Matteo Bushida Lombardi desde pequeño vio a sus padres amarse por sobre todas las cosas, y pensó que él había encontrado un amor igual, pero todo lo perdió por culpa de aquella noche.
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Diez
Siento mucho no poder ayudarte más, pero si hago otra cosa estarás en peligro irremediablemente.
Arturo despedía a Mia en la entrada de un autobús, le había entregado una tarjeta de banco de una cuenta fantasma que había dejado su madre como si supiera que iba a morir aquella noche y al igual que a su tía le dio un sobre con cinco mil euros.
- No lo comprendo Arturo.- intentó que el hombre que ya peinaba canas le dijera algo más.
- Eso es mejor así Mia, como le dije a tu tía ojalá que tu madre y tus abuelos me perdonen estén donde estén, pero escucha mi consejo, nunca regreses a este lugar, mantente lejos de tu padre y su familia, trata de empezar a vivir de nuevo lejos de ellos, ya verás como todo va a ir mejor.
- Arturo...- intentó hablarle pero las lágrimas la ahogaron.
- Sube al autobús y no mires atrás Mia, espero que esto sea suficiente para él.
El hombre se hizo a un lado sin decir nada más para que las otras personas pasaran y la vio marchar de allí con el rostro pegado al cristal de la ventana de su asiento.
Unas horas después Mia bajaba de otro autobús en Perúgia y como le prometió por teléfono su tía la estaba esperando.
Se abrazaron mientras las dos lloraban a mares pero no hablaron de nada, no era el momento todavía, lo mejor era seguir el camino.
Y así subiendo y bajando de un autobús a otro después de más de siete horas llegaron a su destino, Milán.
El departamento que rentaba la tía Anneta era pequeño pero suficiente para las dos pues la chica ya tenía previsto traer a su sobrina casi hermana a su lado nada más que cumpliera los dieciocho años, pero al parecer a los Giannoli les urgía deshacerse de ella antes.
La historia de las cosas que pasaron en el último mes en la vida de Mia fueron lo más desgarrador que pensó escuchar nunca Anneta y se culpó por no haber estado allí, juntas las dos, como le habían prometido a Tiana aquella noche.
Pero ya no había caso de seguir llorando, era el momento de intentar salir adelante sin lamentaciones.
El dinero que logró sacar Mia escondido bajo las ropas les permitió comprar una casa de un buen tamaño para las dos, no podían darse el lujo de que el bebé naciera con ellas yendo de un lado a otro si se les terminaba el alquiler, tuvieron que pagar un poco más por el inmueble pues no tenían forma de justificar tanto dinero en efectivo sin llamar la atención y hacerse con el silencio de quien realizó la venta las dejó sin nada prácticamente.
Después de eso solamente les quedaron las joyas de la caja fuerte para un imprevisto, la tarjeta que le entregó Arturo a Mia antes de salir y el trabajo de Anneta pues la tía hacía hasta lo imposible para que la chica embarazada se mantuviera tranquila.
..........
Mientras, en Nápoles, la vida también continuaba y Sorrento le daba ordenes a Franco desde su escritorio sin mirarlo.
- Busca al cebo que usamos aquella noche y que no terminó muerta, el chiquillo este ya me está hartando, es hora de deshacerme de él sí o sí.
- Sorrento, creo que eso no se va a poder, ella desapareció.- le aclaró Franco casi temblando, el hombre se había vuelto inestable con sus ansias de poder frustradas y ya no era confiable estar cerca cuando perdía los estribos
- ¿Cómo que desapareció?¿No era que tu amiga la tenía a la mano?- el mafioso puso los ojos en el tembloroso joven que tenía delante.
- Sí, pero hubo un problema, después de aquello terminó embarazada y el padre la corrió de la casa y desde ese día no se ha sabido de ella.
- ¿Embarazada?¿De ese chiquillo tonto?- lo miró con los ojos inyectados de odio.
El otro asintió y de repente vio al mafioso ponerse de pie y dar un golpe sobre la mesa que se removió.
- ¿Quedó embarazada de ese mocoso y yo no lo sabía?- le gritó y Franco casi se orina en los pantalones, no pensó que esa noticia fuera importante- ¿Tengo que darte un tiro en el cerebro para que tus neuronas despierten?¿Tú cabeza no es capaz de imaginar lo que significa tener en mi poder la descendencia de los Lombardi y de la Yakuza en una misma persona?
- Yo lo supe hace poco, Livia fue la que se encargó de ella y me lo ocultó.- se justificó intentando salvarse, si alguien tenía que pagar que fuera la otra.
- ¿Él lo sabe?- le preguntó más calmado.
- No, ella huyó del yugo de su padre sin que Matteo sepa nada.- le dijo lo que le convenía.
El hombre se mantuvo un momento callado como si estuviera pensando y terminó dándole una nueva orden a Franco.
- Pues dile a tu amiguita que a partir de ahora ella va a tener que encargarse de controlar a el chiquillo ese hasta que yo decida otra cosa, que abra las patas y que empiece a trabajar como su pago por cagarla con lo de la noticia del embarazo, y recen para que yo encuentre rápido al cebo y que ese bastardo exista aún o voy a borrarlos a los dos de este mundo por imbéciles.
Le hizo una seña con la mano a Franco indicándole que se fuera de su presencia y el joven corrió a ponerse a buen recaudo.
Se arrepentía una y mil veces de haberse metido en negocios con Sorrento, si no se le llega a ocurrir la brillante idea de traficar con el dinero de la empresa de su padre sin que este supiera ahora estaría feliz viviendo sin preocupaciones y de fiesta en fiesta, en cambio a sus dieciocho años era el recadero de un mafioso y peor aún, conspirando contra los Lombardi.
- Te tengo un trabajo.- Sorrento tomó el teléfono y le habló a su investigador privado cuando Franco salió del despacho- Ya te envío una fotografía y unos datos, búscala hasta debajo de las piedras y cuando la encuentres avísame para yo personalmente ir a traerla, no te le acerques, está embarazada del tesoro más grande que se puede ambicionar y no quiero que se asuste.
Escuchó un momento lo que el hombre le contestó.
- Lo quiero para ayer.- le dijo en respuesta para después colgar.
llegaron Guilia y Jim a qué su hijo le relaté que fue lo que pasó esa noche que fue y como sucedió hasta llegar a la habitación donde estaba Mia.
Que comience la investigación y que caiga la Livia junto al padre y la madre y también a Franco porque el otro ya lo mandaron al infierno.