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No Soy La Villana

No Soy La Villana

Status: En proceso
Genre:Romance / Autosuperación / Matrimonio arreglado / Villana / Reencarnación(época moderna) / Romance oscuro
Popularitas:4.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Tania Uribe

Nací dentro de una familia con bastante poder y recursos que por culpa mía, terminaron por perderse o cediendo a otros.

Terminé en la cárcel por fraude e intento de asesinato, extorsión y amenaza premeditado hacia la única persona que creyó en mí. Sola en mi celda pagando por mis pecados y errores, en plena oscuridad y un silencio mortal e incesante, sentí una punzada en el abdomen y la sensación de que me había mojado la camiseta, pronto percibí el olor de la sangre y pese a lo oscuro que estaba vi a través de los rayos de la luz de la luna llena que entraban por los barrotes de la ventana que daba afuera, la sangre que brotaba de mi interior, mis manos se mancharon de sangre enseguida y en ese momento de desesperación una voz retumbó en las paredes de mi celda.
"Tu destino será morir a menos de que cambies tu rumbo..."

Rogué y supliqué por cambiarlo y luego de eso la oscuridad invadió mi campo visual y supe que había llegado mi hora.

NovelToon tiene autorización de Tania Uribe para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 5: El Anillo y la Máscara...

AILA

El cielo de Ciudad Amatista siempre me pareció más alto que cualquier otro lugar del mundo, como si incluso el firmamento se viese obligado a inclinarse ante su poder y belleza. Las torres brillaban con luz propia, y las calles estaban limpias reflejaban en ellas los pensamientos. Aun así, yo no me sentía parte de ese mundo, por más que lo conociera como la palma de mi mano.

Conduje por la avenida central con el corazón encogido. Mi mamá me esperaba en la Casa Mistral para seleccionar mi vestido de novia. Estaba a punto de dar un paso hacia la vida que no había querido en el pasado, pero esta vez debía de aceptar. El deber, me repetía, el destino de ambos debía cambiar. El destino...

Cada sombra del pasado me era un recordatorio constante de ello. Entonces divisé a lo lejos una figura masculina. Cuando me acerqué más me di cuenta de que era él...

Estaba ahí, de pie junto al antiguo reloj de la estación, era como si el tiempo mismo se hubiese detenido para esperarlo. El Duque de Hess...

O más bien conocido como la Bestia de Hess...

Su figura era tan imponente como lo recordaba. El cabello oscuro le caía con descuido sobre los hombros, ocultando en parte la máscara plateada que cubría la mitad de su rostro. Esa máscara... me hacía aún sentir curiosidad, ver qué había debajo de ella, conocer al hombre que se escondía bajo de esa máscara. No sentía miedo, sino más bien el dolor que él escondía usando esa máscara. Sus ojos, de un azul profundo como una noche de alta mar, me atravesaron como cuchillas.

Detuve el auto sin pensarlo y bajé.

—Duque de Hess...— Dije con la voz firme.

Él giró levemente el rostro, lo suficiente para mirarme, pero no lo suficiente como para permitirme estar cerca. Entonces, con un gesto breve, sacó algo de su abrigo. Un estuche de terciopelo.

Lo abrió. Dentro había una argolla plateada con un zafiro en el centro brilló como un ojo que ve todo.

El anillo de compromiso...

—Tómalo. No tengo tiempo para protocolos—. Dijo con esa voz grave que sonaba como un eco de tormentas lejanas. Me era un poco extraño e intrigante que él me hablara de ese modo, en el evento de recaudación de fondos de la familia Württemberg, él no se mostró de ese modo hacia conmigo.

El anillo era muy hermoso. Por un momento, mi reflejo en el zafiro me mostró a una mujer que ya no era la misma de antes. La Aila que conoció el odio, el rencor y la venganza. La que antes fue cruel y desagradable con él en el pasado. La que ahora... había vuelto a nacer.

—Gracias...—Murmuré, por un instante pensé que había algo en sus ojos. No lo cuestioné y ni mucho menos lo

Pronto su rostro se endureció.

—No lo agradezcas. No es un favor. Me casaré contigo, claro. Pero no creas que por eso voy a confiar en ti.

Cada palabra suya fue una apuñalada. Apreté el puño. Claro que no olvidaba. Muchos menos yo.

Había sido cruel y despiadada con mucha gente incluyendo a Alicia, su verdadero amor. Pero yo ya no era la misma del pasado, ya no. Trabajaba para cambiar eso.

