La Pasión De Un Beaumont

Había humo espeso negro y gritos por doquier, gritaba llamando a su madre, pero no lograba encontrarla.

Anastasia despertó de golpe, bañada en sudor, había soñado otra vez con esa noche que cambió su vida para siempre.

Se levantó de la cama y se dirigió a su trabajo trabajaba como mesera mientras estudiaba.

Vivía en Londres, desde pequeña después del accidente Irina la había llevado ahí al sacarla del hospital donde había sido llevada por sus heridas.

En su oficina de Londres, Petros Gakis observaba las fotografías de su nieta. Anastasia no lo había buscado después de salir del internado, había buscado trabajo y vivía en la peor zona de Londres. Tan obstinada y orgullosa como cualquier Gakis, le sorprendió esa observación. Parecía que el carácter se había saltado una generación porque a decir verdad sus tres hijos habían sido una completa decepción, Analissa era una adicta, Miranda lo había humillado teniendo una hija ilegítima y Giorgios era un inútil que solo pensaba en parrandas y asi murió.

Anastasia salió de su primer trabajo y se dirigió al otro, para cuando llego la hora de ir a la universidad estaba agotada, pero aun asi cumplio.

Al día siguiente, repitió la misma rutina. Pero a diferencia de otras noches había conseguido un trabajo extra como mesera en un concurrido bar de Londres << Esparta>>.

Anastasia trabajó por primera vez esa noche estaba atendiendo una de las mesas.

Jeffrey Morgan un aclamado fotógrafo se encontraba junto a un grupo de modelos esa noche, a unos metros de ellos Christopher Zouvelekis se encontraba junto a un grupo de amigos.

Anastasia caminó hacia la mesa de Christopher dejó la botella que habían pedido y luego atendió la llamada de la mesa contigua. Christopher se encontraba conversando con Constantine Pallis dueño del bar quería que Isis la nueva bailarina tomara una copa con él y sus amigos pero ella se había negado.

Jeffrey Morgan observó a la mesera, era una belleza media un metro setenta y cuatro piernas largas y estilizadas una cabellera rubia y los ojos grises más fríos que había visto nunca.

— ¿Desea algo mas?, pregunto Anastasia.

— ¿Cuántos años tienes Ana?, pregunto Jeffrey leyendo la etiqueta en su camisa.

— Esa es una pregunta personal, no salgo con clientes.— Zahra y Sofia comenzaron a reírse eran las modelos del momento.– Tranquila no iba a pedirte una cita, soy fotógrafo.

— Sé quien es usted y quienes son ellas exclamó Anastasia.

 — Me gustaría hacerte una prueba, llámame si te interesa comento Jeffrey entregándole su tarjeta de presentación junto a su tarjeta para qué se cobrará la cuenta.

Anastasia se encontraba en su cama, sabía que Jeffrey Morgan era amigo de una de las bailarinas de Esparta ¿ de verdad quería un trabajo tan superficial?, suponiendo que lo consiguiera.

Lo cierto era que los trabajos que tenía eran agotadores y no podía darse el lujo de dejar ninguno necesitaba mucho dinero para su madre.

Ese fin de semana como cada domingo Anastasia se dirigió al hospital.

La jefa de enfermeras Glory, la vio entrar y le sonrió como siempre. Había visto por primera vez a Anastasia cuando tenía nueve años.

—¿Cómo se encuentra mi madre? —preguntó, ansiosa, cuando llegó.

—Fue una operación importante, como sabe, pero salió bien. Estuvo mejorando hasta los últimos días. Lamentablemente ha tenido una infección y estamos intentando averiguar su causa.

 —¿Puedo verla?

—Si Anastasia, por supuesto. Habla de ti constantemente comento que habias conseguido un trabajo fuera de Londres.

Anastasia se puso colorada. Aquélla era la historia que le había contado a su madre para justificar el no ir a verla. Sintió remordimientos de conciencia, pero el esfuerzo valia la pena.

