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DESTRUYEME

DESTRUYEME

Status: En proceso
Genre:Posesivo / Dominación / Traiciones y engaños / Amor-odio / BDSM / Enfermizo
Popularitas:3.5k
Nilai: 5
nombre de autor: DayMarJ

Sinopsis de Destrúyeme

Lucas Santori es un hombre marcado por el odio, moldeado por un pasado donde el dolor y la traición fueron sus únicos compañeros. Valeria Montalbán, una mujer igual de rota, encuentra en él un reflejo de su propia oscuridad. Unidos por una atracción enfermiza, su relación se convierte en un campo de batalla entre el amor y el deseo de destrucción. Juntos, navegan por un abismo de crímenes, secretos y obsesiones, donde la línea entre víctima y verdugo se desdibuja. En su mundo, amar significa destruir y ser destruido.

NovelToon tiene autorización de DayMarJ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 21

...Valeria....

Bajo del escenario con la cabeza en alto, dedicando un leve gesto de agradecimiento a los presentes.

—Bien hecho, Val —murmura el decano, acercándose más de lo necesario antes de rodearme con un abrazo que no esperaba.

Su aliento roza mi oído cuando susurra, con una voz cargada de un deseo apenas contenido:

—No tienes idea de lo sensual que te ves hoy.

Le devuelvo una sonrisa coqueta mientras lo observo marcharse con los demás profesores, sintiendo todavía la sombra de su aliento en mi oído.

—¿Como si follarte a medio campus no fuera suficiente? ¿Ahora también vas por el decano?

La voz de Tara Robles me eriza la piel, pero no por miedo, sino por el asco que me provoca. Nunca ha ocultado su desprecio hacia mí. Supongo que no ser una mojigata reprimida como ella la hace odiarme.

—Esto no te incumbe, Tara —le espeto con desdén, sin molestarme en disimular mi hastío.

—Mira que hasta las prostitutas tienen códigos y algo de decencia, pero tú… ni lo uno ni lo otro.

Suelto una carcajada mordaz, dejando que la burla impregne cada nota de mi risa. Luego la recorro con la mirada, de arriba abajo, como si fuera poco más que una sombra insignificante en mi camino.

-¿Qué es lo que realmente te jode? ¿Que tenga todo lo que tú jamás podrás alcanzar o que nadie te folle ni por lástima?

Ella se abalanza hacia mí, pero Zack se interpone en un movimiento rápido, su mirada afilada y gélida, la misma que reserva para los peores delincuentes.

—Ni lo intentes —murmura con un tono que no deja lugar a dudas.

Tara se detiene en seco, sus labios crispados de rabia, pero no es estúpida. Me lanza una última mirada llena de veneno antes de girarse y marcharse, su orgullo herido goteando con cada paso que da.

Zack me toma de la mano sin previo aviso y me arrastra lejos de la multitud, apartándome con una calma calculada, pero con la misma determinación de siempre. No hay prisa en sus pasos, pero tampoco titubeo.

Mientras caminamos, una punzada de reconocimiento me atraviesa. Fue él quien me recogió aquella madrugada, quien me vio en mi peor momento cuando salí de casa de Santori hecha pedazos. Recordarlo me hace verlo de una manera distinta, con una mezcla de gratitud y algo más difícil de nombrar.

Le conté solo una parte de lo que ocurrió entre Santori y yo. No preguntó, no insistió, como si el resto no le importara. Y, sin embargo, aquí sigue, buscándome, queriéndome para él.

Zack Daniels es el tipo de hombre que cualquier mujer desearía. Atractivo, encantador, con esa dulzura innata que contrasta con su porte imponente. Su cabello castaño y ligeramente ondulado le da un aire despreocupado, mientras que sus ojos marrón claro parecen capaces de hipnotizar a cualquiera.

Pero lo que realmente roba la atención es su cuerpo esculpido y ese maldito tatuaje en el cuello, un detalle que le da el toque de peligro exacto para hacerlo irresistible. Cualquiera que lo viera sin uniforme apostaría a que es un mafioso y no un policía. Tal vez por eso siempre se ha sentido más cómodo en la línea delgada que separa la ley del caos.

Es el hombre perfecto para cualquier mujer… pero para mí, es solo eso: un hombre. Uno atractivo, sí, con el que follar resulta tentador, pero nada más. No hay ese fuego abrasador, esa locura que me haga perder la cabeza. Después de tenerlo, simplemente se vuelve… normal. Nunca logró llegar más allá, nunca consiguió dejar una marca en mí.

—Valeria… Williams quiere que trabajes para él —suelta de repente, obligándome a detenerme en seco.

