Flora, una doctora que trabajaba en un Instituto, fue transportada por un extraño libro, ingresando de forma 'accidental' en una novela que le resultaba desconocida.
Una voz sonaba en su cabeza de vez en cuando ¿Ayudar al protagonista? ¿Hacer que la protagonista lo vea y que ambos se reconcilien?
¡No puede quedarse con el hermoso protagonista ¿Porqué debería ayudarle a su hermana mayor?!
Es la villana de la novela, la tipa cruel a la que todos odian, sin embargo ¿Porqué el protagonista la busca tanto y parece interesado en ella? ¿No debería pasar tiempo con la persona que amaba?
¡Sus tareas se están saliendo de control!
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Empecemos las tareas.
Flora logró conseguir las otras hierbas entrada la tarde, justo antes del anochecer, se adentró en las profundidades de la montaña.
Empezaría a buscar las cosas para las tareas mañana a primera hora. En el gran tronco de un árbol seco, donde incluso cabía el caballo, la chica encendió una fogata. Sus ojos rubíes miraron al pequeño gorrión sentado en una pequeña raíz.
Los ojos del ave estaba cerrados, y Flora sólo quería cambiarse, se sentía tan pegajosa al andar con esa ropa del medio día. Ella ya había recogido algo de agua para limpiarse, sin embargo, el pequeño chismoso nunca se iba.
Ahora que finalmente estaba durmiendo, colocó una sábana delgada que trajo y la amarró con algunas raíces, al menos su cuerpo no se iba a ver.
Rápidamente comenzó a desvestirse, tomó un pañuelo y lo mojó en el agua antes de limpiarse.
El pequeño gorrión que hace unos momentos tenía los ojos cerrados miró con los ojos muy abiertos la pequeña sombra a través de la sabana, esta se volvió transparente y al momento siguiente...
En el pequeño pabellón, las gotas de sangre salieron de la nariz de Antonio, manchando su túnica blanca, sus ojos estaban muy abiertos y las mejillas parecían tomates maduros.
-¡Maestro, le sangra la nariz!- Un joven de unos 20 años miró con sorpresa a su maestro, su piel bronceada y su cabello negro era corto, sus ojos azules estaban ligeramente elevado en la punta y gachos en la zona cerca del puente de la nariz.
-¡Cállate y ve a prepararme un baño de agua fría!- Dijo Antonio con voz fría, se levantó con el cuerpo curvado y entró en la habitación antes de cerrar de golpe la puerta.
-Maestro, no entiendo que es lo que ve, para mí que usted no está vigilando ¡Esta espiando a las damas indefensas!- Dijo en voz baja Clark, el sirviente más leal de Antonio y también, el lobo que casi se come a Flora.
-¡Cállate y has lo que te ordené si no quieres terminar despellejado!- Un gritó lleno de furia vino de la habitación, asustando a Clark, quien ya no se atrevió a retrasar la ducha fría de su Maestro.
'Maestro, si sigues así, tu celo llegará antes de la fecha prevista.' Pensó el joven Clark, pero por supuesto, no se atrevió a decirle sus pensamientos a su Amo.
Esos pequeños cambios que su maestro sufría una vez al mes durante la luna llena se debía al celo de Antonio, solo Clark sabía acerca de esto. Sin su pareja destinada para desahogarse, su Maestro sólo podía sufrir de ese dolor insoportable.
Pero... él no tenía derecho a opinar en estas cosas. Dentro de una semana sería el próximo celo de su Maestro, ya estaría casado para entonces ¡Esta vez su maestro no sufriría!
Sin embargo, no se podía decir lo mismo de su esposa, tsk, tsk, tsk, ella sí sufriría durante al menos una semana.
En la montaña Gong Du.
Flora se vistió apresuradamente y cuando movió la sabana, vio que el pequeño gorrión seguía dormido, sólo entonces soltó un suspiro de alivio.
Ahora que finalmente estaba limpia, se acostó al lado de la fogata y se durmió. Y Antonio, el fisgón, ya no la siguió espiando durante el resto de la noche.
Igual que el día anterior, el pequeño gorrión la despertó antes de que el sol saliera, solo luego de lavarse y comer algo fue que Flora continuó adentrándose en la montaña.
Ella soltó un bostezo y escuchó las instrucciones de Tao.
"La mariposa te guiará hacia las hierbas que necesitas, en cuanto a los lobos de Colmillo Plateado y Vísceras de serpiente arcoíris tendrás que buscarlas tu misma. Sus direcciones son norte y este, no están muy lejos de sí pero si son difíciles de encontrar ¡Buena suerte!" Dijo el pequeño antes de quedarse en silencio.
