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NO QUIERO SER UNA COX
Una anciana que estaba limpiando la barandilla de la escalera probablemente amaba los chismes. Había terminado su trabajo hace mucho tiempo, pero todavía quería escuchar lo que pasaría en la parte de abajo de la casa de los Cox. Últimamente lo que sucedía en esa casa era mucho más interesante que las telenovelas que pasaban en el horario estelar de la noche.
Siguió puliendo el pasamanos de la escalera casi hasta que parecía un espejo.
Cuando Luck Cox escuchó lo que Keira le estaba diciendo, estaba al borde de ataque de nervios…
—El que siempre se había desvivido por crear la corporación Cox desde lo más bajo hasta lo que era ahora, inicio de cero, sin la ayuda de nadie. Fue un hombre que se hizo a sí mismo y que durante casi 35 años trabajó duro, picando piedra, para conseguir cada centímetro que tiene. ¿Qué maldito pecado cometió para tener este tipo de personas tan estúpidas a su alrededor?
Estas mujeres eran tan inútiles, que no servían para nada. Bien decía su padre que lo único que podía hacer con una hija era usarla para un matrimonio ventajoso, pero con esta que tiene la cabeza hueca, no sé a qué imbecil pueda engañar para que se case con ella.
—Camy, por tu culpa he perdido un negocio de más de 100 millones. Parece que no aprendiste la lección la última vez, ¿verdad? Te advertí que no me provocaras de nuevo. ¿Y ahora vas por ahí diciendo cosas en contra de la propia familia Cox? ¡Qué demonios te pasa!. ¿No has aprendido nada en los más de 15 años que te he mantenido viviendo en esta casa?
Camy estaba aterrada, de solo pensar que sería golpeada de nuevo, pero aun así veía con un gran odio a Keira. No podía creer que no le fuera pasar nada a esa muerta de hambre.
—No puedes estar hablando en serio. Luck, Camy es nuestra hija; la hemos criado toda la vida. ¿Cómo la puedes estar regañando de este modo, cuando la que siempre ha causado problemas desde que llegó a esta casa ha sido Keira?
—¡NO!, digas nada, mujer, porque tienes mucha culpa de lo que está pasando, porque cuando nos dimos cuenta de que Camy no era nuestra hija, te dije que teníamos que investigar qué había pasado en el hospital, porque si no recuerdo mal, fuiste sola al paritorio. En el paritorio fue donde cambiaron a nuestra hija por esta bastarda con nuestra verdadera hija, y dijiste que investigarías qué había pasado, y en aquel entonces Camy solo tenía 5 años. Aun no he recibido una explicación de ¿por qué hasta ahora encontraste a Keira? Y ¿porque hasta ahora me trajiste la prueba de paternidad?
—Fue porque no tuve el valor de abandonar a Camy; ya la amaba demasiado como mi propia hija; más en ese entonces había enfermado casi hasta la muerte, ¿cómo podía dejarla sola?
—Me interesa escucharlos; ustedes sabían que esta no era su hija biológica desde que tenía 5 años de edad, pero no me buscaron a mí que soy su verdadera hija hasta ahora que me necesitan para que les ayude a conseguir dinero para sus contratos empresariales, porque ya tengo edad suficiente para casarme, o ¿quizás porque puedo ser la ama de un veterinario? Eso sin dejar de lado que a mí no me aman; soy su hija Camy.
Ahora que ha explotado todo, no pensarán que voy a tener que seguir cargando con toda la mierda que ustedes mismos han creado durante años, ¿verdad?
—Pero no le puedes quitar el apellido a Camy Luck: eso sería un suicidio social para nuestra hija —decía con desesperación. Grace
—Puedo hacer lo que me de la gana, puedo convertirla en la hija adoptiva si quiero, ahora mismo, como castigo por su estupidez. Pero no soy idiota. Está comprometida con Scott Black, y ese matrimonio me conviene. Me traerá muchos beneficios comerciales, así que es imposible sacarla de la familia Cox ahora mismo. Pero te lo advierto, Camila Cox, que si por alguna razón se rompe el compromiso entre tú y la familia Black, no dudaré en echarte de esta familia.
