A veces la vida nos juega una mala pasada y el mundo se derrumba bajos nuestros pies y cuando creemos que nada tiene solución; el destino nos sorprende y todo cambia a nuestro favor. Está es la historia de Martín, un chico que a pesar de haber sido el mejor de su clase, es expulsado del colegio y debe comenzar de cero en otra institución; A pesar de estar a prueba, logra superar todos sus temores y se enamora perdidamente de Rebeca, una joven que comparte la misma pasión que él por las motos y comparten sus mismos sueños y anhelos.
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Capítulo N°21
Martín llega a su casa y don Fausto lo estaba esperando en su viejo auto para ir en busca de Rita, el hombre estaba impaciente y así se lo hizo saber.
⎯ ¡Muchacho al fin llegas! Dije que estaría aquí a las seis y media y ya son las siete, sabes bien que odio la impuntualidad.
⎯ Lo siento, tuve que arreglar un problema.
⎯ Bueno, deja tus cosas y vamos por Rita.
⎯ Sí, ya vuelvo.
Luego de un par de horas Rita se encontraba en su hogar en compañía de sus hijos, se sentía tan cómoda en su cama que durmió plácidamente toda la noche.
A la mañana siguiente Martín se levanta temprano ordena su cuarto, se ducha y toma unos mates, luego le lleva un té a la habitación de su madre, ella se sorprende cuando él le da un beso en la cabeza y le dice.
⎯ Despierta mamita, tienes que tomar el desayuno.
⎯ Martín ¡¿ qué haces en mi cuarto?!⎯ la madre se sorprende ya que desde que murió su esposo él no entraba al cuarto y no recuerda que la cuidó mientras tuvo fiebre.
⎯ Mamá ya no tengo miedo de entrar aquí.⎯ confiesa y ella le sonríe.
⎯ ¿Qué es eso?
⎯ Te traje el desayuno y la medicación.
⎯ Gracias hijo.
⎯ Mamá, tengo que decirte algo. Hoy iré a casa de Verónica, el esposo quiere tomarme una prueba para su taller de motos.
⎯ Hijo no quiero que trabajes.⎯ responde mientras se incorpora en la cama con dificultad ya que aun le duele la herida.⎯ Tienes que estudiar, ya hablamos de esto y creo que fui clara.
⎯ Mamá no te preocupes por el estudio. Voy bastante bien y hasta tengo una tutora para las materias que son nuevas. Además necesitamos dinero, tú por unos días no puedes hacer esfuerzos.
⎯ Está bien.⎯ contestó resignada y con lágrimas en los ojos.⎯ Pero prométeme que no dejarás los estudios.
⎯ No lo haré, quiero graduarme y seguir la universidad. Ahora come un poco de ese pan, así tomas tus remedios.
⎯ Gracias hijo.
⎯ Alan ya se fue a la escuela. ¿Crees que te podrás arreglar sola por un par de horas?
⎯ Sí, voy a dormir un poco.
⎯ Está bien, descansa. Te quiero.
⎯ Yo también te quiero.
Martín se despide con un beso de su madre y sale en su moto rumbo al taller de Oscar. Solo hará la prueba y sí a Rebeca no le gusta su modo de trabajar tiene pensado volver al taller de Don Fausto y continuar su trabajo ahí. Cuando estaciona frente a la entrada de la casa, no alcanza a bajar de la moto que Rebi abre la puerta con una gran sonrisa y va a su encuentro.
⎯ Hola, te estaba esperando.
⎯ Ya veo.⎯ dice sonriendo, se saca su casco y baja de la moto.
Ella se acerca y se pone de puntas de pie para darle un beso, él recién se percata que siempre se agacha para besarla y le da gracia.
⎯ Bueno, vamos a ver que tan bueno eres.⎯ mientras lo guía al taller.
⎯ Rebeca recuerda que sino te gusta lo que hago, me marcho y listo.
⎯ Por supuesto esto es trabajo y necesito a alguien capacitado.
Al llegar al taller hay tres motos dos de última generación y una clásica que es un sueño, Oscar no solo vende motos nuevas sino que restaura antigüedades.
⎯ Bueno tenemos tres meses para entregar quince motos, cinco son clásicas como la que estás viendo y ocho son de término medio y luego están esas dos que son mi proyecto personal.⎯ explica Rebi y Martín no puede dejar de observar lo linda que se ve con su overol.⎯ ¿Con cuál modelo te sientes más cómodo?
⎯ Quiero la clásica.
⎯ Eso pensé. Tienes que limpiar el motor y ponerla a punto, se que te llevará por lo menos tres días, pero después de probar tu moto y ver la reacción que tiene creo que eso no será un problema para ti.
⎯ Rebi no se supone que la prueba solo dura un día.
Martín, confió en ti. Comienza con la transmisión y después vemos qué pasa.
⎯ De acuerdo.
⎯ ¿Puedo pasar al baño a cambiarme?
⎯ Ven, aquí tenemos un baño extra.⎯ ella le indica el lugar y cuando él está por cerrar la puerta le dice.⎯ ¡Cinco minutos, el tiempo es oro!
⎯ ¡Tirana!⎯ responde desde dentro con una sonrisa.
