Flor Watson, una joven periodista que en su tiempo libre es una heroína, todo parecía ir bien en su vida, sin embargo, quien iba a pensar que su boda, iba a ser el comienzo de una aventura fuera de este mundo.
Rho Mor, un viejo pirata intergaláctico, los secuestra para venderlos a un zoológico de una Galaxia lejana. Junto a ellos van cautivos 3 rehenes más: Loxy, un canino de otra Galaxia; Roxy, una princesa elfo de un planeta lejano a la via láctea; y Kror, un cíclope ex convicto
¿Podran Flor y Stan regresar a la tierra?, y en el proceso, ¿Podran salvar el universo del Capitán Rho Mar?.
NovelToon tiene autorización de Powder34 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo #5: La vez que llegaste a mi vida
Esa noche me quedé a dormir en casa de Stan. A pesar de su insistencia en que me quedara sentada viendo televisión, me levanté para preparar la cena para ambos, con lo poco que tenía en su refrigerador, casi vacío.
Mientras cocinaba, no pude dejar de pensar en el día en el que Stan llegó a mi vida, recuerdo haber estado destrozada por la ruptura con mi ex novio, Andrew. Mis padres se habían mudado a Moncia por temas de trabajo, y era la oportunidad perfecta para comenzar de cero.
Después de pasar toda mi vida viviendo en otra ciudad, en otro país, el cambio brusco aunque necesario, fue bastante duro. A pesar de ser dos años más grande que mis compañeros, no pude evitar sentir miedo, y sentir que no pertenecía al que sería mi nuevo hogar en los próximos tres años.
Debido a que mis padres no tenían suficiente dinero para enviarme a una preparatoria privada, llegué a la escuela pública más conocida de Moncia, y por si se preguntan no era conocida por sus calificaciones o por la seguridad que tenían, sino que era conocida por lo opuesto, y por ser la escuela donde más avistamientos habían del Justiciero de Moncia, esa preparatoria era “Snow”.
“Tranquila, tranquila, solo debes acostumbrarte; es una vida nueva en un lugar nuevo, ¿Qué es lo peor que puede pasar? —temblando observé unas pastillas para controlar la ansiedad—. No, dudo que esto empeore, dudo que esto empeore”. pensé mientras caminaba hacia mi salón.
Nerviosa abrí la puerta, dándome cuenta de que la mayoría de mis compañeros parecían delincuentes salidos de la cárcel, a excepción de una chica pelirroja que llevaba una bufanda amarilla rodeando su cuello.
Mi maestro se me acercó rápidamente para agarrarme del brazo y presentarme, en el camino, crucé miradas con un chico encapuchado con las pupilas tan rojas como la sangre y con el cabello castaño, ese chico era Stan. Mis sentidos al verlo se volvieron locos, no sabía si era por peligro o simplemente era otra cosa.
—Bien, chicos, quiero presentarles a su nueva compañera, tal vez ya conocen a sus primas, María y Elena Jane Hoffen, al parecer la tía de ambas ha regresado a Moncia, y Flor se quedará con nosotros hasta el fin del curso. Por favor, Señorita Watson, preséntate con tus compañeros
—Mi nombre es Flor Watson Smith, espero y llevarme bien con todos ustedes —me presenté nerviosa, mientras temblaba—
—Flor por favor, busca un asiento, y Stan, dime, ¿podrías ayudarla en sus actividades?
—Ah…Eh… s-sí, m-maestro —tartamudeó nervioso mientras volteaba a su libreta para evitar mirarme—
Gracias al maestro pude acercarme más a Stan, pues él era a quien había asignado para que me ayudara a ponerme al día con la clase. Al principio Stan era bastante tímido, no hablaba mucho, solo hablaba de cosas relacionadas con la clase lo que aumentó mi curiosidad por él.
—Y esto es lo que estamos haciendo hoy en matemáticas, s-si me dejas aconsejarte, te diría que comiences con lo de Historia; es lo más pesado —terminó de explicar Stan evitaba mirarme—.
—Gracias, aunque… ¿Por qué llevas mascarilla y guantes?, creí que estábamos en verano
—Mm… Yo… M-Me siento más cómodo
—Pareces una estrella Hollywood ocultando su identidad, solo te falta una gorra —respondí riendo—
—¿M-Me veo tan mal, Ko… K-Komori? —susurró, con sus mejillas sonrojadas, mientras hablaba con una vocecita en su cabeza—
No sabía porque sentía esa sensación de peligro, no era alguien que parecía imponente o malvado de hecho era lo contrario: era un chico demasiado tímido y noble. Intrigada me puse manos a la obra para averiguar que ocultaba, y la verdad, no me costó mucho descubrir lo que pasaba, debido a lo irresponsable que era Stan para ocultar su identidad secreta.
