Curvas Al Exito

Ariel y Benjamín llegaron al hospital, ambos ansiosos por obtener los resultados del análisis de paternidad.

El ambiente estaba tenso, y aunque Ariel no había perdonado del todo a Benjamín, decidió acompañarlo para esclarecer la situación y, de alguna forma, cerrar ese capítulo tan tormentoso de sus vidas.

Mientras esperaban en la sala de espera, Benjamín no podía dejar de mirar a Ariel.

A pesar de todo el dolor y la confusión, su amor por ella seguía siendo fuerte. Cuando por fin el doctor apareció con el sobre en la mano, Benjamín sintió que el corazón le latía en la garganta.

—Señor Benjamín, tengo los resultados —dijo el doctor, mirando a ambos con seriedad.

Benjamín asintió y tomó el sobre con manos temblorosas. Lo abrió lentamente y leyó las palabras que, aunque liberadoras, trajeron consigo una nueva ola de problemas.

—No es mío —susurró, dejando caer el papel.

Ariel sintió una mezcla de alivio y tristeza. Valery había mentido, pero el daño ya estaba hecho. Ella se levantó, sintiendo la necesidad de tomar aire fresco y pensar.

—Voy al baño, necesito unos minutos —dijo, dejando a Benjamín en la sala de espera.

Mientras caminaba hacia el baño, Ariel se perdió en sus pensamientos. No escuchó los pasos apresurados detrás de ella hasta que fue demasiado tarde. De repente, sintió un fuerte empujón y cayó por las escaleras, golpeándose la cabeza con fuerza, pero siempre trato de coger su estómago para proteger su embarazo.

Su visión se nubló y lo último que escuchó antes de desmayarse fue un grito ahogado.

Cuando Ariel despertó, estaba en una cama de hospital. El dolor en su cabeza era insoportable y tenía un vendaje en la frente. Trató de recordar lo que había sucedido, pero todo era confuso.

Una enfermera entró y la miró con preocupación.

—¿Cómo te sientes? —preguntó la enfermera.

—Me duele la cabeza... ¿qué pasó? —preguntó Ariel con voz débil.

—Te caíste por las escaleras y te golpeaste la cabeza. Alguien te encontró y llamó a una ambulancia —explicó la enfermera—. ¿Recuerdas quién fue?

Ariel cerró los ojos y trató de recordar, pero todo era un borroso.

—No, no recuerdo nada—dijo finalmente.

- No hay problemas entonces, el niño sigue creciendo fuerte y sano gracias a qué usted siempre lo trato de cubrir de su caída con sus manos, este tranquila y solamente mantengase en reposo.

Mientras tanto, en medio de la conmoción, Leonardo había aprovechado la oportunidad. Se acercó a Valery, quien estaba sosteniendo al niño, y con una mirada decidida le susurró algo al oído.

—Debemos irnos ahora. Si te atrapan, será tu fin —dijo Leonardo, su tono firme.

Valery asintió, con sus ojos llenos de miedo y urgencia. Aunque su obsesión por Benjamín la había llevado a mentir sobre el niño, sabía que no podía permitir que la atraparan.

Leonardo tomó al niño en sus brazos y sin que nadie se diera cuenta, se escabulleron fuera del hospital.

Benjamín, ajeno a lo que estaba sucediendo, estaba en la sala de espera con la cabeza entre las manos, tratando de procesar la noticia y esperando noticias de Ariel.

Cuando finalmente se enteró del accidente, corrió al lado de su esposa, el miedo y la culpa dibujados en su rostro.

—Ariel, ¿estás bien? —preguntó, tomando su mano.

Ariel lo miró con ojos llenos de confusión y dolor, no recordaba nada, nisiquiera entendia porque la doctora le dijo que el bebé estaba bien, recién se estaba dando cuenta que estaba embarazada y todo esto era muy confuso para ella.

Ariel: (con mirada perdida) No sé quién me empujó. No recuerdo nada. ¿Quién eres?

Benjamín en ese momento sintió un dolor en el corazón, comenzó a sudar frío del miedo, en segundos comenzó a llamar a los doctores para que vean a Ariel y que le digan que pasaba, porque ella no lo recordaba.

Luego apretó los dientes, sintiendo una mezcla de ira e impotencia. Prometió no descansar hasta descubrir quién había hecho esto y por qué. Pero lo que no sabía era que Leonardo, su enemigo, había orquestado todo este plan para destruirlo y ahora se había llevado a Valery y al niño, desapareciendo sin dejar rastro.

Leonardo, al ayudar a Valery a escapar, tenía un motivo oculto. No solo quería destruir a Benjamín, sino que también sabía que mantener a Valery fuera de la vista era crucial.

Su obsesión por Benjamín la había llevado a mentir, su amor y odio hacia él eran una peligrosa combinación que podría arruinar sus propios planes si no la controlaba.

Este nuevo golpe desestabilizó a Benjamín y Ariel, mientras enfrentaban la traición y la maldad que los rodeaba, ahora tenían que enfrentarse con un nuevo obstáculo, él no sabía cuánto tiempo tardaría en recuperarse y eso lo ponía ansioso.