Además, en un par de semanas será la celebración de mayoría de edad de Camila; ya está planeada una gran fiesta, donde vendrán muchas de las grandes familias.
Cierto, Keira ya lo había olvidado; en esa fiesta había hecho un ridículo terrible por culpa de Camila. Se puso de acuerdo con la costurera y le hicieron un vestido pasado de moda y realmente horrible, aparte de que le dejaron las costuras semi hiladas. En cuanto se giro mal un poco, el vestido se deslizo de su cuerpo y quedó desnuda ante todos en la fiesta. Después de eso, los amigos de Dylan comenzaron a acosarla para que pasara la noche con ellos.
—Será también tu cumpleaños, Keira, así que estarás presente en la fiesta y te presentaré como la hija de la familia Cox.—Comunico Luck
—Pero Keira no tiene la educación suficiente para estar presente en esta fiesta, además, ¿no me digas que le darás el apellido Cox? Pregunta angustiada, Grace.
—No te preocupes, Grace, yo llevo con mucho orgullo el apellido Perry.
Así que ese es mi apellido, no quiero cambiarlo por el de nadie más; no necesito que nadie me reconozca, más bien usted no tiene la capacidad de que yo los reconozca a ustedes como padres. Keira terminó de decir eso y se fue directa a la escalera donde aún se encontraba la anciana sacando brillo, y subió recta a su habitación.
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En otro lugar de la ciudad.
—Tío, ¿qué me darás si logro terminar el año escolar? Kelly estaba en casa del tío comiendo un plato de fruta.
Muy quitada de la pena, mientras él se encontraba revisando una enorme pila de documentos.
—No es solo que termines la escuela, lo importante es que tus calificaciones sean medianamente razonables. El último año no has podido subir del número 200 y si nos ponemos a pensar que hay 200 estudiantes de último año en high school, ¿qué respuesta obtendremos?
—Tío, porque siempre eres tan cruel con esta problemática sobrina tuya, no todos podemos ser unos brillantes estudiantes como tú lo fuiste; además, a ti te enseñaron a estudiar desde el vientre de la abuela; creo que saliste realizando álgebra del vientre de mi abuela y realizando compra y venta de acciones en la bolsa de valores.
Michell Haggard no puede evitar mirar a su sobrina con una cara extraña, como si la pobre tuviera dos cabezas o cuatro brazos. No sabia de donde sacaba tantos comentarios extraños.
—Si lo dices así, quien te escuche pensará que soy un monstruo, y no un hombre común y corriente.
—Mi mamá dice que tú puedes tener todo, menos ser un hombre común o corriente, porque eres muy guapo, inteligente y millonario.
—Tu madre me quiere mucho desde que yo era joven, por eso dice esas cosas.
—No es verdad, tío, yo también lo pienso; eres un hombre muy atractivo, alto, inteligente y millonario; cualquier mujer te quiere, pero tú no las quieres, en cuanto las ves les hechas unos ojos: 'no te acerques o desaparecerás'. Y ella huye como si fuera la peste, jajajajaja
—No tengo tiempo para perderlo en cosas sin importancia, edemas, sé muy bien lo que buscan esas mujeres, y no estoy para juegos tontos con ellas.
—Ya mi madre me explicó lo que buscan de ti… Kelly miró hacia otro lado como si le diera vergüenza continuar viendo a su tío.
—Tengo que hablar con Leila, para que deje de estar hablando de mi vida privada a mis espaldas y además con una niña como tú.
—Mi mamá no tiene la culpa, es que yo no quiero que cualquier lagartona se te vaya a llevar. Por eso siempre le pregunto cosas.
—Kelly, no te preocupes por esas cosas, aún cuando en el remoto caso de que me case, serás siempre mi querida sobrina; nunca lo olvide, quiero…