—No soy la misma de antes, Duque Hess...—Repliqué, dando un paso atrás—. Doy lo mejor de mí tratando de mejorar, de ser mejor persona de lo que fui en el pasado y me disculpo por las dos ocasiones en las que fui grosera y déspota. Sin embargo... no voy a permitir que me falte el respeto, porque esta vez...he sido cortés y educada, pero... ya decidiste juzgarme por lo que fui... y no por lo que hago ahora... entonces quizás merezcas estar solo.

Me giré sin esperar una respuesta. Subí al auto, con el corazón latiendo con fuerza, estaba al borde del llanto. No podía romper el compromiso. El destino de ambos estaba entrelazado, y si rompía ese hilo... sería el fin.

Pero esa tarde, mientras la ciudad más avanzaba del mundo seguía girando bajo un cielo de amatista, yo supe algo con claridad: cambiar mi destino sería más complicado de lo que tenía previsto.

Y salvarlo a él... podría significar que también me salvaría a mí.

...****************...

Conduje llorando gran parte del trayecto, en silencio por el estrecho camino de cipreses, que llevaba hasta la Casa Mistral. El motor del auto apenas murmuraba, pero mi corazón palpitaba con fuerza bajo mi pecho, como si quisiera anunciar al mundo que estaba rota.

Al estacionar frente al portón de hierro forjado, me tomé un momento para mirarme en el espejo retrovisor. Mis ojos estaban enrojecidos delatando que había llorado en el camino. Respiré hondo, con fuerza, como si eso fuera suficiente para tragarme la pena, para fingir que nada me dolía. Sin embargo... me dolía y no podía evitarlo.

Debía de hacerlo. No podía permitirme que mi Madre viera el temblor en mis labios, la tristeza tatuada en mi mirada. No, hoy no, sobre todo cuando todo debía girar en torno a mi vestido blanco que colgaba esperando en el salón de costura.

Sequé mis mejillas con el dorso de mi mano, arreglé mi cabello con los dedos temblorosos e inseguros, bajé del auto con una elegancia que no sentía. Caminé hasta la entrada, paso a paso, como si cada paso que daba fuera una batalla contra las palabras del Duque de Hess, las que aún ardían en mi memoria como si se hubiesen grabado con fuego:

"No lo agradezcas. No es un favor. Me casaré contigo, claro. Pero no creas que por eso voy a confiar en ti."

Al ver ese anillo. Ese anillo... El zafiro tenía un brillo frío, cruel y distante, como él.

Sabía que había cometido errores. Tantos. La mayoría imperdonables. Pero nadie parecía ver cuánto me esforzaba, cuánto luchaba por cada día por no repetirlos.

Me reconstruía en silencio, pieza por pieza, aunque había quienes me rodeaban creían que todo lo que hacía era una farsa. Y que también lo era yo.

—Aila—La voz de mi Madre me recibió emocionada al abrir la puerta, como un abrazo cálido que no sabía sí realmente lo merecía.

Sonríe, ocultando mi tristeza e impotencia, lo cual era ensayado, y entré a Casa Mistral. El aroma a lavanda y madera encerada me envolvieron al instante, pero no consigo que borrar el sabor amargo de la despedida.

Elegiría mi vestido de novia, aunque mi corazón estuviera aún en el pasado.

Aunque me doliera.

Miré tantas opciones, había vestidos muy bellos y elegantes, pero en ese instante quería gritar, quería llorar y decir: "basta, no me voy a casar". Sin embargo, no podía decir eso, no solo por el compromiso y obligación que tenía con mi familia, sino también porque debía de cambiar el destino de Einar y el mío, sobre todo el de él.

Al final elegí un vestido liso con escote redondo, y la falda en corte 'A', ajustado de la cintura y sencillo, sobre todo.

Mi madre estaba algo desconcertada al verme con un vestido tan sencillo, sin embargo, le hice ver que solo era una boda que sería celebrada en un juzgado, debido a que esa fue una de las condiciones que estableció el Duque de Hess.

Ella guardó silencio insatisfecha, pero no dijo más nada. Regresé al probador y me quité el vestido, me puse mi ropa y me fui a trabajar luego de que pagué por el maldito vestido, rogando a dios porque mi decisión de casarme no fuera un error.

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💞YeniLu💞
Era toda una villana en su otra vida 😭😭
💞YeniLu💞
Se lee interesante. Espero que no sea cliché como todas las demás. /Smile/
Teresa Perez
excelente día gracias por más capítulos
Tania Uribe: De nada /Good/
total 1 replies
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