ya.
El problema es que si quiero estar con ella, pero no tengo las agallas para decirle al mundo que estoy loco por una chica seis años menor que yo.
...........
Busco con la mirada a Irina y no la encuentro, estoy en el aeropuerto, ya acaban de llamar para que subamos al avión, pero no logro ver a Irina en la fila del chequeo.
¿Será que no va a viajar?
No, eso no puede ser posible, como dije ayer, Irina adora a Alejandra y a Esteban, los extraña mucho, no va a dejar de ir a visitarlos, tal vez cambio el vuelo y ya se fue, o llega más tarde, sí, seguramente eso es...
Horas después estoy frente a la casa de papá y Alejandra. Tocó la puerta y segundos después esta es abierta por mi padre quien tiene al pequeño Esteban en brazos.
- Hijo mío, bienvenido. - saluda en un medio abrazo. - Saluda a tu hermano mayor campeón.
El pequeño solo me sonríe y luego mira a papá.
- Pero pasa hijo. - me adentro al lugar arrastrando mi maleta y caminamos hacia la sala, dónde encuentro a Alejandra quién al verme sonríe y se acerca a mi.
- ¡Oh Stephen qué gusto verte! - dice y me abraza. - Me alegra tanto que tú si hayas podido venir. - comenta y aquello me sorprende.
¿Cómo que yo sí? y ¿Irina dónde está?
- Ay cariño no te angusties más, ya Irina dijo que venía al final de mes. - habla mi padre.
¡Carajo!
- Sí amor lo sé, pero es que yo quería que estuviera aquí, además sabes que me preocupa que la hagan sentir mal en esa casa
¿Dónde esta Irina? ¿A dónde fue?
Trato de disimular mi desconcierto, y espero aquellos hablen y así poder saber más.
- Sus hermanos y la esposa de Leonel siempre la han fastidiado.
¡Se fue a Francia!
- Pero Irina ya no es una niña y ella se sabe defender muy bien, ten por seguro que no se dejará menospreciar de nadie, tranquila cariño, ya la verás en unas semanas. - calma papá a Alejandra y está asiente más tranquila.
- Lo siento Stephen seguramente te estoy agobiando con todo esto.
- No, tranquila, no pasa nada.
- Bueno ve a dejar eso en tu habitación y baja, te voy a preparar algo, debes de estar hambriento.
- Okay, gracias.
Subo rápidamente las escaleras y entro a la habitación que siempre ocupo cuando vengo aquí, dejó la maleta a un lado y me tiró en la cama, me pasó las manos por el rostro y luego saco mi teléfono del bolsillo y llamo por enésima vez a Irina, pero como siempre, salta al buzón de voz.
- Así que decidiste ir a Francia, siento haberte puesto en esta situación, hubiera preferido no venir yo y que lo hicieras tú, sé lo mucho que querías venir y ver a tu mamá y a Esteban - guardó silencio un momento y luego continúo - Perdón por haber sido. No, perdón por ser un cobarde, quiero que sepas que está semana ha sido un infierno sin ti, me haces tanta falta Irina, te... - el pitido que me indica que se me agotó el tiempo suena y la llamada se cuelga.
Un mes sin verla, Solo espero que para ese entonces, podamos arreglar las cosas.