Sofia acaba de divorciarse luego de un matrimonio tranquilo en el que la falta de comunicación entres ella y su exesposo Erik los llevo al divorcio. En esta etapa de su vida ella decide renacer y hacer todas esas cosas que nunca hizo por lo que primero empieza con un nuevo trabajo.
Alessandro es el nuevo jefe de Sofia, el ayuda a la mujer a mejorar cada día mientras que poco a poco se va acercando a ella con el fin de no dejarla jamás.
NovelToon tiene autorización de Paola Alejandra Paolini para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 2
Un mes después:
En este mes he reacondicionado mi vida, con la ayuda de mi querida amiga de toda la vida he comenzado a salir un poco más y eso me ha llevado a conseguir un trabajo luego de tanto tiempo.
Nada extravagante, solo tengo que ayudar a organizar la papelería del gimnasio de su primo.
Casualmente no lo conozco. Hemos vivido grandes aventuras juntas, compartido fiestas, aniversarios y reuniones familiares desde que tengo memoria, pero este dichoso primo no lo conozco.
Estoy emocionada y nerviosa a la vez. No recuerdo cuando fue la última vez que trabaje fuera de casa y coincido tanto con mis hijos como con mi amiga que esto será bueno para mí. Sobre todo, porque me da un pase libre para poder acceder al gimnasio y por primera vez tener una rutina que me ayude a mejorar físicamente.
No es que este desconforme con mi imagen, pero si me gustaría volver a tener cierta firmeza en algunas áreas que la gravedad a pasado su factura con intereses.
Ahora la parte importante, debo buscar mi uniforme. Paola, mi amiga, lo dejo en una bolsa de cartón en la mesa de entrada de mi casa la noche anterior cunado vino a cenar conmigo. Ella y su marido son mis nuevos acompañantes casi todos los fines de semana. Mientras mis hijos estudian, mi ex rehace su vida y yo hago lo mismo, ellos están conmigo marchando a mi lado con cada paso que doy.
Tomo la bolsa y reviso dentro, saco de ella una remera blanca con detalles en negro y el logo del gimnasio estampado en la parte trasera. Por delante con letra prolija y pequeña está escrito mi nombre: “Sofia”. Inmediatamente sonrío y paso mi dedo sobre la caligrafía estampada. Es suave y fría al tacto, pero reconfortante.
Dejándola de lado, meto de nuevo la mano dentro para sacar de ella una calza. Completamente negra, pero de esas que son finas. Miro nuevamente dentro por si quedo algo más y me encuentro con una pequeña caja. La saco y dentro hay un conjunto de ropa interior.
Mis mejillas arden al pensar en que el primo de mi amiga compro esto y de solo pensar que tendré que usarlo, el sabrá que lo llevo puesto y no es una imagen que quiero que lleve de mí.
¡Dios, que vergüenza!
Sin más la abro y lo primero que veo es un papel doblado por la mitad. Lo tomo con manos temblorosas pensando en que el primo de mi amiga es un descarado que deja notas cochinas a mujeres solteras como si estuvieran desesperadas. Casi enfadada desdoblo la hoja de papel para encontrarme con la muy conocida letra de mi amiga.
¡Sucia pervertida! ¡Seguro que ya pensaste cochinadas! Suerte en tu primer día, te quiero.
Soltando el aire contenido y sonriendo a las ocurrencias acertadas de mi amiga, decido darle una oportunidad a su regalo y ver que solo se trata de un sostén deportivo, pero debajo hay una muy vergonzosa tanga.
Hace más de miles de años que no una esas cosas.
Me da miedo de solo pensar en cómo se vería en mi enorme pan dulce desinflado, pero sé que si no lo uso ella lo sabrá de alguna manera y no dudada en recriminármelo donde dé lugar y eso puede ser en cualquier lado.
Mi amiga es famosa por hacerme pasar cada papelón. No tiene ningún reparo en cantar a los cuatro vientos cuan peludas pueden estar mis piernas o cuanto tiempo hace que no renueve las pilas de mi vibrador.
No lo necesito, eso era lo que siempre le decía y le digo actualmente. No le encuentro la gracia a un juguete que me hace cosquillas y no logra arrancarme más que carcajadas.
De todos modos, con sus defectos y virtudes no deja de ser mi alocada amiga que adoro con todo mi ser.
Ya con todas las prendas que debo utilizar subo a mi habitación para cambiarme completamente. Al parecer mi conjunto de ropa interior no servirá en esta ocasión.
Me saco lo viejo y me pongo lo nuevo y me sorprendo de lo cómoda que me siento. El sostén es amplio y contiene a mis chicas de una manera perfecta. La tanga parece que ni la llevo y agradezco las horas de tortura en ese salón de belleza y la depilación definitiva para que mi zona intima se vea esplendida.
Obviamente que, de frente, de atrás es otro cantar.
