Tu hermano iba a heredar el imperio de tu padre, pero por cosas de la vida te toca a ti. Será que podrás con todo.
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Solo una cena?
Ya habían pasado unos meses desde el último encuentro con Antonio aunque no quería tener nada que ver con el, siempre encontraba la manera de enviarme detalles, mi casa estaba llena de flores ya no había espacio para más. Pero el no entendía eso todos los días sin falta enviaba 5 ramos de diferentes especies, al principio se las devolvía, pero estas llegaban de nuevo a mi hogar, así que deje de hacerlo.
- Señorita Ricci llegaron otros ramos, dónde los colocamos. - Uno de mis empleados entra a mi despacho para avisarme.
- Acomodalos en la parte de atrás del jardín.
- Como ordene. - En ese momento asoma la cabeza Noa.
- Por lo que veo no se rinde contigo, que vas a hacer.
- No lo sé, ya le e dicho varias veces que no me siga enviando flores y la verdad me cansé de devolverselas y que el me las regresará.
- Si, me tocó un par de veces hacer eso y por favor no me lo recuerdes, la última ves casi me pega un tiro.
- Perdón por ponerte en esa situación.
- No hay problema, pero yo venía a otra cosa.
- Que pasa.
- Tenemos noticias de dónde está el papá de Antonio.
- Dónde está.
- Está en Colombia, en cartagena para ser más específico, según mi contacto compro una casa y hay a estado escondiéndose mientras su hijo resuelve y pone la cara con todos los problemas que le dejo.
- Avísale a Duncan dentro de una semana viajamos, va a pagar por lo que hizo y no me impota si Antonio se me viene encima, también lo acabaré si eso pasa.
- Tendremos todo listo Sam, y que vas a hacer con tu enamorado. - Le lanzó un lápiz y el lo esquiva.
- No es mi enamorado.
- Si tú lo dices a y te llegó está carta me la entregó Claudia.
- Gracias y no se te olvide que hoy tenemos que hacer un recorrido por los negocios para verificar el funcionamiento. - El solo me hace una señal militar y se retira.
Reviso el sobre que me entrego, no tiene nada escrito en el sobre, asi que decido abrirlo, dentro hay una carta
"Hola mi princesa, si te llegó está carta es porque yo ya no estoy contigo, la verdad se la di a una persona muy de confianza, se que los dos nos amamos mucho y se que después de mi muerte tu sufrirás, lo único que te pido es que seas feliz y si consigues amar a alguien más está bien por mi, no quiero que estés triste, que entres en depresión, siempre nos amaremos, me hubiera gustado formar una familia bastante grande contigo, quería 5 hijos Pero para mí llegó el fin de mi vida, pero tú todavía puedes seguir adelante, no porque yo aya muerto tienes que frenar tu vida y no conseguir a alguien. Te escribí esta carta porque con mi profesión sabía que algún día podría faltarte pero nunca olvides que Siempre te amare, hasta el fin de los tiempos. Nunca lo olvides. Con todo mi amor Ezequiel."
Al terminar de leerla mis manos temblaban, el sabía que no iba a volver, pero no entiendo porque me la enviaron después de tanto tiempo.
Antes de que pudiera arrugar el sobre, salió a volar una nota.
"Perdón por la demora, no sabía que el había fallecido hace tanto tiempo, estaba alejado de toda la tecnología."
El amor de mi vida, me había escrito una última carta, una en la que me decía que fuera feliz que no importa si fuera con el o no. Esas palabras me las dijo el día en que murió en mis brazos.
Guarde la carta en mi escritorio. Me sentía feliz. Lágrimas ya no me quedaban, el odio lo tenía a flor de piel pero esas palabras me llenaban de alegría de alguna forma.
Después de ese día Antonio siguio enviando las flores pero, hoy fue especial me encontraba en el casino y me llegó hay un ramo de rosas blancas eran hermosas, pero está traía una nota.
"paso por ti a las 8 para cenar, y ponte lo que te envié" a los dos minutos llegó una caja con un listón negro, al abrirla me di cuenta que era un juego de lencería de color negro con rojo era en encaje, bastante llamativo.
Me quedé pensando durante el resto del día si debía ponermelo y pues acepte. Tenía ropa de cambio en el casino así que me la coloque y encima me puse un vestido rojo ceñido al cuerpo. Cuando me estaba terminando de arreglar alguien llamo a la puerta.
- Adelante. - Lo dije sin mirar quien era.
- Ese vestido te queda perfecto - Me quedé sin aliento, cuando gire Antonio estaba hay en el marco de la puerta, se veía muy bien.
- Gracias, me gusta siempre andar bien vestida.
- Me gusta escuchar eso. Pero sin que suene mal nos vamos la reservación es pronto.
- Claro. - Me extendió la mano para que yo la cogiera Y así lo hice, Nos subimos a su auto el camino al restaurante fue tranquilo, a pesar de que no conversábamos ese silencio no era incómodo, era de lo más relajante.
Cuando llegamos al restaurante, todos se quedaron viendo a Antonio y a mi.
- Nunca te habían visto con una mujer.
- No desde que me dejaron viudo.
- Lo siento, debió ser muy buena tu mujer y muy mala la persona que la mato, aunque según mis fuentes ustedes no tenían una muy buena relación.
- La verdad me alegra mucho que ya no esté conmigo, si no la hubieran matado me habría divorciado.
- No eras feliz en tu matrimonio, a mi me parecía que si lo era. - Porque soy así.
- Deja de decir eso Sam tú sabes muy bien que no era así. - No le quise responder no tenía ganas de pelear con nadie.
Nos sentamos en la mesa y pedimos de beber vino, hablamos de muchas cosas, pero tratamos de que los temas de negocios de nuestras familias no se tocará. La cena estuvo deliciosa antes de levantarme Antonio movió su silla junto a la mía.
- Samantha ha querido hacer esto desde que te vi en tu oficina.
Se inclina y me besa, un poco en shock no respondo de inmediato, pero después de unos segundos profundizó el beso. Sus manos se pierden en mi cintura y mis brazos rodean el cuello de él, después de unos minutos nos separamos y estamos sin aliento.
- Sam por favor ven conmigo, a mi apartamento.
Pienso un momento y luego asiento. En su mirada se veía un destello de pasión desenfrenada. Nos levantamos y el me lleva a su auto rumbó a su apartamento. "Mucha perra yo".