Viktor Drago, un abogado de la mafia italiana de 38 años, ha dedicado su vida a mantener el control y el poder en su organización, así como a proteger a su apellido. Su visión del amor está limitada a la lealtad que debería tener y el vacío familiar, una vida llena de dolor y sin amor. Todo cambia cuando la conoce.
Liora, una colombiana de 20 años que busca un nuevo comienzo lejos de un pasado lleno de dolor, encuentra refugio y apoyo en Viktor. A pesar del miedo a involucrarse a un mundo nuevo, Liora se siente irresistiblemente atraída por Viktor, quien representa todo lo que siempre ha soñado.
¿Podrá su amor superar las pruebas y tribulaciones del mundo peligroso en el que viven? ¿O sucumbirán a las presiones y se rendirán?
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Parte 21
Liora
El mal nacido de Ángelo había esperado pacientemente a que Viktor se fuera. Lo que me ofendía de forma muy grave era que uno de los empleados era de ese italiano mafioso.
Me cruzo de brazos, nos estaban apuntando a todos con un arma, yo estaba furiosa. Eran tres; uno se encargaba de una parte de los empleados y los otros dos de nosotros, mamá Drago, papá Drago, Dimitri y yo.
—Te dije que te tendría —Pongo los ojos en blanco, ¿quién se creía que era? Estaba cansada.
—¿Quién le pregunto? —Respondo de una forma boba, pero de verdad.
Quería vivir, pero si me iba a hacer de esta forma, prefería irme al otro mundo.
—¿No tienes miedo? —Podía ver el enojo en el ego de Corleone.
—Sí, y no, tengo miedo por personas inocentes que podrían morir. Otra parte es que siempre creí que mi país era peligroso, que el primer mundo era súper waoh, pero al final resulto en tremenda falsedad —Me encojo de hombros —Supongo que eso me pasa por idealizar la vida de un montón de personas.
—Eres demasiado extraña —Me dice Ángelo, mientras se acerca más a mí. Me agarra fuertemente del mentón, trato de esquivarlo, pero me superaba en fuerza. Era alto, pero no tanto como Viktor —. Ahora quiero tenerte con más ganas —Abro mis ojos sorprendida.
Esto se había salido de control.
—Déjala, sabes que si le haces algo, mi hijo te buscará —Es papá Drago quien habla, Ángelo lo mira de reojo.
—No debiste darle tantas alas a tu hijo, si lo hubieras limitado a ser un simple peón, no estaríamos en esto.
—Él también es un Corleone —Es mamá Drago quien habla, Ángelo me suelta y va hacia ella, le da una fuerte cachetada que la tira al piso, me iba a ir hacia ella, pero uno de los que me apuntaban hace un movimiento que me dice que otro paso y va a dispar*ar.
—Las mujeres Corleone nunca van a contar, porque si no cualquier tonto creería que podría ser Capo di tutti capi (Jefes de los jefes) —No había entendido que había dicho a lo último, pero supongo que era algo importante.
—Aun así, podemos pelear por nuestra sucesión —Es Dimitri quien habla, jadeo asustada, cuando el otro que no me estaba apuntando a mí, pone su arma en la cabeza del menor de los Drago.
Papá y mamá Drago de una quieren reaccionar, pero Ángelo le da un golpe a la que era un Corleone.
—Sigue hablando estupideces y no vas a vivir —Siento mis manos temblar, Ángelo se voltea a verme —¿Ahora si tienes miedo?
—No, no tengo —Miento, estaba asustada, estaba que me moría del miedo, pero no podía dejarlo ganar. La sonrisa que me da ese maldito hijo de put*a, trato de controlar que estaba temblando como chivo recién nacido.
—Eres tan tierna —Se ríe, mientras apunta a papá Drago —Lo culparé a él, porque si hubiera criado bien a su hijo, ese mismo niño jamás hubiera querido superarme en todo —El sonido del dispar*o suena horrible, escucho a algunas empleadas sollozar.
El grito del papá de Viktor me hace temblar aún más, el grito de la mamá Viktor me hace querer llorar por el dolor que debe estar sintiendo hacia su esposo. Luego le apunta a la mamá Drago que sigue temblando al lado del Drago mayor.
