Anabel

Julia volvió a la ciudad, trabajaba en la mansión de una familia adinerada, cuidando de la esposa enferma. El dueño de la casa tenía una amante que venía a revolcarse con él sin ninguna vergüenza, sabiendo que allí vive su esposa.

La mujer lo sabía todo y sufría mucho por ello. Justo el mismo día que Julia volvió con el corazón roto, hubo una fuerte discusión, la amante le exigía al hombre que debía casarse con ella y reconocer a su hija de dos años. El estaba furioso porque se acababa de enterar por su esposa que la amante estaba casada y tenía dos hijas no solo una. Le mostró todas las pruebas, pero la desvergonzada amante gritaba que lo ama y que debe cuidar de ella y de la niña de ambos, que únicamente se casó con otro para darle una lección por no divorciarse de su mujer, como le había prometido, pero que ya lo había abandonado.

Él mismo la arrastró de los pelos y la sacó de la casa, fue un gran escándalo, sobre todo para la familia de la amante, que ya no podía ni salir a la calle por la vergüenza.

Después de ese incidente, el hombre se esforzó mucho en volver a ganarse el corazón de su esposa y Dios los bendijo con gemelos, después de muchos años intentándolo.

Todo había quedado en el olvido, hasta que Julia llegó de nuevo a casa de su hermano y conoció a Rosaura, al principio le sonaba mucho su cara, pero no conseguía recordar dónde la había visto, cuando Juan mencionó donde vivía su mujer antes de casarse y el nombre de su suegra, entonces todo cobró sentido.

Esa mujer estaba dispuesta a abandonar a su marido y a su hija para irse con su amante y solo cuando él la rechazó volvió junto a ellos. No solo le puso los cuernos, también le endosó una hija que no es suya, y la bastarda había sacado la genética traidora y retorcida de su madre.

Todos estos meses ha tenido que ver al hombre al que ama en secreto, junto a una mujer que no lo merece, pero solo puede mirar y callar.

Al irse Anabel, la vida de la familia se volvió caótica. Rosaura no hacía más que quejarse, no cuidaba de sus hijos ni de su hogar, siempre se hacía la enferma para desentenderse de sus obligaciones. A Julia le daban lástima los pequeños y junto a Manuel tomaron la decisión de quedarse con el mayor, ellos vivían más cerca de la escuela y así podían ocuparse de él. El niño era un amor, muy educado y agradecido, cada vez que Julia lo elogiaba, él respondía - Soy así gracias a Anabel, ella me enseñó como ser un caballero. Quiero que cuando mi hermana me vuelva a ver esté muy orgullosa de mí.

Nunca hablaba de ella sin emocionarse y que se le escapara alguna lágrima.

Manuel tal como prometió fue a la hacienda García a hablar con el dueño. Le contó lo que había pasado y este llamó a su primo Andrés en su presencia. Andrés le dijo que Anabel estaba bien, pero que ellos no la veían porque su suegra siempre los visitaba sola. Prometió que irían a casa de su cuñada y no se quedarían tranquilos hasta que vieran personalmente a Anabel y le mandaran recuerdos de su familia.

Manuel fue a casa de sus amigos a contarles todo para que se tranquilizaran.

La casa estaba hecha un desastre y los gritos de la pareja se oían desde el exterior. El aroma de las esencias de Anabel que siempre impregnaban el ambiente habían desaparecido, ya no había comida recién hecha y los pequeños estaban sucios jugando fuera bajo un sol ardiente.

Manuel gritó el nombre de su amigo, para que notaran su presencia y dejaran de discutir.

Juan estaba realmente furioso, le llevó un buen rato calmarse. Manuel al verlo así, se lo llevó a dar un paseo - Ya no puedo más. Esta situación es insostenible. Toda mi vida me he culpado por arrastrarla a este lugar, sé que no es la vida que ella esperaba, pero tampoco es la que esperaba yo, este es nuestro destino y ya debería haberlo aceptado. Rosaura es una mujer débil, caprichosa y manipuladora.

Ya no siento ningún remordimiento, me he quitado la venda de los ojos. Ella insistió en casarse conmigo y en venir aquí. Le dije que primero tenía que venir yo solo y prepararlo todo para que ella estuviera cómoda, pero esa terca mujer me obligo a casarme en menos de quince días, con todo lo que una boda conlleva, todos los ahorros que tenía destinados para crear un hogar, se fueron en el vestido de novia y un montón de banalidades sin sentido. Yo únicamente obecia como un idiota. Ella no paraba de repetir que con tal de estar conmigo, no le importaría dormir sobre la tierra y alimentarse solo de agua y fruta. Pero en cuanto puso un pie en la casa, todo fueron quejas y reproches, me hizo sentir el hombre más miserable del mundo por no ofrecerle una vida digna, además de sus burlas continuas por dejarme timar por García.

Todo puedo soportarlo, menos su falta de amor maternal por nuestros hijos ¡mira como los tiene! Anoche el bebé no paró de llorar porque tenía mucha fiebre y ni se dignó a levantarse de su sitio, me dijo que ella no podía hacer nada por él, porque no es médica ni enfermera

Hasta las bestias tienen cariño y preocupación por sus crías. ¡No puedo más! No sabemos nada de Anabel y ni así despierta de su egoísmo. Ésta debería ser una lección para cuidar mejor de lo que tenemos, porque no sabemos su valor hasta que lo perdemos.

Manuel - Lo siento muchísimo, amigo. Ojalá pudiera darte un buen consejo o ayudarte de algún modo, pero no sé cómo hacerlo. En cuanto a Anabel, tendremos noticias pronto. Andrés va a ir a verla y luego llamará para contarnos cómo está.

En cuanto a los niños , hablaré con mi hermana , ella es enfermera, pero casi siempre ha trabajado de niñera para gente rica , está muy capacitada. Si acepta pueden quedarse con nosotros un tiempo , hasta que tú arregles las cosas con Rosaura.

Juan - Ni hablar, amigo, ya has hecho demasiado por mí. Tienes a esa demonio que ha salido a su madre, en tu casa y también al pequeño Juan. Nunca podré agradecerte todo lo que haces por mi familia.

Manuel - No digas tonterías, también es mi familia. Si no fuera por vosotros me hubiera vuelto loco aquí tan solo. Cada vez que nacía uno de tus hijos, yo lo sentía como propio, mi alegría era inmensa.

Juan - Lo sé, siempre estabas a mi lado, no sé qué hubiera hecho sin tu apoyo. ¿Y a ti cómo te va con Margarita? No debe ser fácil convivir con dos mujeres. Aunque Julia es una mujer excepcional, ella es tan diferente...

Manuel - Es divertido a ratos. Mi hermana Julia es una bendición. En cuanto a Margarita, me lo está poniendo muy difícil. Ahora le ha dado por querer ser mi esposa de verdad, dice que le contará a García que mi falso matrimonio es una estafa, para quedarnos con sus tierras.

Juan - Maldita sea . Esa niña es un demonio