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Bajo La Luz De La Luna

Bajo La Luz De La Luna

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Vampiro / Amor en la guerra / Fantasía épica / Mundo mágico / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:726
Nilai: 5
nombre de autor: Gaelth

"El amor, al enfrentar la tragedia, no se desvanece: sangra, sí, pero también florece. Porque en su dolor más hondo descubre su fuerza, y en medio del caos se convierte en guía. Solo cuando el corazón se quiebra, el alma entiende que amar no es solo sentir, sino resistir, transformar y dar sentido incluso al sufrimiento."

NovelToon tiene autorización de Gaelth para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Sombras en la noche:La tensión y el poder.

La noche llega y los caballeros preparan las tiendas. Todo lucía normal, las luciérnagas rondaban el bosque y, a lo lejos, un aullido se escucha. Había una fogata, y alrededor estaban los caballeros conversando mientras comían.

—Hahaha, a alguien no le gusta beber sangre de venado —el caballero estaba sentado mientras bebía sangre.

—No me gusta, me da asco. Prefiero beber sangre de humanos, la de animales me repugna.

—No podemos. El rey, antes de venir, nos prohibió tocar a cualquier humano hasta que él lo decretara.

—Ese niño es humano, su sangre debe saber deliciosa. Si tan solo pudiera...

Todos los caballeros se quedan atónitos. El fuego se apaga repentinamente por una onda de aire frío, y una sombra se acerca. El fuego se enciende de nuevo, iluminando el rostro pálido de Cádiz. Al verlo, los caballeros sienten miedo y quedan inmóviles.

Cádiz traía un bolso en su hombro, seriamente mira a los ojos de los caballeros, lanzando el bolso mientras sus ojos afilados brillaban con la intensidad del fuego.

—¿M-mi señor? ¿Dónde estaba?...

—No es asunto de ustedes. Cierren la maldita boca y encarguénse de sus asuntos.

Cádiz dio la vuelta, dirigiéndose a su tienda, donde entró y vio al niño dormido. Cádiz lo ignoró, acostándose en su cama mientras cerraba los ojos. Sin embargo, sintió una mirada que lo observaba. Trató de ignorarla, pero se irritó. Mientras decía:

—Deja de verme, tu mirada me perturba.

El niño se encoge del susto mientras tartamudea:

—L-lo siento... Yo... le agradezco por perdonarme la vida.

—Solo lo hice porque me diste lástima. No te confundas y cierra la boca. Ve a dormir, mañana nos espera un largo camino que recorrer.

Cádiz se da la vuelta mientras se queda "dormido". El niño hace lo mismo y se queda profundamente dormido. A media noche, cuando la luna brillaba, Cádiz decide salir, bajando al río. Su rostro lucía sereno. Llega al río, se quita las botas y se lanza al agua. El agua le llega hasta el pecho mientras se baña, y sus manos tocan la fría corriente.

Cádiz siente un dolor en el pecho mientras más se adentra en el río. Sus ojos se apagan un poco.

"Tenía décadas que no me sumergía en aguas. Es refrescante, aunque no es como el agua del mar".

Sus pensamientos se desvanecen, y los recuerdos vuelven a su mente. Escuchaba una melodía, un canto hermoso que podía hipnotizar a cualquiera, pero a él no le hacía ningún efecto. Estaba a la orilla del mar y escuchaba el llanto de un bebé. Dio la vuelta y observó a una persona que cargaba a un bebé. El rostro de ambos no se veía. Cádiz los miró irse sin poder hacer nada. Los recuerdos terminan allí.

Al día siguiente, los caballeros se alistan para irse, pero mientras esperan al rey, Cádiz enmascarado aparece por otro camino. Los caballeros, desconcertados, no entienden por qué Cádiz no está en su tienda y deciden no hacer preguntas. Cádiz, sin haber dicho nada, se monta en su caballo.

—Es hora de irse.

Todos los caballeros salen detrás del rey mientras las herraduras suenan con el galope de los corceles. Suben una montaña rocosa, pasan unas praderas y, después de un largo camino, llegan hasta un puente algo viejo. Uno de los caballeros usa su magia para reforzar el puente, y todos pasan. Llegan a una gran mansión algo oscura y tétrica. Cádiz se baja de su caballo, camina hasta la puerta y toca para que le abran. Nadie sale a recibirlos, lo que hace que Cádiz pierda la paciencia. Con su magia de sangre, rompe fuertemente la puerta.

