En el corazón de una vibrante ciudad, un centro cultural. Fundado por Claudia Romero, Martínez y Laura Gutiérrez, el centro ha transformado la vida de muchos. Sin embargo, la paz y el éxito del centro se ven abruptamente interrumpidos por un incendio devastador que arrasa gran parte de sus instalaciones.La revelación de que el fuego fue intencional añade una capa de traición a la tragedia.
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Un pensamiento pasado
Capítulo 11: Un pensamiento pasado
La ciudad estaba empezando a recobrar su ritmo habitual después de la captura de Alejandro Salazar. Las noticias sobre su arresto se habían esparcido rápidamente, y la calma estaba regresando lentamente a las calles que habían estado en vilo. Sin embargo, para Claudia Romero y el capitán Javier Martínez, el caso seguía resonando en sus mentes. El juego macabro de Alejandro había dejado marcas profundas, y la resolución del caso estaba lejos de ser un final sencillo.
En el día siguiente a la captura, Claudia y Martínez estaban en la comisaría revisando los últimos detalles del caso y preparando el informe final. Aunque el principal responsable había sido detenido, había una sensación persistente de inquietud sobre el impacto de sus crímenes y las posibles implicaciones que aún quedaban por resolver.
—El caso está cerrado, pero hay tantas cosas que todavía no comprendemos completamente —dijo Claudia, hojeando los archivos—. Alejandro tenía un patrón muy específico y parece que estaba más interesado en su propio juego psicológico que en el acto de asesinar por sí mismo.
—Sí, y lo que es más inquietante —respondió Martínez—, es cómo usó el arte y la historia para su ventaja. Fue un verdadero maestro manipulador. ¿Qué hacemos con todo el material que encontramos? Los documentos, fotos y notas sobre sus motivaciones… es bastante perturbador.
—Creo que debemos asegurarnos de que todo esté documentado y guardado adecuadamente —dijo Claudia—. Estos materiales pueden proporcionar información valiosa para futuros casos y ayudar a entender mejor la psicología de criminales como Alejandro.
Mientras tanto, Laura Gutiérrez había regresado a su galería, intentando recuperar su vida después del caos. El hallazgo del frasco y el posterior seguimiento de la policía habían alterado su rutina, y estaba decidida a restaurar la normalidad en su espacio creativo. Aunque la galería estaba intacta, la experiencia la había dejado reflexionando sobre el impacto que el arte y la historia pueden tener en la vida real.
—Nunca imaginé que mi trabajo estaría tan conectado con algo tan siniestro —comentó Laura a un colega que la visitaba—. Pensar que un asesino usó mi galería como parte de su juego es desconcertante.
—Es difícil de asimilar —respondió el colega—. Pero has demostrado una gran fortaleza. A veces, el arte tiene un papel en cosas que no podemos controlar.
Laura asintió, comprendiendo que el arte y la historia pueden tener un impacto más profundo de lo que se piensa. Mientras revisaba su colección, encontró un antiguo manuscrito que había estado guardando desde hace mucho tiempo. Al hojearlo, se dio cuenta de que el manuscrito contenía historias y eventos que estaban relacionados con algunos de los temas explorados por Alejandro.
Intrigada, Laura comenzó a investigar más a fondo, descubriendo conexiones entre los temas del manuscrito y el patrón del asesino. Aunque no había ninguna evidencia de que Alejandro hubiera tenido acceso al manuscrito, Laura no pudo evitar sentir que había algo más en la historia que debía entenderse.
En la comisaría, Claudia y Martínez estaban preparando una presentación sobre el caso para una conferencia sobre criminología y psicología criminal. Querían compartir lo que habían aprendido y cómo los patrones y motivaciones de Alejandro podían ayudar a prevenir futuros crímenes.
—El caso de Alejandro Salazar no solo es un estudio de un asesino en serie —dijo Claudia durante la presentación—. También es un recordatorio de cómo el arte, la historia y la psicología pueden entrelazarse de maneras inesperadas. Alejandro usó estos elementos para crear un juego psicológico que desafió nuestras percepciones de la realidad.
La conferencia fue bien recibida, y el trabajo de Claudia y Martínez recibió elogios por su profundidad y análisis. El caso de Alejandro Salazar se convirtió en un ejemplo destacado en el estudio de criminales y en cómo las motivaciones psicológicas y culturales pueden influir en el comportamiento delictivo.
A medida que el tiempo pasaba, la ciudad seguía avanzando hacia la normalidad. Claudia y Martínez continuaron con sus vidas, sabiendo que el caso de Alejandro había dejado una marca duradera en ellos y en la comunidad.
Laura Gutiérrez, mientras tanto, decidió explorar una nueva dirección en su arte, inspirada por su experiencia. Comenzó a crear una serie de obras que exploraban la intersección entre la historia, la psicología y el arte, reflejando sus propias reflexiones sobre el impacto que estos elementos pueden tener en la vida real.