La seducción femenina es un arte que he dominado con gracia y precisión. Mi nombre es Ela West, y soy una mujer que inspira deseo y envidia en igual medida. Mi belleza es mi arma más poderosa, y la uso con sabiduría.
Mi vida estaba siendo perfecta, hasta el momento en que el socio de mi padre decide jubilarse y dejar en su lugar a su hijo mayor, quien me hizo la vida imposible siendo una niña, ahora es mi momento de hacerle la vida imposible a él.
Pero no esperaba que mis sentimientos por él volvieran a arder con tanta intensidad. Pensé que había logrado apagar las llamas de la pasión y el amor, pero parece que solo estaban dormidas, esperando el momento adecuado para renacer de las cenizas.
La memoria de nuestros momentos juntos comenzó a regresar, y con ella, el dolor y la nostalgia. La llama del amor que creí extinguida volvió a encenderse, y ahora me encuentro en una encrucijada. ¿Podremos estar juntos esta vez?
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Una declaración
—Yo se los pedí— dije dándole un suspiro agotador. —Yo les pedí que me ayudaran a hacer este viaje, Y qué te dijera porque sabía que si yo te decía que me acompañaras, te negarias— se dio la vuelta para irse. —Pero no todo sale como se planea, pensé que podría ganarme tu corazón estando aquí, que podría reconquistarte o hacer lo que fuera necesario para que al menos me dieras la oportunidad de poder hablar contigo tranquilamente. Pero ahora veo la realidad, y veo que por más que me esfuerce esto no irá a ningún lado, tú te empeñas de mostrarme lo que sucedió entre nosotros no significó nada para ti— se voltea para mirarme. —Y es que si tan solo me dieras una pequeña oportunidad tan solo una, entenderías a qué punto quiero llegar, pero tienes que arruinarlo todo siento tan terca y testaruda, que no te basta con eso sino contraer todo tu odio y rencor hacia mí, y todo eso lo haces para que nadie ni tú misma pueda ver tus verdaderos sentimientos— Volví a dejar el aire pesado que me inundaba. —Se que todo comenzó porque me fui, lo sé y te lo reconozco, hice mal en irme sin decirte nada. Pero no me culpes por haberte hablado de mi amor por ti años atrás. Me fui por esa misma razón, obligado por tu indiferencia, no quería estar cerca de la mujer que me gustaba y quería si ella no sentía lo mismo por mí. Me fui porque no quería tampoco ser tan egoísta y frenar tus sueños al pedirte algo que no aceptarías. Ambos deseamos cosas diferentes, aunque nuestros corazones anhelaban estar juntos, O al menos el mío sí. Ahora comprendí que hace tantos años no podemos estar juntos quizás porque el destino nos tenía preparado otros caminos y otras personas, pero en ese transcurso del tiempo entendí que si eras para mí volverías y que si yo era para ti te buscaría, desde que llegué esos sentimientos que creía extintos se encendieron al verte de una manera mucho más fuerte que aquella vez cuando te dejé. Siempre te tuve mis pensamientos, desde que llegué No he hecho otra cosa que buscarte, me encantas y me vuelves loco. Estoy muy enamorado de ti, pero me cansé de estar detrás de una mujer que solo siente odio por mí y no ha sido capaz en todos estos años te dejaré el pasado en el olvido y empezar de cero.—
En vista de que se mantuvo en completo silencio por largos segundos, comprendí todo.
Le entregué la llave de la habitación y me di media vuelta.
—¿A donde crees que vas Dante?—
—Buscare otro hotel donde quedarme—
—Pero no es necesario otro hotel—
—Si lo es, así estarás más tranquila lejos de mi presencia—
Sin esperar a su respuesta y a esa tortura que su silencio me estaba dando seguí mi camino hasta salir del hotel, sintiendo a cada paso una punzada dolorosa en mi pecho.
Había sido totalmente sincero, le dije todo lo que había reprimido por tantos años.
»Me le declaré, Joder«
¿Y qué hizo ella?
Nada. Totalmente nada.
Puedo quererla y amarla con mi vida, pero confesarle lo que siento no vale de nada si mis sentimientos no son correspondidos por ella.
