Cuando El Amor Te Aplasta
Era un día como cualquier otro en la Preparatoria Privada Saint Jules. Con una única diferencia, era día de audiciones para formar parte del grupo de baile de la escuela. La institución tenía gran reconocimiento a nivel nacional por lo destacado de su grupo de danzas y su equipo de básquetbol. Incluso, ambos rubros habían sido premiados en varias ocasiones.
Rosmary Aston, soñaba con ser parte del grupo de baile. Era una excelente bailarina. Había tomado clases de danza, desde pequeña. El bailar era una de sus pasiones y poder hacerlo en un escenario era un sueño que anhelaba con todo su corazón.
Las audiciones eran hechas por los mismos integrantes del grupo, teniendo el apoyo incondicional de los profesores y la institución en las decisiones tomadas por estos. Siempre había sido así y habían demostrado tener un excelente juicio. Los premios y condecoraciones en el anaquel de la escuela lo demostraban.
Pero desgraciadamente, el mundo podía ser un lugar hostil e injusto a veces. Y para la joven, la hostilidad y la injusticia se veía reflejada entre sus compañeros.
Los aspirantes iban entrando de a uno en el auditorio. Mientras que las chicas, miembros del grupo de baile, les iban entregando un número y anotaban sus nombres en una planilla. Le llegó el turno a la muchacha.
_ ¡Otra vez, tú! ¿No te cansas de hacer el ridículo? - dijo una de las rubias esculturales de grupo de baile.
_ Las audiciones son para todos, tengo derecho a estar aquí - se defendió enérgicamente, Rosmary Aston o como le gustaba que le digan Rose.
_ Pero las que deciden quien entra y quien no, somos nosotras. Y tú - la miró de arriba abajo - definitivamente, no entrarás.
_ Eso es injusto, ustedes saben que puedo bailar muy bien. Incluso mejor que muchas de ustedes.
_ ¡Por favor! ¡Ya cállate babosa! Mejor ve a ver si ya puso la marrana - rio con sarcasmo - Me olvidaba, tú eres la marrana.
Las demás chicas explotaron en un coro de risas burlonas y desdeñosas. En el grupo también había chicos, que aunque no estuvieron presentes cuando Vanessa la insultó, llegaron justo cuando las chicas comenzaron a reírse.
_ oinc, oinc - pronunció uno de ellos muy cerca de su cara y los demás chicos comenzaron a hacer lo mismo. Las chicas se rieron mucho más y también los imitaron. Estaban acostumbrados a molestarla.
_ Uy, miren nada más ¿La gordis va a llorar? - se burló Vanesa, una vez más.
_ Por supuesto que no - dijo Rose y con un golpe seco con la parte interna de su mano, la golpeó en la nariz. La chica gritó y comenzó a llorar.
_ Mi nariz, esta marrana asquerosa, me rompió la nariz - comenzó a sangrar, las demás la rodearon e intentaron ayudarla. Uno de los chicos intentó golpear a Rose, pero ella detuvo su golpe con su brazo derecho y le lanzó un izquierdazo al estómago, mientras pateaba en el pecho a otro que intentaba tomarla por detrás.
Uno a uno fueron arrojados al piso. Lo que ninguno de ellos sabía era que además de ser buena bailarina era una excelente instructora de kickboxing. Su padre tenía un dojo, donde sus dos hermanos y ella habían practicado desde niños con él y ahora se había convertido en una especie de negocio familiar.
Una de las chicas corrió a llamar al director del colegio. Rose al verlo salió corriendo, sabía que no habría escapatoria de la suspensión, pero no tenía ganas de oír sus sermones.
Justo en ese momento, otro alboroto se armaba en la entrada del instituto. Llegaba nada más y nada menos que Franco Ibáñez el chico más guapo y popular del colegio, hacía muy poco que había llegado de Europa y ya había conquistado a casi todas las chicas e hizo amigos por montón. Era todo un galán. Alto, delgado de piel muy blanca, ojos azules y el cabello perfectamente alborotado. Obviamente, era su estilo. Tenía la costumbre de alisar su cabello con su mano y se lo volvía a despeinar él mismo.
