Entre el Amor y la Cordura

...* Álvaro *...

Llegué a casa y Elza está sentada en el sofá hojeando una revista de moda, la miro y no digo nada.

Elza _ Mira, ¿volviste a casa, mi señor marido?

Álvaro _ No empieces, por favor.

Elza _ Solo me sorprendió que nunca pasaras la noche con uno de tus juguetes.

Álvaro _ ¿Qué pasa, Elza? ¿No estás teniendo tu vida? ¿Por qué últimamente te ha dado por llenar mi puto saco?

Digo yendo al bar y sirviéndome una dosis de whisky.

Elza _ Solo hice una pregunta, mi querido, y además tenemos un acuerdo, nadie puede saber cómo llevamos nuestro matrimonio. Conoces las reglas, ni tú ni yo podemos engañarnos mutuamente.

Álvaro _ Lo sé mejor que nadie, Elza, no tienes que decírmelo.

Elza _ Entonces, ¿por qué diablos pasaste la noche fuera, Álvaro?

Álvaro _ Elza, no te metas en mi vida. No me importa que te acuestes con el tipo del gimnasio.

Elza _ ¿Hace cuánto sabes eso?

Empiezo a reírme de su cara.

Álvaro _ Desde el primer día que le abriste las piernas.

Elza _ Álvaro, quiero tomarme este matrimonio en serio, no quiero que tengas más esos líos ni quiero tener los míos.

Álvaro _ Elza, yo no te amo, nunca te he amado y tú tampoco me has amado nunca.

Elza _ Quiero tenerte por completo, Álvaro.

Álvaro _ Deberías haber pensado en eso hace años, cuando le abriste las piernas a mi guardaespaldas.

Elza _ Pero tú sí me amas, ¿por qué no me mataste y solo lo mataste a él?

Álvaro _ Solo no te disparé en medio de la frente, zorra, porque hay mucho en juego.

Elza _ Álvaro, ¿el consejo está pidiendo un heredero?

Álvaro _ Lo sé, pero no es el momento para eso.

Elza _ ¿Por qué? ¿Por tu juguete?

Me levanto y voy hacia mi oficina, ella viene detrás, me siento en mi silla y ella se queda frente a mi mesa.

Álvaro _ ¿Qué quieres, Elza? No estoy de humor para tener esta conversación contigo.

Elza _ Te echo de menos, amor, nunca más me has buscado.

Habla sentándose en mi regazo, levantó el vestido y pude ver que no llevaba bragas.

Álvaro _ Levántate de mi regazo, Elza, no soy una silla.

Elza _ Te necesito, Álvaro.

Álvaro _ ¿Qué pasa, tu amante no está dando la talla?

Ella empieza a restregarse en mi regazo y a besar mi cuello.

Elza _ Por favor...

Mi cuerpo empezó a reaccionar, la levanto, saco mi miembro y ella empieza a bajar sobre él y se queda rebotando sobre él, agarro su cintura y ayudo con los movimientos, ella intenta besar mi boca pero giro mi rostro, nos quedamos así hasta que nos corremos juntos, la levanto de mi regazo y la dejo en la oficina y voy a mi habitación a darme una ducha.