Códigos Del Corazón. (Amor En Tiempos Robóticos)

Elora:

Titania, mujer de apariencia elegante pero de mirada fría, supervisaba de cerca los movimientos de Max. La organización estaba comprometida con mantener y hacer cumplir las reglas de RoboTech y los traidores estaban bajo su escrutinio constante.

En ese momento Elora, entró en la sala de control. Titania dirigio su mirada de ojos verdes hacia la creadora de robots, ella era otro asunto que necesitaba contener.

Por la mirada que le dio su directora. Elora temía que esta reunión traería restricciones en su trabajo.

—Me mando a llamar, señora.

Titanía le dio una sonrisa cordial pero Elora pudo ver la frialdad de sus ojos. Ella estába en su punto de mira, gracias a Spencer.

—Ven Elora, vamos. Siempre viene bien una taza de café en momentos de crisis.

Elora no dijo nada y la siguio. Ella creyó que irían a la cafetería de la empresa a la vista de todos, pero su directora desvió sus pasos hacia su oficina.

La chica con todas sus fuerzas, evitó sentir y reflejar el miedo en su rostro, pero su cercanía con Titanía, lo había casi imposible.

Cuando llegaron, notó que Spencer también se encontraba allí.

...Oficina de Titania Prime...

—Señora Titania, Doctora Elora —dijo él salundandolas con su expresión autoritaria.

Titanía le dio una sonrisa afectuosa. —Gracias por el café Spencer, puedes retirarte.

El hombre salió de la oficina a la vista de las dos mujeres y la estancia nuevamente quedó en silencio. A Elora no le hacía falta ser ingenua para entender que esto era una clara amenaza contra ella y si lo pensaba bien, este café no era una bandera de paz, más bien podía ser la causa de su muerte.

—Siéntate Elora —dijo Titanía con autoridad.

Elora respiró profundo y evitó mirar la taza de café. Su directora por su parte, se sentó en la silla y bebió su café con tranquilidad ante su atenta mirada.

Titania era una artífice del misterio y la maldad y le agradaba ver el miedo en los ojos de su presa.

—Veras Titania, tengo mucho trabajo, ahora si no te importa, quiero saber porqué me has llamado —dijo Elora cansada de verse tan débil ante las artimañas de esta mujer.

—Al grano. Me gusta —respondió la mujer con una sonrisa hueca, dejando de nuevo su taza de café sobre el escritorio.

Elora la observó con tranquilidad, pero por dentro se sentía decepcionada de esta mujer. Nunca pensó que Titania fuera esta clase de persona, ahora veía lo ciega que había sido.

Elora experta en tecnología, le saco partido a sus habilidades. Ayer, actuando con sigilo, encontró la información que buscaba. Titania no estaba siendo honesta y debia ser desesmarcarada ante la junta directiva, pero para hacerla caer, primero necesitaba demostrar que estaba de su lado.

Titania se levantó de su silla giratoria y comenzó a rondar por la habitación como un leopardo ansioso por devorar a su presa.

—Supongo que Spencer te comentó sobre lo que sucedió con Max.

Ante la inclinación de Elora, ella continuó. —Conoces perfectamente los orígenes de RoboTech. La cree de la nada, era un simple grano de mostaza y ahora ves la maravilla en la que se ha convertido. —Titanía asintió con orgullo hacia su creación—. Odiaria perder todo por lo que he trabajado por estos dos sujetos.

Elora negó mentalmente, "¿sujetos?". Max y Aria era personas de carne y hueso, no ratas de la laboratorio. Al igual que sus robots merecían respeto, pero Elora no la cuestionaria, para ella era claro que Titania no conocía los alcances de la supervivencia humana.

—Mira Titanía, entiendo perfectamente, pero no necesitas amenazarme con todo este acto —le dijo Elora—. Sé lo que se esta arriesgando en esta compañía y por supuesto estoy de acuerdo contigo.

Los ojos calculadores de Titania la escrutaron con detenimiento. Podía o no estar diciendo la verdad, no importaba, el hecho es que la mantendría vigilada. Ella aún la necesitaba, Elora era la única creadora de robots que estaba completamente capacitada en su área.

La mujer de cabello rojizo detuvo sus pasos por la oficina y se acercó a Elora. —Esto no es ningún acto querida, no me malinterpretes. Solo quiero saber que estamos en la misma página.

—Lo estamos —respondió Elora sin inmutarse ante la mirada de esta mujer.

—Bien porque Max, no puede permitirse más desviaciones. El trato con Robo Tech debe ser respetado. Así que sabiendo esto, ¿aún estas conmigo Elora?

—Por supuesto.