[OMEGAVERSE/BL/YAOI]
SIN EDITAR.
Prince, después de enterarse que su pareja lo había engañado, se divorcia sin siquiera dudarlo dando por hecho que, el amor que aquel Alfa le había jurado, se había esfumado, pues él no pone ni una objeción en firmar el divorcio jamás y se va con un tercero. A los dos meses, se entera que está embarazado y meses después el Alfa se entera de que es padre haciendo que muchas situaciones entre ambos comiencen a suceder.
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22.
Maiston siempre llegaba temprano y, si llegaba tarde, siempre era por reuniones agendadas fuera de la empresa. Eran las once de la mañana y recién iba saliendo del ascensor. Naturalmente, nadie le dijo algo al jefe de todo.
Pasó saludando a Rouse que se puso de pie para seguirlo mientras le hablaba de algunos asuntos urgentes y sobre unas llamadas importantes que debía devolver. Le entregó algunos papeles y le explicó otras cosas que habían ocurrido mientras él no llegaba. También le dio las cosas que solía dejar el cartero: revistas, periódicos y alguna carta.
Asintió todo el tiempo para luego dejar que se fuera. Pasó las manos por su cabello porque no tenía ganas de hacer nada. Para peor, el entrar al edificio le había tomado un esfuerzo descomunal.
Los medios de prensa siempre se enteraban de todo y lo estaban atacando con preguntas sobre ser el padre de la bebé.
Quiso quedarse en la empresa para siempre porque sabía que salir le iba a costar un mundo y que, posiblemente, iba a comenzar a golpear a todos para quitarse el estrés que tenía encima.
Movió el computador que estaba sobre su escritorio para encenderlo y revisar algunos correos electrónicos. Sin embargo, al abrirlo, notó que ya estaba prendido y había quedado en algo que, anteriormente, habían estado haciendo. Entrecerró sus ojos porque era un vídeo, pero se veía todo negro. Apretó la tecla de espacio para reproducirlo y fue cuando la imagen se mostró.
—¿No quieres sonreír? Va a ser un regalo para tu papá y que lo ayudes a actuar mejor —escuchó la voz de Jim, pero la voz de su amigo fue lo de menos.
Se quedó embobado mirando a lo que enfocaba la cámara.
—Pa-pá —dijo de manera lenta repitiendo lo que había dicho Jim y su corazón se detuvo por un segundo para luego comenzar a latir con fuerza y rapidez descomunal.
Se acomodó en el asiento para ver mejor el vídeo.
La vio sonreír y como se veían sus pequeños dientes. La vio estirando sus manitos para tomar el peluche que Jim le movía y escuchó los balbuceos que soltaba y como volvía a sonreír sin parar.
Nunca había visto un ángel, pero pensó en que, aquella bebé, era un ángel caído del cielo. No supo cuantas veces vio el vídeo y cuantas veces escuchaba aquella palabra que había dicho con su voz dulce. Se quedó totalmente embobado sin siquiera pestañear mientras miraba todo una y otra vez. El teléfono solo enfocaba a la bebé, de todas formas, asumió que Jim estaba en su casa. No sabía como había entrado, pero sí que le iba a agradecer una vez más por haberlo ayudado.
Su vista se nubló cuando vio esa marca que Jim le mostraba mientras movía su ropa un poco dándole a confirmar que era exactamente la misma que él tenía.
No supo como obtuvo fuerzas para no ir nuevamente donde Prince. No supo como pegó su trasero al asiento, pero lo hizo. Jim le había dado ese regalo y la estaba viendo de cerca a pesar de que solo era un vídeo, pero la veía sonreír y la escuchaba. Eso fue suficiente para él, fue suficiente para su corazón y la culpabilidad lo azotó en creces.
Tenía una hija, tenía una bebé que se veía linda y dulce. Una bebé que parecía un verdadero ángel. Una bebé que había sido creada por Prince y él. Y una bebé a la que no había visto llegar al mundo ni mucho menos ir creciendo. Jamás pudo cambiarles pañales, hacerla dormir, contarle un cuento, sostenerla en sus brazos o comprarle algo. Cerró sus ojos con fuerza cuando su pecho se contrajo por el dolor que se formó en su pecho. Sus lágrimas cayeron al pensar en lo que había perdido. No supo cuánto tiempo era exactamente, pero asumió que, por como se veía, era no más de un año.
Un año perdido.
Un año que no pudo vivir a su lado.
Un año donde no la tuvo en sus brazos y durmiendo junto a él.
Pensó en el hecho de que, si no hubiera engañado a Prince, entonces ambos habrían vivido el embarazo juntos. Habría estado a su lado haciéndolo sentir seguro y dándole amor. Era un Omega y sabía que, para todos ellos, en la etapa de embarazo era fundamental estar con sus Alfas y él no había estado jamás.