Ese día en particular, el lugar cerca de la entrada donde siempre estacionaba su auto estaba ocupado. Así que tuvo que estacionar unos metros más allá. Bajó del auto y comenzó a caminar por la acera hacia la entrada. En eso, fue sorprendido por una chica que saltaba la muralla, casi le cae encima. La joven lo esquivó ágilmente y en ese momento su mirada color avellana se cruzó con la de él. Cayó al piso en perfecta posición y salió corriendo como todo un corredor profesional.
_ ¡Franco, amigo! - se acercaron dos chicos con sus uniformes de básquetbol - ¿Olvidaste que tenemos práctica? ¿Tu uniforme?
_ No, lo traigo, aquí - señaló su mochila y se volteó a mirar disimuladamente hacia la chica que corría.
Cuando iban entrando se encontraron con Vanesa y sus amigas, que habían salido tras la joven para atraparla. Ella lo vio y rápidamente se acercó a él.
_ ¿Qué te pasó? - dijo al verla, tenía un gran moretón en el centro de la cara. Y Algodones en la nariz.
_ La chancha esa, me golpeó - sollozó.
_ ¿La gorda Rose te lo hizo? Esa chica sí que es una bestia - dijo uno de los chicos que lo acompañaba.
_ Sí, lo es. Mira Franco, mira como me dejó ¿Hablarías con tu padre para que la expulsen?
_ ¿Qué? ¿Ya no lo hará? - arqueó una ceja.
_ No, el director dijo que solo la suspenderá. - hizo un puchero - al parecer tu padre le tiene afecto. Siempre la está perdonando.
A Franco no le gustó lo que dijo, ¿por qué su padre le tendría afecto a una violenta como esa? Pensó.
Su padre, el director de la escuela, estaba en su oficina firmando unos papeles cuando él entró.
_ ¿No sabes tocar? Para eso te envié a un internado tan caro en Europa. Para que ni siquiera aprendas modales básicos.
_ Me enviaste porque tu esposa nueva no me soportaba. No para que aprenda algo - reprochó.
El hombre lo miró por sobre los anteojos y no respondió. Volvió a mirar las hojas.
_ ¿Qué quieres? - espetó
_ Quiero que expulses a la chica que golpeó a mi amiga. Dicen que le das trato especial, que siempre perdonas sus faltas ¿Acaso es otra hija ilegítima, como Johanna?
El hombre se puso serio y lanzó una mirada severa sobre el joven.
_ Tu hermana no es ilegítima, estoy casado con su madre y ella está reconocida.
El muchacho solo hizo un gesto de desagrado.
_ ¿La vas a expulsar sí o no?
_ No. Y no vuelvas a meterte en mis asuntos. Yo soy el director de esta escuela y conozco a cada alumno. Y tu amiga no es una santa. Con ella también estoy siendo bondadoso. No doy tratos especiales a nadie, solo soy justo.
_ Está bien. Si tú no la echarás. Me encargaré de que ella se vaya por sí sola. - abrió la puerta y se salió.
_ ¡Franco! ¡Franco, ven aquí! ¡Franco! - gritó su padre y este se fue sin siquiera voltear a verlo.
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Comments
Sil Misaky Ibarra
amo las historia de chicasque son fuerte que sepan peliar que no se deje humillar por nadie asi me gustan fuertes
2024-06-27
5
Mary Mejía
la verdad que si son niñas super poderosas como ellas se califican porque los padres tienen dinero pueden aplastar a todo el mundo 🌍 y bien que la allá puesto en su lugar aunque no comparto la parte violenta de Rose
2024-04-26
0
Lorena Angulo
muy interesante novela las estoy leyendo todas son muy buenas 😃
2024-04-12
1