Al principio, tu presencia en mi vida era solo un pasatiempo, un mero entretenimiento que llenaba mis horas vacías. No te veía más que como un juguete, sin profundidad ni importancia; eras solo una distracción temporal. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por liberarte de mis garras, siempre te sentías atrapado, como un pájaro que añora el cielo abierto y el vuelo libre. Esa lucha constante por tu libertad reflejaba un anhelo profundo en tu ser. A medida que pasaba el tiempo, comencé a darme cuenta de que tu valor iba más allá de mi entretenimiento, y que había una complejidad en ti que merecía ser explorada y entendida.
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Encerrona
Victor
Sentía como un sentimiento de pertenencia hacia Serena se hacía presente en mí, lo cual era algo nuevo, las mujeres habían pasado por mi vida sin mucha importancia y la que más había durado había sido Rafaela y porque su padre era uno de mis clientes VIP.
A la vez que siempre se mostraba tranquila y dócil, nunca había intentado ir más allá de ninguna manera, entendía que nuestra relación era solo sexo y obtener su compañía cuando la necesitara para un evento o para alguna reunión con los VIP.
Ahora sentía que las cosas estaban cambiando, estaba apareciendo una necesidad inusual por Reny, era como un imán que me atraía intensamente, sus ojos de corderito atrapado me hacían querer tenerlos sobre mi todo el tiempo y no quería que nadie más la mirara o tuviera algún tipo de pensamiento perverso hacia ella.
Así que fui a buscarla necesitaba saber dónde estaba y hacerle entender que no podía estar sonriéndole a otros hombres, que debía ser mía y de nadie más, por lo que comencé a preguntar por mi hermana, se que las dos deben estar juntas.
Luego de un buen rato me dijeron que se habían ido, llamé a Nika y me lo confirmó, al parecer Reny se sintió un poco cansada y se fueron a casa, estaba a punto de ir tras ellas cuando Abel me recordó que debíamos ir a la fiesta con los clientes VIP, apareció con Rafaela a un lado y no pude sino asentir y salir de allí.
Rafaela intentó ponerse un poco melosa, pero la corté de inmediato, su toque, su voz me molestaba profundamente y no estaba de humor para ella, iba de camino al Pecado solo por obligación, no porque quisiera y llevarla a mi lado era otra obligación de la que no podía deshacerme por ahora.
Llegamos al gran club conocido como Pecado, el cual era el lugar de reuniones de la mafia rusa y donde había decidido hacer la celebración exclusiva del aniversario de la empresa, era un club de baile, pero si sabias tocar las piezas indicadas te encontrabas con algo un poco más oscuro.
En el piso inferior estaba el antro donde las personas iban a bailar y a divertirse, pero en los pisos superiores estaba el prostíbulo, con sus diferentes niveles, los cuales no voy a especificar porque es algo que a mi no me parece en absoluto, no estoy de acuerdo en que ninguna mujer tenga que vender su cuerpo para sobrevivir.
Llegamos y de inmediato nos hacen subir al tercer piso, ya algunos de mis invitados habían llegado, por lo que tuve que estrechar algunas manos mientras veía a Rafaela saludar su padre y hablar con él, por su manera de mirarme puedo asegurar que están hablando de mí.
-¡Víctor ve acá! – lo escucho llamarme y después de saludar a un par de personas me acerco a Dimitri, el padre de Rafaela
-Dimitri, ¿Cómo estás? – le pregunto mientas le estrecho la mano
-Bien, pero podría estar mejor si te enseriaras con mi hija, ya llevan mucho tiempo saliendo y no veo ningún interés de tu parte en hacerla tu esposa – la mirada de Rafaela brillaba al escuchar a su padre y sonreía con la sonrisa más amplia que jamás haya visto
Nunca me casaría con ella y es porque se que su padre está interesado en mi empresa de envíos, no pienso perder mi independencia de ninguna manera, se que va a intentar usar a su hija para que adentrarse en mis negocios y de esa manera ganar poder frente a los demás.
-Dimitri, Rafaela y yo solo somos buenos amigos, le tengo mucho aprecio, pero al punto de llegar al matrimonio – vi como padre e hija se ponían serios al instante
-Me parece que deberías reconsiderar tu manera de ver a mi hija, creo que te irá mejor si cerramos un compromiso entre ustedes, podría hasta asegurarte de que serás el único en movilizar toda nuestra mercancía – en ese momento noté que todos me miraban
-No me gusta que me obliguen a nada Dimitri – respondí seriamente
-No te estoy obligando, solo te estoy dando una sugerencia y mostrándote los beneficios que tendrías si aceptas “mi sugerencia” – en el rostro de Dimitri salió una sonrisa malvada que quería borrar de un puñetazo
-Creo que el futuro de tu hija no es algo que debamos conversar en un lugar como este, me parece lo más justo para ella que lo conversemos en un ambiente más íntimo – no dejaría que ese hombre me obligara a nada y menos con tanta gente alrededor, no puedo mostrar debilidad en ningún momento, pero tampoco generaré un problema en mi propia celebración
Algunos invitados llegaron y los fui a saludar, de inmediato Rafaela estaba a mi lado comportándose como si fuera mi pareja delante todos, yo quería tomarla por el cuello y alejarla de mí, pero no era ni el lugar ni el momento.
Las horas fueron pasando lentamente y quería vomitar sangre cada vez que Dimitri me hablaba y me llamaba su muchacho o su futuro yerno, solo quería salir corriendo de ahí y ver a mi lindo corderito, solo verla me tranquilizaba, aunque sabia que debía suprimir este sentimiento que tenía por ella, solo quería saber que estaba bien.
Así que en cuanto pude me fui de allí, aproveché un momento en que Rafaela y su padre estaba entretenidos y salí de ese lugar, no me importó que la fiesta fuera mía, necesitaba salir de ese lugar lo antes posible.
Tenía algunos tragos de más, pero en lo único que podía pensar era en sus hermosos ojos, que a veces me veían con tanto temor y otras de una manera tan intensa que no sabía que pensar de ella.
Al llegar fui a su habitación y la vi dormir por un buen rato, para después irme a mi cuarto para darme una ducha, sin poder quitarme su imagen de mi mente, por lo que sin pensarlo dos veces fui a su habitación y me metí en su cama para repartir un montón de besos en su rostro y su cuello.
-Hola Corderito, ha llegado tu lobo feroz y esta noche te voy a comer toda – le dije antes de unir sus labios con los míos de manera salvaje