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Ecos Del Corazon

Ecos Del Corazon

Status: En proceso
Genre:Centrado emocionalmente / Autosuperación / La Vida Después del Adiós / Reencuentro
Popularitas:454
Nilai: 5
nombre de autor: Nijuma San

dos vidas al borde del abismo, sus sentimientos y emociones se cruzan, sueños inalcanzables.
Sora un chico de 19 años que ha abandonado sus sueños y Mai una chica de 18 que no sabe como avanzar, a donde nos llevará su encuentro.

NovelToon tiene autorización de Nijuma San para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 14: una cita por el pueblo

Había pasado una hora desde que Sora y Mai seguían su paseo por el pueblo, Mai lo llevaba a los lugares más hermosos y llamativos del lugar, y Sora escuchaba con atención cada uno de sus cuentos.

Caminatas por el lago con charlas interminables, miradas fugitivas y risas en el aire, como si todo fuese hecho para los dos, ambos se sentían como si el tiempo lo hubiera puesto en frente del otro para poder seguir adelante.

Esas caminatas por el lago terminaban en pequeños recesos donde ambos quedaban contemplando el paisaje, mientras que Mai veía a los ojos de Sora los cuales se iluminaban con cada paisaje rural o natural del pueblo.

Mientras que las breves paradas en los comercios eran excelentes para pláticas del lugar y de como vivían cada uno el día a día en su pasado.

Caminando por las altas colinas verdes, hasta senderos cubiertos por los árboles, los cuales formaban túneles de un color verde esmeralda por sus hojas, las cuales caían lentamente al suelo.

Mostrándole a Sora desde monumentos y estatuas antiguas sobre las creencias del pueblo, hasta un establo a las afueras del pueblo, en el cual los caballos galopaban libremente.

Al llegar el medio día, ambos caminaban por una calle de tierra qué recorría una cadena de colinas para poder llegar a un restaurante, donde la carne asada y las ensaladas típicas del pueblo aún seguían sus tradiciones.

Las características rústicas del lugar, llamaron la atención de Sora, quien no paraba de ver cada uno de los detalles del lugar, desde sus fuentes con hermosos peces, hasta las empinadas laderas de la colina qué se iluminaba por el sol.

Desde lo alto se podía ver el pueblo, y las casas parecían pequeñas piedras que apenas se notaban. El restaurante de madera barnizada y grandes paredes de piedra daba un toque medieval al lugar.

Mientras que se acomodaban en una mesa, esperando a ser atendidos, Mai veía a Sora quien parecía un niño al que le muestran el mundo por primera vez, era inquieto y su mirada se perdía en cualquier cosa que le llamaba la atención.

Su mesa estaba justo en la mejor posición en el patio de afuera del restaurante, la vista que les daba el lugar dejaba espacio para la imaginación, desde lo alto de la colina se podían ver las montañas y los valles qué rodeaban al pueblo.

Era un día despejado y soleado perfecto para poder salir, ambos estaban contentos y tranquilos, el cielo celeste parecía el océano sobre ellos, no tenía fin, al mirar hacia arriba no podías saber donde empezaba y donde terminaba.

Un camarero se acerca a ellos con una bandeja, les deja a cada uno un baso con agua, servilletas, y una carta con las distintas variedades de comida que podían pedir.

"Puedes pedir lo que sea yo pago", dice Sora, mientras observa a Mai.

Mai levanta la mirada y le pregunta a Sora si estaba bien que él pagará todo, a lo que Sora le dice que si ella no hubiese propuesto darle un recorrido completo por el pueblo, él se hubiera quedado encerrado en la casa de su abuela si salir.

"¿Qué recomiendas que pruebe Mai?", pregunta Sora. "Yo recomiendo que pruebe el Picancha", dice Mai.

"¿y qué es eso?", preguntó Sora mirando la carta como si encontrara la respuesta en ella. "Es un corte de carne de res con un sabor fuerte y una textura suave, te va a gustar ya verás", dice Mai con una sonrisa en su rostro.

"Bien yo pediré eso, ¿y vos Mai?"

"¿No vas a pedir ensalada", pregunta Mai

"eh, esa te la dejo a ti", dice Sora con mirada perdida en la carta.

"Bueno pediré lo mismo que vos, y la ensalada que sea una ensalada Cesar", dice Mai.

Y luego ambos entregan las cartas al camarero, "¿y pedirán algo de tomar?", preguntó.

"Ah, ¿te parece una bebida frutal?", pregunta Sora.

Mai asiente la cabeza señalando qué está bien, Sora le dice al camarero que eso era todo lo que pedirían por el momento, el camarero da la vuelta y se marcha deseándoles un buen día.

Mientras que esperaban El sol comenzaba a subir más en el cielo azul, haciendo reflejar la luz en el rostro de Mai, mientras que ella miraba fijamente hacia su izquierda, contemplando el paisaje con una mirada apasionada y dulce.