E imaginó lo mucho que había sufrido y lo mal que lo debió haber pasado soportando todo lo que le ocurría solo.
—¿Qué fue lo que hice? —se preguntó.
Y no le importó mucho el lugar donde se encontraba o si alguien podía entrar. Simplemente, sus lágrimas cayeron mientras seguía viendo el vídeo sin parar.
La escuchó decir papá miles de veces, pero su dolor no disminuía por eso, solo aumentaba en enormes cantidades que sintieron que lo estaban ahogando y se dio cuenta de que hace mucho tiempo no estaba siendo feliz, de que hace mucho tiempo deseaba poder llorar, mas no lo lograba. Se dio cuenta, de manera dolorosa, miserable y triste que, en su vida, se había equivocado tanto.
Ni siquiera se dio cuenta de que la puerta era abierta y Rouse entró para detenerse de golpe y quedarlo viendo por unos segundos.
Lo vio llorando y la sorpresa fue inmensa. Cerró la puerta con cuidado y se quedó ahí porque podía seguir escuchando su llanto más que bien. Pestañeó y no supo si entrar para darle un pañuelo o acariciarle la espalda porque jamás lo había visto u oído en condiciones como esas. Al alzar la mirada, vio a Jim con sus manos en los bolsillos.
—Está llorando, ¿verdad? —preguntó no muy sorprendido porque lo conocía bien.
Sabía que ver algo como eso iba a ser un golpe brutal y sabía que iba a lastimar a su amigo, pero también sabía que iba a ser la única forma de que pudiera recapacitar y aceptar miles de cosas que se dedicaba a negar cada día.
Había sido un acto cruel, pero totalmente necesario.
Rouse asintió. Él le indicó que regrese a su trabajo y él mismo revisó los papeles que Maiston debía revisar. Se acercó a la puerta, mas no la abrió porque le dolía oírlo de esa manera y saber que, de cierta manera, lo había destruido. Cerró sus ojos y soltó un suspiro para marcharse diciéndole a Rouse que nadie debía entrar.
Cuando el computador se apagó por no tener ni la mitad de la carga, Maiston seguía viendo la pantalla. Ya no sabía qué hora era ni mucho menos si habían pasado segundo o semanas.
Se dio cuenta, a la mala, como siempre solía suceder con muchas personas, que las acciones tenían consecuencias. Se dio cuenta de que el tiempo no se podía volver atrás y que el tiempo perdido jamás se podía recuperar por más que se desee o se ruegue por ello. Siguió sentado mirando la pantalla oscura, pero viendo su reflejo totalmente desastroso y miserable.
Al ponerse de pie, su cabeza palpito por lo mucho que había llorado después de tanto tiempo deseando el poder hacerlo y negándose por no querer aceptar la verdad de las cosas.
Recordó que él había crecido sin una madre. Sabía que había estado con él solo el primer año de vida, pero era un niño demasiado pequeño para recordar algo. Siempre la necesitaba y, con la muerte de su padre, todo fue peor. Se tuvo que sostener casi del viento para poder seguir con todo lo que había caído sobre sus hombros y siempre apoyándose un poco en Jim. Estaba casi, literalmente, solo y la culpabilidad de imaginar que la bebé podía crecer sin su padre, fue mucho peor.
No quiso que ella tuviera esa falta en su pecho que no se podía llenar con nada y se puso de pie.
Rouse lo vio salir con un rostro totalmente serio que jamás le había visto. Quiso decirle algo para detenerlo, mas nada hizo. Maiston iba tan perdido en sus pensamientos que no se fijó, preocupó, pensó o proceso algo hasta que estuvo fuera de la empresa y todos los periodistas se fueron contra él poniendo sus micrófonos casi dentro de su boca.
—¿Cree que hizo bien al ocultarle una hija?
—¿Tomará la custodia de la niña?
—Hay rumores de que van a pelear por la custodia, ¿es cierto?
—¿Qué piensa hacer ahora que es padre?
—¿Dará una entrevista de lo sucedido?
—¿Es hija suya o de Reich Valencia?
Miró a todos lados sin poder caminar a ningún lado. Estaba cansado, agotado, su cabeza dolía, no lograba avanzar y las personas no colaboraban en lo más mínimo e hizo algo que volvió todo peor.
Tomó al primer tipo para golpearlo, a otro le quitó su micrófono, a otro le quitó la cámara para tirarla al suelo y empujó a todos los que se le cruzaron en el camino.
Se subió a su auto colérico y aceleró sin fijarse que alguien iba pasando. No se detuvo hasta que escuchó el sonido de como algo impactaba contra el vidrio de su vehículo que, debido a la fuerza del golpe, este se trizó y la persona cayó al suelo. No supo reaccionar y no fue capaz de bajarse del auto. En el único momento en que lo hizo fue cuando la policía abrió la puerta para sacarlo de ahí.
lo que le haces pasar a mi bebé 💜 😢