—Maldito gilipollas —murmuro con desdén—. ¿Se dio cuenta al fin de que es un inútil y decidió buscar ayuda?

Zack suelta una carcajada gutural, profunda, de esas que harían temblar las piernas de cualquier mujer. Pero a mí no me provoca ni el más mínimo cosquilleo.

—Eres imposible —murmura, su voz cargada de frustración—. ¿Tienes idea de cómo me tienes, Valeria? Me gustas… demasiado.

Sus manos cálidas enmarcan mi rostro, acercándose peligrosamente. Sus labios están a un suspiro de los míos, pero antes de que se fundan en un beso, mi mirada se desliza más allá de él… y lo veo.

Santori.

De pie a lo lejos, con su porte imponente y esa expresión inescrutable que tanto odio… y deseo. Nos observa. Sin mover un solo músculo. Sin reaccionar. Como si nada de esto le importara. Como si yo no le importara.

Dejo que su boca se funda con la mía, y le correspondo sin reservas. Su lengua se desliza con destreza, explorando cada rincón, marcando su territorio con una seguridad que debería hacerme sentir algo más… pero no lo hace.

Mis brazos se enredan en su cuello, atrayéndolo más. Como dije, Zack es malditamente atractivo y sexy. Y, joder, besa demasiado bien.

Pero incluso mientras lo beso, puedo sentirlo. Esa mirada. Fría. Intensa. Abrasadora.

Santori sigue ahí. Observando.

Mi rostro se separa del suyo con un jadeo entrecortado. El beso de Zack aún arde en mis labios, pero no es suficiente. No consigue apagar el incendio que realmente me consume.

Intento convencerme de que fue un acto de desafío, de independencia, de demostrar que Santori ya no tiene ningún poder sobre mí. Un intento desesperado de mi mente por gritarle a mi corazón que ya no hay nada de él en mí.

Pero entonces alzo la mirada y lo veo.

Santori sigue ahí, impasible, con esa maldita expresión de superioridad, como si todo esto fuera un espectáculo montado exclusivamente para él. Como si ya supiera que, por más que me esfuerce, nunca podré arrancarlo de mi piel.

Se acerca con esa maldita calma que me saca de quicio. No hay furia evidente en sus gestos, pero tampoco la necesita. Su mirada lo dice todo: una mezcla de burla y algo más oscuro, algo que se aferra a mi piel como un veneno lento.

Cada paso que da me tensa más, pero me niego a ceder. No voy a retroceder. No voy a darle la satisfacción de ver que su sola presencia sigue afectándome.

—¿Terminaste? —su voz es un veneno suave, goteando desdén.

Mi cuerpo se tensa. No porque me intimide, sino porque me niego a admitir que una parte de mí sigue esperándolo.

Mi cuerpo lo reconoce antes que mi mente. La piel se me eriza, el aire se vuelve más pesado, como si su mera existencia desplazara todo lo demás a su alrededor.

—¿Así es como lidias con la frustración, Montalbán? —su voz baja, con esa cadencia perezosa que me hace querer arrancarle las palabras de la boca—. Dejando que cualquiera te bese para intentar olvidarme.

Un golpe certero, justo donde duele. Mi mandíbula se tensa, mis uñas se clavan en las palmas. No le voy a dar la satisfacción de verme tambalear. No otra vez.

Levanto el mentón y le sostengo la mirada, desafiándolo sin necesidad de palabras. Que lea lo que quiera en mis ojos: rabia, rencor, deseo.

Zack apenas se aparta después del beso, su mano sigue en mi cintura, reclamándome de una forma silenciosa. Su mirada desafiante se encuentra con la de Santori, quien nos observa con una calma inquietante. No hay rabia evidente en su rostro, pero la tensión en su mandíbula lo delata.

—¿Te molesta la vista, Santori? —suelta Zack con una sonrisa burlona—. Te acostumbrarás.

Santori no se inmuta. Solo ladea la cabeza con esa maldita arrogancia que me desquicia y me fascina a partes iguales.

—Dudo que haya algo aquí de lo que deba preocuparme —responde con una tranquilidad peligrosa, su mirada oscureciéndose cuando se posa en mí—. Pero me divierte verte tan desesperado, detective.

Zack aprieta la mandíbula y parece dispuesto a responder, pero Santori no le da la oportunidad. Da un paso más cerca, ignorándolo por completo y enfocándose en mí.

—Ya has jugado suficiente, Montalbán —su voz es baja, un roce de acero y fuego—. Sabes que esto no te llena. Dile a tu repuesto de juguete que ya tienes dueño.

