En la oscura y remota ciudad de Freshber, una historia de sangre y magia ha dejado cicatrices profundas en sus habitantes. Hace siglos, una tragedia envolvió a la ciudad en terror cuando los Cazadores desataron una implacable cacería, exterminando a brujas y vampiros por igual. El miedo y el odio se entrelazaron en las calles, convirtiendo a Freshber en un lugar de sombras donde los seres sobrenaturales fueron perseguidos hasta casi la extinción.
Liz Asiria, una joven sirena con la habilidad de la hechicería, ha vivido toda su vida en aislamiento, bajo las estrictas reglas impuestas por sus padres para protegerla de un mundo que ella apenas conoce. Encerrada en los confines de su hogar, sale unicamente para ir a la escuela y ajena al sombrío pasado de Freshber, Liz anhela la libertad, sueña con explorar la ciudad y encontrar su lugar en un mundo que le es desconocido.
Pero cuando Liz decide desafiar las reglas y se aventura en las calles de Freshber... La historia comienza:
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Capítulo 22: Confesiones sorprendentes
Pasadas algunas horas, se escuchó el sonido de la perilla girando de la puerta principal. Los padres de Liz llegaban de trabajar, ya era de madrugada y sus rostros reflejaban algo de cansancio por un largo día en el trabajó. Al entrar en la casa, se detuvieron en seco al ver la escena en la sala. Sus ojos se abrieron de par en par, y la sorpresa se transformó rápidamente en preocupación.
"¿Qué significa todo esto?" - preguntó Thalassa a Nereus, con la voz teñida de alarma mientras lo miraba a los ojos.
"Más aún, quienes son ellos y porque esta Liz encima de uno?- Le respondió Nereus desconcertado a Thalassa.
"Mira sus ropas."- Dijo Thalassa con voz temblorosa, mientras se acercaba a donde estaba Liz.
"Se ven cansados, pero me desconcierta su aspecto, sin embargo no persivo peligro." - dijo Thalassa un poco más tranquila.
En ese momento, Demian abrió los ojos y vio a Liz descansando sobre él, sintiendo una oleada de alegría. Sin embargo, su felicidad se desvaneció al notar que personas desconocidas los observaban. Lo primero que pensó fue que podrían ser los padres de Liz. La situación se volvió incómoda al darse cuenta de que ellos sabían que él estaba despierto. Intentando no despertar a Liz, Demian la movió suavemente para sentarse. El movimiento hizo que Liz abriera los ojos; primero miró a Demian y se sonrojó ligeramente. Pero al ver la expresión seria en el rostro de Demian, giró la cabeza hacia donde él miraba y vio a sus padres observándolos de pie.
"¿Qué está pasando aquí, Liz? ¿Por qué hay chicos en la casa y por qué llevan ropa como si los hubiera atropellado un auto, pero no tienen heridas?" - dijo Thalassa, visiblemente enojada y preocupada.
"Ha sido un día largo, pero puedo explicarlo."- respondió Liz con un suspiro, intentando sonreír para tranquilizar a sus padres. -"Hubo una batalla con Mel, pero estamos bien. Solo necesitábamos descansar."
Nereus se acercó a Liz. "¿Esto tiene que ver con lo que nos dijiste sobre su legado?" -dijo en voz baja, observando a los amigos de su hija que dormían profundamente.
"Sí, padre. Todo fue por culpa de Mel. Ellos solo me ayudaban a detenerla, especialmente Demian, quien estuvo conmigo desde el principio."- explicó Liz mientras presentaba a sus padres.
"Es un gusto conocerlos, señor y señora Asiria. Soy Demian Duat."- dijo Demian al levantarse y saludarlos cortésmente.
"Mucho gusto, Demian. Yo soy Thalassa Nocturna, la madre de Liz, y él es mi esposo, Nereus Asiria."- respondió Thalassa.
"Mucho gusto, jovencito."- añadió Nereus con seriedad.
Después de las presentaciones, Liz comenzó a explicar todo lo que había sucedido, lo que mantuvo a sus padres inquietos. El resto de los chicos despertó por el ruido de la conversación y, al verlos nerviosos, Liz empezó a presentarlos.
"Es un gusto conocerlos a todos y les agradezco por cuidar de mi hija."-dijo Thalassa amablemente.
"También es un gusto conocerlos. Y estoy de acuerdo con mi esposa, gracias por cuidar de Liz."- añadió Nereus con seriedad.
"No fue nada, señor y señora Asiria. Haría cualquier cosa por mi querida Liz."-dijo Basil educadamente.
Todos voltearon a ver a Basil, frunciendo el ceño y emitiendo una aura de enojo. Basil se dio cuenta, pero solo los ignoró y sonrió.