Sus ojos color café oscuros se turnaron en un color tan claro como la miel, su piel blanca iluminada por la luz del sol, brillaba del tal manera que parecía como si la luz se posara sobre la nieve, y su pelo negro tomaba un color naranja como el atardecer.

Sora no podía evitar mirarla, la pintaba con sus ojos y cada detalle de su rostro sus hombros era seguido con su mirada, sutilmente como si estuviera pintando con un pincel cada detalle uno por uno.

Mai dirige su mirada hacia Sora, quien estaba completamente atrapado en Ella, de frente no tenía rival, de perfil nadie se le comparaba y cada detalle en su mirada en su sonrisa, y en su hablar, ocultaba secretos en el cual él aún no podía penetrar.

Mai ve a Sora, quien parecía perdido en las nubes, "Sora, Sora ¿Hey me escuchas?", preguntó Mai mientras que intentaba hacer reaccionar a Sora.

Sora quien estaba mirando perdidamente a Mai sin disimulo alguno, da un pequeño salto, como si estuviera durmiendo y recién lo despertarán.

"Eh eeh, Perdón Mai que decías", dice Sora sorprendido.

"Ja, ja, ja, en que pensabas", se reía Mai, con una risa única y dulce.

"No, no en nada, solo estaba...", dice Sora, pero no podía terminar la frase, diciéndole que la veía a ella sin que suene en una forma especial.

"¿Solo estabas? ¿que?", pregunta Mai mientras que reía de manera más tranquila, "No es nada, ¿que decías?", dice Sora intentando esquivar su pregunta.

"Te preguntaba si ya habías venido al pueblo antes, porque parecías saber a donde ir cuando te vi en la colina del templo"

"Aaah, eso, si solía venir a visitar a mi abuela cuando era más chico, quizás a los ocho u once años", dice Sora, mientras mira lentamente hacia su derecha observando a la gente que estaba sentada a su alrededor.

"Y nunca habías venido al "Alce de la montaña", este es un restaurante que los turistas suelen visitar a menudo", le dice Mai con Voz en un tono de sorpresa.

"La verdad es que no, dejamos de venir cuando cumplí los dieciséis, y luego recibí una beca y fui a una escuela de arte, allí me esforzaba todo el día hasta que termine la escuela secundaria y entre en una universidad"

Mai escuchaba hablar a Sora tan atentamente que parecía no existir nadie más, su mirada ponía nervioso a Sora, aunque ella no se daba cuenta, "¿y qué pasó después? ¿Por qué vinieron al pueblo?", preguntó Mai inocentemente e intrigada.

"Bueno, es que...", pero antes de que Sora pudiera hablar, el camarero llega con su pedido. "Bueno aquí les traigo lo que pidieron", apoya los platos de ambos sobre la mesa, primero de uno y luego del otro, deja los cubiertos, y deja una pequeña fuente de ensalada, "qué disfruten chicos", dice el camarero y se retira.

Ambos disfrutaban del almuerzo, mientras que no paraban de hablar y de reír de chistes tontos, y otros tan malos que daban risa, Mai le preguntaba a Sora que le había gustado del pueblo hasta hora, que le parecían los lugares, y sus paisajes.

Sora no dejaba de mirarla, se sentía totalmente atraído a ella, el sol resplandecía y hacía resaltar aún más la belleza de Mai. Al terminar de almorzar pagaron la cuenta y siguieron sus caminatas.

Al bajar la colina, Mai se adelanta a Sora, al darse la vuelta, Mai mira hacia Sora, el ambiente del lugar, con el cielo despejado y pequeñas nubes a lo lejos, dieron a Sora el cuadro más hermoso jamás pintado. Las flores que rodeaban la colina de colores llamativos le daban un toque de divina belleza.

"Me gustaría que la vida no fuese tan corta, para disfrutar de este momento un poco más", dice Mai dejándose llevar sin darse cuenta de que estaba divirtiéndose.

Sora la ve de manera que no podía despegarse de ella, como todo el día había pasado.

Mientras caminaban por un camino de tierra rodeado de colinas de un verde llamativo con pequeñas flores qué adornaban sus grandes valles de colores arcoíris, las conversaciones no cesaban.

Y así llegaba la tarde, más rápido de lo que esperaban, el sol comenzaba a declinar detrás de las montañas, poco a poco.

Las grandes aves blancas levantaban su vuelo sobre un cielo turquesa y lila, la tranquilidad que el lugar brindaba les daba a ambos momentos de relax y paz.

"Sora, como ya estamos llegando al final, dejo lo mejor para lo último", dice Mai mientras camina junto a Sora.

"Enserió y ¿qué es?", mira Sora a Mai con una mirada intrigante.