Me estremezco, odiando lo mucho que esas palabras me afectan. Y lo peor es que tiene razón.

Santori no se mueve de su sitio, pero su presencia se siente como una sombra envolvente, amenazante. Su mirada va de Zack a mí, como si analizara una escena que no le gusta en absoluto. Y es obvio que no le gusta.

—¿Desde cuándo te prestas para esto, Valeria? —su voz es un susurro peligroso, cargado de burla y desprecio—. ¿Te conformas con cualquier imbécil que te ofrezca una palmada en la espalda?

Zack endurece el gesto, dando un paso adelante.

—Ten más cuidado con lo que dices.

—¿O qué? —Santori sonríe con burla, ni siquiera mirándolo—. ¿Vas a darme un discurso de moralidad? ¿O prefieres creer que puedes quitarme lo que es solo mio?

Suelto una carcajada amarga, aunque la rabia me arde en el pecho.

—No soy tuya, Santori. Jamás lo fui.

Él ladea la cabeza, como si mis palabras fueran una ocurrencia divertida.

—No seas ridícula —murmura, acercándose más—. ¿O ya olvidaste cómo te ponías cuando yo te tocaba? ¿Quieres que él lo descubra? ¿O prefieres seguir pretendiendo que con un par de besitos de este imbécil, puedes borrarme? Eres mi perra y yo tu dueño. Jamás podrás cambiar eso.

La humillación se mezcla con la furia, y antes de que pueda responder, Zack interviene.

—Si crees que puedes hablarle así y salir impune, estás más enfermo de lo que pensaba.

—¿Ah, sí? —Santori finalmente le presta atención, su mirada oscura y burlona—. Qué valiente. Pero dime algo, policía… ¿realmente crees que tienes derecho a opinar? Porque, a diferencia de ti, yo no necesito convencerla de nada. Ella sabe perfectamente que tengo razón.

Zack esboza una sonrisa ladeada, provocadora, y con un tono calculadamente letal suelta:

—Debe doler ¿no? saber que, después de probarte, fue a buscar algo mejor en mi cama- Santori intenta mantener su fachada imperturbable, pero su cuerpo lo traiciona en pequeños detalles que escapan a su control.

Zack por su parte lo mira de arriba abajo con la condescendencia de quien ya ganó la partida.

—Debe ser una mierda darte cuenta de que no eras tan imprescindible como creías. Que todo ese teatro de hombre intocable no sirvió de nada, porque al final, Valeria terminó gimiendo bajo otro. Y lo mejor de todo… —Se inclina un poco hacia él, disfrutando cada palabra— es que ni siquiera tuvo que extrañarte.

Santori se mueve rápido, con precisión letal, y el golpe es seco, directo. Zack retrocede un paso, tocándose la mandíbula, pero antes de que pueda reaccionar, Santori se burla con esa sonrisa cruel suya.

—No te preocupes. Te dejo el consuelo de pensar que alguna vez tuviste una oportunidad.

Zack se lanza sobre él, y entonces el caos estalla.

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Nancy RoMo
🥺🥺🥺
Nancy RoMo
laura no estorbes, les esta salvando el pellejo a todos
Lisseth 👩🏽
Excelente
Lisseth 👩🏽
Excelente gracias
Mar
quiero maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón de este par de locos yo los amo jajaja /Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob/
Nancy RoMo
me gusta este par de justicieros 😆, con todo y sus retorcidas mentes 🤭
Lisseth 👩🏽
Excelente
Lisseth 👩🏽
Dios que locura de verdad ese par deberían estar en el manicomio jajajaajaja
Lisseth 👩🏽
Excelente
Mar
locos es lo que son jajaja quiero maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón
Lisseth 👩🏽
Excelente gracias 🤩
Lisseth 👩🏽
Ese par son desquiciados tienen una mente muy retorcida que me encanta 🥰 como cada capítulo me gusta 👍 más que los anteriores 😍😍😍
Nancy RoMo
cada capitulo me atrapa mas 🤩, me encantan los personajes 😁
Nancy RoMo
te confias santory, valeria es de cuidado 😅
Lisseth 👩🏽
Excelente
Lisseth 👩🏽
Excelente gracias 🙏
Lisseth 👩🏽
Exacto es tu contador Santori
Lisseth 👩🏽
😳😱😱ósea que vale batea para los dos lados wow 😮 jajaja cuando se entere Lucas de eso 😅😅😅😅😅😅 será un golpe bajo para el oh lo enciende más
Nancy RoMo
ambos se aman a su retorcida manera pero se aman 😅
Lisseth 👩🏽
No pues otra loca para un loco 😜
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