Al ver la tensión en el aire, Liz decidió intervenir.- "Bueno, creo que todos estamos un poco tensos después de todo lo que pasó. Mamá, papá les prometo que todo estará bien, voy a solucionarlo sin que nadie más salga herido."
"La situación con Melissa ha sido difícil, pero hemos aprendido a trabajar en equipo y eso nos da puntos a favor."- Dijo Kai.
Thalassa miró a cada uno de los chicos que estaban junto a su hija y, suavizando su expresión, dijo- "Entendemos que la situación ha sido complicada y veo que Liz solo los ha curado un poco, asi que déjenme ayudarlos."- terminó de decir Thalassa al tiempo que susurraba unas palabras mágicas de curación.
En ese instante, todos quedaron sin ningún rasguño. Incluso las cicatrices en el cuerpo de Sirius desaparecieron, como si nunca hubieran peleado. La energía les regresó como un torrente de agua, y se sentían más fuertes que antes de la batalla. Todos se miraban asombrados por el poder de la madre de Liz.
Liz, al notar la expresión en sus rostros, les dijo- "Esa es la especialidad de mi madre: la magia de curación. Hace poco me enteré de que fue mi abuela quien se la enseñó."
Nereus, más relajado, preguntó: "¿Hay algo más que debamos saber sobre Melissa? Queremos estar preparados para cualquier cosa."
"No, padre, eso es todo. Lo más importante es que estamos juntos y listos para enfrentar lo que venga. Mel no se detendrá, pero nosotros tampoco."- dijo Liz, mirando a todos con determinación.
"Sí, lo principal es mantenernos unidos y apoyarnos. Hemos demostrado que juntos podemos ser más fuertes que esos cazadores."- añadió Demian mei tras asentia con la cabeza.
"Exacto. No hay desafío que no podamos superar. Además, aún no he usado ni una fracción de mi poder."- dijo Basil con arrogancia.
Thalassa y Nereus intercambiaron una mirada, y luego Thalassa dijo: "Bueno, parece que tienen un buen equipo. Solo queremos que sepan que estamos aquí para apoyarlos en lo que necesiten."
"Gracias, mamá, papá."-dijo Liz con una sonrisa.
Nereus, intrigado, preguntó. -"Me gustaría saber qué clase de seres son ustedes. Sólo he escuchado sus nombres, y cuando tú, joven, dices que solo has usado una fracción de tu poder, me deja con dudas."
"Lo siento, señor."- respondió Basil con una sonrisa arrogante.- "Me atrevo a decir que soy más antiguo y poderoso que usted, pero le respeto por ser el padre de mi futura esposa."
Todos lo miraron molestos, como si quisieran acabar con él en ese instante.
"No digas esas cosas, Basil. Yo nunca he dicho que me casaré contigo."-dijo Liz, algo nerviosa y ruborizada.
"¿Cómo te atreves a hablarme así?" -dijo Nereus, tan serio que sus palabras parecían cortar el aire.
"No se moleste, señor Nereus. Me presento nuevamente: soy Basil Leventis, conocido como Leviatán, el dragón más poderoso que ha existido en este mundo."-dijo Basil con seriedad y orgullo.
"Eso es imposible."- dijeron Nereus y Thalassa al mismo tiempo, mirándose el uno al otro.
"No es imposible. He estado dormido durante siglos desde la creación de la Tierra, hasta hace unos pocos siglos atrás."- explicó Basil.
"Entonces, eres real."- dijo Nereus, aún incrédulo.
"He oído hablar de ti, pero nunca pensé que aún existieras. Mi madre solía contarme historias sobre un dragón que dormía en una cueva secreta, se decía que era el más poderoso de todos los dragones y seres sobrenaturales. Su despertar podría causar caos, y alguien lo había contenido desde el inicio del mundo para evitar catástrofes."-dijo Thalassa, con una mirada de asombro.
"Vaya qué la gente de inventario cada cosa amigo mío jajaja." - dijo Sirius de manera sarcástica.
"Ya lo creo."- respondió Basil con una suave risa.
"Entonces, ¿es mentira lo que sabemos sobre ti?" -preguntó Nereus, aún en shock.
"Jajaja, no del todo. Excepto la parte de que alguien me selló. Yo mismo decidí contener mi poder, lo que me sumergió en un largo sueño. Por eso ahora solo puedo usar una cuarta parte de mi poder ancestral. Si alguna vez desatara el resto, no estoy seguro de si podría controlarlo, sin desatar caos. Por eso me castigué de esa forma."- explicó Basil con seriedad.
"Estoy impresionada."- dijo Thalassa.
"A mi padre le encantaría conocerte. Mi abuelo le hablaba mucho de ti, también se decía que tu cueva estaba oculta en las profundidades del mar."- añadió Nereus, sorprendido.
"¿Tu abuelo era un admirador? ¿Quién era?"- preguntó Basil, curioso.
