Se supone que enamorarse te lleva a las nubes, pero Ariel no tiene experiencia en ese tema. ¿Qué debes hacer cuando tienes pretendientes que quieren conquistar tu corazón? ¿Cómo debes reaccionar cuando uno de ellos te rompe el corazón? Ariel tendrá que explorar su corazón romántico para poder tener su primer romance de verdad y así lograr ser feliz de verdad.
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SIENTO COSAS
Mi corazón estaba superconfundido y las sensaciones que mi alma cargaba, eso era lo increíble de un momento así en mi vida. ¿Por qué me puse tan nervioso a su lado? ¿Por qué mi corazón palpita con fuerza? ¡¿Qué me está pasando?!
—¿Qué haces? —Hiram entra a mi habitación.
Estoy sentado en mi cama, con mi laptop en las piernas y el buscador de Google abierto. El reloj marca las once de la noche y habían pasado quince minutos desde que volvimos a casa. ¡El recalentado estuvo superbién! Papá se relajó bastante con el alcohol y yo, toda la tarde, me sentí nervioso porque Israel estaba muy cerca de mí.
—Investigo algo.
—¿Entraste a la escuela?
—No, no estoy en la escuela.
Deslizo la pantalla para ver más resultados y encuentro algo que captura mi atención. Doy clic.
—¿Qué investigas? —Se sienta a mi lado. Fija su vista en mi pantalla.
—Investigo sobre el romance. ¿Qué es el romance?
—¿Y por qué investigas sobre eso?
A Hiram le tengo confianza y por eso no dudo ni un segundo en querer contarle la verdad.
—Porque quiero averiguar qué pasa con mi corazón. Siento que algo no anda bien conmigo.
—¿A qué te refieres? ¿Sigues sintiendo algo por Héctor o por Rodrigo?
—No, nada de eso. Lo que estoy sintiendo no lo había sentido antes y por eso me causa intriga.
—¿Y qué es lo que sientes?
—Según lo que he estado leyendo, creo que estoy sintiendo, o más bien, teniendo una situación amorosa, intensa y pasajera.
—¿Por quién te sientes atraído? —Mi primo supo descifrar mi enredo sentimental.
Sus ojos me miran con atención, es obvio que él quiere saber la respuesta.
—Por Israel —digo sin miedo.
Se sorprende, sus ojos se quiebran como platos al suelo y su expresión me causa un poco de gracia.
—¿Neta sientes algo por Israel?
—Sí, toda la tarde estuve supernervioso con él. Dicen que me puse intenso con él, ayer en la boda.
En su rostro hay incredulidad, ¿o burla? Sus labios se curvan en una sonrisa amplia.
—Sí, estabas un poco intenso con él.
—¡Mierda! Hasta tú te diste cuenta.
Su risa se intensifica.
—Pero todo estuvo bien. ¡Hasta te cargo!
—¿Me cargo?
—Sí. Te subiste a bailar en una mesa y después te caíste, te empezaste a reír como tonto y él llegó a tu rescate.
Escucharlo decir eso me sorprendió mucho, nadie me había dicho que me comporté como un idiota. ¿Habrá videos? ¡Ojalá pudiera verlos!
—¡Qué chido debí haberme sentido! Como sea, creo que Israel me gusta.
—¿Y por qué?
—Bueno, según el primer resultado de Google, el romance es un lenguaje y creo que el lenguaje que mi cuerpo tiene, demuestra que siento algo por Israel. Mi corazón ahora late con fuerza cada vez que estoy cerca de él, me pongo nervioso, trato de evitarlo y me chiveo cuando me mira. ¡Mis latidos ya tienen su nombre!
Mi franqueza no me asusta. De hecho, creo que es bueno ser sinceros cuando se trata de temas románticos.
—¿No sentías eso con Héctor o Rodrigo?
—No. Es que con ellos, creo que era al revés. ¡Ya sabes! Ellos estaban enamorados de mí, no yo de ellos.
—¿Y sientes raro que tu corazón tenga esos nuevos sentimientos por Israel?
—En parte sí. Pero, supongo que hasta cierto punto es normal. ¡El amor es complejo! Y enamorarse de alguien lo es aún más.
Decido pausar mi investigación, cierro mi laptop y la pongo sobre mi buró. Decido poner música desde mi celular y The Dream de Still Corners empieza a sonar.
—Creo que deberías explorar más tu corazón. Date la oportunidad de enamorarte de alguien por primera vez y esta vez, no seas igual que los pretendientes que te fallaron. ¡No emociones el corazón de un hombre solo por puro pasatiempo!
Su consejo me gusto. ¡Quise guardar sus palabras en mi mente!
...🩵🩵🩵...
—Es buena hora para poder ir de cacería —dice mi padre.
Estábamos terminando de almorzar.
—Sí. A esta hora todos los animales salen a tomar agua en la presa —me atrevo a decir.
—¿Les gustaría ir con nosotros? —Mi padre estaba invitando a Hium, Gustavo e Hiram.
—¡Pues yo si voy! Necesito cazar con Ariel. ¡Extraño tanto eso! —Dice Lea—. Paola, tú también deberías ir, eres muy buena con la resortera, podrías enseñarle a Hium cómo se usa.
Mi otra hermana estaba un poco indecisa, porque a ella ya no disfrutaba tanto salir de cacería. ¡En la adolescencia cambió muchísimo!
—Bueno, si voy —accede ella.
—Yo creo que también voy a invitar a Israel. Me dijo ayer que le gustaría ir de cacería —dice mi padre y su idea me causa nervios—. Ariel, tú tienes su número. ¿Podrías marcarle para invitarlo?
Hiram hace contacto visual conmigo y sonríe ampliamente, yo me siento feliz y nervioso al mismo tiempo.
—Por supuesto.
Enciendo la pantalla de mi celular, busco el contacto de Israel y le marco. Decido ponerlo en altavoz. Timbra dos veces y responde.
—¿Hola?
—¡Hola Isra! Buenos días, ¿cómo estás? —Trato de sonar cordial.
Hium también me mira y sé que está al pendiente de mi momento con Israel.
—Todo bien. Salí a caminar un rato por el pueblo. ¿Tú qué haces? Justo estoy en el pesto de papas fritas.
—Pues deberías comprar una bolsa y me la guardas —no me da pena pedirle.
—Sí, es buena idea. ¿Te parece si paso a tu casa en un rato?
La mirada de todos está superenfocada en mí y a pesar de los nervios, no puedo evitar sonreír por lo que él dice.
—Sí, estaría bien. Pero que crees que te marque porque saldremos de cacería y mi papá se acordó que ayer, le dijiste que te gustaría experimentar eso de salir a cazar.
Hium asiente, como si estuviera complacido con la forma en que me expreso. ¡Esto no es tan difícil!
—¿En qué tiempo salen?
—Como en media hora.
—Bueno. Me parece bien ¡Si voy con ustedes!
En mi corazón la emoción está a tope y no puedo creer que logre invitarlo a cazar. ¿Sabrá disparar? Bueno, si no sabe, yo tendré que enseñarle.