En este mundo puedes elegir dos cosas, ser un super héroe o una persona normal. Toda la población de la humanidad tiene por lo menos un poder, pero en el siglo XXI nace una persona que cambia por completo la humanidad y el planeta.
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La primera prueba
Ya era el 29 de marzo. Junior, Camila y Johan dejaron el hotel en una limusina, acompañados por el hombre que los había recogido en el aeropuerto. Con nervios y emoción, notaron que el conductor permanecía en silencio, sin revelar a dónde se dirigían.
—Disculpe, ¿a dónde vamos? —preguntó Camila.
Sin embargo, el hombre simplemente subió la ventanilla, ignorándolos.
—Qué grosero —murmuró Camila, cruzándose de brazos.
—Concuerdo —respondió Johan, echando un vistazo a su alrededor.
—Lo mejor que podemos hacer es esperar —sugirió Junior con calma.
Al rato, el auto se detuvo, y la puerta se abrió. Sin mucha opción, los chicos bajaron y reconocieron el lugar: estaban en el parque Simón Bolívar. Apenas bajaron, la limusina arrancó y los dejó solos, algo que los puso en alerta. En ese momento, vieron que el profesor Rubén se acercaba, y se sintieron algo más tranquilos.
—¡Profesor! ¿Qué hace aquí? —preguntó Junior con curiosidad.
—Yo soy su instructor a cargo. Estaré con ustedes en las tres pruebas de admisión.
—¿Aquí será la primera prueba? —preguntó Camila, observando a su alrededor.
—No, se realizará en otro sitio, y estamos esperando para que nos lleven —contestó Rubén, enigmático.
Justo cuando iban a hacer más preguntas, una brillante luz dorada comenzó a descender sobre ellos. Los chicos entrecerraron los ojos, sorprendidos y sin poder moverse. En un instante, la luz los envolvió y, antes de que pudieran reaccionar, ellos comenzaron a elevarse, empezaron a volar a una velocidad increíble. Cerraron los ojos por la presión del viento, y cuando finalmente aterrizaron, notaron que estaban en unas gradas frente a una enorme pantalla con la bandera de Colombia.
El lugar tenía la forma de un anfiteatro con gradas en círculo y al centro se podía ver una ciudad simulada en miniatura. Al ver todas las banderas, los chicos contaron y confirmaron: estaban los 195 países del mundo.
—Esto se pondrá interesante —comentó Camila, sin quitar la vista de la ciudad.
En ese momento, la pantalla frente a ellos se iluminó y una voz femenina resonó por los altavoces:
—Les damos una cordial bienvenida a todos los países participantes en estos exámenes de admisión. Comenzaremos con la primera prueba, titulada “Héroes vs. Villanos.” Aquí se enfrentarán dos países a la vez en la ciudad simulada: un equipo actuará como héroes y el otro como villanos. El rol de cada equipo será sorteado. Los villanos deberán causar destrucción y poner en peligro a los civiles, mientras que los héroes deberán rescatar a, al menos, cien civiles para aprobar la prueba. Si los villanos logran eliminar a todos los civiles antes de que los héroes lleguen a la meta, los héroes serán descalificados y si los héroes pueden salvar a los cien civiles, pasan la prueba. ¿Entendido?
—¿Qué significa “Pueden”? —preguntó Junior, algo confundido.
—Es que hasta ahora ningún equipo ha pasado la prueba como héroe —contesto el profesor Rubén, serio.
—¿Cómo que ninguno? —preguntó Camila, impresionada.
—Tendrán que tener suerte en el sorteo de roles —dijo Rubén, sin añadir más detalles.
La pantalla comenzó a girar con los nombres de los países, hasta que se detuvo en dos: Alemania y Portugal.
—Participarán ahora Alemania y Portugal —anunció la voz femenina.
Las banderas de ambos países aparecieron en la pantalla, y debajo de ellas comenzaron a girar las palabras “Héroes” y “Villanos”. Después de unos segundos, el sorteo se detuvo, indicando que los alemanes serían los villanos y los portugueses, los héroes.
Los chicos observaron atentamente mientras los equipos se preparaban para el inicio de la prueba, preguntándose cómo sería su propio turno y si lograrían pasar este primer desafío.
El combate comenzó con una explosión de poderes y una ola de destrucción que se extendió rápidamente por la ciudad simulada. En menos de una hora, los portugueses habían sido derrotados y eliminados de los exámenes.
—Los alemanes han pasado la primera prueba —anunció la voz femenina.