POV ELA.
No sé en qué momento mi vida dio este giro tan abrupto.
Dante llegó y su presencia trajo consigo un manojo de colores, enredos y emociones que me tienen con el alma en vilo, y sin poder tener calma alguna. Tiene mi tiempo y mis días pintandolos, y alterandolos sin sentido alguno.
¿Por qué debo sentir tanto y nada a la vez?
¿Por qué una parte de mí quiere tener conmigo y otra desearía nunca más volverlo a ver?
No sé qué me sucede, mi mente y mi corazón no se encuentran en sincronía.
Estoy acaparada sin rumbo. Me encuentro en una encrucijada, con la cabeza echa un lío, mientras el corazón anhela una cosa y mi mente otra.
Sentí explotar cuando me dijo todo eso, apenas tuve un momento para procesarlo, todas esas cosas alteraron el latido de mi corazón, ese corazón que solo sabe latir por él. No me dio la oportunidad de salir de mi asombro, si no hasta que no hubo rastro de él frente a mí.
Otra noche más y empiezo acostumbrarme a no poder conciliar el sueño por él. Tuve en mi mente la suave textura de sus labios y esas palabras que me hacen estremecer cada vez que se repiten en mi cabeza como si se tratase de un disco que se rayó.
No me hallaba en esa cama debido a que él decidió atacarme sin vida alguna hasta robar todos mis sentidos.
Me siento fatal por no haber dormido, tengo unas bolsas negras bajo los ojos en señal de insomnio.
Pero debo cumplir con mi deber en el trabajo, después de todo para eso vinimos.
No dejo de preocuparme y preguntarme dónde pasó la noche. ¿Será que logro dormir?. Cuando caí en cuenta de todo no tuve tiempo de detenerlo, más cuando la reservación estaba hecha para los dos y la habitación que mi padre y su padre, pidieron un apartamento tan grande que cada uno podría descansar tranquilamente sin vernos.
Mi cabeza ahora se estaba matando por encontrar las palabras que tendría que decirle a Dante en cuanto me lo encontrara, y es que tan solo pensar que voy a estar frente a él después de todo lo que me dijo, mi corazón se vuelve a salir de sus cabales y los nervios flotan en mí.
También quisiera decirle todo lo que siento, que así como lo odio no lo soporto, así lo amo y lo sigo queriendo como antes incluso mucho más, pero el mal sentimiento es el que pasa por encima de todo lo bueno, echando a perder por completo lo que podría ser.
En medio de esta batalla entre mi corazón y mi mente mis pensamientos y mi razón mis nervios y mi rabia, mi teléfono sonó.
Lo tomé con nervios al ver que se trataba de un mensaje de Dante.
—No hay necesidad de que vengas a la compañía en este momento, a las dos es la reunión con los ejecutivos—
Fue un mensaje tan corto, formal y seco. No tuve intención de responder porque yo podía estar en la compañía si así lo quisiera, pero la distancia y La indiferencia se veían reflejadas en el escueto mensaje que me envió.
Mi mañana transcurrió entre mis propias batallas, ya no sabía que más hacer para tranquilizarme. Incluso salí al balcón a que la brisa fresca se llevara todo lo que tenía en la mente y el corazón mientras observaba la inmensidad del mar, pero ni así podía encontrar la calma en mi. Solo podía seguir pensando en esas palabras que me soltó así, sin al menos darme una anestesia.
Esas palabras fueron cenizas que suponían extintas, esas removieron volviéndose a encender con una gran llama que me abrumó.
Me aliste antes y tan pronto como la manija de mi pulsera marcó la una de la tarde, llamé un taxi y me dirigí a la compañía. Ya no podía resistir un segundo más. Necesitaba buscarlo y hablar con él para aclarar toda esta situación, necesitaba dejar de vivir en la zozobra, y en la incertidumbre que está está ansiedad despertó en mí desde que él regresó.
Mis sentimientos por él aún siguen intactos y puedo confesar que no he parado de imaginar cosas hermosas y maravillosas a su lado, pero también me inunda esa herida que abrió en el pasado.