"Vamos a la plaza de trigos, es un lugar muy hermoso y se encuentra cerca", Mai se adelanta un poco mientras camina de frente a Sora, se inclina un poco hacia adelante, "¿te parece?"

"Sí vamos, no sabía que había una plaza llamada así, en este pueblo", dice Sora intentando recordar.

"Claro, es que está sobre una colina, apartada del pueblo, pero se hizo una plaza, con caminos pequeños y algunas bancas, y a sus costados haya plantaciones de trigo hasta donde alcance la vista"

Sora acepta ir, no solo porque Mai lo había invitado, sino porque no quería que el día terminará tan rápido.

"En el pueblo también se festeja el festival de la cosecha, los vecinos de todo el pueblo se unen para probar sus comidas, y disfrutar de los fuegos artificiales qué se lanzan al final", le cuenta Mai, de Manera que parecía enorgullecerse.

"Parece que te gusta mucho este lugar, sientes una gran admiración por este pueblo", le dice Sora, mientras miraba de lado el rostro de Mai.

"Bien el próximo en invitar será yo, y ya se a donde ir", dice Sora sonriendo de manera segura y altanera.

"Sí, será divertido", agrega Mai con una sonrisa.

Mientras que caminaban, los grandes pinos que se encontraban a los costados del camino, parecían tocar el cielo, ambos miraban hacia arriba sin decir ni una sola palabra, escuchando el sonido que producían con el viento.

"Crees que si un día me mudo al cielo, ¿Puedas alcanzarme subiendo uno de estos?", Dice Mai con una voz que quería quebrarse, pero se negaba a tener que hacerlo.

Sora mira a Mai con una expresión de confusión y tristeza sin que ella lo notará, luego baja la mirada y queda pensando un segundo. El silencio solo los invadió por un breve momento.

"Creo que de ser así, intentaría tomar tu mano y bajarte de nuevo a la tierra, Mai... Solo por verte sonreír", Sora lanza unas palabras que llegaron a Mai como una bomba de tiempo.

Mai se sonroja y dirige su mirada a Sora, al verlo pudo presenciar en él una fuerza que no se quebraba con nada, su mirada se reflejaba la vida misma.

Mai baja la mirada y sigue caminando, "vamos Sora apúrate ¿qué haces? Ya casi llegamos", Le dice mientras que apura el paso para que Sora no vea Su mirada y su rostro sonrojado por sus palabras.

El sol bajaba cada vez más, teniendo de colores dorados y naranjas las copas de los árboles y las colinas. El cielo turquesa paso a ser un juego de colores vibrantes y brillantes como el fuego.

Al llegar a la colina, un enorme cartel, con dos postes de tronco tallados tan rigurosamente llamaron la atención de Sora, "Bien Venidos", se encontraba escrito en el Cartel, rodeado de enredaderas con flores blancas, y a sus costados, dos grandes faroles colgaban de él.

Una escalinata de roca musgosa y vieja, se dirigía a la sima de la colina, al subir por ella, Sora no sabía con qué clase de lugar se encontraría.

"Cierra tus ojos", dice Mai, Sora sin dudarlo los cierra por completo, antes de subir por completo, Mai se detiene unos escalones antes de llegar a la cima, luego toma a Sora por su brazo derecho y lo guía hasta la cima.

"Ya... puedes abrirlos", escucha Sora, y al hacerlo se encuentra con el lugar más llamativo y hermoso de la zona.

En la cima de la colina, cadenas y cadenas de otras colinas llenas de trigo y un camino con algunos pinos plantados cuidadosamente se encontraban frente a él, plantíos y plantíos de trigo hasta donde alcanza la vista.

Fundiéndose con el atardecer, a lo lejos, formando parte del cielo.

"Te parece si nos sentamos", le dice Mai, cansada por la caminata y la subida por la colina.

"Sí dale sin problema", respondió Sora, Pero luego al ver que Mai seguía caminando, él la siguió desde atrás, como si ella estuviera perdida en este lugar, Como si algo la jalara desde lejos.

Sora la sigue sin preguntar sin hablar, hasta que Mai se adentra entre los pastizales de color salmón, Sora al ver adelante, logra visualizar a unos pocos metros de ellos un gran tronco caído, por lo que podía ver estaba allí desde hace mucho tiempo.

Mai se sienta en el, y Sora la queda viendo, por la manera en que Mai se había dirigido a este lugar, se podía sentir que allí había una historia que ella no contaría, un misterio que solo se le revelaría con el tiempo.

"Traes tu libreta de bocetos ¿verdad?, aquí puedes pintar este lugar, es muy apreciado por la gente del pueblo", Dice Mai con voz suave.

"Recuerdo que cuando te vi en aquella colina, cuando nos conocimos, estabas pintando, pero no quisiste mostrarme ni uno porque no estaban terminados, o eso dijiste. Así que creí que este lugar te daría inspiración para poder seguir", agrega Mai mientras miraba al horizonte y acomodaba su pelo.

