PROTEGERÉ AL VILLANO

—duque, usted, se encuentra en edad de ir a la academia ¿verdad?, su carta de aceptación debería llegar pronto, tenemos muy poco tiempo para que aprenda lo básico.

—no, de ninguna manera, no iré a la academia, la reina madre ya acaparó todo mi tiempo, con lecciones y eventos obligatorios, sin mencionar que ahora soy el encargado del ducado Villanueva, no iré.

—mi lord, no es propio de un noble quejarse de esa manera, las responsabilidades lo son todo, y se asumen con honor.

—(a la mierda su honor, yo solo quiero pasar tiempo con Gale y largarme de aquí) no me maté estudiando dos años, para perder dos más en una academia de niños mimados y odiosos.

—dijo que estudió dos años?, ¿que exactamente?

—(empecemos por hartar a esta molesta mujer), uuumm... En labores del campo, sembrar, regar las plantas, también iba a venderlas yo mismo.

—¿Cómo? (¿acaso intenta burlarse de mí?) duque, ese tipo de tareas no cuentan como estudios, no en las que son sus funciones ahora. —la mujer estaba claramente enojada, puede que su posición fuera más alta que la suya, pero no era más que un campesino ignorante, así que se sentía humillada de estar bajo sus servicios.

—con permiso —Zade se fue todo lo que quería era ver a su hijo, el pequeño lo esperaba en su habitación y lo abrazó feliz al verlo llegar.

—bienvenido duque. —Zade sintió su pecho pesado, Gale no lo llamó mami, sino Duque. ¿Por qué?

—Gale, ¿estás enojado conmigo otra vez? —el niño negó.

—¿entonces por qué me llamaste duque en lugar de mamá? ¿que pasa? —antes de que el niño pudiera hablar, la baronesa ya se encontraba allí diciendo que tenía que iniciar sus lecciones.

—Gale hijo, ya regreso, ¿puedes jugar con Xara mientras yo estudio? , no salgas de tu habitación, hasta que esa mujer se vaya, seré paciente por ahora, pero si se mete contigo no lo pasaré por alto —el niño asintió con tristeza, Zade no quería irse, pero volvió a oír a la mujer llamarlo.

—estoy bien, hasta luego. —esa despedida del niño lo dejó más intranquilo, pero no podía hablar correctamente con él con esa mujer ahí. Le dio un abrazo y salió.

La semana se pasó lenta tortuosamente lento, entre todas las aburridas lecciones y maestros el tiempo para pasar con su hijo se acabó, para cuando podía ir con él el niño ya dormía.

Salió tarde de su visita a la reina madre, la mujer lo mantuvo ocupado todo el día, solo muy tarde en la noche pudo volver a casa, fue a la habitación de su hijo que ya se encontraba dormido como todos los días últimamente y suspiró dándole un beso.

—perdona por descuidarte tanto Gale, a partir de mañana será diferente, empezando por el hecho de que tendré dos días sin esas molestas clases. Salió de la habitación para darse un baño y dormir.

—mi señor, hay algo que tengo que decirle... —Nevae se veía nerviosa y Zade no pasó eso por alto.

—que ocurre Nevae?

—duque, su baño ya está listo —Zade miró a la mujer, una de las distinguidas sirvientas del palacio, no la soportaba ni un poco, iré en un momento.

—Nevae, me estabas diciendo algo, te escucho.

—n...no es nada mi señor, tenga un buen baño, con permiso. —ella se veía muy alterada después de ver a la mujer, el omega la miró unos instantes y pasó de ella yendo a su habitación.

No creía que esa mujer se atreviera a intimidar a su doncella, sin embargo, ella, Maty y Katly también estaban recibiendo duras lecciones para ser dignas doncellas de un duque, no quería exigirles más, pero de ahora en adelante planeaba vigilar a aquella mujer, no le importaba si cumplía las órdenes del rey, nadie iba a intimidar a los suyos en su presencia.

*

A la mañana siguiente Zade estaba tan emocionado por el día que pasaría con su hijo y libre de lecciones que se levantó más temprano que de costumbre, cuando la sirvienta entraba para despertarlo, ya no había nadie.

El omega había ido a la habitación de su hijo para despertarlo, este ya se vestía. Zade no le había pedido a las sirvientas que no atendieran a su hijo, así que eso le pareció extraño, aunque también era temprano todavía.

—buenos días, hijo!



Normalmente, habría tenido el gesto de vuelta del niño, pero este apenas y respondió a su saludo.

—Gale, ¿que tienes?, ¿te sientes enfermo?, ¿te duele en algún lado? —estaba preocupado, el niño negó a todas sus preguntas, así que pensó que su hijo estaba enojado por haber sido olvidado toda una semana. Lo abrazó con fuerza.

—perdóname hijo, de verdad no quería dejarte, pero me fue imposible librarme de todo antes, pero a partir de hoy todo será diferente, lo prometo, ¿me perdonas? —el niño asintió.

—¿tienes hambre Gale? —no obtuvo una respuesta, el menor bajó la cabeza y negó.

—¿como que no?, pero ya es hora, vayamos al comedor, seguro cuando veas la comida te entrará hambre. —condujo al niño de la mano hasta el lugar, al llegar al enorme comedor solo había un lugar preparado donde se sentaba el omega.

—mi hijo comerá conmigo, pongan otro lugar en la mesa —hay un poco de asombro en las sirvientas al oír la orden, pero inmediatamente las mujeres se van a cumplir sus órdenes.

Zade carga al pequeño y lo sienta en el lugar ya dispuesto para él sentándose a su lado, para verlo comer feliz.

—todo se ve delicioso, vamos come —el pequeño en silencio toma el cubierto y prueba la comida.

—¿y que tal?, ¿te gusta? —el pequeño asintió y continuó comiendo, Zade tomó el tenedor y probó un poco.

—A mi parecer es demasiado elegante, pero saben muy bien, aunque es difícil disfrutar la comida con alguien que te fastidia cada segundo, esa baronesa es tan molesta —el niño se había detenido de pronto.

—Gale come más, debes alimentarte bien para crecer grande y fuerte. —el niño continuó comiendo cada vez con menos timidez, y Zade feliz lo animaba.

La sirvienta terminó de poner otro lugar en la mesa, pero cuando el omega vio lo que habían servido para el pequeño enfureció.

—¿qué se supone que es eso? —aquella sopa no solo tenía un color desagradable, también tenía mal olor.

—es lo que la jefa ordenó qué se sirva a ese niño. —Habló la sirvienta con desde en su voz, como si hablara de un animal y no de un niño, y como si Gale no fuese el hijo del dueño de aquella mansión, por ende el heredero de todo eso ahí.

Zade estaba furioso, creía que esa mujer se había estado metiendo con sus sirvientes, pero resultaba que también con su hijo. La vio entrar a la sala, sus ojos rubí se veían mucho más rojos de lo usuales, no dejó hablar a la mujer, tomó la sopa y la arrojó al suelo.

—bebela —la mujer palideció por la orden en especial porque la mirada del omega le decía que no era una broma.

—y...yo no entiendo señor, ¿por qué? —la sujetó del cuello y obligó a arrodillarse.

—¿no entiendes por qué? viniste a mi mansión y te sentiste con el derecho de maltratar a mi hijo, ¿que pensaste que te haría, maldita desgraciada? Bebe la porquería que querías darle a mi hijo —la mujer lo hizo, mientras pedía perdón.