Rosas Amarillas: El Contrato Es Solo La Excusa

Los besos fueron incrementando, el corazón de Alma parecía estallar, su mente estaba completamente en blanco. Ambos actuaban por puro instinto, por pura excitación.

Lion mordió el cuello y succiono desesperado dejando una marca en la piel blanca, Alma arqueo la espalda, la mezcla entre dolor y placer la atravesó, un sonido completamente excitante, escapo de sus labios, provocando aún más al hombre que estaba presionando su cuerpo contra la cama.

La ropa comenzó a estorbar, Lion se detuvo, levanto su cuerpo quedando a horcajadas sobre su mujer y rompió de un jalón la camisa blanca que llevaba puesta. Su torso desnudo mostro cada uno de sus músculos, tan marcados por el sudor que provocaron a Alma que sin pensar se incorporó rápidamente para pasar su lengua caliente recorriendo cada espacio. Lion enredó sus dedos en la larga cabellera de la mujer que estaba provocando mil sensaciones por segundo, cerró los ojos disfrutando de los besos y sutiles mordidas que se desperdigaban por su pecho.

-AHH, me vuelves loco- la voz salió profunda llena de excitación, Alma sintió como las manos de Lion bajaron acariciando sus senos, para luego recorrer su abdomen y así llegar al final del camisolín rojo que cubría su piel.

De un solo tirón lo arranco, la desesperación por poseerla invadió cada poro del empresario que empujo a la cama, a la mujer que temblaba con su toque, recorrió con su lengua desde el cuello hasta aquellos senos llenos, que lo invitaban erectos a probarlos.

La respiración se aceleraba cada vez más. Alma acaricio las hebras del cabello renegrido de su esposo y sus `piernas se volvieron pinzas rodeando la cintura masculina, para que lo más íntimo de sus cuerpos disfrutaran del contacto.

-Ahh- Alma gozo cuando su intimidad era acariciada de manera lasciva no pudo contener los gemidos que abandonaron su garganta.

Lion abandono los senos luego de morder y succionar sin reparo, pero al oír la voz de su mujer, su deseo creció en su pantalón aún más.

Su boca desesperada tomo la de esposa para hundirse tan profundamente como sus ganas de estar en el otro lo requería.

El sonido de alguien golpeando la puerta insistentemente, obligo a Lion a abandonar la boca de su mujer y sin despegar su cuerpo de ella.

-Que sea importante, o será tu ultimo día en esta casa.

Alma, mordió su labio y contuvo la risa, al ver lo desordenado que estaba su esposo. Lion la miro, frunció la nariz graciosa y beso los labios húmedos frente a él.

- Señor, lamento molestar, pero es importante-La voz de Pierre se escuchó como quien trae malas noticias.

Lion de mala gana abandono la cama, acomodo su ropa para luego caminar a la puerta y abrirla. Allí estaba el rostro preocupado del mayordomo.

-Dime que sucedió- El tono de Lion era molesto y su rostro inexpresivo podía congelar a quien estuviera frente.

Pierre ya conocía el carácter de su Señor y sin importar la mirada asesina que de este hablo- La Señora Elizabeth al parecer tuvo un ataque al corazón, la están trasladando de urgencia a la Clínica central.

Lion comenzó a sudar frio, los recuerdos golpeaban, imagen tras imagen aparecían en su mente, entro a toda prisa al cuarto se sentó al borde de la cama y tomo sus calzados, pero las lágrimas comenzaron a salir descontroladas haciendo difícil la tarea.

-No, no, no, por favor, otra vez no- susurraba. Mientras sollozaba como si estuviera ahogándose.

Un par de manos cálidas tomaron su rostro y lo obligaron a levantar la mirada, los ojos brillantes de Alma lo miraban con amor y preocupación.

-Tranquilo, todo estará bien, Alma se inclinó y lo abrazo. - Iré contigo-

Alma tu- Lion trato de replicar-

-Escúchame Lion, no te estoy preguntando, iré contigo, no estás solo.

Lion por primera vez en mucho tiempo se sintió cuidado y solo pudo asentir.

Alma beso su frente y luego corrió a cambiarse.