Los chicos intercambiaron miradas preocupadas. La prueba continuaba: ninguno de los equipos con el rol de héroes lograba superar la prueba. Dos horas más tarde, otros cuatro países fueron eliminados: China, Camerún, Suiza y Nigeria. Todos los héroes caían uno tras otro. A medida que avanzaba el día, otras naciones también perdieron: Sudáfrica, Croacia, España y Brasil, el último siendo uno de los favoritos.
—Esto es una pesadilla —susurró Junior.
—Tal vez el profesor Rubén tenía razón… nadie ha pasado como héroe —murmuró Camila, nerviosa.
Las horas avanzaban, y países como Canadá, Bolivia, Corea del Norte, Ucrania y Rusia también fueron eliminados. Cuando los chicos vieron su nombre en la pantalla, sus corazones se aceleraron.
—Los siguientes equipos serán: Colombia y Corea del Sur.
—Recen para que les toque ser villanos y hagan su mejor esfuerzo —les aconsejó el profesor Rubén.
Los chicos descendieron hacia la ciudad simulada, sintiendo la tensión en el aire. Las palabras “héroes” y “villanos” aparecieron en la pantalla y comenzaron a girar, hasta que el sorteo se detuvo. Cuando la palabra “Héroes” quedó al lado de la bandera de Colombia, sintieron un nudo en el estómago.
—Estamos acabados —murmuró Johan, con el rostro pálido.
—Otra decepción para Colombia en estos exámenes —dijo el profesor Rubén, sacudiendo la cabeza.
—Esto es el fin… —exclamó Camila.
Pero Junior tenía una idea. Volteó hacia Johan, recordando algo del año pasado.
—Espera, Johan. ¿Recuerdas la técnica que usé en la prueba del año pasado?
—¿El campo de fuerza?
—Exacto. Puedo usarlo para proteger a los civiles.
—¿Y eso cómo nos ayudará? —preguntó Camila, con escepticismo.
—Mientras ustedes dos mantienen ocupados a los coreanos, yo evacuaré a todos los civiles y los sacaré de la ciudad.
Johan y Camila asintieron, esperanzados.
—De acuerdo, vale la pena intentarlo. Hagámoslo.
El enfrentamiento comenzó. Al acercarse al equipo coreano, se dieron cuenta de que eran trillizos. Los tres compartían el mismo rostro y una expresión de absoluta seguridad. La señal de inicio sonó, y Johan y Camila se lanzaron hacia los trillizos, intentando crear una distracción. Camila usó su poder para lanzar a uno de ellos contra una pared, mientras Johan utilizaba su habilidad para encadenar a los otros dos.
Por su parte, Junior comenzó a evacuar a los civiles. Usando su velocidad, pudo sacar a los primeros diez en apenas unos minutos. Sin embargo, los trillizos no tardaron en reaccionar: uno de ellos, con el poder del fuego, lanzó una enorme bola de fuego hacia un grupo de civiles. Junior llegó a tiempo, extendiendo su campo de fuerza para protegerlos, y los sacó de inmediato. Los espectadores observaban la escena con asombro, y Junior sintió una oleada de confianza.
Mientras Junior continuaba, Johan y Camila luchaban con dificultad. Los trillizos parecían invencibles: uno lanzaba esferas de fuego, otro controlaba el agua, y el tercero manipulaba la tierra. Johan intentó contener a dos de ellos con una cadena de energía, pero los trillizos eran hábiles y conocían bien sus poderes. Camila esquivaba ataques de fuego y de piedra, mientras Junior lograba sacar a veinte civiles más.
Uno de los trillizos, notando la estrategia de Junior, cambió su objetivo y lanzó otra bola de fuego hacia un grupo de civiles. Junior interceptó el ataque, creando un campo de fuerza justo a tiempo, y continuó evacuando. Las gradas estallaron en vítores al ver cómo Junior superaba las expectativas.
A pesar de sus esfuerzos, Johan y Camila estaban al límite. Johan recibió un potente chorro de agua que lo lanzó contra un vehículo, dejándolo aturdido, mientras Camila fue golpeada por una enorme roca, quedando temporalmente fuera de combate. Aprovechando la oportunidad, los trillizos comenzaron una devastadora destrucción en una zona de la ciudad, pero Junior logró proteger y evacuar a todos los civiles de esa área.
—Junior… ha mejorado mucho —observó el profesor Rubén, impresionado. La velocidad y fuerza de Junior superaban las expectativas, incluso en situaciones extremas.
Los trillizos, frustrados, intensificaron sus ataques. Sin puntería, lanzaban ataques al azar, logrando matar a diez civiles. La pérdida lo preocupó, pero Junior redobló sus esfuerzos, alcanzando a proteger a cuarenta y cinco civiles en total.
