Hola mis queridos lectores, se que muchos ya leyeron esta novela, pero gracias a muchos comentarios decidí bajarla y reescribirla, le cambie algunas cosas y agregue unas mas. espero les guste y espero sus criticas, muchas gracias por todo su apoyo.
Alejandro y Romina son un matrimonio con 25 años de casados con tres hijas mujeres Julieta, Juliana y Guadalupe. Ellos deberán aprender afrontar los problemas de la vida de una forma diferente.
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CAPITULO 21
CAPITULO 21
Julieta terminó de leer la carta respiro profundo y sintió como toda su angustia desaparecía hasta sus lágrimas desaparecieron como si alguien se las secara suavemente. Diego la abrazó con fuerza y los dos se quedaron sentados mirando el atardecer por la ventana de la habitación. Esa noche nadie bajó a cenar cada uno estuvo en su cuarto, al día siguiente Guadalupe mando a pedirle a Teresa que ese día los atendía en la mañana que les preparará un desayuno especial.
-Buen día!- Dijo Teresa, mirando sorprendida a Guadalupe.
-Buen día Teresa. Quería pedirte un favor, necesito conseguir una cosas será que
-¿Me puedes ayudar?- Guadalupe miraba para todos lados esperando que nadie de su familia descubriera lo que planeaba
-Si claro dime que necesitas y yo te ayudo.-
-Muchas gracias pero de esto no se debe enterar nadie- susurro Guadalupe
-Está bien, no hay problema.- respondió Teresa, riendo bajito. En ese momento llegaron Diego y Julieta detrás venía Alejandro
-¡Buenos días a todos! ¿Cómo amanecieron? preguntó Teresa para desviar el tema
-¡Buenos días a todos! Evidentemente tu amaneciste radiante- le insinuó a Guadalupe
-Sí papá, por eso les mande a preparar este desayuno especial
-Busquen una mesa y en un ratito les llevaré todo- dijo Teresa para que nadie sospechara de la conversación con Guadalupe. Después de unos minutos ya todo estaba listo y una mesa llena de delicias.
-Todo se ve muy rico, como cuando mamá nos preparaba esos desayunos de fin de
semana- agregó Julieta.
-¿Dónde está Juliana y Santiago?- preguntó Alejandro
-Aquí estamos, ya llegamos- dijo Juliana, llegando por detrás de su padre.
Disfrutaron del desayuno, como Julieta había dicho, Guadalupe había mandado hacer todo tipo de cosas que les gustaban a todos huevos revueltos, fruta con yogurt, masitas dulces y café recién hecho que era lo que mas les gustaba a todos ese rico olorcito de café por la mañana.
-Bueno qué piensan hacer hoy?- Pregunto Guadalupe emocionada
-No se, que propones?- dijo Alejandro un poco desanimado
-No se buscar alguna actividad de por aquí, ¿ustedes que opinan?- prepuso Julieta mientras bebía un sorbo de café
-Sí me parece buena idea- a coto Diego, siempre le gustaba complacerla en todo
-Podríamos hacer kayak? ¡Será divertido!- salto Juliana con alegría
-Listo kayak será!- Alejandro concluyo el tema
-Bueno vamos entonces. -Julieta se levantó de su silla y todos salieron rumbo a sus habitaciones para cambiarse de ropa y en quince minutos se verían todos en la puerta del hotel. Ese día no solo hicieron Kayak, entre Guadalupe y Julieta le pidieron a Teresa si les podía preparar una canasta con alimentos para llevar, a lo cual Teresa las ayudo sin ningún problema. Hicieron un picnic en la playa también algunos tomaron clases de surf. Pasaron un día muy lindo y por un rato todos olvidaron el dolor con el que cargaban. Llegando el atardecer comenzaron a volver al hotel cada quien a sus habitaciones.
-Juliana… que te pasa amor? Recién estabas muy feliz y ahora vete como estas
toda triste otra vez- le preguntó Sergio acariciando su cabello
-Lo sé, perdón pero es que no dejo de pensar en mi mamá. Lo diferente que tal vez podría haber sido todo si ella se hubiese quedado- aclaro ella y las lágrimas comenzaron a salir sin pedir permiso
-Amor su enfermedad estaba demasiado avanzada no había nada por hacer ella no quería pasar sus últimos días atada a una cama viendo como todos ustedes sufrían por ella.- trato de hacerla entender Sergio
-Si eso lo entiendo pero también fue egoísta porque no dejo que nos despidiéramos
de ella- Juliana saco todo lo que pensaba y el dolor que tenía en su corazón
-Y que se supone que vinimos hacer a este lugar?- preguntó Sergio un poco confundido- Acaso no viniste a cerrar una etapa dolorosa de tu vida tu debes seguir adelante, eres tú la que no quiere seguir y dejar ir a tu mamá. Ella siempre va a estar contigo, siempre vas a llevar su recuerdo. Tú debes concentrarte en dejarla ir y perdonarle el que se haya ido.- Sergio trataba de hacer que Juliana cerrará de una vez este capítulo en su vida y pudiera seguir adelante. Juliana rompe en llanto con su dolor y se siente asfixiada, como si algo oprimiera su garganta.-Ven vamos a bañarnos para que te calmes- le dice Sergio para tratar de tranquilizarla. Ella no ponía de su voluntad para pararse, así que Sergio tuvo que llevarla alzada prácticamente, le puso agua caliente en la bañera y se metió con ella con ropa y todo… Ella comenzó a llorar por un rato cuando se calmó la sacó del agua, le quitó la ropa mojada y la envolvió en una bata la llevó a la cama. Santiago se cambió y bajó a buscarle algún medicamento para tranquilizarla. Después de un rato Juliana recordó que en un bolsillo de su bolso aún estaba esa carta que todavía no leía. Se levantó, buscó la carta, tomó una copa, se sirvió un poco de vino y se sentó en la terraza a leer la carta. El atardecer estaba terminando y cuando por un segundo se distrajo sintió como una tibia brisa le acarició el cuerpo y una fragancia muy conocida alcanzó su nariz, ella reconoció ese perfume al instante y sentía como un ligero peso se iba de sus hombros. Tomó la carta y comenzó a leerla.
Mi querida July, mi querida niña consentida, sabes que siempre has sido mi preferida… se que en este momento debes estar sintiendo mucho dolor y a la vez mucha rabia debes odiarme por haberme ido y no quedarme a enfrentar la situación. Pero debo confesarte que no podía no tenía la valentía de ver sus caritas tristes al decirles que estaba enferma, nunca pude ni siquiera imaginar su reacción de desesperación por no poder hacer nada. No me creo la persona más importante, pero si se lo que es tener esa sensación de angustia y de impotencia por no poder hacer nada por el otro y eso exactamente era lo que yo quería evitar en ustedes. Sigue adelante mi niña ya te falta tan poco para que termines tu carrera y se que serás una excelente veterinaria, siempre te gustaron los animales y los cuidaste con todo tu amor, por eso también hay tantas mascotas en casa, ¡ya no lleves más por favor! Jaja!
Hija no tengo palabras para decirte lo orgullosa que me siento de vos de saber que vas por el camino correcto que te estas convirtiendo en una hermosa mujer, espero que algún día encuentres el hombre adecuado y que pueda seguir todas tus locuras, pero por sobre todo que aprenda a manejar tu mal carácter, es un chiste. No te olvides jamás que siempre estaré en tu corazón búscame cuando me necesites y yo siempre estaré allí para ti, tu sabes bien dónde buscarme. TE AMA MAMÁ….