Todo lo que decía Nereus a Basil eran cosas que ni siquiera conocía Liz. En realidad, ahora que ella lo pensaba, sabía muy poco de su linaje, recientemente había aprendido el nombre de su abuelo, mucho menos conocía el de su bisabuelo.
"Sí, mi abuelo fue Poseidón Asiria y mi padre se llama Marethos Asiria." -dijo Nereus.
"Me suena el nombre de tu abuelo, decían que era como una especie de dios del mar." -recordó Basil.
Cansado de oír a su amigo ganarse a los padres de Liz, Sirius decidió intervenir. Se acercó a Basil, que estaba sentado en el sillón, y le puso el brazo sobre el cuello.
"Perdón por la interrupción, amigo mío, pero no sabía si me dejarías algo de tiempo jajaja." -dijo Sirius sarcásticamente.
"Siempre tan oportuno."- contestó Basil, poniendo los ojos en blanco mientras se quitaba el brazo de Sirius de encima del cuello.
"Una disculpa, jóvenes, por favor continúen con su presentación, parece que me sorprendió un poco."- dijo Nereus algo apenado.
"Soy Sirius Laskaris y soy un hombre lobo. Sé que no suena tan impresionante como mi amigo, pero soy el líder alfa no solo de mi territorio, sino el líder de líderes de todas las manadas alrededor del mundo." - dijo Sirius con mucho orgullo.
"Eso suena interesante joven Sirius." -comentó Thalassa.
"Nada mal para ser un jovencito." -dijo Nereus despectivamente.
"Soy joven en tiempo lobezno, pero nací con un poder sin igual. Nunca envejeceré, y mi capacidad de regeneración me mantiene en esta etapa por mas tiempo. Nadie puede dañarme lo suficiente como para matarme, ni siquiera mi mejor amigo Basil. Se puede decir que soy algo así como inmortal jajaja." -dijo Sirius, muy orgulloso de su genética.
"Eso es maravilloso, ya que de por sí nosotros, como seres mágicos, vivimos mucho más tiempo que los humanos."- dijo Thalassa con una sonrisa.
"¿Qué hay de ustedes dos?"- preguntó Nereus, mirando a Kai y Demian.
"Me presento de nuevo: soy Kai Nectaria y no tengo nada especial, solo soy un vampiro." -dijo Kai con algo de indiferencia después de escuchar a los otros.
Thalassa y Nereus intercambiaron miradas antes de decir al unísono: "Debes estar mintiendo."
"No estoy mintiendo, no tengo motivo para hacerlo." -respondió Kai, algo desconcertado.
"Yo estuve en esa era oscura y no quedó ningún sobreviviente vampirico." -dijo Thalassa, confusa y recordando momentos tristes mientras sentía un nudo en la garganta.
"Mi poder es especial. Puedo camuflarme como un humano e incluso alimentarme como ellos, aunque su comida no me aporta nada. Eso me ha permitido sobrevivir y pasar desapercibido, ademas eh estado alimentándome de animales moribundos y, actualmente, de sangre que compro en un banco de sangre." - explicó Kai con tranquilidad y seriedad.
"Eso es increíble. No pensé que aún quedaran vampiros."- dijo Nereus, asombrado.
"¿Que hay sobre ti?" - dijo Thalassa mirando a Demian.
"Me presento de nuevo: soy Demian Duat. Pueden considerarme un semidiós de la muerte. Digo 'semidiós' porque no he recuperado todo mi poder. Si fuera así, tal vez no estaría aquí y ya me habrían llamado al abismo."- explicó Demian con humildad.
"¿Semidiós? ¿De qué linaje provienes, joven?" -preguntó Nereus, algo escéptico.
"No provengo de un linaje, señor Asiria. Más bien, es una especie de reencarnación. En una vida pasada, fui Anubis, el dios de la muerte en Egipto. Hace poco, recuperé algunos recuerdos y parte de mi poder. Mi mente estaba hecha un caos con tantos recuerdos de cosas que nunca hice en esta vida." -dijo Demian con determinación, mirándolo a los ojos.
"Veo que todos aquí tienen una naturaleza particularmente asombrosa, así que no debo preocuparme por que se metan en problemas," dijo Thalassa, aliviada.
El ambiente en la sala se relajó un poco más. Los padres de Liz se sintieron más tranquilos al ver la fortaleza y determinación del grupo. Como ya era muy tarde y no sabían en que momento Melissa volvería a atacar, los padres de Liz les ofrecieron quedarse el tiempo que fuera necesario. Después de eso Thalassa se acerco a la cocina para preparar algo delicioso de comer, ya que todos se veían algo hambrientos. Aunque las heridas emocionales de Liz tardarían en sanar, ella sabía que, mientras permanecieran unidos, podrían enfrentar cualquier desafío que estuviera por venir.
a ver qué pasará /Hey/
O Demian o Basil. 🙂🔪