¿Tu Eres Mi Esposa? Completa

...Elena:...

El jardín de la señora Aurora estaba muy lindo , aunque comparado con el de Elliot parecía sencillo, de no haber visto el jardín de la casa de mi esposo antes este me habría impresionado.

— ¡Hola mi amor!

¿Por que Dios? ¿Por que tuvo que presentar la oportunidad de que pudiéramos habláramos a solas?

— No me llames de esa manera. — Sisee enojada.

— Elena por favor, te he extrañado muchísimo. — Quiso tomar mi mano. No lo permití y di dos pasos atrás tomando distancia de él.

— No me toques.

— ¿Y por que si dejas que mi hermano te toque? — Me reclamo.

— No estoy para tus reclamos estúpidos.

—No puedo esperar para irnos juntos mi amor.

Sobre eso, mi padre y Víctor deben venir con nosotros.

— Tranquila, tú padre vendrá con nosotros y Víctor, el ya debe estar muy lejos.

— ¿A que te refieres?

— Las personas que conozco le ofrecieron mucho dinero y el quiso irse.

Últimamente quien mas me preocupaba era Víctor, al menos sabía que mi padre estaba bien, pero de mi hermano no sabía nada, si bien es ambicioso sabía que nunca se iría de tal manera.

No contra dije a Franco.

— Debo irme no quiero que me vean hablando contigo. Hasta el día que tengamos que irnos espero no verte de nuevo.

— Elena. — Me llamó antes de que me fuera, me detuve. — Espero no estes enamorada de mi hermano, por que saldrías perdiendo.

Le respondí sin darme la vuelta. — No creo que vaya peor que contigo.

— El no se ha portado muy bien.

Gire solo mi rostro— ¿A que te refieres?

— Ya lo verás mañana.— Me sonrió.

No me di cuenta cuando Elliot ya venia hacia nosotros.

—Como te decía cuñada, me alegro que formes parte de nuestra familia.

— Muchas gracias.

Cambiamos rápido de tema.

— Elena me permites un momento con mi hermano, por favor.

— Si. — Dije retirándome.

Los observé de lejos, a pesar de la falta de me memoria de Elliot, la rivalidad as entre estos dos podía sentirse en el aire.

Parecía que iban agarrarse a golpes, pero de repente Elliot se llevó las manos a la cabeza quejándose fuertemente.

— ¡Elliot! — Grite corriendo hacia el. — Vas a estará bien, estarás bien.— Dije mientras buscaba en mi bolso las pastillas las para Elliot.

Desde ayer que le había dolido depues de la cena decidi cargar con ellas.

Saco el frasco de pastillas y le di una imediatamente, hicieron su efecto rápido y Elliot parecía estar mejor.

—¿Estas bien? — Pregunté preocupada.

—Si, lo estoy. — Lo ayude a reincorporarse.

—¿Que tienes? —Preguntó Franco.

— Nada que te importe. — dije.

Nos retiramos.

*********

Al no poder dormir como siempre, me desperté muy temprano, quise preparar el desayuno, así que fui a la cocina para poner manos a la obra.

— Señora ¿que está haciendo aquí? — Me preguntó Flor. — ¿Desea algo?

— No Flor muchas gracias. El día de hoy vengo preparar el desayuno. — Dije tomando uno de los mandiles colgados.

Ella y las otras chicas se sorprendieron.

— Señora no se moleste, pero el señor es muy estricto con la comida y no le gusta que cualquiera le cocine.

— Lo se, lo he percibido, pero lo que le preparare le gustara, será algo sencillo, serán huevos, pancakes y algo de fruta. — Todas me vieron como si hubiese dicho algo extraño.— ¿Que pasa?

— El señor no como pancakes señora. — Dijo amablemente una de las muchachas.

— Dice que realmente no es un desayuno y que solo es azúcar.— Argumenta Flor.

— ¡Ah pero los míos le gustarán ya lo verán! — Aplaudí emocionada. — A ver denme espacio.

Ellas con miedo hicieron lo que yo les pedí.

Hice un poco de jugo de naranja natural, algo de fruta picada, huevos y pancakes. Estos últimos eran de avena con plátano, así serían saludables y serían dulces a pesar de no llevar azúcar.

— A ver prueben uno— dije una vez que termine unos cuantos.

Les día probar a las chicas de la cocina.

— ¡Están deliciosos señora!— Dijo Flor sorprendída.

— ¡Realmente están muy ricos! — Dijo otra de las chicas.

— Si al señor Elliot no le gustan estos pancakes entonces no sabe lo que es bueno … — Dijo una de las más nuevas y la chica que habia respondido anteriormente le dio un codazo para que no fuera tan impertinente, pero eso solo me hizo reír.

Me puse a preparar la mesa, esta vez lo hice en el jardín. Coloque el mantel, unas flores, platos, cubiertos, el jugo natural, la fruta, los pancakes y huevos, un poco demiel, mantequilla y mermelada, mismas que yo hice de manera saludable.