Fue entonces cuando el trillizo de agua hizo un movimiento inesperado: colocó sus manos en el suelo y de repente comenzó a formarse un gran tsunami. Camila, recuperada, intentó crear una barrera mágica para contener la ola. A pesar de sus esfuerzos, sus pies comenzaron a deslizarse hacia atrás, sintiendo la presión del agua.
Johan se apresuró a cubrirla de los ataques de los otros dos trillizos, quienes ahora se habían posicionado en una azotea, disparando hacia ellos. Junior, sin detenerse, alcanzó a sacar a setenta y dos civiles. Solo necesitaban evacuar a veintiocho más.
La tensión aumentaba a medida que el tsunami se acercaba. Camila luchaba por mantener la barrera, mientras Johan intentaba defenderla. Al ver a Junior moviéndose hacia dos civiles en un restaurante, uno de los trillizos sonrió con malicia.
Junior, sin apartar la vista de su objetivo, sabía exactamente lo que iba hacer.
El trillizo de fuego disparó dos bolas de fuego hacia los restaurantes donde Junior había rescatado a los civiles. Con rapidez y determinación, Junior tomó a los dos civiles y corrió, alejándose justo antes de que los restaurantes explotaran en llamas. A pesar del peligro, había logrado salvar a los inocentes.
Camila no podía aguantar más; sus fuerzas se estaban agotando, y estaba a punto de rendirse. Johan, también fatigado, seguía protegiéndola con lo poco que le quedaba de energía. Junior, sin embargo, había logrado evacuar a noventa y cinco civiles. Solo cinco más, y habrían pasado la prueba.
De repente, un rayo cayó del cielo y golpeó al trillizo de fuego, dejándolo aturdido y estrellándose contra una pared, lejos de la ciudad. Era Junior, quien había desatado su poder para dar un giro a la situación. Con una velocidad increíble, voló hacia el trillizo de piedra y, usando su fuerza, lo lanzó contra dos edificios, haciéndolo escupir sangre y dejándolo fuera de combate.
Sin embargo, el tsunami continuaba avanzando hacia la ciudad. Junior se dio cuenta de que Camila no podría aguantar mucho más, así que rápidamente la rescató, así como a Johan. El agua arrasó con todo a su paso, y los chicos se asustaron al ver la devastación que dejaba a su alrededor.
Sin perder tiempo, Junior se lanzó de nuevo al centro de la ciudad para rescatar a los últimos civiles que necesitaban ser evacuados. En un acto heroico, logró sacarlos de la ciudad y, finalmente, completaron el rescate de cien civiles.
—Por primera vez, un país ha pasado esta prueba como héroes. Colombia supera la prueba y Corea pierde —anunció la voz en la pantalla.
—¡Sí! —gritó el profesor Rubén, lleno de orgullo.
Junior se volvió hacia Camila, preocupado.
—¿Estás bien? —preguntó con un tono suave.
—Sí, estoy bien —respondió ella, aunque aún temblaba un poco.
—¿Y tú, Johan? —preguntó Junior, mirando a su amigo.
—Todo bien —contestó Johan, aunque su expresión mostraba señales de cansancio.
—¡Pasamos! —exclamó Camila, mientras una risa de alivio escapaba de sus labios.
Poco después, se retiraron a las gradas, exhaustos. El profesor Rubén los abrazó con cariño, con su rostro iluminado por una sonrisa de orgullo.
—Estoy muy orgulloso de ustedes —dijo el profesor, con voz emocionada.
—Gracias —respondieron al unísono.
La voz de la pantalla resonó nuevamente:
—Los siguientes equipos son Japón contra Arabia Saudita. Por favor, diríjanse a la ciudad.
Junior observó a la ciudad y se fijó en los chicos de Japón. Un chico de cabello negro, con ojos verdes, captó su atención. Junto a él, una chica de cabello rubio y ojos azules se destacaba, mientras que otro chico, alto, con pelo rojo y ojos café, completaba el grupo. Junior notó que el más pequeño del grupo lucía serio y siempre estaba con los brazos cruzados.
Mientras tanto, los chicos decidieron ir al baño. A los cinco minutos, una explosión resonó en el aire, y un fuerte temblor sacudió el lugar. Al salir, se encontraron con una escena aterradora: la ciudad estaba completamente destruida. Los miembros del equipo de Arabia Saudita estaban heridos, perdiendo mucha sangre. Los médicos corrían para detener el sangrado y salvar sus vidas. Los japoneses parecían estar en el rol de villanos, y la tensión aumentaba.
Junior sintió una mezcla de interés y miedo por el chico japonés que había llamado su atención. ¿Qué había pasado realmente?
La tarde avanzó, y noventa y cinco países habían sido eliminados, quedando solo cien en la competencia. Al concluir la primera prueba, la voz femenina volvió a hablar:
—Felicitaciones a los cien países que han pasado la prueba. Los eliminados pueden retirarse.