Al salir del baño, Rebeca está entretenida con dos llaves desarmando un motor en el piso tiene una alfombra blanca con el contorno dibujado de cada pieza, Martín mira como va colocando cada cosa en el lugar que corresponde y ella al sentirse observada se gira.
⎯ Puedes comenzar. ¿Necesitas algo?
⎯ No, estaba viendo tu sistema.
⎯ ¿Tú cómo lo haces?
⎯ Simple, solo voy desarmando las piezas y luego las vuelvo a colocar así no pierdo tiempo.
⎯ Bueno entonces veamos que tan rápido y bien lo haces. Ahora siento que esto es personal.⎯ le guiña un ojo.
⎯ Rebi, son un equipo no es una competencia.⎯ interviene Oscar entrando al taller.⎯ Hola Martín, bienvenido.
⎯ Gracias señor, pero aún no soy parte del equipo. Estoy a prueba.
⎯ Papá, siempre le sacas la diversión al trabajo.
⎯ Sí Rebeca se está divirtiendo contigo, creo que ya estas adentro del equipo.
Martín busco una caja de herramientas, subió la moto clásica a una mesa y se dispuso a limpiar la transmisión una vez que terminó de colocar nuevamente cada tornillo en su lugar, bajo la moto y la arrancó, él frunció su ceño y Oscar se dio cuenta.
⎯ ¿Qué pasa? ⎯ pregunta el hombre.
⎯ Este ruido no es por la transmisión, debe tener el caño escape sucio o roto.
⎯ Bueno mañana, lo revisas.⎯ dice muy conforme Oscar.⎯ Creo que por hoy es todo. ¡Bienvenido!⎯ extiende su mano y felicita al muchacho.
⎯ ¿No entiendo?
⎯ ¡Muy bien amor, pasaste la prueba!⎯ Rebeca y lo abraza; pero a él solo le importa como le dijo y sonríe, ya es su amor.⎯ Te hice revisar algo que no era, solo para ver sí te dabas cuenta cual era el problema real.
⎯ Bien hecho muchacho. La verdad sabes lo que haces, sí sigues así pronto serás parte del equipo en la fábrica
⎯ ¿Qué fábrica?
⎯ Este es mi taller personal, papá tiene una fábrica con ingenieros que se encargan de ensamblar motos desde cero.
⎯ Muchacho, tienes mucho potencial.
⎯ Gracias.⎯ agarra su cabeza y se acomoda el jopo.⎯ Entonces, ¿tengo trabajo?
⎯ Sí. Ahora trabajaremos juntos.⎯ Rebeca se para en puntas de pie para darle un beso ligero sobre sus labios.
⎯ ¡Hija por Dios! guarda tus demostraciones de cariño para cuando estén solos.⎯ Oscar y sale del taller.
⎯ Rebeca, debo ir a casa por una ducha y a hacer la comida.
⎯ Está bien. Puedes dejar tu ropa de trabajo en el placard.
⎯ Me parece bien.
Él entró al baño y se higienizó, lavando muy bien sus manos engrasadas, para luego salir perfumado, con su ropa impecable y con el pelo mojado.
Ella al verlo se muerde el labio, extrañaba besarlo; pero sabía que su padre entraría en cualquier momento.
⎯ ¿Por qué me miras así?
⎯ Extraño tus besos.
⎯ Rebeca, le prometí a tu padre que nos portaríamos bien en el taller.
⎯ Lo sé.⎯ mira el piso.⎯ A mí también me hizo prometer lo mismo.
⎯ Esta tarde podemos ir a la plaza, puedo arreglar con Alan que cuide a mamá.
⎯ ¡Está bien, me gusta la idea! Te acompaño a la puerta.
Una vez que salen de la casa y están por llegar a la moto, él la mira con una media sonrisa y la atrae contra su cuerpo, entonces le roba el más dulce de los besos, una vez que están separados, él muy pícaramente le dice.
⎯ Estamos afuera del taller, no nos puede decir nada.
⎯ Tienes razón.⎯ ella y se tira a sus brazos para que la vuelva a besar.
Mientras tanto dentro de la casa Verónica le extendía la mano a su esposo para que le pague la apuesta y Oscar le pone varios billetes y la mira furioso, no entiende cómo su esposa no lo apoya.
⎯ Te lo dije amor, son adolescentes buscarán la forma de besarse.⎯ dice guardando el dinero.⎯ Ya ven aquí, sal de esa ventana.
⎯ ¡Pero les deje en claro que en el taller está prohibido y me faltan el respeto de esta manera!
⎯ Yo no los veo en el taller, así que ellos cumplieron con su palabra. jajajaja.
⎯ ¡Eso es trampa!
⎯ Ya deja de espiar o se te olvida lo que hacíamos nosotros en el auto de tu padre.⎯ comenta pícaramente Verónica mientras prepara la comida.
⎯ ¡Por eso le regalé una moto!
⎯ Jajaja.
me encantó la historia,tiré alguna lágrima pero me divertí mucho leyendo y viendo cómo me miraban porque reía sola, te felicito y espero volver a leer de nuevo algo tuyo y si es divertido mejor,muchas suerte