Estaba terminando de poner la mesa cuando llego Elliot.

— ¿Que estas haciendo? — Pregunto llegando por detrás.

Me sobresalte, esta maldita conciencia así me tenia.

— Prepare el desayuno.

— Se ve bien.

— Las muchachas dicen que no comes pancakes, pero te aseguro que estos te gustarán, son saludables.

— Después de haber probado lo que preparaste el otro día, comere lo que sea que haya sido hecho por tus manos.

Me puse nerviosa, el se había acercado bastante.

— Tienes un poco de harina— Dijo limpiando mi mejilla.

— Iré a limpiarme, en un momento te alcanzo para comer. — El me tenía presionada a la mesa.

— Quédate te vez hermosa de todos modos.

Me sonroje.

— Claro.

Me ayudo a sentarme y por fin pude respirar.

— ¿Te gustan los jardines? — Me pregunta Elliot mientras le sirvo jugo.

— Este jardín en particular me parece realmente hermoso y el día de hoy me pareció perfecto para salir a desayunar.— Deje la jarra— ¿Que te sirvo?

— Creo que hoy comenzaré por los pancakes. — Tome uno lo puse en su plato. — De que hablabas ayer con mi hermano.

Me tensé.

— Solo me estaba molestando, diciendo que no te has portado bien y que no me conviene estar contigo.

— ¿Y eso a el que le importa?

— No lo sé, tu hermano es una persona muy extraña.

— Si lo es ¿Que habra querido decir con eso? — Me vio evaluando mis expresiones.

— No tengo idea. — Casi tiro mi vaso por las preguntas tan directas.

Elliot probó el primer bocado.

— Está delicioso, quiero mas.

— No te lo has terminado. — Me causo gracia.

— No importa pon más en mi plato. — Esto aligeró la tensión.

Así lo hice y después yo probé el primer bocado.

— Elena quiero que tu papá venga a pasar unos días aquí con nosotros.

Me atraganté con lo que tenía en boca cuado escuche Elliot, empecé a toser como loca.

— ¿Estas bien? — Me preguntó

— Estoy bien, es solo que me tomaste por sorpresa.— Bebí un poco de jugo. Me tenia en un subibaja de emociones.

— No creí que fuese a sorprenderte tanto, quería hacer algo lindo por ti, crei que extrañabas a tu padre.

— Así es, pero, él está al cuidado de las personas y tienen que estarle dando su medicina. Es mejor que se quede donde esta. — Dije como excusa.

— No te preocupes, el tratamiento de tu padre yo lo pagaré y contrataremos dos enfermeras para que estén con el las 24 horas al día.

Mis ojos se inundaron en lágrimas, ese hombre me conmovía demasiado.

— No creo que se sienta cómodo aquí.

— La casa es muy grande, podríamos si quisiéramos no toparnos nunca. ¿Es eso o no quieres que venga?

Ya me daba cuenta que Elliot no era un hombre que se anduviera por las ramas, el iba directo.

— No no es eso, es sólo que no quiero molestarte.

— No es ninguna molestia, al contrario es tu familia, por lo tanto también es la mía y quiero conocer nuevame a tu padre.

— Pero nos vamos a divorciar. — dije.

Su expresión cambió. — Lo sé pero mientras el trámite se termine quiero completamente como tú esposo.

— De acuerdo. — No tuve más remedio que aceptar, tendría que hablar con Franoc para saber que íbamos hacer .

Elliot me sonrió.

— Están deliciosos.

— Que bueno que te gustaron. Las chicas estaban un poco nerviosas por que dicen que no te gustan los pancakes, pero estos son saludables, así que puedes comerlos sin problema.— Me observo más de la cuenta. — ¿Que pasa?

— Elena, quiero que sepas que si algo te sucede, cualquier cosa que te pase, estoy aquí para ti. Prometo que no te juzgaré y que juntos podémos encontrar la solución. — Me toma de la mano.

Me pongo nerviosa. — Todo está bien, no entiendo a qué te refieres.

— Solo suponiendo que tuvieses algún problema es todo.

— Si llegó a tener algún problema te lo dire, gracias.

Soy una maldita cobarde. Pero apenas supe algo de mi padre y no he sabido nada de mi hermano, no sabía cómo Elliot reaccionaría si le digo la verdad. Las cosas debían quedarse como están.

— Iré a prepararme para ir al trabjo. Continua comiendo por favor. Ya vuelvo.

Estaba terminando de vestirme cuando llego un mensaje a mi teléfono.

Habiaun mensaje de Franco, cansada lo abrí, me había compartido una noticia que al parecer ya se encontraba por todas las redes.