Por las duditas me volteo levemente y mis ojos se abren descomunalmente al notar que mi trasero se ve genial, desinflado y todo.
Ya con más animo termino de vestirme y cuando miro mi reflejo a través del espejo de cuerpo completo de mi habitación, me siento otra persona. Una más deportista e increíblemente sexi.
Si, yo Sofia Gassman, una mujer de cuarenta años se siente sumamente sexi vistiendo ropa deportiva.
Tomo mi celular y le saco una foto a mi reflejo para mandárselo a mi amiga. Estoy emocionada y me siento con confianza luego de tanto tiempo.
“¡Gracias gor! ¡Te amo! ¡Sos la mejor!”.
“Guau, te ves genial. Mi primo te va a querer dar unas buenas nalgadas”.
“No molestes, esto no es joda, pero de todos modos me siento sexi”.
“¡Si! ¡Se una perra sexi para que el estúpido de Erik sepa lo que se pierde!”.
Sonrío y guardo mi celular en mi bolso junto con las demás cosas.
Por suerte el gimnasio no está lejos de casa y puedo aprovechar para llegar a pie. Mientras camino pienso en el dichoso primo de mi amiga.
¿Como es que nunca lo conocí?
Según Paola es porque es un creído antisocial, pero no puedo creer que sea así cuando en su familia todos son adorables.
Alessandro. Ese es su nombre. No sé porque, pero me parece que su primito debe estar para comérselo con el postre. Con ese nombre y ya estoy fantaseando de lo lindo.
A sugerencia de mi amiga, hace casi un año que estoy leyendo novelas en una aplicación. Cada una es más romántica, picante y divertida que la otra y solo hace que quiera vivir un romance así. Lástima que todos los protagonistas son jóvenes cachondos y yo de joven ni las uñas.
Miro mis manos y mi nueva manicura francesas con adornitos en brillos a elección, obviamente, de paola. Ahora mis manos sí que lucen jóvenes y tractivas. Lindas para hacer un buen pet..., obviamente, palabras de mi amiga.
La muy cochina creo que intenta acelerar mis hormonas para que de alguna manera me tire sobre el primer hombre sexi que vea y así me borre unas cuantas canas de mi colección.
Doblo la esquina y el cartel del gimnasio me sorprende. Parece que hace poco que está aquí, pero al parecer lleva en este mismo lugar una década y yo recién lo descubro. Genial.
El vidrio oscuro no me deja ver nada, por lo que no me queda de otra que entras como quien no quiere la cosa, como si esto lo llevara haciendo más de una vida y no fuera la primera vez que lo hago.
Entro he inmediatamente la música metálica llena mis oídos. Agarro mi bolso como escudo cuando me encuentro con cientos de hombres musculosas haciendo sus rutinas, torsos sudorosos y un olor a testosterona que me hace juntar las piernas.
¡Diablos! ¡Donde me he metido!
—¿Sofría? —una vos detrás de mí me sorprende por lo grave que es. Volteo algo asustado para centrarme en el hombre que tengo frente a mi—. Soy Alessandro, Paola te recomendó y veo que ya tienes el uniforme, bien... ven que te mostrare lo que necesito que hagas.
Dice y se voltea para indicarme el camino a un lado de toda la testosterona masculina, aunque la suya es relativamente parecida mesclada con algo más de intensidad, así de grande esta.
Santa madre de Dios, de donde salió semejante... ropero, tanque, mastodonte, montaña. Es todo músculos y su ropa se ajusta a su cuerpo de forma armoniosa, parece estampado. Se que está diciendo algo, pero yo estoy concentrada en el movimiento de sus nalgas.
¡Dios mío, le estoy mirando las nalgas a un hombre que acabo de conocer!
Voy a arder en el infierno si no dejo de mirar.
Es tan difícil...
¡Dios mío, que combinación de movimiento!
—Llegamos —se detiene de pronto y freno justo a tiempo para evitar chocar con toda su musculatura—. Mi prima me dijo que sabias de papeles.
—Mmm... si —balbuceo.
—Bien, necesito que organices todo, mi contador me quiere matar por no llevar bien el papeleo y sinceramente es algo que detesto, lo mío son las pesas no los papeles —dice con un movimiento de su fuerte mano, le sigo como polilla al fuego y casi me atraganto cuando me encuentro con su sonrisa pícara—. ¿Podrás con todo esto?
Se que lo que me pregunta es referente a los papeles, pero algo muy dentro de mí me dice que se refiere a algo más.
Desbloqueando mi mente nublada por novelas románticas para jóvenes cachondos, asiento e ingreso a la pequeña oficina repleta de cajas, carpetas y demás cosas que deberé comenzar a organizar.
Bendito Dios regreso tu inspiración y t reseteaste después con esos días d bloqueos q tuviste felicidades