Sora se queda viendo a Mai, él quedó confundido y aturdido a la vez, porque no había notado que Mai intentaba animarlo.

"Ella debe estar pasando por muchas cosas ahora mismo, me doy cuenta por su tono de voz, y por su mirada y su sonrisa, lo sé porque yo estaba igual", piensa Sora, quien se arrodilla, saca su mochila de sus hombros y luego saca su libreta.

"Mai te agradezco mucho lo que hiciste hoy", Mai se queda viendo a Sora, quien ya tenía su libreta en las manos.

"Permíteme dibujarte", La mirada de Sora brillaba con más intensidad, y no apartaba la mirada de Mai, Quien su rostro mostraba confusión.

"A mí, ¿pero a mí por qué?", pregunta Mai confundida.

"Por qué... quiero que veas quien eres en realidad", dice Sora

Mai se sienta de manera más recta y de perfil, se peina un poco a acomodándose el pelo con las manos, "listo, puedes empezar".

Sora empieza trazando algunas líneas, y difuminado con grafito la hoja, Mientras la miraba y dibujaba, el sol tocaba su piel, su pelo se tornaba un naranja fuego por la luz del sol.

Las plantas de trigo se ponían de colores dorados y brillantes, mientras Capturaba a la perfección cada contorno de Mai, cada detalle, Sora no solo quería poder pintarla, quería contar su historia, y cada trazo con su lápiz le daba forma al mundo que Mai decidió ocultar.

Mai quedaba quieta y muy rara vez se movía, viendo a Sora sentado en el suelo, atento a su cuaderno, de Manera que parecía tener luz propia.

Pasa una hora desde que había comenzado a dibujarla, Sora levanta la mirada, viendo a Mai "Listo", le dice Sora.

Mai baja rápidamente del tronco y se dirige a Sora, "Muéstrame, muéstrame" dice Mai mientras se sentaba de lado de Sora, intentando agarrar la libreta.

"Espera, Espera, Mai... quiero que entiendas que esta es la forma en la que yo te veo", dice Sora.

Luego le da la libreta a Mai.

Mai al ver su dibujo, queda sin palabras, ve cada detalle que Sora boceto de su rostro, hasta el brillo más leve, y la luz más brillante, incluso su pequeño lunar en el cuello, y su cicatriz qué apenas se notaba, él pudo verla, y la dibujo allí de manera muy sutil.

Al dar vuelta la hoja, se encontraba el Paisaje completo, ella estaba sentada en el tronco garabateado de manera suave y el paisaje de fondo con los árboles apenas se hacía notar, y los brotes de trigo qué parecían brillar en el dibujo, y ella en medio, dibujada de manera tan elegante y sencilla.

"Es hermoso", es lo único que salió de la boca de Mai, durante un buen tiempo mirando como era cada detalle en su retrato", con una voz dulce y suave y una mirada que reflejaba su corazón puro.

"De verdad eres capas De dibujar así, tienes un hermoso talento", le dice Mai con Voz caramelizada.

"Solo cuando estoy inspirado, aunque este último año, no ha sido muy fácil que digamos", Dice Sora.

"Es verdad, es como si estos años, todo el peso del mundo se posara sobre mí", agrega Mai.

Ambos siguieron hablando hasta que bajo el sol dejando el lugar sumido en la gran luz de las estrellas, que comenzaban a asomar en el cielo.

Ambos Caminaron hasta la salida, y fueron a una cabaña cerca de la plaza, alquilando un cuarto con dos habitaciones para ambos. Al entrar Sora le ofrece a Mai que se bañara primero, luego siguió él, y al terminar cada uno se acostó en su habitación, despidiéndose con un, "Buenas noches", y no tardaron en quedarse dormidos, pero Ambos con una gran sonrisa en el rostro.

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Ian Versalli
me encanta este trabajo, es una historia que te despierta curiosidad, lo recomiendo, me deja con ganas de seguir leyendo, espero que actualices pronto y muy buen trabajo
Sakurashima
mientras más leo, más íntereaante es, actualiza rápido por favor/Sob//Sob//Joyful//Joyful//Joyful/
Sakurashima
en, mi opinión me encanta el libro, tiene un buena trama, tiene su parte realista, y es intrigante, quiero saber como terminara, y espero no lo haga pronto, llore en la parte del capítulo 11, le doy 4 estrellas por que aun no a terminado y queda inconcluso, y bueno también por que no actualizas rápido, pero es buena la historia, y tiene personajes que llegas a amar.
Mina
Tu historia parece bastante buena, ¡más porfa! 🤩
boing fortificado
¡Necesito saber qué pasa después! Actualiza pronto, por favorrr 😍
lyPoppy
Esto será adictivo 🤩
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