DE VUELTA AL DESEO

Corro de aquí para allá y de allá para acá tratando de hacer el menor ruido posible, ¡me quedé dormida!, estoy que grito de frustración, nunca he llegado tarde a reuniones ni a nada y menos si es importante.

Por estar de caliente y abriendo las piernas.

Salgo a paso veloz después de arreglarme, no puedo llegar hecha un desastre, al menos se que Liam está en la misma habitación que Grace, pedí servicio a la habitación para que al despertar tengan el desayuno listo y mi hija pueda alimentarse.

¡Voy a matar a Jules! Esa boca suya siempre acertando en cosas que no tiene que acertar, ¡juro matarla! Le cerraré esa boca, en serio.

Estoy histérica, lo acepto, pero es porque voy tarde, pero tuve la mejor noche de sexo en mucho tiempo, mi cuerpo se ha quitado mil pesos de encima, ahora entiendo cuando dicen que, el sexo te libera.

Le explico al chófer del taxi con detalle a donde debe llevarme y nos ponemos en marcha, realmente no es tan lejos del hotel, emprendí una larga búsqueda del hospedaje cuando vi donde quedaba el lugar y necesitaba algo céntrico, con Grace me gustan más las cosas a la vista, céntricas.

Bajo corriendo del auto, pero me detengo unos segundos a dar tres bocanadas de aire para relajarme un poco, por suerte y por mi obsesión a la organización, arme mis trajes antes de viajar, cuento con la maravillosa aplicación Pinterest que me ayuda a organizar todo antes de cualquier viaje, reunión u ocasión importante.

Llevo un chaleco beige que desde que lo vi en la tienda sabía que tenía que ser mío, una blusa de tirantes rosa, un pantalón de vestir azul oscuro y lo que más me gusta de este outfit son los zapatos de animal print, ¡son lo mejor! Y mi pequeño bolso que hace juego con mi ropa.

Termino de entrar al lugar y me dirijo hasta la recepción, espero que mi maquillaje no se haya arruinado, ya de por sí voy 5 minutos tarde no quiero presentarme como una loca.

—Buenos días señorita— sonrió—soy Grecia Burke y tengo una reunión con el director— le informo.

—Buenos días señorita Burke, vaya hasta el último piso— me indica entregándome un pase.

—Muchas gracias— sonrió un poco y comienzo mi camino al ascensor.

¿Por qué la mayoría de las oficinas del gran jefe están en el último piso? ¿Para hacer nota que es el jefe? Es ridículo, pero bueno, entre gustos y colores; Subo a la máquina y espero a que haga su famoso trabajo, estoy comenzando a sentir nervios y vergüenza, jamás había llegado tarde a una reunión y por estar abriendo mis piernotas estoy dando una primera mala impresión de mi en un proyecto que cree que mucho esfuerzo.

—Buenos días— saludo a la secretaria—Soy Grecia Burke— me presento.

—Buenos días, venga por acá señorita Burke— dice colocándose de pie y caminando por un largo pasillo en donde solo hay tres puertas, da miedo—El señor Garza la espera— me indica abriendo la puerta del despacho.

¡Madre de Dios!.

Si no es por mi autocontrol mi quijada estuviera ya en el piso, su oficina es, es demasiado elegante, tiene hermosos cuadros, sofás en una esquina y una impresionante vista a la ciudad de Madrid, simplemente hermoso.

— Buenos días, Señor Garza— saludo adentrándome un poco más a la espaciosa oficina.

—Buenos días, señorita Burke— sonríe, no es viejo como pensé—Llega tarde— recalca y en seguida me lleno más de vergüenza.

—Lamento el retraso, ciudad nueva y tuve que preparar a mi hija— le digo una mentira piadosa, no podía decirle que por estar tomando como alcohólica y follando como coneja no escuché la alarma del teléfono.

—No se preocupe, tomé asiento por favor— me indica y así lo hago—Me alegra conocerte— dice con seriedad— tus productos son muy buenos— asegura— No les tenía mucha fe, porque cuando vi que eran naturales o en este caso caseros, pensé que no tenían mucha novedad— confiesa—Pero realmente me cerraron la boca— ríe un poco.

—Tengo una tienda donde vendemos todo tipo de productos para el cuidado fácil y del cabello tanto de hombres como mujeres, créame que para realizar los productos que mande acá hice una extensa investigación— le explico.

—Ahora puedo ver qué si —asiente—De verdad me interesan tus productos—dice—Así que esto es más para hacer negocios que para otra cosa— va directo.

—Y a mí me interesa vender mis productos— sonrío.

—Bueno Grecia, mi secretaria traerá en contrato donde específica detalladamente todo lo que nos compete a ambos, ganancias y demás— explica—Aquí ganamos todos y sé que tus productos serán vendidos a nivel mundial— dice con coquetería y quiero reír.

Nuestra conversación se basa en términos y condiciones, ganancias a corto y largo plazo, gastos, odo lo referente a la distribución del producto, estoy muy emocionada, porque esto para mí es un logro super grande, me esforcé demasiado para llegar aquí.

Nos despedimos y salgo del edificio, es amable y coqueto el señor Garza aparte de que es muy guapo; Debo estar unos días más acá en Madrid y ya después me puedo ir a Londres con tranquilidad, porque desde ya puedo controlar todo.

Lo maravilloso de la tecnología.