Objetivo: Venganza

-Ya llegué- grito a mi madre y lo hago sólo porque puedo hacerlo. Es genial poder estar con mis padres nuevamente. 

-Cariño, ¿con quién llegaste? Te vi por la ventana hablando con un hombre, ¿Era Rodrigo? ¿Por qué no pasó a saludar?- pregunta, ya que sabe que tengo un novio llamado Rodrigo, pero aún no lo conocen en persona. Me aseguré de preguntarlo más de una vez. Afortunadamente. 

-Era Mateo, un buen amigo. Y lo lamento, pero creo que las cosas con Rodrigo no van tan bien, posiblemente la relación se acabe pronto- decido ser honesta, ya que aunque continuaré con esta relación un poco más, no quiero que mis padres lo conozcan, ni mucho menos se encariñen con él. Y más que nada, no quiero darle la oportunidad a Rodrigo para que vuelva a robar a mis padres. 

-¿En serio? ¿Estás bien cariño?- pregunta mamá, preocupada. 

-Sí, creo que exageré un poco y en realidad no encajamos demasiado, pero estoy bien con eso. 

-Sabes que te apoyamos, no importa con quien estés, pero recuerda terminar con ese chico Rodrigo, antes de empezar a salir con tu "amigo" Mateo- me recuerda, sin que la haya podido engañar. 

La abrazo desde atrás y entierro mi cara en su espalda, mientras ella cocina la cena y aprovecho para inhalo su olor. 

-Creo que Rodrigo me está engañando y aunque aún no tengo pruebas, no creo poder estar con alguien que no es fiel- admito y se siente bien cuando mi madre pone su mano sobre las mías. Desearía haber confiado más en ellos en el pasado, porque siempre fueron más fuertes de lo que les di crédito. 

-Lo siento, cariño. Ese tipo de hombres no vale ni siquiera el tiempo de mi pequeña- dice mamá. 

-Lo sé.

Por otro lado, Mateo es tan amable y lindo… Creo que me encanta. No digo esto último, pero no por eso es mentira. Lo peor de todo es lo rápidamente que mis sentimientos están creciendo. ¿Es que me engañé a mí misma y lo empecé a desear cuando aún estaba en prisión? Ya no estoy segura. 

Al día siguiente me voy al trabajo más temprano que lo normal y me encargo de instalar las cámaras en lugares estratégicos, donde tengan una visión de todo el lugar. Por lo que Mateo me dijo en mi vida pasada, Carolina fue encontrada con un jefe y la echaron de aquí, así que quiero acelerar las cosas un poco y hacer que eso suceda cuanto antes. 

Para cuando las primeras personas llegan, ya estoy en mi escritorio, revisando mi trabajo. Que es una de las cosas en las que he tenido algunos pocos problemas para ponerme al día, ya que después de todo, pasé como diez años fuera de cualquier trabajo y en todo ese tiempo, olvidas muchas cosas. 

Cuando llega Rodrigo, va directamente a mi escritorio y me besa el costado de la cabeza. 

-¿Cómo amaneciste, amor?- pregunta y casi quiero vomitar por sus palabras y su olor, que aunque no es malo, me provoca repulsión. 

-Bien, ¿tú?- pregunto, mientras sigo revisando los documentos. 

-No me quejo, pero habría sido mejor si hubiera despertado a tu lado- sigue, acariciando mi hombro y cuando veo entrar a Mateo, quien nos lanza una mirada antes de sentarse, inmediatamente la necesidad de alejarme de Rodrigo es más acuciante. -¿Qué te parece si tú y yo tenemos una cita en mi casa este fin de semana?- pregunta y me sorprende cuando recuerdo esta misma conversación, la que ocurrió en mi otra vida. La recuerdo bien porque acepté ir a su casa y tuvimos intimidad por primera vez. Pensé que era uno de los mejores días de mi vida, ahora sólo me maldigo por alguna vez haber estado con este idiota. 

-Lo siento, pero este fin de semana no puedo, tengo planes de antemano- aclaro.

-¿Los dos días?- pregunta incrédulo. 

-Sí. Por cierto, es mejor que vayas a tu escritorio, ya es hora de empezar a trabajar- lo corto. Él hace una cara que se supone debería generar pena, pero lo único que siento es alivio. Carolina quien tiene el escritorio del lado, me informa de mi error inmediatamente, después de que Rodrigo se aleja. 

-¿No entendiste lo que quería decir? ¿Acaso no estuviste deseando que te invitara desde hace tiempo?- pregunta sin entender. 

-Es verdad que tengo planes- respondo. 

-Cancélalos, ¿qué puede ser más importante que estar con ese pedazo de hombre?

-No puedo- digo. Ni quiero. Ir con Mateo a la inauguración de una heladería supera a todo lo demás. 

Ella insiste un poco más, pero se rinde al final, llegando a la conclusión de que soy una idiota por rechazarlo. Me encojo de hombros y sigo en lo mío. 

Mi trabajo consiste en asistir a los diseñadores de campañas publicitarias, las que son encargadas por diferentes clientes. Generalmente me encargo de la investigación sobre esos clientes y las anteriores campañas, también recopilar datos sobre estudios de mercado, entre otras cosas, para que así los diseñadores puedan empezar a diseñar con todos esos datos a disposición. Al menos eso es lo que estoy haciendo actualmente. 

En un par de meses o así, seré ascendida a diseñadora novata y después de hacerlo bien en pequeñas campañas, seré puesta a prueba para ser ascendida a diseñadora veterana, quienes en esta empresa, son los diseñadores que se encargan de grandes trabajos y cuentas de clientes importantes. Tendría hasta mi propio equipo. 

Fue ese, mi primer trabajo grande, aquel en el que estaba siendo probada para ser ascendida a diseñadora veterana, el que Rodrigo se llevó y fue ocupado para una de las empresas rivales de mi cliente. 

Cada vez que recuerdo cómo mi corazón una vez más era roto, después de que pensé que no quedaba nada por romper, me dan ganas de golpear a Rodrigo. 

Trabajé demasiado por ese trabajo y al final acabé teniendo que irme de este lugar de la peor manera, pero no dejaré que eso suceda nuevamente. 

Salgo después de todos en el trabajo, dando una excusa para así encender las cámaras, las que tenía instaladas, pero no encendidas. 

Espero que capten algo. 

Miro alrededor, pero creo que nadie me vio, así que con la adrenalina a mil, salgo del edificio. Todavía queda gente allí y cualquiera que trabaje en este lugar puede volver durante la tarde o noche, ya que muchos tienen que hacer horas extras, cuando las fechas de entregas de las campañas de publicidad se acercan.