¿Seré Una Gordita Con Suerte?

Se llegó el día del matrimonio; fue a un mes del funeral de la señora Estefanía. En ese mes, no vi a Bruno ni un solo día, esta tan enojado que no quiso ni verme.

Cuando llego al registro civil lo veo con un traje negro perfecto a su cuerpo; yo solo traigo un vestido blanco sencillo pero bonito.

Veo a Massimo que está hablado con el notario y le doy una sonrisa, Bruno se da cuenta y me toma del abrazo fuerte. Después de la ceremonia, en donde uno de los testigos fue el abogado, quien se acerca y dice — felicidades señor y señora Soracchi , en una semana, podrán venir a mi despacho por sus respectivos documentos… Bruno lanza una mirada fría y solo dice — ahí estaré… sonrio y le digo — gracias… Bruno me toma de la mano y me hace subir a su auto, no tengo ganas de hablar sobre nada con él así que me pongo a pensar, en los nervios que tengo porque sabré al fin mi verdadero nombre, mi nacionalidad, si tengo o no familia. Me invade una ansiedad indescriptible.

Una vez entramos a la mansión, subo rápidamente hacia mi habitación, me quito el vestido y entro para darme una ducha. Mientras tanto Bruno se encierra en su despacho a tomar alcohol. No les puedo mentir, me siento muy angustiada por todo eso, sobre todo porque no se que está pensando Bruno, que por obvias razones puedo darme cuenta que esta muy enojado por lo que hizo su madre y que de alguna manera me culpa a mi.

Solo debo esperar una semana para saber todo de mi, no les había contado nada porque apenas son como flashback, como si fueran cortos de películas de mi vida, sobretodo veo una mujer muy parecida a mi, y también sueño con ella, se que hablamos en sueños pero cuando despierto no recuerdo nada.

Continúo con mi rutina y Bruno no me habla y yo trato también de evitarlo. Hoy salí temprano porque deseo ir a visitar a la señora Estefanía, es importante para mi, poder despedirme. Entonces tomo un taxi y me dirijo al cementerio, Massimo me hizo el favor de pasarme la dirección. Cuando llego, me arrodillo al frente de su tumba y empiezo a cuestionar todo lo que está pasando. Siento que llevo poco tiempo en el cementerio, pero cuando miro mi reloj ya es tarde y debo ir a la universidad, me limpio las lágrimas y me voy a buscar un taxi. Justo cuando voy saliendo veo llegar a Bruno, se ve tan guapo, trae un traje color vino tinto pegado a su cuerpo, unos zapatos de charol y unas gafas oscuras, está guapísimo. Cuando lo veo, bajo la cabeza y empiezo a caminar hacia la salida, él toma mi brazo cuando paso por su lado y dice —viniste a darle las gracias?… me suelto y le respondo — vengo a cuestionar su última voluntad… luego empiezo a caminar hacia la salida.

Es tan horrible no saber que está pensando ese hombre, que planes tiene y lo que piensa ahora sobre mi.

Después de clase, Massimo vendra, quedamos de vernos para tomarnos un café. Fuimos a una cafetería que queda al lado de la universidad, cuando lo veo llegar, me da mucha alegría, porque hace rato no lo veía y ahora es la única persona con la que puedo contar.

Él me saluda muy efusivamente y dice — cómo está la señora Soracchi?… le hago un gesto despectivo y le digo —aún no creo que haya pasado todo eso… me toma la mano y dice — yo conocí muy bien a Estefanía, ella siempre supo jugar, era una mujer muy inteligente y sagaz, la admiraba mucho… sonrío y digo — fue una mujer increíble, me acogió siendo una desconocida, la extraño mucho… caminamos hacia la cafetería y seguimos hablado por más tiempo.