Mariana una mujer que se casó llena de ilusiones, creyendo en el amor eterno. Se da cuenta de que los cuentos de hadas y las historias románticas están muy lejos... Su esposo Hernán, la engaña con cuanta mujer se le pone por delante. hasta que aparece en su vida un chico de 38 años. ¿Mariana estará dispuesta a darse una segunda oportunidad con Fernando? ¿O segura en un mundo de mentiras, casada con Hernán?
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Veneno
Ver como empacan mis cosas en algunas maletas. Mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas.
Susana de vez en cuando voltea a mirarme. Ella tampoco puede creer que he perdido esta batalla. Noto como todos los demás empleados están felices de verme en esta situación.
Callada y sentada en el sofá cerca de la ventana, espero pacientemente a que terminen de acomodar todo. Una por una, salen las empleadas. Quedando solo Susana.
Mi fiel sirvienta. Susana y yo, llevamos toda una vida conociéndonos. Ella sabe mucho de mí; por eso, la consideró una empleada indispensable para mí.
_______ Señora Ferrer, todo ha quedado cuidadosamente acomodado. Cuando quiera las llevaremos al auto. _____ Me dice Susana, con tristeza.
Elevé una de mis cejas. Tenía nostalgia al darme cuenta de que he perdido. Di un profundo suspiro, apreté mis puños. Ya no tenía alternativa, yo misma me busqué esto, por confiada. Debe haber tomado más precauciones con la llegada de David.
Por idiota pensé que David estaría de mi parte, pero me he equivocado. Ese mocoso me debe la vida a mí, si yo no hubiera intervenido, en más de una ocasión, Mariana lo hubiera abortado.
Ahora por su culpa, estoy saliendo de esta casa como si fuera un perro. Un día, me la voy a cobrar. David cómo Mariana, van a llorar lágrimas de sangre.
_______ Señora, ¿Pasa algo? ______ Al verme callada, Susana me pregunta.
_______ Estoy bien. Llama a Estela, y tráeme el veneno que te di a guardar hace años.
_______ ¿El veneno? Señora, es muy peligroso... _______ Exclama Susana.
________ Sé muy bien lo peligroso que es. Por esa razón, lo guardo como el mayor de mis tesoros. Es tiempo de quitar algunas personas de mi camino sin dejar evidencia. Lo he hecho en el pasado, y es hora de volver hacerlo.
_______ ¡Traerlo! ______ Le ordené con determinación.
Susana se acercó aún más a mí, se inclinó agarrando mis manos.
______ Señora, ¿qué piensa hacer? ¿Se ha vuelto loca? Usted no puede intentar contra su vida.
______ No sé de qué hablas... Jamás haría una locura así.
...¡Anda, ve por el veneno!...
________ Está bien, señora. Iré a traer el veneno. No tardó... _____ Me responde Susana.
Miré a Susana darse la vuelta y salir por la puerta de madera. Al cerrarse la puerta detrás de Susana, me levanté del Sofá.
Tomé el teléfono que está encima de la mesita de noche. Busqué el número de Sarah, sin pensarlo dos veces marqué número.
________ Hola, ¿Quién habla? _______ Se escuchó una voz suave y gentil al otro lado de la línea.
______ Hola... Hola...
_____ Voy a colgar si no responden. _____ Su voz cambió. Ahora se escuchaba agitada y con miedo.
_______ Hola, mi nombre no importa, lo que importa es que sé de tu embarazo. Y te tengo un trato que ofrecerte... ______ Contesté, antes de que cuelgue.
_______ Se está equivocando de persona, señora. _____ Me dice.
______ Mi nombre es Mariana Escobar, y sé que vas a tener un hijo de mi esposo. Quiero verte, para proponerte un trato. Ahora me estoy divorciado de Hernán y quiero de tu ayuda... A las dos nos conviene.
Se hizo un silencio al otro lado de la línea. Por un momento pensé que se negaría a verme, pero, su respuesta me dejó con la boca abierta.
_______ Me parece bien. Quiero una fuerte cantidad de dinero. Yo te mandaré un mensaje con la dirección en donde quiero que nos veamos.
Una sonrisa enorme apareció entre mis labios. Era exactamente la respuesta que deseaba obtener.
______ Esperaré tu mensaje con ansias. _____ Respondí, para luego colgar y borrar el número.
Al poco tiempo Susana regresó a la habitación, caminó hasta mí, traía el veneno; escondido entre su ropa.
_______ Aquí tiene, señora Ferrer...
Tomé el frasco de las manos de Susana. Lo observé por algunos segundos. Me fascina sentir esta sensación de poder.
______ Lleva mis maletas afuera. Y que el chofer esté listo. ¿Le has informado a Estela?
_______ Sí... La señorita no sabía que sería esta noche.
_______ Vete, y lleva las maletas. Estela no tarda en llegar... Y recuerda tenerme informada de todo lo que suceda en esta casa.
Susana acató mis órdenes y salió. Al poco tiempo llegó Estela corriendo, sus lágrimas caían por sus mejillas. Puedo ver su angustia reflejada en su cara.
______ Abuela, no puedes irte. No le puedes dar ese gusto a esa mujer. Ella no se merece verte destruida.
Se abrazó a mí con fuerza, sus lágrimas mojan mi hombro. Fue algo conmovedor; pero al mismo tiempo desagradable.
________ ¡BASTA!
________ He tomado una decisión por el bien de mi salud.
_______ Estoy vieja y tengo una grave enfermedad. No quiero, ni debo quedarme en esta casa, en donde soy humillada. Prefiero vivir en paz en un lugar en donde pueda respirar con tranquilidad y pueda pasar los últimos días de mi vida en paz.
Aleje a Estela de mí, bajé la mirada, derramando algunas lágrimas. Luego dije con determinación.
______ Debo irme ya. Puedes ir a visitarme todas las veces que deseas. Tu padre sabe donde me voy a quedar.
Estela agarra mi mano con fuerza, y suelta fuerte grito.
_______ ¡NO!
______ No; quiero que te vayas. Por favor, abuela...
Estela no dejaba de llorar, eso me conmovió un poco. Me quité sus manos de mis manos. Salí de la habitación, y la dejé llorando.
......................
...Narra Mariana...
A la mañana siguiente, abrí los ojos con dificultad. Traía un fuerte dolor de cabeza; necesitaba un analgésico urgente.
Enderece mi espalda, extendí una de mis manos, hacía el Buró, abrí el cajón con dificultad. No importa cuanto buscara, sólo hay algunas cosas inservibles.
Me levanté de la cama, me dirigí al baño, allí guardamos algunos medicamentos de primeros auxilios. Abrí una pequeña puerta de cristal, en donde Hernán guardaba sus objetos personales. Busqué entre los desodorantes, cremas del cuerpo, y otras cosas más. Pero no había nada.
Giré mi cuerpo, lo mejor era bajar y pedirle a uno de los empleados algo para el dolor. Al girar, miré hacia la pared delante de mí, había un extraño objeto en la puerta, que daba a la lucha...