Los caballeros entran armados y se ponen adelante de Cádiz para protegerlo. El niño iba a hacer lo mismo, pero Cádiz alza su brazo y evita que el niño pase.

Una misteriosa mujer baja las escaleras mientras mira seriamente a Cádiz. Este camina hasta llegar donde ella. La mujer era bella, de piel pálida y ojos brillantes, con el cabello recogido.

—Hola, vieja. Tiempo sin verte. Luces más espantosa que de costumbre.

La mujer frunce el ceño:

—Un impuro como tú no es bienvenido en esta casa.

—¿Narce, esa es la bienvenida que le das a tu rey? Vaya, rompes mis sentimientos —se quita su máscara.

—Una persona como tú no tiene sentimientos.

—¿Y lo dice alguien que sí los tiene? Irónicamente, también tú no los tienes. No fui yo quien hizo algo malo solo por celos.

Narce queda en silencio, y sus ojos se desvían de los de Cádiz. Este sabía que Narce se culpaba de algo que sí había hecho. Los ojos de Cádiz se entrecierran mientras su sonrisa siniestra aparece. Narce se da cuenta de la sonrisa y seriamente le pregunta:

—¿A qué has venido? No eres muy bienvenido en este lugar. Sal de aquí.

—Soy el rey de Sylvania, señor de Vlad. Como dueño de estas tierras, tengo el derecho de venir e ir a donde se me plazca. Si mal no lo olvido, esta mansión está en mis tierras y soy el gobernante de ellas. ¿Por qué una vieja como tú me va a venir a decir qué hacer? —dijo Cádiz imponente.

—Soy la dueña de esta casa. Tú solo eres una puta arrastrada que le gusta chupar pollas.

—Ja, anciana, tu hijo es el chupa pollas. Él se deja coger de cualquier alfa, incluso puede abrir sus piernas para mí —dijo burlándose mientras encogía sus hombros.

—Eres una deshonra para los sangre pura.

Cádiz aprieta su mandíbula mientras su porte se vuelve serio.

—No vine para hablar de eso, vieja. Dile a tu nieto que venga. ¿Dónde está? Quiero verlo.

—¡Lárgate! Él no está aquí.

—¡Sé que tu nieto está aquí! Llámalo o subiré y lo traeré a la fuerza. Tiene un asunto que arreglar conmigo. ¡Está en serios problemas por profanar mis tierras! —dijo intimidante mientras fruncía el ceño.

—No te atrevas. ¿Para qué lo quieres? —lo ve enojada.

—Vine a pedir su mano. Quiero que se convierta en mi mujer —dijo sarcásticamente.

—¡Eres una abominación! —proclamó la mujer enojada.

—¿Abominación? No como crees. Tú quieres un sangre pura, entonces concédeme a uno de tus hijos y juntos tendremos al niño que tenga la magia de sangre, ¿no crees? Soy el único que heredó los poderes del antiguo conde. Aunque no te prometo nada —Cádiz ríe mientras sus colmillos estaban a la vista.

—Eres un desperdicio. Podrás tener la magia del antiguo conde de Vlad, pero no tienes dignidad ni sentido de liderazgo. Cádiz Silva, solo eres un sucio trapo usado —fulminó con sus ojos.

La tensión aumenta, el aura de Cádiz y Narce están en discordia.

—¿Narce querida, aún sigues dolida por haberte arrebatado el país? Déjame dejarte en claro algo —se acerca a Narce—. Aquí, el único trapo sucio eres tú. Toda tu familia nació sin la gracia del antiguo conde. Nadie en esta miserable casa tiene el poder de enfrentarse a mí, que te quede claro —se aleja—. Tu querido nieto entró a mi reino sin mi autorización. Vine a hablar con él.

Narce se queda inmóvil sin decir nada hasta que una misteriosa voz habla desde las profundidades de la mansión.

—Yo no profané nada, ni a nadie.