Mientras estaba junto a él, copiando algunos apuntes. Pude ver de reojo como Stan hablaba con sus amigos, parecían discutir sobre un juego japonés.
De repente, un cristal de sangre salió disparado de su espalda para impactar con una bombilla. Para los demás estaba completamente oscuro, aunque yo alcancé a ver un tentáculo de sangre que salió de la espalda de Stan para robar una barra de chocolate de una de nuestras compañeras.
“¿Qué?, ese tentáculo de sangre… Es… ¿Es de... K02?” pensé intrigada.
No fue muy difícil atar los cabos sueltos; los avistamientos recurrentes del justiciero de Moncia en la preparatoria, y K02 en el cuerpo de Stan, estaba claro que él era ese dichoso justiciero. Ahora lo comprendía más, la sensación de peligro, no era causada por Stan, sino por el parásito simbiótico que llevaba en su interior, o K02.
Descubrir eso, aumentó mi curiosidad, y me hizo querer estar más cerca de él para poder hablar nuevamente con K02. Aunque internamente sabía que esa no era la única razón por la que quería estar cerca de Stan.
Aproveché todas las oportunidades que tuve para estar junto a Stan. Sin importar cuán cortas fueran, quería estar a su lado. Durante una de las clases de educación física, agarré mi botella de agua de Superman y me acerqué a él.
—Ahm… Stan, H-Hola —dije nerviosa volteando al suelo—
—¿Huh?, ah… eh, ¡l-lo siento!, no soy muy bueno jugando Fútbol ni en deportes, por lo que no sé si sea buena idea jugar en tu equipo
—N-No, no vine por eso, tú… ¿Quieres agua? Debes estar muriéndote con esa sudadera, esa mascarilla, y esos guantes, a decir verdad, me sorprende que no tengas un golpe de calor, ¿Por qué llevas sudadera? No hace mucho calor
—E-Es… N-no, no quiero agua, así estoy bien
—¿Seguro? parece que te vas a desmayar de sed y de calor.
Antes de que Stan pudiera responder, mis primas me hablaron desde el baño de la escuela. Le di el agua a Stan, para después irme al baño para hablar con ellas. Mientras hablaba con mis primas, pude darme cuenta de que el sol se estaba ocultando, y que el patio estaba siendo cubierto por la sombra del edificio.
—Bueno, si necesitas más toallitas me dices, siempre puedes contar conmigo o Jane, ¿DE acuerdo?
—s-sí, aunque es un poco vergonzoso hablar de mi periodo y de estás cosas
—Si, siempre has sido así —mi prima Jane soltó una pequeña carcajada— Nunca te ha gustado hablar de cosas íntimas con otras personas, ni siquiera cuando nos pedías consejos para hablar con Harry
—Jaja, es verdad, para ser la mayor, eres muy vergonzosa, Flor
Al terminar de hablar con mis primas me giré para voltear a ver a Stan, llevándome la sorpresa de verlo; sin sudadera, sin mascarilla, sin guantes, y bebiendo de su agua como si fuera la última vez. Stan siempre iba abrigado, debido a que K02 era alérgico a la luz solar, básicamente si él tenía contacto con el sol por mucho tiempo, le pasaría lo mismo que a un vampiro o a los demonios de Kimetsu no yaiba.
Mi corazón se aceleró al verlo por primera vez sin ropa de invierno en pleno verano, era más varonil de lo que nunca creí pensar que fuera. Lo que más llamó mi atención fue una intimidante cicatriz en el brazo, y una cicatriz que pude ver gracias al viento; esa cicatriz estaba en su abdomen, oculta bajo su uniforme.
Stan no tardó en notar que lo estaba viendo, lo que hizo que se pusiera rojo, aunque su ceño fruncido por la vergüenza no tardó en volverse en un ceño de enojo como si intentara callar a una pequeña voz que vivía en su cabeza.
—K-Komori, c-cállate —susurró avergonzado mientras trataba de callar a K02—
Stan avergonzado se me acercó para darme mi botella de agua. Mis sentidos se alertaron como nunca antes lo habían hecho, tanto que escuchaba un zumbido perforando mi corazón y mi oído, era como si me hubieran dado flechazo directo en el corazón.
—G-Gracias por el agua —estaba tan perdida en su mirada y en su timidez, que mis reflejos fallaron; alguien me golpeó en la cabeza con un balón— ¡Flor!
Nunca antes me había pasado algo como eso, siempre cuando me enamoraba de alguien, mis sentidos y reflejos no se veían afectados por mis sentimientos, Stan no era mi primer amor, pero por alguna razón él me hacía sentir como si lo fuera.