— nadie va a quitar tu lugar como mi señora, no es para tanto.
Respondió el mientras sostenía a otra mujer en sus brazos.
Ella se burló
— no necesito ese lugar de porquería.
En su mente solo necesitaba vengarse, quería quitarle lo que más le importaba, por lo que busco a quien podía ponerlo en su lugar.
— ¿seré entonces tu herramienta?
Pregunta el hombre con tez pálida, se notaba mucho que estaba enfermo.
— si
Respondió ella
— estoy de acuerdo en serlo.
Ella no lo amaba,solo era su medio, quien diría que su plan sería totalmente destrozado.
— aléjate
Dijo ella empujándolo, el tomo su cabello y lo beso con ternura.
— digiste que sería tu herramienta.
Sus ojos fríos la recorrieron, ella tembló.
— no quiero una herramienta que no pueda manipular.
— entonces te dejare hacerlo, pero recuerda, eres mi mujer no soy muy paciente cuando miras a otros hombres.
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21
Guillermo miro el teléfono en su mano, creyó haber leído mal.
— ¿Contrato?... En qué rayos estaba pensando está mujer.
El no pensaba hacer eso, de hecho si le gustaba pero, no llegaría hasta haya, por ella.
[ Que tonterías estás diciendo, acaso no es mi amor lo suficientemente seguro].
Cristina se burló, al ver el mensaje sabía que no podía sacar nada de este tipo, ella respondió.
{ No}
Guillermo se frustro, cómo hacia para recuperarla.
{ Si no estás de acuerdo te dejare}
Ella apagó su teléfono, el le escribió pero ella no le respondió más, trato de llamarla pero su teléfono estaba apagado.
— Cómo puedes hacerme esto, solo espera, te enseñaré, regresaras a mi, tarde o temprano.
el dejo su telefono y fue a tomar una ducha
Ella suspiro, en ese momento entró Eduardo.
— Que sucede
Pregunto ella, Eduardo frunció el ceño.
— Nada.
El volvió a salir
— Que le pasa.
Ella se acostó pensó en la aparición de Eduardo al no encontrar respuesta, se durmió rápidamente.
Al día siguiente, Guillermo regreso a la empresa, se encargó de algunos proyectos y salió para reunirse con los inversionistas.
— Sr. Ortega como está
— Muy bien gracias
El hombre con el que tenía que hacer el negocio era de las empresas del norte de la ciudad.
— Cómo puedes ver, tenemos la mayoría de programas ya listos, la nueva tendencia será en la primavera, pensamos lanzar el nuevo proyecto para entonces.
Los inversores observaron las carpetas con la información.
Después de una serie de negociación se firmó el acuerdo.
Guillermo se puso de pie y los vio salir, luego se sentó de nuevo.
Sus ojos miraron por la ventana, tenía demasiado trabajo, además el problema de Cristina lo molestaba aún más.
Sus ojos se fijaron en la figura que salía del restaurante del frente, su rostro soltó una sonrisa viciosa, se levantó y salió del lugar.
Fiona se despidió de su novio.
— Recuerda venir a visitarme en el lugar de siempre, y talvez pronto te presentaré a mis padres
El hombre era de cabello castaño y ojos cafés, vestía ropa muy pulcra y aparentaba un temperamento tranquilo.
Al chico se alejo después de besarla, el rostro de Fiona estaba rojo, cuando se giro se encontró con Guillermo que la estaba viendo.
Ella palideció, y aunque iba a contarle a sus padres, no pensaba hacerlo pronto, sus padres aún pensaba que era muy pequeña para estar enamorado, además el sacrificio de su hermana por ella, le daba un poco de vergüenza.
Guillermo se acercó y saludo.
— Fiona, que sorpresa.
— Cu, cuñado cómo estás.
— Estoy bien, el chico de ahora ¿Es tu novio?
— No.
Negó rápidamente, pero quién era Guillermo, obviamente no le creyó.
— Ya veo, vas de regreso a casa.
— Si.
— Déjame llevarte, voy de camino.
Ella dudo por un momento, luego Asintió, no debería parecer tan obvia.
El la guío hasta donde estaba estacionado su auto, los dos subieron.
— Cuñado… No ya no eres mi cuñado.
El rostro de Guillermo se oscureció.
— Puedes seguir llamándome así, después de todo aún estoy enamorado de tu hermana.
Los ojos de Fiona brillaron.
— Espera, cómo puede ser esto, tu engañaste mi hermana no tienes a una mujer embarazada, lastimaste a mi hermana y piensas que te creeré.
— Yo amo a tu hermana, eso nadie puede cambiarlo, cada gesto de ella lo conozco bien.
Fiona miro por la ventana del auto y dijo.
— Mi hermana estaba muy herida, ella siempre te amo, y aunque aparente que ya no te ame, yo creo que su amor no puede desaparecer de la noche a la mañana.
Guillermo no dijo nada por un tiempo, cuando el semáforo se puso en rojo, el pudo mirar a Fiona.
Sus ojos estaban llenos de verdad.
— Yo lo sé, pero ella es muy terca, es una niña que no le gustan muchas cosas, pero al sonreír simplemente era hermosa, Fiona incluso si se casó, la señora Soriano solo puede ser ella, ayúdame, por más que trate de persuadirla no me escucha.
Su rostro parecía decepcionado, Fiona sintió pena por el, pero después de todo que pasa con el sufrimiento de su hermana.
— Yo… Es que.
— No te preocupes por las mujeres que me rodean, no pienso engañarla nunca más, cuando ella me dejó aprendí la lección.
— Que quieres que le diga a mi hermana.
Guillermo sonríe.
— Solo… Me gustaría que le dijeras que no tenga el hijo de mi tío, después de todo, yo seré su esposo no quiero que alguien toque a mi mujer.
Fiona mordió su labio.
— No creo que mi hermana escuché
— Si eres tú ella lo hará
La luz volvió a cambiar.
— Eres su hermana pequeña, ella te quiere mucho.
Fiona dejo de hablar, no sabía que hacer, que pasa si se equivocó y su hermana ya no lo ama, y si se equivoca, para estas cosas quería escuchar el consejo de su hermana.