Esta persona misteriosa baja las escaleras. Cádiz lo mira y sus ojos sombríos aparecen. Las velas que iluminaban el lugar se apagan. Después de que esta persona bajara las escaleras, hace un movimiento con su mano y enciende las luces. Cádiz lo ve con repudio.

—Zaymont. ¡Al fin te dignas a bajar! —habló mientras expandía sus ojos con desdén.

Un vampiro de cabello largo, recogido por una cola, se acerca a donde están Cádiz y Narce. Narce se pone adelante de esta mientras ve fijamente a Cádiz.

—¿Qué hace alguien como tú en esta casa? ¿Por qué osas interrumpir mi siesta? —este ve a Cádiz y se da cuenta del niño que está atrás de él, sus ojos se entrecierran.

—No me importa qué estabas haciendo. Vengo a que me expliques por qué profanaste mis tierras, a mi gente y reino. ¿No les ha quedado claro quién manda aquí?

—Tú, gusano del pantano, eres un parásito escurridizo. Entraste a mis tierras sin mi autorización. He venido en son de paz, pero estén seguros de que si siguen metiendo sus narices en mis tierras, tengan por seguro que sus muertes no serán en vano.

—¿Tus tierras? ¿Es en serio? Esas tierras son tan impuras como tú. Cádiz, Cádiz, esas tierras jamás fueron tuyas, o no recuerdas quiénes eran los verdaderos dueños. Desapareciste a tus padres para llegar al trono y reinar de la forma más frívola. Solo usas a los ciudadanos como peones. No eres más que un oportunista que se aprovecha de los débiles. Siempre tienes un juguete nuevo —mira al niño detrás de Cádiz, mientras este se estremece de miedo ante la mirada profunda de Zaymont.

Zaymont lanza otra mirada de repudio al niño y Cádiz se da cuenta. Aprieta su mandíbula. Se enoja y alza la voz.

—Vuelve a repetir lo que dijiste y te rompo los colmillos. Si quieren guerra, eso tendrán. Antes les había perdonado la vida por lástima, pero esta vez sentirán el dolor de morir a manos de un "monstruo" como yo. Si aún valoras la vida de mierda que tienes, deberías de cerrar la maldita boca.

Cádiz los ve fríamente mientras el aura oscura y la neblina rodeaban la mansión. Los cuernos ya estaban presentes, y Zaymont y Narce sienten escalofríos.

Cádiz, enfurecido, se da la vuelta mientras su capa se movía y el niño iba atrás de él. Los caballeros salieron dejando la mansión sin puerta y a la líder de los vampiros puros la dejó advertida.

Estaban todos lejos de la mansión y uno de los caballeros preguntó:

—¿Mi señor, ahora dónde vamos?

Cádiz, detrás de la máscara, tiene una mirada serena:

—Tomaremos un descanso. La casa de Montth nos espera.

—¿Qué iremos a las aguas termales? ¿La casa Montth tiene saunas, comida, alcohol y omegas? —pregunta un caballero con leve entusiasmo.

—Solo tomaremos un descanso de un día y una noche. No quiero a nadie distraído, cualquier distracción será informada a mí —dijo firmemente.

Todos se dirigieron a la casa de Montth.

Por otro lado...

Estaba Aedus junto a los soldados peleando con los demonios. Estos estaban perdiendo, pero los caballeros dorados junto al príncipe heredero Aedus iban ganando. Después de unos minutos, Aedus estaba limpiando su espada a la orilla del río. Su rostro estaba algo serio mientras pensaba: "¿Qué estará haciendo? Me pregunto si está bien". Sentía preocupación y ansiedad mientras restregaba un trapo con la espada.

El príncipe Aedus seguía preocupado por lo que había hecho. Su mirada lo decía todo. Después de terminar con los demonios y ayudar a las personas, para luego terminar sus labores, se fue junto a sus soldados de regreso a Edelverg. El camino era algo largo.

Iba montado en su caballo galopante.

Después de tres días de viaje, siete en combate y otros tres de regreso, llegó hasta Edelverg, donde los ciudadanos lo esperaban con saludos cordiales mientras todo estaba decorado con flores.

Los ciudadanos estaban felices por la hazaña del príncipe, le daban vítores y felicitaciones. Sin embargo, esto no le alegraba a Aedus, así que solo podía fingir su alegría.