Anastasia siguió a la enfermera hasta la habitación.Al ver a su madre frágil y pálida le dieron ganas de llorar, pero se controló.

—¿Mamá? , Miranda giro el rostro al oír su voz.

—¡Cariño! No esperaba que vinieras a verme

—Has perdido mucho peso.

—La comida de hospital , bromeó Miranda¿Qué tal el nuevo trabajo?

—Muy bien —dijo Anastasia, evitando mirarla, mientras se sentaba en una silla al lado de la cama. Su madre suspiró.

—Bueno, ha sido una suerte que hayas conseguido ese trabajo, y que te paguen tan bien. Si no hubiera sido por ti.

—No empieces, mamá. Yo te quiero —sonrió Anastasia—. Y me da mucha rabia no haber podido venir a verte.

—Pero me has llamado todos los días —murmuró su madre—. Además te he dicho que no deseo ser una carga para ti.— Glory ingreso en ese momento para darle un remedio.

— Es hora de su medicación dijo Glory

— mi niña a venido ¿ Cómo la ves, Glory?

— Hermosa como siempre, aunque algo cansada.

— ¿ Trabajas en exceso?, pregunto Miranda

— Por supuesto que no, anoche salí a bailar y no he dormido, pero no quería pasar otra semana sin verte, mintió Anastasia. Glory negó con la cabeza, pero guardo silencio.

Anastasia le dio la merienda a su madre y luego se despidió de ella.

— ¿ Estás trabajando en exceso?, le reclamo Glory dandole un vaso con cafe.

— Consegui un tercer trabajo, exclamó Anastasia. Pero solo será tres días a la semana.

— No puedes seguir así, si todo sale bien tu madre será dada de alta necesitara cuidados, y tu más dinero.¿Porque no buscas a tu abuelo?, él debería hacerse cargo de su hija.

— Mamá nunca quiso volver a saber nada de él, y yo no lo voy a traer a su vida. Un fotógrafo me ofrecio hacer una prueba para modelo, pero no se exclamó Anastasia.

— Con lo hermosa que eres no me extraña pero ten cuidado.

— Una compañera de trabajo me hablo muy bien de él dice que es muy decente incluso su prima trabaja con él.

— Tal vez sea lo que estás buscando dijo Glory

— Gracias por el café, te veré en unos días dijo Anastasia. — Glory nego con la cabeza, la primera vez que vio a Anastasia fue de la mano de Irina, Miranda estaba muy herida...

Anastasia salió del hospital comenzó a caminar hacia la parada del autobús tenía que cruzar toda la ciudad para regresar a su casa. A veces la vida pesaba demasiado, desde la muerte de Irina todo caía sobre ella.

Antes de subir al autobús Anastasia decidió llamar a Jeffrey.

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Semanas después Olivia Beaumont observa los planos mientras el ingeniero le explicaba como continuaría el proyecto.

Finalmente,se había recibido y había comenzado a ocuparse de los negocios de la familia tres años antes junto a su tía dividía su tiempo entre Medio Oriente y Londres.

Su teléfono sonó, su primo preparaba una fiesta en Londres para celebrar el cumpleaños de su esposa.

Sharif había sorprendido a toda la familia con un matrimonio por proclamación.

Así que en cuanto terminara su trabajo en Burhan regresaría a Londres.

Malek tenía los prismáticos de alta definición enfocados en su increíblemente bella enemiga. Con la gloriosa melena dorada volando alrededor de su rostro como una sábana de seda. Olivia Beaumont tenía una deuda con él. Si añadía a eso los millones que ella había recibido, tenía todo el derecho del mundo a sentirse maltratado, molesto y hostil. Lo había utilizado y abusado de él antes de marcharse sin recibir su castigo y mucho más rica. La adrenalina de Malek se disparó cuando pensó que por fin había llegado el momento de la venganza.