La vida es un recuento de momentos vividos, siempre he sido una soñadora, siempre he creído en el amor verdadero, siempre soñé con un amor sin tanto drama, hasta que conocí a Ethan Coen, él me enseñó un amor bonito , un amor de ensueño, pero la vida se encargó de quitarmelo, soy Alexandra París y está mi historia de amor.
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Capitulo XXI Quiero reconocerla como mi hija
Los meses pasaron rápido Milagros había nacido, fue la emoción más grande que Alexa había sentido, al tener a su hija en brazos la hizo olvidar todo el dolor que tenía en su corazón, su pequeña hija reemplazo, cada lágrima, cada sufrimiento por alegría, por sonrisas.
— Felicidades, Milagros es realmente hermosa. — dijo Maximiliano con la niña en brazos.
— Gracias Max, sin ti no hubiera logrado traer a salvo a mi hija a este mundo. — el agradecimiento de Alexa era genuino.
— Me gustaría pedirte algo. — dijo Maximiliano mirando fijamente a Milagros.
— Si, claro dime. — respondió Alexa con curiosidad.
— Quiero que me permitas darle mi apellido a Milagros. — pidió Maximiliano sin dudar en sus palabras.
— No, no puedo aceptar eso, ya has hecho mucho por nosotras. — respondió Alexa negando con la cabeza.
— No lo hago por obligación, lo hago porque siento a esta pequeñita parte de mi familia. — respondió Maximiliano seguro de sí mismo y del cariño que siente por Milagros.
Maximiliano no le dio oportunidad a Alexa de negarse, la niña salió del hospital siendo una De La Oz, Alexa no sabía cómo agradecerle a Maximiliano todo lo que estaba haciendo por ella, por otro lado, Miguel estaba contento por la llegada de su hermana a la casa, había preparado un bienvenido bastante bonito, donde decía bienvenida Mili.
La acción del niño hizo que Alexa se sintiera en una verdadera familia, ella nunca había tenido gestos tan desinteresados como estos en su vida.
— Gracias Miguel, eres un niño muy bueno, ven y conoce a tu hermana. — dijo Alexa con una sonrisa.
Miguel se acercó a Alexa y Maximiliano lo levanto en brazos, Alexa fue intervenida quirúrgicamente, ya que por la cirugía que tuvo antes no podía ser parto natural, así que ella estaba algo adolorida, después de que Miguel viera a la bebé, Maximiliano ayudó a Alexa a subir a su habitación.
— Estás bien?, necesitas algo más?. — pregunto Maximiliano algo frenético.
— Estoy bien, no te preocupes por nada. — respondió Alexa sonriendo.
— Te contraté una enfermera para que te ayude de día, yo te voy a apoyar en la noche, te parece bien?. — pregunto Maximiliano tratando de controlar sus ansias.
— Creo que estás exagerado, yo puedo hacerme cargo de mi hija, solo necesito descansar un rato. — respondió Alexa apenada.
— Recuerda que Milagros ahora también es mi hija y por ende nada le puede faltar. — explico Maximiliano alzando una ceja.
— Lo sé, pero ya has hecho bastante, ahora ven siéntate aquí con nosotras. — le pidió Alexa haciendo espacio en la cama.
— También quiero que estudies, quiero que saques tu carrera. — pidió Maximiliano mirando fijamente a Alexa.
— Sabes que si me gustaría estudiar, pero ya no quiero estudiar medicina, ahora quiero estudiar derecho, quiero algún día tener la oportunidad de poder hacer justicia, eso sé lo debo a Ethan y a mi hija. — explico Alexa decidida.
— Yo te voy a ayudar con eso, el que acabo con la vida de Ethan lo pagará muy caro. — dijo Maximiliano decidido.
— Gracias Max, eres como un ángel que llegó a mi vida para ayudarme a sobrevivir a todo esto. — la gratitud de Alexa era algo que a Max le molestaba, él quería que ella lo viera como algo más que un amigo.
— Ahora descansa, ya tendremos tiempo de hablar de esto. — dijo Maximiliano saliendo de la habitación de Alexa.
Alexa se quedó dormida al lado de su hija, ella estaba segura de que Max la ayudaría con esto, pero algo había cambiado en ella, aún pensaba en Ethan y le seguía doliendo su muerte, pero Maximiliano estaba ganando terreno en el corazón y ella no se había dado cuenta.
Los días pasaron y Alexa ya estaba lista para empezar su carrera, cada día que pasaba Alexa se fortalecía y lograba siempre ser la mejor en clases, los días, los meses, los años pasaron y Alexa logró graduarse con honores de la universidad, ahora ella ya no era una niña que dudaba de lo que quería, pasaron siete años, Milagros estaba creciendo y cada día se parecía más a su mamá, Miguel tenía diez años y seguía viendo a Alexa como su madre, para Maximiliano este tiempo había sido una verdadera tortura, ya que Alexa nunca lo vio como nada más que un buen amigo, él decidió hacer su lucha para conquistar a la mujer que amaba, solo esperaba no arruinar la relación que tenía con ella.
— Te gustaría salir a cenar conmigo está noche?. — pregunto Maximiliano temiendo el rechazo.
— Claro que sí, tengo ganas de salir el día de hoy. — respondió Alexa emocionada.
— Entonces ve a casa y te pones más hermosa, nos vemos a las siete de la noche, paso por ti a la casa.
Maximiliano estaba algo nervioso pues temía al rechazo de Alexa, pero ya no podía darle más tiempo a esto que estaba sintiendo, él estaba seguro de sus sentimientos por Alexa.
El día paso rápido y tal y como lo prometió Maximiliano llegó por Alexa exactamente a las siete de la noche, al llegar Milagros y Miguel lo recibieron con un fuerte abrazo, aquella escena fue vista por Alexa quien se sintió conmovida, para ella Maximiliano no le era indiferente, pero sentía que estaba traicionando a Ethan quien aún tenía un espacio en su corazón.
— Buenas noches, — dijo Alexa interrumpiendo.
— Hola, estás hermosa. — contesto Maximiliano hipnotizado con la belleza de Alexa.
— Ya estoy lista. — comento Alexa con una sonrisa.
— Eres lo más bello que mis ojos han visto en toda la vida. — respondió Maximiliano halagando a Alexa.
— Gracias, pero vamos que se nos hace tarde. — dijo Alexa empujando a Maximiliano fuera de la casa.
Después de despedirse de sus hijos, Alexa salió agarrada del brazo de Maximiliano, los dos hacían una hermosa pareja y aunque para el mundo los dos eran unos despiadados sin sentimientos, en realidad ellos amaban a sus hijos y trataban de ayudar a todo aquel que lo necesitará, Maximiliano llevo a Alexa a un restaurante elegante, pidió una mesa VIP de esas donde solo estarían ellos dos sin más compañía, Maximiliano quería aprovechar ese momento para declararse a Alexa.