Betsabet Kohler es teniente del ejército de Alemania y ha destacado por su papel en la reacción rápida contra el narcotráfico. Considerada la mejor teniente de su unidad, pasó tres años en Estados Unidos desmantelando grupos dedicados al narcotráfico. Al regresar a su país, su coronel le asigna una misión como infiltrada en la organización liderada por Salvatore Müller. Su tarea consiste en integrarse en su vida y en su hogar para ganarse su confianza y enamorarlo, con el objetivo de obtener pruebas que permitan llevarlo ante la justicia y desmantelar la organización. Sin embargo, lo que comienza como una operación se convierte en un juego peligroso en el que se entrelazan el deseo, la traición, el odio, la demencia y el amor.
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Capítulo 21 La indiferencia
Salvatore Müller
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-La complicidad y conexión que se estaba desarrollando entre Stepp y Betsabet era innegable. No sabía si la relación que ella mantenía con mi hijo era genuina o si simplemente era una actuación para acercarse a él. Stepp tiene poco apetito y suele ser complicado que coma bien, sin embargo, esta noche, con Betsabet, comió todo, lo cual me sorprende; la veo reír mucho con ella. Una vez finalizada la cena, los niños fueron a jugar mientras Betsabet conversaba con las mujeres; parece que a mi madre, mi tía y mi hermana les agrada. Jim me comenta-Le agrada a mi madre; parece que la acepta como su nuera.
-Le respondo-No digas tonterías, solo es mi asistente.
-Mi padre observa y dice-¿A quién quieres engañar? La forma en que la miras no es la de quién considera a alguien solo un asistente; se nota que te gusta.
-La miro nuevamente mientras sonríe con ellas y suspirando, admito que realmente me gusta, pero no debo dejar que eso avance,no puedo caer mi propio juego. Le digo a mi padre-Por favor, no te imagines cosas.
-Jim interviene-Si solo es tu asistente, no habría problema en que intentara conquistarla. Es muy hermosa y podría hacer feliz a mi madre si Chloe termina siendo su nuera.
-Le miro con firmeza y le advierto-Si intentas conquistarla, te enviaré al otro lado de Alemania.
-Ellos estallan en carcajadas y respiro con frustración. Observando a Stepp con mis sobrinos, se acerca a Betsabet. Ella se agacha a su altura y Él, le susurra algo al oído;ella asiente, toma su mano y juntos salen del comedor. Decido seguirlos sin que se den cuenta y los veo entrar a la cocina. Ella busca algo en la nevera, llena un vaso con agua y luego toma una cucharada de un frasco, echándola en el agua. Le dice-Precioso, no debiste comer tanto dulce con tus primos; por eso te duele el estómago, esto te aliviará.
-Se lo entrega y él dice-Es que estaba muy rico. ¿Podríamos comer otro ponqué?.
-Ella sonríe, le toma la mejilla y responde-Claro que no, precioso. Eso te haría más daño y tu reina se pondría triste. Ya no puedes comer más dulce esta noche, pero mañana, cuando te sienta mejor, podrás comer un ponqué, ¿vale?
-Él sonríe y dice-Sí, mi reina.
-Betsabet le da un beso en la frente y él responde-Gracias, ya me siento mejor. Ya quiero que sea mañana para jugar.
-Betsabet le toma de la mano y dice-Vamos a ver a tu padre; él puede preocuparse por ti.
-Él le responde-Mi padre está bravo conmigo.
-Ella dice-¡Claro que no! ¿Quién podría enojarse contigo? Solo está un poco cansado y estresado por el trabajo, nada más. Así que, nada de tristeza; regálame una sonrisa.
-Él sonríe y yo me dirijo hacia la sala, con un torbellino de pensamientos. Me acerco a la conversación de los hombres mientras observo cómo Betsabet y Stepp regresan. Pasadas unas horas, vuelvo del despacho y al llegar a la sala, me encuentro con Betsabet sentada en el sofá hablando con Loto, mientras sostiene a Stepp que está dormido en sus brazos. Me acerco y le digo-Chloe, ya es momento de irnos.
-Con cuidado, tomo a Stepp, pero no quiere soltarse de Betsabet. Le digo-Stepp, suéltala, por favor, ya nos vamos.
-Él la suelta y lo cargo; Loto comenta-Por más que le insistí que subiera al segundo piso con sus primos a dormir, no quiso alejarse de Chloe.
-Betsabet se levanta y dice-Señora Loto, ha sido un gusto conocerla.
-Loto se levanta también y le responde-Solo llámame Loto; espero verte pronto.
-Betsabet le sonríe y asiente. Comenzamos a caminar hacia la salida; le tomo de la mano, pero ella rechaza mi gesto y dice-Jefe, puedo caminar sola.
-Le pregunto-¿Chloe, sigues molesta?.
