Simple Deseo Insaciable

El día seguía con su afán, Eiden también se encontraban en el hospital pues tuvieron que hacerle una cirugía en su brazo para sacarle la bala por fortuna, la bala no había causado en su brazo ningún daño, pero debido al uso de la anestesia, él presentó, algunos efectos secundarios como mareos lo cual le impedía levantarse, por lo tanto, solo se encontraba en una habitación del hospital por una parte estaba más relajado porque Adara estaba respondiendo bien a los medicamentos y la había visto antes de sacarle la bala de su brazo, su habitación estaba llena de flores y osos que sus hermanos y él habían comprado para ella, sus hermanos se encontraban con ella. Mientras él se encontraba en una habitación, aunque tenía muchos problemas porque todavía no sé sabía nada del "Emperador". Era como si la tierra se lo hubiese tragado. Eiden tenía muchas cosas en mente una de ellas era la mujer que lo había ayudado al "Emperador" a escapar, ella había salido de la nada en una motocicleta lo cual para él resultó un tanto familiar sabía que la había visto, pero en dónde se preguntaba hasta que halló la respuesta...

Al recordar el día que Mila lo había salvado y lo había llevado a su casa, le había curado sus heridas cuando tocaron la puerta y apareció una mujer que entró sin previo aviso a la casa de Mila si no estaba mal su nombre era Carla, ¿pero qué tenía que ver esa mujer con el Emperador?. ¿Y por qué conocí a Mila?. Se hacía esas preguntas, necesitaba encontrar esas respuestas, únicamente suspira, cerrando sus ojos aún se siente un poco mareado, pero solo consigue pensar en Mila: ¿En cómo estará?... En que ella lo debía estar odiando, solo con cerrar sus ojos, solo puede verla a ella y a él recorriendo cada parte de su hermoso cuerpo, descubriendo sus hermosas pecas en forma de corazón, sentir el olor de su piel, ese olor a coco que le encantaba y su mirada de esos ojos verdes que lo hechizaba, su mente estaba llena de ella... Al abrir sus ojos la imaginó tenerla a su lado, pero su imagen se desvaneció al instante cuando intentó tocarla. se pregunta sí hizo lo correcto o solo tenía miedo a enfrentar sus sentimientos hacia ella.

Hasta que escucha unos golpes en la puerta. la puerta se abre entrando Harold su mano derecha un hombre alto de unos 26 años, ojos café claros con su habitual uniforme un conjunto de color negro camisa de fondo blanco y corbata de color negro ante su jefe—

Eiden : Toma asiento- indicándole un sofá cerca de su cama.

Harold: Gracias jefe.- para sentarse donde le indicó

Eiden: ¿Qué información me tienes?. Serio

Harold: Señor, todos nuestros hombres están rastreando al "Emperador", pero no hay rastro de él. En la comisión todo está silenciosamente no ha habido novedad y reporte de ningún asunto que se traté con él. Eso es algo inusual por lo tanto, creo que sus sospechas son cierto alguien de la comisión y de los altos mandos lo está respaldando, porque es la única forma de que no lo hemos hallado aún.- Recalcando

Eiden: Eso es interesante, ya vimos que el Emperador está más conectado y con buenas influencias más de lo que creíamos. Eso quiere decir que si alguien de la comisión lo respalda está en contra de nosotros, al menos que haya alguien involucrado del gobierno y esté chantajeando a los de la comisión para tener tal poder, más que nosotros. Todos sabemos que en este mundo el poder se gana a través de cierta cosas: Respeto, Miedo, Dinero y Secretos. Si quieres que algún poderoso haga algo por ti, usas secretos para lograrlo. Así que investiga a fondo esto quiero saber las influencias de cada miembro de la comisión y conecta los puntos con el Emperador y quiero saber todo lo relacionado con una chica de cabello morado su nombre es Carla merodea los barrios marginados quiero saber todo de ella creo que atravez de ella podemos lograr saber el paradero del Emperador.

Harold: Así lo haré señor. otra cosa que desea señor.— levantándose

Eiden: Si, ¿quiero saber cómo está Mila?¿ y si mis hombres la están cuidando?.- Intrigado.

Harold: ¡sí! Jefe, dejé a dos de mis hombres vigilándola la están cuidando solo debo informarle: Que esta mañana la señorita Mila... No asistió a la escuela, la visitó uno de sus amigos su nombre es Andrés, no demoró mucho en la casa de la señorita. Después mis hombres me informaron que la señorita Mila salió, pero estaba bastante irritada que peleó con la bicicleta, porque no funcionó y tuvo que caminar la siguieron y a esta hora se encuentra en un gimnasio dice que llevas horas golpeando a una bolsa de boxeo nadie se le atreve a acercar, pues la chica está de mal humor.— recalcando.

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Eiden se queda en silencio procesando todo lo que le habían dicho.

Eiden:¿ Crees que fui un imbécil, en no decirle la verdad?. pensativo mostrando una leve tristeza.

