Alexander Williams, es obligado a casarse con Valentina, la chica Curvy, para así el obtener el puesto de jefe en las constructora familiar.
Valentina no sabía quién era su prometido hasta el día de la boda, para ella fue el hombre más guapo, varonil, que ha visto en su vida, y fue amor a primera vista.
Para Alexander, fue lo peor del mundo, la miro con desprecio, incluso la tocó solamente en su noche de bodas, y eso porque estaba ebrio.
Valentina descubre la infidelidad de su esposo, y eso le causo un profundo dolor porque apesar de su indiferencia ella lo ama. Sabe que su esposo le pedirá el divorcio y aunque su corazón roto, está preparada para poner las cartas sobre la mesa, porque Alexander no se puede divorciar, al menos que ella lo quiera, fue algo estipulado en el contrato que el cabecilla les hizo firmar.
Valentina, le impone reglas a Alexander para así firmarle el divorcio ¿qué reglas serán?
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Sin tener piedad
En la clínica, el señor Williams agarró su bolígrafo de oro puro, y ejerciendo un poco de fuerza, y firmó sin pensarlo tanto.
—señor Williams, ya firmó, no hay marcha atrás, fue un placer, voy a proceder, le pido un permiso y le deseó una pronta recuperación— el abogado le habló con mucho respeto, y luego mira a la señora Williams para así, marcharse dejando a la pareja de ancianos solos.
—quita esa cara amada ¿acaso no estás de acuerdo con mi decisión?— el señor Williams la toma de la mano
—querido, sabes que lo estoy, y más con el saber lo que nuestro hijo ha hecho, me rompe el corazón
—debes ser fuerte mi linda esposa ¿Sabías que te amo?
Los ojos de la señora Williams, se tornan llorosos.
—lo se, querido, yo te amo con todas las fuerzas de mi alma, debes recuperarte para regresar a casa, no quiero verte en este lugar
—no llores mi viejita linda— al pobre anciano se le rompe el alma al ver a su esposa sufrir
—descuida querido, voy a comer algo, ya que tú has comido, lo cual me agrada, voy alimentarme y no me tardo
—toma tu tiempo, no hay afán, aquí te espero— la señora Williams sonríe dulcemente y se acerca a su esposo, dejando un casto beso en sus labios y luego en la frente, para luego marcharse con gran pesar, porque cuando se ama a alguien, es difícil verlo postrado en una cama, con un estado de salud crítica
El señor Williams cierra sus ojos para meditar un poco sobre su hijo, para tener las palabras adecuadas al darle semejante noticia.
Escucha la puerta abrirse —¿Qué se te olvidó...?— preguntó el señor Williams, pero luego hace silencio al fijarse quien está en toda la puerta
—¿Qué haces aquí?— se sulfura el señor Williams
—¿Supongo que sabes quién soy por las fotos que le enviaron?— Lore cierra la puerta con seguro
—¡Tú presencia me desagrada! ¿Cómo te atreves a venir? ¡Eres una pecadora al intervenir en un sagrado matrimonio! ¡Mujerzuela!
—no diga eso de mi, futuro suegro, yo solo vengo a visitarlo y verlo como esta— se acerca Lore y coloca la rosa blanca que trae en sus manos, sobre la mesita donde están los medicamentos del señor Williams
—¡Cállate y vete!— trata él de sentarse
—que egoísta, vengo como buen ser humano que soy al visitarlo, para darle alientos, y dejar está rosa blanca para usted ¿Y así me trata?
—¿Acaso eres sorda? ¡Que te vayas! ¡Si piensas que voy aceptar que seas la amante de mi hijo estás muy equivocada! La esposa y única esposa, quinta generación de la familia Williams, es mi apreciada Valentina, no entiendo qué puede ver Alexander en ti, tan solo con verte puedo ver lo usurpadora y zorra que eres— gruñó el señor Williams llevando su mano izquierda a su pecho, dónde su pobre corazón está doliendo un poco
—¡Pero que viejo tan terco!— roda los ojos Lore y luego lo mira con desprecio —¿Te gusta todo a las malas? ¡Okey! Vera viejito espantoso, yo seré la señora Williams, su hijo no ama a Valentina, esa gorda horrorosa, él solo tiene ojos para mí, y yo soy su mundo, respira por mi, vive por mi, y por eso, ya hablamos con nuestros padres para llevar a cabo la boda, viera que estoy tan feliz por ello, literalmente no pensé que en esta actualidad mi Alexander se volviera tan millonario, aunque me gusta, pero también me importa lo que posee, y no me importa tu maldita bendición, lo único que quiero es quitarte de mi camino, pero antes de que te vayas al otro mundo, yo fui la que envió esas fotos ¿Maravilloso cierto? — Lore sonríe maliciosa —es que tenías que saberlo viejito, para que vieras que Valentina no tiene cabida en el corazón de Alexander, ese hombre yo lo manejo con un solo dedo, hace lo que yo quiera, y me encanta hacer eso con los hombres ¿Qué tienes, te veo pálido?— hace un gesto de preocupación Lore, pero luego sonríe como una loca desquiciada —¿Quieres decirme algo?— Lore contempla como el señor Williams está empeorando, y su ritmo cardíaco elevado —¿Vas a impedir que me case con Alex? ¡No lo creo!— ríe a carcajadas Lore —señor Williams, de verdad disfruto esta conversación con usted, no piense que soy mala, no lo soy, solo que usted por ser el cabecilla me causa dolor de cabeza... Mejor vamos a jugar, a que yo lo mando al otro mundo— sonríe ella sacando unos guantes latex de su bolso y luego se los coloca
El señor Williams abre sus ojos bien grandes, intenta hablar, mentalmente pide gritos de ayuda porque su voz está atascada.
—no, no tenga miedo señor Williams, si yo le estoy haciendo es un favor, para que se ahorre tanto procedimiento, al final, usted se va a morir, ¿no ve que está muy viejo?— Lore se acerca y agarra una almohada
El señor Williams intenta moverse, pero hasta su pobre cuerpo está paralizado por el susto.
—espero que así sea desde el cielo, o el infierno, puedas ver lo feliz que seré al casarme con su hijo, porque ese hombre está tan loquito por mi, incluso le encanta coger conmigo como depravado— Lore emboza una sonrisa maléfica
El pobre anciano abre sus ojos bien grandotes, como si le fueran a salir de las cuencas, al ver como ella agarra la almohada y luego la coloca en su rostro sin tener piedad, como sinónimo de lucro, sin importarle que un ser vivo, el padre del hombre que según la ama a ella, mueve sus manos para quitarla de encima.
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hola mis queridas lectoras, les deseo un lindo inicio de semana bajo la bendición de Dios.
Lectoras aún faltan votos, voten por esta linda historia para regarle dos capítulos más, estamos poco de ser alcanzadas, y la meta es asegurar ese tercer puesto aunque sea, así que estoy atenta.