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Llegamos Señor- Víctor detuvo el coche en la entrada principal de la clínica.  Lion tomo la mano de Alma y corrió hasta la recepción-

-Buenas noches, en que lo puedo ayudar-

-Mi madre, Elizabeth Colins, ella … la voz de Lion se quebraba y sus manos presionaban las de Alma, lo enojaba sentirse tan vulnerable.

-Señorita por favor quisiéramos saber en qué habitación se encuentra la Señora Elizabeth Colins, ingreso de urgencia, según nos informaron sufrió un ataque cardiaco.

-Bien- la enfermera busco en el sistema.

. Lion mordía su mejilla interna tratando de contener la angustia, Alma acarició sus manos y beso su mejilla brindando tranquilidad con ese tierno gesto.

- La señora se encuentra en la unidad intensiva, continúe por este pasillo hasta el final, luego gire a la derecha y lo encontrara.

- Gracias- alcanzo a gritar Alma mientras era jalada a toda prisa por su esposo.

-Lion cálmate -logro decir, pero este no la escuchaba, cuando por fin dieron con el lugar, su esposo clavo los pies al ver a Antoan parado junto a la puerta de cuidados intensivos.

Lizet estaba a un costado cubriendo su rostro con ambas manos, cuando se percató de los visitantes, corrió desesperada a los brazos de su hermano.

-Lion, viniste- ambos se fundieron en un fuerte abrazo. El mayor cubría con sus brazos el pequeño cuerpo de la adolescente, como si quisiera protegerla del dolor.

A lo lejos Antoan clavo sus ojos en Alma y no perdió el tiempo para rebajarla con la mirada.

-Alma gracias por venir. Lizet soltó a su hermano y abrazo con fuerza a la joven mujer que no dudo en limpiar con sus pulgares las lágrimas de la niña.

-No podría dejarlos solos en un momento así Lulú, tranquila todo saldrá bien, tu madre es muy fuerte.

Lion observo la ternura con la que su mujer consolaba a su hermanita y su corazón se llenó de amor.

-¿Qué hace ella aquí?-La voz de Antoan, rompió el cálido momento.

-Es mi esposa, - Lion cambio su semblante a uno más oscuro.

Alma acaricio el hombro de su esposo, que al girar y encontrarse con el rostro suave de su mujer se calmó.

-Amor, llevare a lulú, iré por algo de beber ¿deseas algo?

-No amor, vayan tranquilas.

-¿No vas a preguntarle a tu suegro si desea algo?

Alma trago el orgullo y mostro una sonrisa forzada- Señor Colins ¿desea algo?

-Que te fueras sería una buena opción.

-¡¡Papá ya basta! Lion grito, y cuando tomo conciencia del lugar en el que se encontraba, mordió sus labios para hablar entre dientes.

-Por una vez podrías pensar en los demás, y no ser jodidamente egoísta-

-Lion. Alma tomo la mano de su esposo y negó, para calmarlo.

-Llevare a Lizet, no discutas, tu madre te necesita tranquilo.

- En cuanto a usted\, lamento no cumplir su deseo\, tendrá que hacer como que no existo. No pienso abandonar a mi esposo y mucho menos a mi suegra.

Antoan quiso avanzar contra Alma, pero Lion se interpuso.

-No te atrevas a tocarla-

Antoan respiraba agitado, sumamente molesto, su hijo lo estaba desafiando por una mujer que no valía un centavo desde su perspectiva-

Bufo y se alejo

-Enseguida volvemos, no discutas- Alma se acercó y beso la mejilla de Lion, que asintió, un tanto más tranquilo.

Ambas mujeres se perdieron en el pasillo blanco, Lion camino hasta la puerta de Unidad intensiva y tomo asiento frente Antoan que los observaba fijamente.

El silencio era sumamente incomodo, el aire parecía cortarse por la tensión de estos hombres, que luchaban por defender su lugar.

Lion no soporto y hablo-¿Qué fue lo que sucedió?

Antoan sonrió arrogante- ¿Preguntas? Es que acaso no sabes que todas las desgracias de esta familia son tu culpa.

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