Harold: susurrando—Hasta que se dio cuenta señor—entre dientes en un tono no audible

Eiden: ¿Qué dijiste?.— observando a Harold él sabía, que Harold había dicho algo, pero no alcanzó escucharlo.

Harold: Señor, no puedo cuestionar sus decisiones, pero para mi concepto la chica merecía una explicación y de la forma en que usted se fue, solo hirió sus sentimientos. —Mirando a su jefe.

Eiden:(queda en silencio, sabía que lo que había dicho Harold era cierto.)

—Quiero que vayas con ella y le des una suma de dinero en efectivo y le darás una tarjeta dile que me busque mañana en esa dirección. Yo la esperaré ahí y le explicaré todo lo que ella quiera saber.¡ por favor has que vaya!... Y no dejen de cuidarla en secreto.-- Harold se inclina.

Harold: sí jefe lo haré... Entonces me retiraré. señor sus padres llegarán en unas cuantas horas.-

Eiden: Alista todo para su llegada e informales todo, pero quiero que no le digas nada a ellos sobre la existencia de Mila. ¿Entendido?. con autoridad.

Harold: sí señor con permiso. , él se despide de su jefe saliendo del hospital, hasta llegar al estacionamiento del mismo, cuando él se dispone a subir la camioneta su teléfono suena él toma la llamada de uno de su subordinados.

📲 si — dice Harold sentándose de copiloto en el camioneta.

—Señor tenemos un problema la chica se encontraba en el gimnasio la tenemos vigilada, pero decidimos comer algo... Cuando volvimos ella no sé encontraba... Ahora no podemos hallarla— En todo nervioso dice el hombre en la otra línea Harold se altera un poco pues sabía que esa chica era importante para su jefe, si algo le llegará a pasar todos estarían muertos.

Harold: Ustedes son unos imbéciles les di una orden y lo primero que hacen es irse a comer, saben les daré unas cuantas horas, para que encuentren a la señorita Mila. Si algo le llega a pasar ustedes serán hombres muertos, porque esa señorita es la mujer de nuestro jefe. — Enojado.

— Si señor no descansaremos hasta encontrarla. —lleno de más nervios al saber que la chica era la mujer de su jefe, si algo le llegará a pasar, su vida llegaría a su fin los hombres empiezan a llamar a más hombres con tal de localizarla.

Mientras tanto Mila trataba de sacar toda su furia y todo lo que sentía tratando de distraer su mente golpeando la bolsa de box. Hasta que miró la hora y faltaban dos horas para la pelea aparte de que se sentía como una mierda y tenía todo revuelto: sus sentimientos y sus pensamientos no dejaban de pensar en él entre la rabia y la tristeza que sentía más la preocupación de saber sobre Adara. Aunque había estado tranquila porque había logrado contactarse con ella y se había estado escribiéndose, pues sabía que no podía irla a visitar porque su familia no lo permitiría, por que ahora se encontraba en una clínica privada, y era muy difícil el acceso si no era autorizado. Mila decide salir del gimnasio toma sus cosas y camina hasta llegar a un puesto de comida callejera. Mila trata de comer algo pues no había comido en todo el día, pero por más que trata la comida no le pasaba, pasó el tiempo ahí pensando en todo sintiéndose un poco miserable y a la vez muy sola en este momento había deseado tanto, tener una madre que la abrazará y poder llorar en sus brazos, pero la vida la había negado eso por un instante, solo ella veía a algunos niños jugando en un parque cerca, ella nunca tuvo la oportunidad de hacerlo, porque la vida no le habías dado la oportunidad de tener una infancia normal miró la hora y empezó a caminar rumbo a la dirección que León, le había mandado faltaba casi una hora donde ella debía enfrentarse A quién sabe quién, para no deberle nada a ese hombre que la había abandonado sin darle explicación alguna. Los minutos pasaban, hasta llegar al frente de un edificio abandonado, en donde se dara una pelea callejera, en donde no valían las reglas y solo se gana la persona que quedara de pie. Mila suspira saca su valor camina hacia el hombre que se encuentra en la entrada un hombre alto calvo con una chaqueta de cuero y una pañoleta en la cabeza. Ella se presenta.

—Soy Mila, buscó a León dile que soy parte de su show— el hombre la mira de los pies a la cabeza, abriendo la puerta dejándola pasar en esa clase pelea si no tienes una invitación no te dejarán entrar tienes derecho a apostar, pero las deudas que no son pagas también se pagan con sangre.

Mila entra el lugar un poco oscuro, pero se motivaba a seguir, el bullicio de la gente, como si fueran perros hambrientos detrás un pedazo de carne que solo ladraban. Así se escuchaba el bullicio, gente gritando, con tragos en la mano y billetes en la otra, apostando Mientras unas chicas luchaban llenas de sangre. Únicamente pueden salir hasta que la otra esté inconsciente o muerta en el suelo todos gritan como si fuera el show más espectacular del mundo, sin importarles la crueldad o las vidas de esas mujeres. Ahora ella tenía que hacerlo para conseguir lo que ella había robado que había sido el comienzo de su desgracia...