“El gran magnate de negocios Elliot Zenón, hace poco presento a su querida esposa, pero ¿será que ya se canso tan rápido de ella? Se le ha visto merodeando con una mujer que no es su esposa hace dos días y la verdad es que con su esposa nunca”

“ Aunque sólo los más allegados a la familia conocen a la señora Zenón, se ha sabido muy buena fuente, que esta fotografía no corresponde a la misma, puesto que ella fue presentada en una fiesta muy exclusiva, en la que nisiquiera la prensa pudo entrar y que solo los presentes saben de quien se trata.”

Había una foto de Elliot, el rostro de la mujer no se veía pero yo sabía muy bien quién era, esos risos y esa piel no eran fáciles de olvidar.

Esto debía ser a lo que Franco se refería el día de ayer. Si el no me hubiese puesto sobre aviso me habría tragado la noticia, pero necesitará más que eso para hacerme enfurecer. Una noticia amarillista y mas sabiendo de quien vino no me sacara de mis cabales.

Decidí no responder y dejé el teléfono sobre la cama.

*************

...Elliot : ...

Le dimos oportunidad a Elana de sincerarse, de que sea cual sea la verdad podía decírmela pero no pasó. Decidió no decir nada.

Estaba comenzando a recordar y si tenía que sufrir los horribles les dolores de cabeza, entonces lo haría.

Ahora estoy seguro de que mi propio hermano quisó matarme pero debo actuar con cuidado, buscar pruebas. Tal vez Elena no tenga nada que ver realmente.

— Aquí están los planos, estuve trabajando en ellos, encontré varios errores, como siempre.

Los tome vi todas las correcciones que había que hacer. Franco estaba entregando sus pensientes “terminados” pero tendríamos que revisar todo, le hemos encontrado muchos errores, entre ellos de cálculo y diseño. A este paso nos tomaría más tiempo arreglar su desastre que si se fuera y dejara todo tirado.

— Llama a Samantha que le diga a Kely que venga, ella se hará cargo de realizar los proyectos de Franco.

Santos quizo llamar a Samantha por la línea pero no respondió.

— Al parecer no está en su lugar.

— Es verdad, la mande por unos archivos. — Le di mi teléfono. — Llámala de aqui. —Seguí revisando los planos.

El tomo el teléfono.

—Oye tienes muchos mensajes de Reachel ¿Quieres que los abra?

— Para ser tantos debe ser importante, a lo mejor no podrá estar en la junta. Si ábrelo.— Le pedí.

Seguía con mi vista en los planos.

— ¡Ay no! Esto no te gustará.

— ¿Que? ¿Que pasa?

Me tendió el teléfono y lo tomé.

“El gran magnate de negocios Elliot Zenón, hace poco presento a su querida esposa, pero ¿será que ya se canso tan rápido de ella? Se le ha visto merodeando con una mujer que no es su esposa hace dos días y la verdad es que con su esposa nunca”

“ Al parecer la mujer es una exnovia del magnate, pero es una desgraciada que anteriormente nunca se les haya visto con mujeres y justo ahora que está casado se le encuentra muy amoroso con una joven que no es su esposa.”

Lo aventé de la furia y el teléfono se quebró.

— ¡Oye cálmate!

— ¿Como quieres que me calme? Si Elena ve esto la poca confianza que me había ganado con ella se irá por el caño.

— Pero cálmete, nunca te había visto tan enojado.

— Tengo que hablar con ella. Arregla esto quiero que la noticia desaparezca.

Sali de mi oficina para ir directamente a la suya. Entre sin tocar.

Al parecer ella y Rose estaban viendo el muestrario de telas.

— Elliot. ¿Pasa algo? - dijo desconcertada por mi manera de entrar.

— Necesitamos hablar. — Ella se tensó.

— Rose, déjanos solos un momento por favor.

— Si señorita. — La chica sale y cierra las puerta tras de mi.

— ¿Que pasa?— Me ve asustada y rodea el escritorio hasta estar frente a mi.

—Elena hay una noticia, esta en todo internet, pero te juro que no pasó nada, ella me pidió un abrazo y se lo di, pero no significó nada…

— Elliot.

—Jamás volveré a verla… — Yo no dejaba de hablar. — Te juro que solo paso lo que te conté.

— Elliot.

— Quien haya sido haré que pague.

Ella me beso. Fue beso corto pero intenso.

— ¿Que fue eso? — Estaba sorprendido ¿Acaso no estaba molesta?

— Ya vi esa noticia esta mañana.

— De verdad.— Asintió con una sonrisa. — ¿Y no estas molesta? — Estaba un poco sin aire.

— No, si no me hubieses dicho que fuiste a verla, tal vez me habría molestado, pero obvio que es una noticia amarillista, solo buscan sacar beneficio de esto.

— Crei que… Crei que ibas a molestarte y perder la poca confianza que había recuperado de ti. — Con mis manos aparte los cabellos de su frente y lo acaricié.

— Tranquilo, estamos bien.

Suspire aliviado.

Nuestro ojos se encontraron nuevamente y la bese, ella me correspondió.

— Debo irme. — Dije después apartarme.

— Esta bien.

Me separé de ella para ir a mi oficina.