-Ella responde-Jefe, ¿podría pedirle a algunos de los choferes que me lleve a casa?.
-Su expresión seria, con los brazos cruzados, le da un aire tierno. Durante toda la noche, no me dirigió la palabra y solo me ignoró; realmente es muy orgullosa. Le respondo-Primero llevaremos a Stepp a la mansión, y luego yo te llevaré a tu casa.
-Abre la puerta del coche y se adelanta a subir, diciendo-Como ordene, jefe.
-Sonrío y me subo al coche. Durante el trayecto, ella solo mira por la ventana; intento colocar mi mano en su pierna, pero ella la aparta bruscamente. Intento tomar su mano, pero ella la aprieta en un puño, la abro con suavidad y ella la vuelve a cerrar. Solo sonrío, divirtiéndome al molestarla, es como estar con una niña caprichosa.
Al llegar a la mansión, ella se queda en la sala mientras yo subo a la habitación de Stepp. Lo acuesto en su cama, le quito los zapatos y lo cubro con la sábana. Al salir de la habitación y llegar a la sala, la veo sentada, concentrada en su teléfono y con una amplia sonrisa. Me acerco y la rodeo con mis brazos, preguntándole-¿Qué te hace sonreír?.
-Ella apaga el teléfono y responde-Mi vida personal no es de su incumbencia, señor Salvatore. Ahora, por favor, lléveme a mi casa.
- Ella intenta alejarse de mí, pero no lo permito. Trato de besarla, pero desvía su rostro, lográndose escapar. Camina hacia la salida y yo la sigo, tomándola de la mano. Le digo-Chloe, deja de estar enfadada conmigo, hablemos.
-Ella aparta su mano bruscamente, liberándose y dice-No estoy enfadada, señor Salvatore. Usted tiene razón, solo soy la asistente, y por lo tanto, sé cuál es mi lugar. Son ya las doce de la noche, así que estoy trabajando horas extras. Por favor, solicite que me envíen a casa o buscaré un taxi.
-La veo caminar y, sin otra opción, la tomo de la mano y empiezo a jalarla hacia las escaleras. Mientras caminamos, ella se coloca de rodillas, intentando zafarse con su otra mano. Yo sigo avanzando y ella grita-¡Suéltame! Quiero irme. Esto es maltrato laboral, te voy a demandar.
-Continúo jalándola, pero al girar la cabeza me doy cuenta de que está completamente caída en el suelo. Su expresión es seria. Arqueo una ceja y sonrío, diciéndole-Vamos, no te comportes como una niña, hablemos.
-La suelto y ella comienza a arrastrarse, diciendo- No hablaré más contigo.
-La cargo sobre mi hombro; uno de sus tacones se cae, pero no le presto atención. Ella me pide que la suelte mientras golpea mi espalda. La llevo hacia mi habitación, donde enciendo la luz, y con cuidado la recuesto en la cama. Mientras me quito el reloj, le digo- Ya no me trates con indiferencia. Sabes muy bien que no solo eres mi asistente; eres la mujer que me encanta y deseo. Lo que dije lo hice porque estaba molesto en ese momento.
-Al mirarla, está de espaldas y tiene los ojos cerrados. Rodeo la cama, me siento a su lado y acaricio su rostro, diciéndole- Lo siento, no debí decir eso. Dejaré que mañana juegues con Stepp.
-Ella abre los ojos con una sonrisa y dice- ¿En serio?.
-Le respondo- Pensé que estabas dormida.
-Ella dice-Entonces volveré a cerrar los ojos.
-Sonrío y le digo- Si lo haces, te despertaré de otra manera.
-Coloco mi mano en su pierna, y ella responde- Ni se te ocurra. ¿De verdad dejarás que juegue con él?.
-Le digo-Sí, mañana saldremos los tres a los juegos de diversiones. Pasaremos el día juntos, ¿te parece?.
-Ella me dice- Sí, pero tú compras los helados.
-Le respondo-Me parece justo. -Comienzo a subir mi mano por su pierna y añado- Merezco un premio.
-Ella retira mi mano y dice-Esta asistente no tiene ganas esta noche, así que hasta mañana.
-La veo voltearse y cubrirse con las sábanas. Me levanto, le doy un beso en la mejilla y le digo- Veremos si aguantas.
-Voy al baño, me quito la ropa y, tras darme un baño, regreso a la habitación. Ella está dormida, así que decido no molestarla. Me recuesto observándola, maravillado por su belleza. Ella se voltea, me acerco más y la abrazo mientras se acurruca en mi pecho. Nunca había traído a una mujer a esta mansión, y menos que durmiera en mi cama. Con ella lo estoy haciendo, y esta avanzando teniente. Acaricio su cabello y le doy un beso. Cierro los ojos y pronto caigo en un profundo sueño. -