Le había disparado en la pierna, pero ahora le estaba apuntando en la cabeza a mamá Drago.
—Ya entendí, solo deja esa arma, iré contigo, solo déjalos —Ángelo se ríe, era un maldito lunático.
—¿Por qué debería hacerte caso? Si le mat*o\, vas a seguir mis órdenes como una perr*a y eso es lo que necesito —Iba a omitir el insulto que me había proporcionado.
—Bien, haré lo que quieras, solo déjalos a ellos —Veo la duda en sus ojos, pero al final hace una ceña a sus empleados y ellos bajan sus armas, menos uno.
—Voy a creer en ti, pero si llegas a hacer algo, él matará a todos los que pueda —Asiento, debía tener fe en Dimitri, una vez habíamos hablado y me dijo que había aprendido defensa personal y todo sobre armas. Ahora, viendo desde ese panorama, menos mal lo había hecho —. Muévanse —Grita a los demás, mientras me hace caminar con su arma apuntando a mi espalda.
—Si él se muere, no podrás tener la certeza de que yo haga lo que tú quieras —Presiona más fuerte a mi espalda.
—Pruébame y verás que harás lo que yo te digo —No podía hacer más, lo mejor era quedarme sin molestarlo, porque de esa forma podría saber que ellos iban a sobrevivir.
Un disparo en la pierna no debía hacer mucho daño, ¿cierto? No estoy segura, pero si me ponía a pensar en eso, iba a querer llorar y no le iba a mostrar debilidad a ese hijo de su mamá.
—Bien —Me hace entrar rápido al carro, me voy a la ventana, total no me podía tirar porque me iban a matar y por un momento quise estar con Viktor, quise quedarme con él.
¿Él iba a estar bien sin mí? Tal vez podría tener a otra mujer, tal vez iba a conseguir a alguien mucho mejor que yo, cuando por fin quitará a Ángelo del camino.
Cuando llegamos a no sé donde, porque no conocía mucho la ciudad. Era otra mansión, un poco más extravagante.
—Todos los que tienen cosas extravagantes es porque la tienen pequeña y deben llenar vacíos —Ángelo me mira, esa misma mirada llena de rabia que le daba a Viktor cada vez que se encontraban.
—Eres muy bocona —Pongo los ojos en blanco. Hace años mi madre me había quitado esa parte, pero Viktor me había vuelto a dar la confianza de decir lo que necesitaba y a poder sentir cada una de mis emociones. Se acerca más y me vuelve agarrar del mentón —Esa carita tan linda debe saber hacer muchas cosas.
—Nunca lo sabrás, primero muerta antes que me toques —Aleja su mano y la alza para darme una fuerte cachetada, demasiada fuerza que me hace caer al suelo.
Quedo totalmente sorprendida. Mi madre me había golpeado muchas veces, pero jamás con tanta fuerza como había hecho este hombre.
—Piensa antes de hablar, porque estoy lejos de ser Viktor.
—Se nota —Así tirada en el suelo me vuelve a dar en la misma mejilla y sin querer las lágrimas se me salen. Maldito animal.
—¡Ángelo Corleone! —Un grito hace que todas las personas se pongan derechas y alzo la mirada, un hombre con bastón y pelo blanco me está mirando —Ella es Liora Díaz, la prometida de Viktor Drago, ¿qué hiciste maldito niño?
Sonrió con burla, era su papá.
—Me quiero casar con ella. No me importa que sea la prometida de Viktor —Abro mis ojos sorprendida cuando ese hombre le da con el bastón en la pierna y lo hace caer al suelo. Se encontraba en la misma posición que yo, pero la diferencia es que él estaba rojo, no sé si de la rabia o de la vergüenza.
—Si te hubieras dedicado a estudiar en vez de creer que eras un Dios todo supremo, sabrías que acabas de cometer suicidio —Extiende su mano para ayudarme —Ven, jovencita. Dentro de poco vendrán por ti.
Acepto la mano del viejo Corleone, era igual a la madre de Viktor, solo que con pelo blanco.
Es entretenida