Por Ti Vuelvo A Creer En El Amor

Alejandro y Beto regresaban de correr por el hermoso bosque donde el primero tenía su casa de escape, como la solía llamar, los dos se habían exigido mucho ese día y estaban totalmente sudados.

Se fueron a dar una ducha y salieron a desayunar a uno de los restaurantes de Beto, al llegar allí se sentaron en la terraza para poder hablar sin preocupaciones, ya que él había visto en su amigo un poco de tristeza y preocupación, lo cual no era bueno y quería saber que le estaba sucediendo.

Cuando les sirvieron la comida Beto comenzó a preguntarle a Alejandro acerca de lo que le ocurría, este tomó un poco de café y se puso serio, había recordado lo que estaba sucediendo con su padre y la empresa.

-Hace aproximadamente dos meses encontré unas cuentas en los balances que no me cuadraban y comencé a investigar dándome cuenta de que mi padre ha estado desviando fondos de la empresa, por lo que solicité una auditoría y alguien se lo contó a mi padre – Alejandro hizo una pausa

-Razón por la que tuvimos una gran discusión en la empresa y no aprobó mi solicitud, lo que hace que piense que, si tiene algo que ver en eso, sumado a eso Isabel ha comenzado a vivir en la casa de mi padre y el otro día la encontré en mi habitación luego de otra discusión que tuve con mi padre y él se fue de casa molesto, por lo que he estado viviendo en casa del padre Joaquín – Alejandro se veía triste

-Lo que me cuentas es bastante delicado y tu padre siempre ha vivido envuelto en excesos – comentó Beto que también lo conocía

-Cuando volví a la empresa encontré todo hecho un caos, no había liquidez económica, por lo que se me hizo muy difícil cumplir con los pagos que teníamos pendientes, pedí un par de crédito y nos pusimos al día con las cuentas, ahora me encuentro con algunos pagos que no tienen ni pies ni cabeza y al revisar lo estados financieros me he dado cuenta de que es posible que los estén maquillando

-Eso es grave y conociendo a tu padre es posible que quiera que inviertas el dinero de tu madre en la empresa, debes tener mucho cuidado con él y con esa mujer – Alejandro solo asintió a lo que dijo su amigo

-El padre donde te estas quedando, ¿es el mismo que conocí años atrás y que tiene un muy buen sentido del humor?

-Si, es ese mismo -Alejandro sonrió recordando a Joaquín

-Cambiando el tema, esta noche vienen Patricia y su hermana, y debo decirte que esta ultima se la pasa preguntando por ti – Beto dijo esperando una reacción favorable de Alejandro

-No le digas que estoy en el pueblo, por favor – Alejandro respondió un poco molesto

-No te entiendo, es una mujer bastante atractiva, agradable, inteligente y gana su propio dinero, además, le gustas mucho

-Si, debo aceptar que es muy hermosa y me cae muy bien, pero no es la mujer que quiero a mi lado, no despierta nada en mí – habló lo más sincero que pudo

-¿Cómo es tu tipo de mujer?, llevas años solo y al parecer ninguna mujer que se te ha acercado ha podido despertar en ti ni un mal pensamiento, a todas les ves un detalle, un defecto

-No te puedo dar exactamente una descripción, pero no quiero verla y que comience a mostrar un interés en mi que no voy a corresponder – mientras hablaba con Beto recordaba unos ojos azules como el mar que lo enloquecían

Luego de comer y hablar algunas cosas con Beto, Alejandro se fue a casa y se fundió en su soledad habitual, desde que había recordado a Cassandra había estado pensando en llamarla o mandarle un mensaje, aunque los pensamientos acerca de lo que estaba haciendo su padre lo distrajeron de inmediato.

Se sentó fuera de la casa mientras veía el hermoso paisaje que tenia en frente y comenzó a preguntarse que haría si lo que sospechaba se hacia realidad, temía confirmar sus sospechas, por lo que en lo único que pensaba era en huir de allí y volver a su antigua vida.

Había dejado su trabajo, pero sabia que podría volver cuando quisiera y recuperarlo, seria mejor que estar en medio de todo ese torbellino de problemas.

Unos días después Cassandra estaba en la oficina intentando reorganizar la agenda de Alejandro, no había vuelto a saber de él desde que había discutido con su padre y nadie sabia absolutamente nada de él, ni siquiera su tío había podido comunicarse con él.

El sonido del teléfono la hizo volver de sus pensamientos, cuando contestó escuchó la voz molesta del padre de Alejandro preguntándole si su hijo se había comunicado con ella, a lo que ella de inmediato le respondió que no y el hombre colgó la llamada enseguida.

Esa misma noche cuando Cassandra iba de camino a su casa pudo ver el auto de Alejandro estacionándose en casa de su tío, lo que hizo que su corazón se sobresaltara y una muestra de felicidad se reflejara en su cara.

Al llegar a la casa pudo ver a Alejandro terminando de sacar algunas cosas de su auto y se volteó al sentir que alguien lo miraba, notando que era Cassandra que venía de darles clases a las niñas de la casa hogar, llevaba unos leggins negros y una franela color rosa.

Notó también lo oscura que estaba la calle y no pudo dejar de preocuparse al verla llegar sola, cosa que ella no notó y lo saludó con la emoción de siempre, al estar cerca de él lo miró a los ojos y sintió una necesidad infinita de quedarse allí solo mirándolo.

-Estuvimos muy preocupados por ti – habló ella por fin cortando el silencio

-No deberías estar tan de noche tu sola – respondió el como si no hubiera escuchado lo que ella dijo

-Hoy mi tío no pudo ir a buscarme a la parada y se me hizo tarde – respondió ella

-Yo puedo irte a buscar para que no regreses sola y así Joaquín puede dedicarse a otras cosas – sin que ella se lo esperara Alejandro la abrazó suavemente

Cassandra sintió el brazo de Alejandro a su alrededor y se quedó tiesa, abrió mucho sus ojos por el desconcierto que generó su actitud, ya que ella no lo esperaba y solo pudo quedarse rígida ante él, una sensación de ansiedad apareció, su pulso se aceleró, comenzó a respirar demasiado rápido y sintió una necesidad de huir terrible.

Alejandro se dio cuenta de la reacción de Cassandra y la soltó, observando cómo se había puesto pálida y veía el piso fijamente, se sintió confundido por su actitud y solo se alejó un poco de ella para darle su espacio.