Mi Fiera De Ojos Azules

 “Nick, no te sueltes y no te muevas, intentaré llegar hasta ti,” Emma sin pensárselo dos veces comenzó a trepar por el árbol, seguida por Ashley.

Nick está moviéndose nervioso. “Se me ha enganchado el pantalón a una rama.”

Emma al sentir cómo crujía la rama grita. “Maldita sea, deja de menearte.”

“Muchacho, no te muevas si no quieres que tus hermanas caigan,” lo regañó Miler, impresionado por la forma en que aquellas jovencitas se colgaban de las ramas sin ningún miedo a caer.

Pero Nick, como niño que era intranquilo, no hizo caso y continuó. “Me pica un bicho”, - gritó el niño al notar que algo le pinchaba la piel.”

Emma continuaba trepando el árbol. "Ya voy tranquilo, sabes que no dejaría que te pasara nada."

Ashley intuyendo el peligro que su hermano corría, se movió más rápido para subir a unas ramas más altas y desde allí se descolgó para poder desenganchar el pantalón.

Marie gritaba nerviosa. “Nick tranquilo ya te tienen.”

Bruno junto a Marie veía a las muchachas trepar y descolgarse por las ramas para coger al niño. “¿Qué hacen estas locas?”

En lo alto del árbol, las muchachas intentaban ayudar a su hermano.

Emma con sumo cuidado llego al niño, le susurró. “Nick, te tengo.”

Nick volvió a gritar. “Me pica el bicho otra vez.” moviéndose con apuro después de desengancharse el pantalón, lo que provocó que la rama se rompiera y cayeran los tres al suelo.

El primero en llegar hasta ellos fue Magnus, que atendió a Emma se había dado un fuerte golpe en la cabeza, Mirto cogió a Ashley y Miler a Nick.

Evander instantes después apareció ofuscado y preocupado, con cara de pocos amigos, se acerca y le quita a  Emma de los brazos a Magnus, al verla pálida e inerte entre sus brazos, se le heló la sangre, con el gesto contraído observó a Nick que asustado no se movió hasta que rugió. “Miler quédate con el muchacho,” mirando al niño soltó. “Nick no quiero que te muevas de ahí, ¿Entendido?”.

El niño muerto de miedo asintió, mientras Magnus le seguía asombrado por aquel arranque de rabia.

Con celeridad entraron en el despacho de Alan, donde depositaron con sumo cuidado a las dos muchachas encima de un banco, al tiempo que Marie traía agua.

Sara dice. “Gracias a Diosa luna que respira, ¡menudo golpe se han dado!”.

Magnus molesto con el niño dice. “Arthur se enfadara mucho cuando se entere de esto, ese muchachito es la personita más inquieta que he conocido en mi vida”.

Mientras les ponían paños húmedos en la frente, todos las miraban preocupados.

Marie angustiada. “¿Es que ese niño nunca va a crecer?, hoy ha sido esto, hace unos días el problema con los comerciantes, la semana pasada se caída al lago, con anterioridad se metió en el corral con los caballos y habría muerto aplastado si Emma no le hubiera sacado y protegido con su cuerpo”.

Leno bromeó. “Estas Sureñas tienen la cabeza dura.”

De pronto sintió cómo un puñetazo se estrellaba contra su cara, en concreto contra su nariz, había sido Ashley, que lo primero que escuchó al despertar fue esa palabra que tanto odiaba.

Leno se quejó dolorido por el golpe. “¿Qué hiciste?, era una broma, mujer.”

Ashley molesta por lo que escucho grita. “Eso es para que midas tus palabras y no vuelvas a llamarnos así,” luego mira a su hermana. “Emma ¿está bien?, ¿qué le pasa?”

“Se han dado un buen golpe en la cabeza,” susurró Alan mientras veía con curiosidad a Evander observar a Emma que comenzaba a moverse, pensó, ¿cómo un guerrero fiero y temido por ejércitos puede quedarse tan blanco por ver a una mujer caerse de un árbol.

“Buen golpe te has dado hermanita, vieras el chichón que tienes,” susurró Ashley, mientras Emma abría los ojos y se llevaba la mano a la cabeza.

Magnus, admirado por la facilidad de las muchachas ante aquellos fieros guerreros, y la pasividad de Evander y Leno, estuvo a punto de saltar de emoción, cuando noto por ser viejo lobo, pensó, esos dos son los mates de las muchachas.

“Gracias a la diosa luna, están bien,” dice Bruno.

Marie le responde. “Como verás, las mujeres de estos lugares somos fuertes, no tontas damiselas que se desmayan ante cualquier cosa.”

“Son sorprendentes.” asintió Bruno con una encantadora sonrisa que deslumbró a Marie e hizo resoplar a Alan.

“Me alegro de que estén bien, muchachas,” suspiró Magnus para luego retirarse y dejarlos.

Evander a pocos centímetros de su cara observo como Emma se incorporaba y se tocaba el chichón de la cabeza mientras se sentía mareada. “¿Te encuentras bien?”.

Emma respondió. “Sí señor, un poco dolorida, ¿dónde está Nick?,” casi no podía moverse, pero sus fosas nasales se inundaban de la fragancia masculina que aquel enorme Norteño, una fragancia que le gustaba.

Sara para calmarla dice. “Tranquila, Nick no se hizo nada, está acompañado por los guerreros.”

Evander mirándola le dice. “Miler está con él, no le quitará el ojo de encima.”

Pasados los primeros instantes de confusión, todos parecían más relajados.

Leno cogiendo a Ashley por el brazo dice. “Será mejor que las llevemos a casa.”  Pero ella lo rechazó de un manotazo, sorprendiéndolo, ¡nunca una mujer lo había rechazado!

Ashley molesta dice. “No hace falta, Señor Canon, podemos ir solas, no necesitamos que nadie nos acompañe.”

“Es mejor que las acompañe alguien,” dice Alan divertido al ver a sus dos amigos tan desarmados ante aquellas dos mujeres.

Evender observando el chichón en la cabeza de Emma  afirmó. “Yo las llevaré, me da igual lo que digas, no pueden ir caminando en este estado.”

Emma alejándose de un salto gritó. “¡No!, mi hermana tiene razón, podemos ir solas, no necesitamos de su ayuda señor Brownes, se lo agradecemos pero no queremos ocasionar más problemas, continúen con la fiesta.”

Leno protesto. “Pero acaban de recibir un fuerte golpe en la cabeza.”

Ashley con voz burlona le dice. “la tenemos dura, ¿recuerdas?.”

Leno al escuchar eso maldijo por haber hecho aquel ridículo comentario.