Las cejas de Flora se fruncieron con tristeza e hizo que el caballo acelerara un poco el pasó. En silencio.
La mariposa volaba delante de ella con suavidad, como si solo diese un paseo.
De repente, escucho voces masculinas.
-¡Mira, mira, esa es espectacular, su cuerpo es tan exquisito y ni siquiera la pintura puede borrar su belleza! ¡Tal dulce!...
-Tienes razón, sus curvas van más allá de la imaginación y su cintura es hermosa y delineada ¡Cualquier hombre quisiera estar con ella!..
-Oye, oye, espera, he escuchado que se casará con el príncipe Heredero dentro de cuatro días ¡Será la Princesa Heredera y talvez la futura Emperatriz!
Aquellas voces hicieron que Flora se sintiera disgustada y asqueada, hablaban de una forma tan lasciva y obscena que le dio repulsión, sobre todo lo que dijeron después.
Flora ya sabía de quién hablaban, si no fuese de su Hermana mayor Mary ¿De quién más seria? Cómo la nieta mayor, era la que acompañaba a su abuela a los eventos en el palacio Imperial.
Muchas personas la conocían, y a los hombres, UF, los volvía locos con su belleza 'sin igual'.
Flora guio al caballo en otra dirección y se alejó de allí, lo que tenía que ver con su hermana no era de su incumbencia. Su belleza capaz de borrar países tenía la culpa.
-Escuché que la segunda nieta del Doctor Imperial Chang es una belleza ¿Cuánto creen que paguen en un burdel por una mujer como ella? ¡Dicen que su rostro es incluso más cautivador que el de su hermana mayor!
Flora se detuvo al escuchar que hablaban de ella.
Al ver los ojos de Flora entrecerrarse peligrosamente con dos llamas de fuego, el pequeño gorrión se sorprendió y agitó sus alas y sacudió la cabeza, como si tratara de decirle que no les hiciera caso.
Flora lo miró y se quedó en silencio, sabía que ser precipitada no era la mejor opción. Al ver al pequeño gorrión haciendo señas para qué continuará, le obedeció.
Después de todo, era su futuro esposo quien la estaba viendo, no podía actuar tan desfeminada si luchaba contra esos patanes.
En cuanto al gorrión, voló hacia ese grupo de hombres y miró detenidamente sus rostros con una luz feroz en ellos ¡Baaa, deberían agradecer que su Amo estaba tan lejos, si no, ya habría saltado para destrozarlos!
Temeroso de que Flora fuese muy lejos, regresó con ella, sin embargo, su maestro ya se estaba haciendo cargo de como lidiar con estos ineptos pervertidos.
Flora se mantuvo tranquila, aún así, se sentía enojada en su corazón, sus nudillos estaban tan apretados que se volvieron blancos y sus ojos rubíes estaban extremadamente fríos.
Lo que más odiaba era que hablarán de su rostro, incluso en su mundo, la criticaban ciegamente por que su rostro siempre se veía seductor ¿No que estaba hecho para seducir a los hombres?
Incluso su tía, la hermana de su padre, le dijo en muchas ocasiones que operará su rostro porque se parecía al de una perra seductora. Si no fuese porque era su tía, la habría envenenado mientras comía.
Para muchos, su rostro era incomparablemente hermoso, encantador y seductor, pero cuando sonreía, poseía un encanto sexy que supuestamente atraía el alma.
Nadie en esta novela le había dicho algo sobre su rostro y eso le alegraba, ahora que escuchaba a esos tipos, se enojó.
-Sí, claro, un zorro espiritual en el cuerpo de una mujer ¡Disparates! Claramente soy una belleza encantadora pero no una perra sexy a la que le gustaría enganchar a los hombres.- Furiosa, Flora no pudo evitar gritar mientras tiraba de su cabello con frustración.
Sus ojos rubíes se cerraron durante unos segundos antes de volver a la calma, no valía la pena enojarse por estupideces.
Conseguir las hierbas que Antonio necesitaba era lo más importante.
Cuando el sol estaba en el centro del cielo, Flora encontró el ginseng de mil años gracias a la mariposa, ella lo lavó y luego guardó en su espacio, ya que temia perderlo.
La mariposa voló en otra dirección y gracias a ella encontró las cuatro palabras que necesitaba en ese mismo día.
Sin embargo, cuando la noche cayó, varios gritos resonaron con fuerza en la noche oscura, impidiendo que Flora pudiese cerrar un ojo.
¡Eran gritos llenos de terror y dolor!