Los noventa y cinco países eliminados se marcharon rápidamente, dejando a los que habían pasado.
—Muy bien, escuchen. En dos meses, el 29 de mayo, comenzará la segunda prueba. Les damos este tiempo para que se preparen. En el mismo lugar los recogeremos. Les recomendamos que no abandonen la capital hasta que sean eliminados. De acuerdo, pueden irse.
Una luz dorada apareció y los llevó a todos. Junior, Johan, Camila y el profesor Rubén se encontraron nuevamente en el Parque Simón Bolívar. Una limusina llegó a recogerlos.
—Profesor, ¿usted se viene con nosotros? —preguntó Junior.
—No, tengo que ir al colegio a reportar cómo les fue. Vayan al hotel a descansar. El martes comenzaré su entrenamiento para la segunda prueba. De acuerdo —respondió el profesor Rubén.
—Sí, señor —contestó Camila.
Los chicos se montaron en la limusina y se dirigieron al hotel.
Llegada la noche
Junior compartió con su familia los resultados de la primera prueba, y todos estaban felices de que hubieran pasado como héroes, un logro sin precedentes. Más tarde, le conto todo a Nicole y le explicó lo que había sucedido.
—Mira, estos exámenes van a ser muy duros —dijo Junior, serio.
—¿Por qué? —preguntó Nicole, intrigada.
—Lo que pasó hoy fue… difícil de explicar. Casi perdimos.
—Mmm… ten cuidado —advirtió ella.
—Lo tendré, lo prometo.
Junior decidió relajarse y ver una película. Justo cuando estaba a punto de perderse en la trama, escuchó un golpe en la puerta. Al abrir, se encontró con Camila.
—Hola —dijo ella, sonriendo.
—Hola —respondió Junior, devolviendo la sonrisa.
—¿Puedo pasar? —preguntó, un poco tímida.
—Sí, claro.
—Oye, gracias por lo que hiciste en la prueba —dijo Camila, mirando a Junior con gratitud.
—Lo haría otra vez con gusto. ¿Y tú, cómo te sientes? —inquirió Junior.
—Me siento muy bien —respondió, aunque aún había una sombra de tensión en su voz.
—Me alegra escuchar eso.
—¿Sabes? Parece que eres un poco reservado —comentó Camila, juguetonamente.
—¿Ah, sí? No soy tan reservado —replicó Junior, sonriendo.
—Jajaja. Eres muy tímido, por lo que veo.
—Esto… —dijo Junior, tratando de no mostrar incomodidad.
—Eres muy interesante —continuó ella.
—Tú también —respondió, sintiéndose un poco más relajado.
—¿Y tienes novia? —preguntó Camila con curiosidad.
—No. ¿Y tú? —preguntó Junior, a su vez.
—No —contestó Camila, un poco sonrojada.
—Ah, qué bien —dijo Junior, aliviado.
—Sabes, eres el primero que me trata bien. Todos los demás me ven solo como un objeto y una cara bonita. Pero tú me tratas con respeto, y eso me gusta.
—Por supuesto. A una mujer se le trata con cariño y respeto —dijo Junior, sintiéndose más seguro.
—Eres muy lindo, ¿sabes? —dijo Camila, mirándolo intensamente.
—¿De verdad? —preguntó Junior, un poco sorprendido.
—Sí —confirmó ella.
Camila miraba a Junior con unos ojos llenos de emoción, y él sintió cómo su corazón latía con fuerza. Se acercaron, quedando frente a frente, y en un momento de valentía, compartieron un beso. Ella se separó un poco, sonrojada.
—¿Quieres ser mi novio? —preguntó Camila, con una mezcla de timidez y esperanza.
—Sí —respondió Junior, sonriendo ampliamente.
Se dieron otro beso, y luego se recostaron juntos en la cama, disfrutando de la cercanía. Más tarde, Camila apagó la luz, y la habitación se llenó de un ambiente cálido y tranquilo, donde ambos se sintieron en paz y felices.
soy nuevo en este lugar y en todo el tiempo que tengo aquí (2 días XD) eres el mejor que escribe. PERO ahí te va
Narras bien, pero te falla en cuanto a colocar los tiempos y los sucesos, osea, se entiende a dónde vas, pero vas muy rápido y no dejas q lo demás tome se desarrolle o tome explicación. Muchos datos en muy poco tiempo. Te recomiendo que tengas un poco más de paciencia y orden para escribir en cuanto a dar datos se refiere (yo sé q todos tenemos y queremos dar nuestra historia a conocer pero no hay q comer ansias)