Todo iba al plan de Morgana, un hombre cualquiera, guapo, con exelente carácter y suficiente borracho para darle lo que necesitaba.
Un hijo.
Solo eso necesitaba para conseguir todo lo que la vida le ofrecía.
Sin embargo después de años, la vida le devuelve lo que tanto quitó y pidiéndole aún más.
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Capitulo 21
Edgar beso el cuello de la chica y está se removió incomoda de la cama. Reprimió el impulso de gemir en voz alta pero se contuvo, tenía que ser fuerte. Necesitaba hablar con Edgar.
Todas las noches se dedicaban un tiempo en específico para hablar juntos y hoy no era la excepción, el hombre se despojo de su saco y se subió las mangas de su camisa blanca.
El trabajo le estaba quitando él tiempo suficiente para mantener su mente a raya, Edgar era un hombre que dedicaba al cien por ciento su trabajo, sin embargo ahora que tenia algo más importante que cuidar, se había limitado a salir solo estrictamente lo necesario.
Morgana se acomodo en la cama dándole espacio al hombre, él quito sus lentes de lectura y se acomodo a su lado, ahí, en la calidez de la habitación y el olor a Vainilla se permitió relajarse por vez primera en el día.
La prensa ya sospechaba de su relación y siempre lo bombardeaban con la misma pregunta: ¿Que hacia con los Thompson? Aunque el rostro del niño no había salido a la luz, el tiempo se agotaba y la verdad iba a salir sin control por todo el mundo empresarial.
Él no quería agobiar a la chica pero era importante que lo supiera para prepararse.
—¿Como te fue en el trabajo?— Morgana se encontraba de mejor humor, se había decidido a no pensar en sus hijos por menos ahora, que Edgar le daba el voto de confianza—¿Algo nuevo?
—El proyecto va mejor de lo que esperaba, los planos están listos y el personal calificado empezó con su labor en el terreno.
—Perfecto, sé que elegí un personal capacitado. —Él hombre la tomó de las manos y jugo con sus dedos, Morgana enseguida noto que algo había mal— ¿Hay algo mal? ¿Sucedió algo con el proyecto?
—No...—Suspiro profundo—Se trata de la prensa, sospechan que algo sucede entre nosotros.—Ella intento hablar pero el la detuvo— No temo por las cosas materiales, temo por nuestro hijo, Morgsna. El no está listo para enfrentar la prensa ni la verdad.
—Creí que habías dicho que querías que lleváramos a Jacob al psicólogo.
—Si, pero ahora con el embarazo, la prensa y todo lo que sucede, creo que es mejor esperar ¿Que dices tu?
—¿Puedes mantener la posición en la que el niño te conoce ahora?
—No me interesa que me llame padre ó Edgar. Solo quiero que sea feliz.
Aquellas palabras hicieron que el corazón de Morgana latiera de prisa, ella amaba a ese hombre y duda o no, comprendía que su corazón era el más puro que había conocido, él hombre era un buen padre y ella se arrepintió de la decisión que había tomado.
—Eres un buen padre, Edgar—Ella acaricio su rostro y se acercó aún más a él— Lamento haberte alejado de Jacob.
— No importa eso ahora, cariño. Debemos preocuparnos por nuestro futuro, ¿Que tal si elegimos el nombre del bebé?
—Hablando de eso, ¿Que tal una apuesta?
Edgar sonrio como jamás jamás había hecho y asintio emocionado. Después de todo, al hombre le encantaba apostar.
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Ronald acaricio el pelo de su hijo, Jacob se encontraba acostado mirando el juguete entre sus manos. Su humor decayó cuando el niño cantaba una canción que la señora Margaret le había enseñado hace poco.
—¿Jacob, tu me quieres, hijo?—El hombre pronunció aquellas palabras como un susurro, como un cantar del viento.
—Papá yo te quiero mucho —El niño se levantó y lo miró a los ojos emocionado—¡También a Nani Margaret, a Edgar y a mi nuevo hermanito!
Aquello hizo que la furia de Ronald sobresaliera y su mente se llenará de fuego ardiente.
—Jacob, papi te quiere mucho.
—Ya lo sé, mi papá es único y me compra mi helado favorito ¿Me compraras helado?
Él hombre asintio y recostó de nuevo al niño entre sus piernas. Una lágrima traicionera se deslizó por su mejilla haciéndolo recordar por todo lo que había pasado.
Shawn, él amor de su vida estaba desesperado de esperar, por lo que su única solución era dañar a las personas que me rodeaban, su objetivo principal era Morgana, pero al único que habi encontrado en su camino había sido Jacob, buscando una manera de dañar a la mujer y alejarlo para siempre de Ronald.
Pero lo que no sabía era que Ronald no estaba dispuesto a perdonar el daño que le causó a su hijo. Así que huyo, dejando atrás su dañado corazón y un nuevo odio hacia la mujer que había hecho su vida en un infierno.
Si la mujer le hubiera permitido divorciarse, ahora mismo ambos hubieran sido felices con sus parejas.
Pero no, Morgana Thompson le arruino la vida y el no estaba dispuesto a dejar que ella fuera feliz, aún si le costaba su vida misma.
Iba a ser todo lo posible por arruinarla y demostrarle, que con él no se jugaba.
—¿Jacob, quieres ir mañana a conocer a tu hermanito?
—¿Cuál hermanito? ¿El que mamá tiene en el estómago? —Dijo el niño, emocionado.
El hombre se limitó a asentir y a sonreír al niño que jamás se iba a ir de su lado.