Beatriz Salinas, conocida como Bea, asume con entusiasmo la vida; sin embargo, pronto su vida cambiará de un momento a otro y una vorágine de emociones, sentimientos y acontecimientos la podrían llevar a conocer al verdadero amor.
Bea desconoce que tras ella existe una persona obsesionada con acabar con su existencia; y que la vida perfecta que creía tener se puede desmoronar en cualquier momento.
¿Podrá Bea liberarse de quien quiere lastimarla?
¿Podrá Bea reconocer el amor de su vida en medio del caos que se avecina?
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16. Fue mi culpa
Ara está curando las heridas de su madre, su padrastro le ha dado de golpes una vez más, el "grave error" cometido no servirle la comida apenas llegó porque estaba cambiando a su pequeño hijo que se había ensuciado con unas pinturas.
- "Deja de soportar esto, y vámonos", dijo Ara a su madre.
- "Fue mi culpa, debí servirle", expresó la madre de Ara.
- "¿Por qué siempre lo justifica?, mamá, estoy trabajando, tal vez será difícil vivir con mi sueldo, pero al menos no habrá maltrato", insistió Ara, como cada día de su vida.
- "Tú no sabes lo que es ir por la vida sin un hombre que te proteja y vea por ti, la gente es cruel, tu padre se fue con otra mujer, y me tocó verte sola, no voy a volver a fracasar, ya no tengo que preocuparme de que van a comer o vestir mañana, no voy a ser un fracaso una vez más", manifestó la madre de Ara.
- "No es fracaso, es supervivencia, si no lo haces por ti, al menos hazlo por mis hermanos, en cualquier momento te va a matar, no te das cuenta", comentó Ara de manera frustrada.
- "Estás diciendo tonterías, él se molesta un momento y luego me pide perdón, sabe que hace mal, tú estás haciendo un escándalo siempre, tú que no tienes idea de que a veces hay que hacer sacrificios para mantener la familia unida", dijo la madre de Ara.
- "Esto no es hacer sacrificio, esto es ser id... Mejor me callo, espero no sea muy tarde cuando te des cuenta de tu terrible error", manifestó Ara, dejando a su madre sola.
Ara fue a su habitación, sus dos hermanos de seis y tres años duermen en el camarote que está al costado derecho de su cama. Quiere llamar a Bea y decirle una vez que siente no haberse reunido, pero recuerda que ha dejado el móvil en la cocina.
Ya que estaba en la cocina, se sirvió agua, tomó un poco, activa la grabación para mandarle un mensaje hablado, cuando voltea inesperadamente cuando siente a alguien muy cerca de ella.
- "No sabía que estabas en la cocina, Ara, que agradable sorpresa", dijo el padrastro bloqueando el paso.
Ara lo mira molesta, no la había abordado hace mucho tiempo, eso era algo que su madre tampoco le escuchaba, y le decía que eran exageraciones.
- "Ya me voy", expresó Ara, mirándolo como diciendo que se apartara.
- "Cada día estás más linda, no te lo han dicho, ¿ya tienes novio?", preguntó el padrastro acercándose más.
- "Sí. Y es muy alto, muy fuerte, muy listo, sabe pelear y puede destruir a cualquiera", respondió Ara, algo nerviosa por la mentira que estaba diciendo.
- "Ah, no sabía", dijo el padrastro, retrocediendo un poco.
- "Un día lo presento, para que te tenga bien identificado", agregó Ara, al notar que su padrastro parecía menos seguro, tal vez el novio imaginario que podría partir su cara, sea un seguro que ahora necesita.
- "Y a mi que me importa", dijo el hombre y se largó.
Ara suspiró, su padrastro siempre le ha dado miedo, y desde que cumplió quince años la mira extrañamente, pero recién empezó abordarla hace tres años, cuando los problemas con su madre empezaron a intensificarse.
Toma su móvil y se va a su habitación, cerrando con llave, decide mejor mandarle un mensaje a Bea, sin obtener respuesta, estaba tan cansada que se quedó dormido insistiendo en llamar a Bea.
*
...Advertencia ⚠️: Esta parte del capítulo puede resultar incómodo para personas sensibles ...
La mujer secuestrada se encuentra débil, lleva varios días sin comer, esa noche no ha llegado nadie; ha perdido la esperanza que la encuentren, ya solo quiere que todo acabe, al menos esa noche nadie ha venido a torturarla.
Era una mujer hermosa cuando la secuestraron, ahora luce demacrada, despeinada y sucia; de pronto siente los destellos de unas luces que le lastiman los ojos, su cuerpo tiembla, creí que no llegaría, ahora el miedo le inunda completamente, no hay escapatoria, no puede ir a ningún lado.
No ve bien a la persona que ingresa, pero siente perfectamente el jalón de cabello hacia atrás, y escucha la voz distorsionada que le dice "ustedes siempre quieren parecer damiselas en peligro para que no el mundo gire alrededor suyo, pero hasta que no lo son realmente, no se dan cuenta de lo patéticas que son". Luego, la mujer asustada súplica por piedad, pero eso solo alimenta la ferocidad de su atacante, que la golpea con cables de cobre hasta dejar marcas en su piel.
En el vehículo de afuera, ladra un perro, la mujer secuestrada está ya inconsciente, quien la secuestró la deja tirada inconsciente y vuelve a cerrar la puerta con cadenas y candados, sube a su vehículo, el perro que está ahí le da de un languetazo, el vehículo se aleja del lugar; la víctima tendrá que sufrir algunos días más.