Kairos y Alessia , el primer amor de cada uno, Separados por una promesa de matrimonio. Zahraea, la esposa de Kairos tienen un accidente junto con él por una rabieta de celos de su primer amor. Después del accidente , Kairo puede leer todos los pensamientos de su esposa Zahraea, y Kairos decide no mencionar el divorcio nunca más, pero Zahraea no está de acuerdo con Kairos.
NovelToon tiene autorización de Anawin para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
LP- LOST ON YOU
En un bar famoso donde se servían comidas de calidad y de diferente gusto para satisfacer el paladar de los extranjeros, África la dueña, era la mejor amiga secreta de Zahraea.
África no solo era fuerte y atlética por su historial con el boxeo, sino que su aura de confianza era inquebrantable. Vestía como un hombre a pesar de que vivía obsesionada con los hombres de abdomen marcado, casi siempre vestía con su camisa blanca arremangada, pantalones de traje y botas de cuero gastadas, como si pudiera irse de aquí directo a ganar una pelea en el ring.
Los clientes del bar la respetaban. Nadie se atrevía a meterse con África. Era una leyenda en el mundo del boxeo, pero para Zahraea siempre sería su amiga de la infancia.
África era el tipo de persona que destacaba en cualquier habitación. Su piel, sin embargo, siempre generaba confusión. África era blanca, piel clara, ojos claro, pero sus padres eran afrodescendientes.
Durante años, la gente dudó de su parentesco , algunos insinuando que debía ser adoptada o que su madre había sido infiel. Pero África sabía la verdad. Era fruto de la diversidad genética.
Su familia tenía una rica mezcla de ascendencia africana, europea y caribeña, y aunque sus padres eran de piel oscura, en su ADN aún existían genes recesivos que podían manifestarse en futuras generaciones.
África lo explicaba con calma cuando alguien se atrevía a preguntarle, aunque la mayoría de las veces prefería simplemente demostrar con sus puños que su fuerza venía directamente de su linaje.
En el salón principal, ella tenía una foto grande con sus padres, su piel era diferente a los de su padre, pero su parentesco era muy parecido a su madre, la madre de África era modelo en su país de origen, de las pocas bellezas que han existido en mujeres de color, y África se veía igual a ella , con otro color de piel, ojos y cabello.
Mientras tanto la música vibraba en el aire, acompañada de los aplausos del público que se reunía cada noche en el bar de África. "Lost on You" de LP resonaba con su tono melancólico y poderoso, mientras Zahraea y África se movían con una sincronía casi hipnótica sobre el escenario.
África llevaba su habitual atuendo masculino: pantalones anchos, una camisa holgada y un chaleco de cuero. Su cabello rubio estaba recogido en una coleta baja, y su postura, llena de confianza, contrastaba con la feminidad elegante que Zahraea trataba de disimular con su disfraz. Lentes de contacto de un azul intenso, una peluca negra azabache con copete estilo egipcio y ropa sencilla, diferente al glamour que solía rodearla. Aquí, ella no era Zahraea, la esposa de Kairos. Era solo una bailarina más, libre de las cadenas de su apellido y su matrimonio.
África la sostuvo por la cintura mientras giraban en un último movimiento de la coreografía. La música descendió hasta su último acorde y el bar estalló en vítores. Zahraea respiraba con dificultad, con el corazón latiendo a toda velocidad, no solo por el esfuerzo del baile, sino por la euforia de sentirse completamente viva.
— África: Siempre te luces, estrella —murmuró con una sonrisa, guiñándole un ojo.
Zahraea soltó una risa y bajó la cabeza, aún sintiendo la adrenalina recorriendo su cuerpo. Se inclinó en una pequeña reverencia junto a África antes de dirigirse hacia la escalinata para descender del escenario.
Pero al dar el primer paso, su tacón resbaló con un charco de cerveza derramada en el borde del escenario.
El mundo pareció moverse en cámara lenta. Su cuerpo perdió el equilibrio y, en un instante, estaba cayendo. Cerró los ojos, lista para sentir el impacto contra el suelo, pero en lugar de eso, unos brazos fuertes la atraparon con precisión.
Abrió los ojos de golpe y lo primero que vio fueron unos rasgos finos y perfectamente esculpidos. Un hombre de belleza asiática, con ojos oscuros e intensos y una mandíbula marcada, la sostenía con facilidad. Sus labios estaban curvados en una leve sonrisa, y su cabello oscuro caía suavemente sobre su frente.
Por un momento, Zahraea olvidó dónde estaba.
—¿Estás bien? —su voz era profunda y con un acento extranjero, probablemente coreano o japonés.
Los murmullos y silbidos del público hicieron que Zahraea recuperara la compostura. Se apartó con rapidez, sintiendo el calor subirle al rostro.
—Zahraea: Sí, gracias —dijo en un tono firme, pero sin la seguridad habitual en ella.
Él inclinó levemente la cabeza, con una expresión divertida —Bailas bien. Pero aterrizas mal.
África, que había bajado tras ella, se cruzó de brazos con una sonrisa burlona —Eso es porque siempre la atrapan antes de que toque el suelo.
El hombre soltó una risa baja y Zahraea se sintió aún más incómoda.
— África: ¿Tienes nombre, salvador de caídas? —preguntó con un tono divertido.
Él dirigió su mirada hacia Zahraea, ignorando deliberadamente la pregunta de África —Nos volveremos a ver —dijo con una seguridad que la desconcertó.
Y sin decir más, se giró y desapareció entre la multitud. Zahraea se quedó allí, con la respiración contenida, mientras África soltaba una carcajada y le daba un codazo.
—África: Ese tipo tiene estilo —Pero Zahraea no podía concentrarse en eso.
Zahraea se quedó quieta, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. Ese hombre le resultaba inquietantemente familiar.
África la observó con una ceja arqueada —¿Lo conoces?
Zahraea negó con la cabeza lentamente, aunque su mente iba a toda velocidad. No podía recordar exactamente de dónde, pero ese rostro no le era extraño.
Justo cuando intentaba calmar sus pensamientos, su teléfono vibró dentro del bolsillo de su chaqueta. Lo sacó y leyó el mensaje en la pantalla. Era de su asistente personal.
"El socio de Corea del Sur ha llegado a la ciudad. La reunión con él es en dos días, su nombre es :Kwan Min-ho."
Sus ojos se abrieron con sorpresa.
¿Kwan Min-ho? .El hombre que acababa de sostenerla en sus brazos, ¿era el mismo con quien Kairos estaba tratando de cerrar un importante acuerdo comercial?
Zahraea sintió un hormigueo en el estómago.
Él no sabía quién era ella.
Min-ho estaba en ese bar porque, además de ser un empresario influyente, tenía una agencia de entretenimiento en Corea del Sur. Se decía que era un experto en descubrir talento en los lugares más inesperados.
¿Había estado observándola?
—África: Bueno, estrella, parece que alguien se ha interesado en ti —bromeó ella, dandole una caricia con cuidado y cariño en su peluca bien puesta —. No todos los días un coreano de infarto te pesca en el aire como en una maldita película.