Dany es un adolescente nerd con una vida común. Lo único que desea en esta vida es lo que todo ser humano normal aspira y estima: paz.
Pero pareciera que nunca la tendría con Marcos dando vueltas: despiado, altivo, arrogante...
Porque Marcos era el típico macho de la escuela que jugaba fútbol. Ese tipo de chico que miraba a las personas como Dany como insectos.
No había manera de escapar de lo que se le venía encima o acaso si podría domar a la bestia.
NovelToon tiene autorización de Miguel Antonio Alba La O(bluelight) para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Finde Friki
Narra Danny
11:03 AM. La Peña del Dragón
Vale está dibujando bigotes de gato en mi cara con su marcador indeleble mientras Renata y Sebas discuten—por décima vez—sobre qué es mejor: Dungeons & Dragonso Call of Cthulhu.
Su discusión es algo escandalosa y Vale rueda los ojos por la única razón de que ella es más mesada y lógica. A veces no sè ni como nos eligió como amigos. Ella una vez me contestó esa pregunta: porque sois especiales.
¿Ummm? Todavía no lo tengo claro.
—¡El terror cósmico no tiene comparación! —grita Sebas, agitando su d20 como si fuera una granada.
—¡Aburrido! —Renata le tira un terrón de azúcar—. Prefiero saquear castillos y tirarme al bardo.
Los dos eran pareja, pero sus guerras cuando tenían opiniones divididas eran legendarias. Pero ese último comentario hasta para mí había sonado raro.
—Eso último no es parte del juego, cariño —responde Sebas, y ella le lame la mejilla solo para verlo ponerse rojo.
Lua llega con nuestras órdenes: café "Hechizo de Fuego" para mí (aka café con canela y miel), un batido rosa empalagoso para Vale y dos cervezas de jengibre para los enamorados.
—Hoy hay torneo de Mario Kart —anuncia Lua, señalando la pantalla gigante—. Premio: tarta de chocolate gratis.
La palabra mágica hace que el estómago mío y de Val ruja. No era por presumir pero en eso sí teníamos algo en común: nos encantaba Mario Kart.
Vale me mira con ojos de lo vamos a ganar.
—Lo siento, novatos—digo, frotándome las manos—. Pero nadie le gana al Rey del Baby Park.
Renata usa el truco de la cáscara de plátano (literalmente pone una cáscara en el suelo para distraernos). Sebas choca contra la pared tres veces seguidas en el mismo mapa. Y Vale… bueno, Vale hace trampa descaradamente:
—¡Oye! ¿Por qué siempre tienes tres caparazones azules? —le reclamo
Es una odisea ganarle si cada vez que voy en primero mi culo es zarandeado por un carapacho con púas y de mal genio. Ahora que lo pensaba los personajes de Mario Kart deberían pedir reembolso por todo lo que pasan.
—Habilidad divina —responde, mientras esconde un mando extra bajo la mesa. Está no se la perdonaré.
Gano por supuesto. Pero solo porque Vale se distrae cuando entra Martina (la del equipo de fútbol) y le guiña un ojo.
Hay una química especial y yo a pesar de ser muy distraído, tiendo a ser también muy pícaro.
—¿Desde cuándo te tiran las chicas? —le pregunto.
—Desde siempre, López—dice Vale, pero se ajusta el flequillo nerviosamente.
No me sorprende teniendo en cuenta que nunca parece gustarle alguien.
Después de disfrutar otra larga media hora en el cafè nos dirigimos hacia el parque del centro.
Renata trae un "almuerzo gamer": sándwiches cortados en pixeles y gomitas en forma de cubitos. Sebas intenta hacer malabares con tres manzanas y termina tirándole una en la cabeza a un pobre perro salchicha.
—¡Eres un peligro público! —ríe Renata, besándolo en la nariz.
—Oye, Danny —Sebas me lanza una bolsa de Cheetos—. ¿Y tu novio? ¿No viene?
Todos me miran con duda y suben la cejas de arriba hacia abajo con una mirada pícara.
—No es mi novio—protesto, pero Vale ya está sacando su teléfono.
—Voy a twittear: "Danny López niega estar enamorado del bully que lo defendió —
Me río sin gracia y la fulminó con la mirada.
—¡Cállate! —le tiro un Cheeto a la frente.
Martina aparece de la nada (¿esta chica tiene un GPS para nosotros?) y se sienta junto a Vale. Hacen un tierno contraste y eso me pone feliz. Vale ha estado sola desde que la conozco y si hay alguien que merece ser feliz en este mundo, es ella
—¿Hablan de Rojas? —pregunta, robando un puñado de mis Cheetos—. Porque lo vi hace una hora merodeando por aquí.
Casi me atraganto con mi bebida. Sebas se paró a darme golpes en la espalda. Mi voz salió distorsionada por el susto y la noticia.
—¿¡Qué!?
—Sí. Con una sudadera con capucha y cara de "no me miren"—explica Martina—como un asesino en serie mal disfrazado.
Vale me mira con esa sonrisa. La que significa "te tiene más loco que cabra en montaña rusa".
Yo ruedo los ojos negando con la cabeza.
El grupo pronto se aburrió del parque. Con nuestro ritmo de risa y juegos donde discutíamos de series, dragones y espadas, nos dirigimos a un McDonals.
—No puede ser stalker y torpe al mismo tiempo —digo, hundiendo mis papas en el helado—. Es físicamente imposible.
—Amor, tú dibujabas su nombre con corazones en los márgenes del cuaderno —Renata lame ketchup de los dedos de Sebas—. Eres el último que puede hablar.
—¡Eran dibujos de odio! — grito en mi defensa agitando los brazos tratando de sonar convincente.
—Con glitter rosa —añade Vale con zaña.
A veces me preguntó su es amiga o enemiga.
—¡Era el único marcador que tenía!
Todos se ríen. Hasta Martina, que ya es oficialmente parte del grupo aunque nadie lo haya votado.
Mi teléfono vibra. Es él. Mi corazón late desbocado, la sangre sube a mis mejillas y Sebas se carcajea cuando miro en su dirección buscando apoyo.
*Marcos (16:31):¿Sabías que si mezclas papas con helado te da diarrea?
Su declaración me saca una mueca de desagrado. Pero así es Rojas, directo a la yugular y sin anestesia. Debería saber ya de antemano a qué me enfrentaría.
*Yo (16:32): ¿Estás viéndome ¡COMER! — miro hacia todos los lados.
*Marcos (16:33): No. (Foto adjunta)
Abro la imagen: es mi espalda, desde tres mesas atrás, con Vale haciendo un gesto obsceno hacia la cámara. No puedo evitar abrir los ojos.
Grito y me doy vuelta, ahí está. Algo en mi estómago se revuelve y no es por la liga extraña que estaba haciendo antes.
Hoodie negro. Sonrisa de me atrapaste" y dos McFlurrys en la mesa. Marcos Rojas le estaba haciendo cosas a mi corazón y estabilidad mental.
Vale chasquea los dedos frente a mi cara.
—Earth to Danny. Deja de mirarlo como si fuera un helado derretido —
Es inútil estoy copado de èl.
Completamente ahogado en esta obsesión por quién me hacia daño hasta los otros días.
Marcos Rojas es un stalker tierno (y lo peor es que me gusta, Vale y Martina tienen más química que mis papas con helado y Sebas y Renata son asquerosamente adorables. Los odio.