Después de saludar a los ciudadanos, Aedus llega a su castillo, donde lo esperaban sus padres con una fiesta de bienvenida. Esto a Aedus no le agradaba, mientras él se sentía incómodo.

Había mucha gente y el bullicio era incómodo. Aedus estaba abrumado. Unas mujeres mayores se acercaron a él, junto a la nieta de una de las mujeres. La señora lucía arrugada y, por su vestimenta, se notaba que era noble.

—Bienvenido, príncipe Aedus. Luce muy hermoso ese conjunto azul, le queda bien y hace que resalte su caballo marrón. Mi nieta está aquí, quiere hablar con el príncipe.

Aedus sonrió:

—Tiempo sin verla, Señora Phamttoms.

Una mirada tímida salió de la joven y se inclinó.

—H-hola, príncipe Aedus. Me llamo Eleonis Phamttoms, hija del Marqués Eleoth Phanttoms. Sé que no me conoce, pero tal vez mi nombre le traiga recuerdos.

—¡Ah, hola, sí eres tú! —dijo incómodo.

La chica tímidamente se sonrojó mientras la señora los dejaba hablar solos. Aedus estaba incómodo, pero llevó la conversación a lo más normal. Ambos caminaron hasta llegar a un jardín donde conversaron agradablemente, hasta que Eleonis dijo algo que dejó al príncipe algo confundido por lo que comentó.

—Príncipe... b-bueno, verá, mi padre quiere venir a hablar con el rey Gilh... sobre aliarnos en matrimonio.

El príncipe Aedus quedó desconcertado mientras Eleonis estaba sonrojada.

—Estaba renegando en venir hasta aquí, pero ahora me doy cuenta que el príncipe es alguien muy amable y bondadoso. Entonces cambié de opinión. Si el príncipe desea tomar el matrimonio como forma de alianza, no estaría mal, ¿verdad?

Aedus siente que le tiraron agua fría mientras suspira.

—Eres muy hermosa, pero lo lamento... No quiero casarme con alguien que no amo. Verás, ya tengo a alguien más, solo que es complicado.

La joven aprieta sus labios mientras siente el rechazo del príncipe, pero entiende lo que dijo Aedus.

—Entiendo tus palabras y gracias por dejarme claro lo que pasa. Espero que resuelvas el conflicto con esa persona.

—Agradezco tus palabras y también espero que encuentres a alguien mejor que sí te quiera.

Ambos sonrieron y regresaron a la fiesta. Todo lucía espectacular, las luces, los bailes, las personas. Después de unas horas, el baile terminó y la fiesta también.

—Le agradezco a todos por su presencia ante la celebración del regresó de mi hijo, gracias a él los demonios han disminuido. Me enorgullece tenerlo como mi hijo y ya esta preparado para convertirse en el nuevo rey de Valaquia.

Todos aplauden con orgullo mientras ven al príncipe, este finge su alegría pero todo no acaba bien.

—Un brindis por el futuro rey de Valaquia—dijo uno de los presentes. La celebración da por terminada.

Después de unas horas Aedus estaba en la sala dónde revisaba unos papeles que el rey le encargó lee, esta concentrado mientras se disponía a descansar. Un mayordomo toca la puerta  entra para darle un comunicado.

—Alteza ,su majestad la reina quiere verlo. Ella se dispone a tomar el té en la terraza. Y lo espera junto a su hermana y hermano.

—Está bien.

Se dirige a su habitación a cambiarse de ropa y se viste formalmente mientras se dirige a la terraza.

                                                                  

CONTINUARÁ

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Maby
Me gusta mi trabajo, por eso le doy 5 estrellas

☺💛
Apollogurl_01
Por favor, actualiza pronto, no puedo soportar la espera. 😩
Maby: Muy pronto
Espera un poco /Smile/
total 1 replies
Delwyn
Esta buena para pasar el rato
Maby: muchas gracias.
prometo que será mejor
/Smile/
total 1 replies
Yaky De la rosa
👏Continúa, es maravilla.
Maby: muchas gracias por el apoyo, ya les estaré publicando el resto de capítulos
total 1 replies
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